Teoría de Dow
Charles Dow, redactor jefe del rotativo Wall Street Journal, fue el primero que publicó artículos sobre las grandes tendencias que seguían los mercados de valores. Esto sucedía a finales del siglo XIX.
Para conformar un instrumental suficiente para predecir de forma agregada los movimientos de los precios de todo el mercado de valores, creó los índices que posteriormente se conocerían como Dow Jones Industrial Average y Dow Jones Transportation Average.
Su teoría se basaba en la temprana identificación de las distintas tendencias que seguían los precios para así poder sacar el máximo partido de las mismas con un grado de seguridad razonable, comprando en los primeros estadios de una tendencia alcista y vendiendo cuando se confirmaba el cambio de tendencia. Las principales hipótesis que utilizaba eran las siguientes:
- Una tendencia es válida hasta que se agota o se invierte.
- La identificación de las tendencias generales del mercado se consigue mediante la observación de los índices bursátiles.
- Los mercados tienen tres tendencias: primarias, secundarias o intermedias, y terciarias.
- Las tendencias primarias se subdividen en tres fases:
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Si se trata de una tendencia alcista: acumulación, expansión o consolidación, y explosión; |
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Si se trata de una tendencia bajista: distribución, liquidación o pánico, y abdicación final. |
Como se puede apreciar, concebía el análisis técnico como una herramienta que pretendía el seguimiento de las tendencias. Lo que intentaba era conseguir elementos de juicio para detectar los cambios de tendencia y así, aprovechar al máximo la evolución de los precios.
Dow definió la tendencia primaria como aquélla cuya duración era superior a un año y cuyos resultados se dejaban sentir en el largo plazo; caracteriza los mercados de alcistas (bull markets) y de bajistas (bear markets).
La tendencia secundaria, por su parte, es aquélla cuya duración suele oscilar entre un tercio y dos tercios de la tendencia primaria, y se puede prolongar entre unas semanas y varios meses.
A la tendencia terciaria le asignó una duración inferior a las tres semanas, es decir, el corto plazo.
El análisis de los distintos tramos en que podemos dividir las tendencias primarias es muy interesante y se puede relacionar con bastante exactitud con la evolución del ciclo económico.
La primera fase o de acumulación sería aquélla en la que la economía se encuentra en el último tramo de la recesión y los informes económicos son abiertamente negativos, son "peores que nunca". En este tramo, los grupos más informados, que perciben la infravaloración de los precios de muchos valores y que pueden realizar inversiones a medio plazo (fondos de pensiones, instituciones de crédito, fondos de inversión, etc.), toman posiciones. Se trata de un momento en el que el público en general está completamente a disgusto con el mercado de valores. Cuando estas instituciones entran en el mercado, se inicia el primer repunte de los precios después de un fuerte descenso. Después del repunte que produce esta etapa, el retroceso