La empresa digital

La elaboración de un plan de negocio

El plan de negocio contiene una información imprescindible para cualquier iniciativa empresarial, sea digital o no, afecte a una empresa ya creada o no, o se refiera a un proyecto individual o de equipo. Incluso en nuestros pasos como profesionales, como individuos trabajando por cuenta propia o ajena, necesitamos un plan de negocio más o menos explícito.

Aquí daremos unas pautas generales sobre la elaboración de un plan de negocio considerando el caso más complejo, la creación de una nueva empresa. Pautas que se pueden concretar con las guías y los documentos relacionados en la bibliografía.

El hecho de pensar y debatir la elaboración de un plan de negocio en el seno de una empresa conlleva unos efectos casi terapéuticos. Una cosa es ponerse de acuerdo sobre cómo llevar tal proyecto a la práctica y otra es ponerse de acuerdo en los detalles que todo esto implica, detalles que se encuentran reflejados en todo buen plan de negocio.

Para elaborar un plan de negocio podemos asesorarnos, encargar estudios, búsquedas, etc., pero todos los expertos en este tema coinciden en que nadie más que vosotros puede encargarse de la elaboración y redacción de vuestro negocio. Al fin y al cabo estamos hablando de buscar información, contrastarla y poner todos los contenidos por escrito. O sea, estamos hablando de un tipo de trabajo bastante cercano al de un infonomista o, si se quiere, de un periodista.

No sería mala idea considerar un plan de negocio como el informe o el reportaje menos leído que escribiremos, pero que, a su vez, represente el que más beneficios nos puede reportar.

El plan de negocio es, a su vez, un documento vivo que requiere ser actualizado regularmente, a medida que vayamos aproximándonos a nuestras metas o, si acaso, recogiendo los motivos por los que no nos estamos acercando a ellas y, sobre ellos, prever medidas rectificadoras o variar los objetivos. Toda esta información debe quedar recogida en nuestro plan de negocio. Debidamente adaptado, este documento será nuestra propia guía de actuación, la guía para toda aquella persona que se incorpore en el proyecto con responsabilidades cualificadas, y la guía de presentación de nuestra empresa a posibles partners, inversores, compradores y, por supuesto, a los propios trabajadores.

¿Qué diferencia a una empresa digital?

La novedad del sector no es un hecho diferencial de las empresas digitales.

Las pautas de elaboración de un plan de negocio sirven para todo tipo de negocios, con sus más y sus menos. No estamos hablando de unas pautas inamovibles e infalibles en todas las épocas y en todos los tipos de actividades, pero sería un error pensar que un negocio basado en la gestión de contenidos digitales no se puede parametrizar en un plan de negocio.

Existen argumentos que nos podrían llegar a convencer de la imposibilidad de crear un buen plan de negocio, en muchos casos es imposible determinar datos exigidos (estadísticas del mercado, evolución prevista a tres y cinco años vista...).

Una excusa sencilla es decir que Internet no tiene historia, que nuestra idea no tiene precedentes y que ni tan sólo los más eminentes gurús saben cómo será la situación dentro de dos años, pero el mundo de la empresa ha visto muchas situaciones similares en las últimas décadas. Existen miles de ejemplos de iniciativas empresariales (por ejemplo, las relacionadas con el turismo, las energías alternativas, los productos ecológicos, la formación...), iniciativas que nadie había puesto en práctica y que, en principio, no se sabía cómo serían recibidas por el mercado y que triunfaron porque tenían un plan de ianza y la generen en los posibles lectores del plan de negocio. El resto lo pondremos nosotros (echando mano del sentido común y el criterio).
El plan de negocio no es un documento perfecto que se encuaderne ianza y la generen en los posibles lectores del plan de negocio. El resto lo pondremos nosotros (echando mano del sentido común y el criterio).

Tres hechos diferenciales básicos:


Contenido complementario
  • Ingenio a la hora de identificar a los clientes. Estamos hablando de una empresa del sector de la infonomía, cuyo producto está constituido básicamente por información y cuya clientela está constituida por la demanda de estos servicios de información. Por lo tanto, debemos tener claro que nuestros lectores, o interactores son, a efectos empresariales, nuestros clientes. Pensamiento al que ya están acostumbrados aquellos infonomistas que provengan de los ámbitos de la venta de productos y prestación de servicios.
En un momento como el actual, en el que los lectores y las audiencias convencionales no están invirtiendo grandes sumas en negocios de información digital, es probable que la viabilidad de nuestro proyecto dependa de un buen análisis sobre cuáles son nuestros posibles clientes.

    Respecto a los clientes, existe, en el sector de la publicación digital, una regla no escrita que, en la breve historia de esta actividad, parece cumplirse. De hecho, es una regla que viene heredada del sector editorial:

En una misma empresa, no se debe mezclar la producción propia de proyectos con el trabajo para terceros.

    Es decir, una cosa es una empresa de producción propia y otra una empresa de servicios.

    Es bastante corriente que las empresas de servicios incuben proyectos propios, pero es recomendable dar vida propia a estos proyectos una vez que se decide lanzarlos.

    También es habitual que empresas de producción propia recurran a trabajos a terceros para incrementar su facturación o minimizar riesgos económicos, pero resulta más rentable invertir tiempo y buscar recursos financieros para desarrollar, mejorar y vender nuestros propios productos.

    Quedarse en una línea intermedia es, según la opinión general, sinónimo de crisis y fracaso.

  • Ingenio a la hora de concretar nuestra actividad. El sector de la infonomía es muy amplio. Si nos imaginamos dicho sector como una recta y las actividades profesionales como un segmento de esta línea, muy posiblemente podamos detectar espacios de esta recta que aún estén por cubrir.

    Una vía clásica de localización de oportunidades de negocio es identificar segmentos vacantes o con un desarrollo pobre en comparación con el que podemos ofrecer. Aunque este sistema es muy válido, podemos proponer otro mucho menos evidente y, por ello mismo, abierto al descubrimiento de oportunidades realmente nuevas:

    Elaborar propuestas coherentes relacionando puntos de la recta distanciados entre sí y sin conexión evidente.

    Si hacemos una relación de las iniciativas que nos han sorprendido agradablemente en Internet, seguramente constataremos que la mayoría de ellas han combinado factores distanciados en un segmento o, mejor aún, clasificados en segmentos diferentes.

  • El espacio físico juega un papel secundario. Este factor es muy diferenciador. Atención, no estamos diciendo que la concreción física de la empresa ya no tenga importancia y que su ámbito de actuación sea automáticamente mundial, lo que pretendemos decir es que el espacio físico y la definición del ámbito geográfico de influencia no son tan determinantes en una empresa digital como en una empresa convencional.

    En este sentido deberemos pensar en qué situaciones nos conviene disponer de un despacho en una zona de prestigio, qué tipo de actividades se deben realizar en ese despacho y en otros centros de trabajo, cuánta gente y en qué grado de dedicación deben trabajar en estos centros, qué usos del teletrabajo podemos aprovechar, etc.

Abordando el plan de negocio

De todas las preguntas que debemos responder en un plan de negocio hay siete elementales, a partir de las cuales se construyen las respuestas de los interrogantes restantes:

  • ¿A qué se dedica nuestro negocio? Dicen los expertos que si no sois capaces de concretarlo en una sola frase vuestras perspectivas de éxito son casi nulas. En cualquier caso no deben ser necesarias más de dos.
  • ¿Cuáles son nuestros clientes? Pregunta vital.
  • ¿Cuáles son nuestros puntos internos fuertes? Es necesario analizar nuestras mejores habilidades y potenciales, tanto individuales como de equipo.

Ejemplo

  • ¿Cuál es nuestro entorno competitivo?Tan importante como saber identificar a nuestros clientes es saber identificar nuestra competencia. No siempre es evidente.
Debemos detectar y analizar la competencia directa, pero también la indirecta.

  • ¿Cómo evolucionará nuestro entorno de negocio? Deberemos buscar estudios y opiniones que nos generen confianza y la generen en los posibles lectores del plan de negocio. El resto lo pondremos nosotros (echando mano del sentido común y el criterio).

  • ¿Cuánto es necesario invertir? No estamos hablando de un experimento ni de una ONG (que si son serios deben elaborar también presupuestos y previsiones de gastos). Esto es una empresa y es necesario valorar todos los costes a lo largo de una previsión temporal. Trataremos este tema en el núcleo siguiente.

Contenido complementario

  • ¿Cómo y cuándo recuperaréis lo invertido y obtendréis beneficios? Esta pregunta es aún más relevante que la anterior. Inversores, creditores, partners, compañeros de aventura, trabajadores e incluso amigos y familiares querrán saber la respuesta a esta cuestión. Al margen de todos ellos, no es recomendable embarcarse en ninguna aventura sin que nosotros mismos hayamos dado con una previsión que nos convenza.

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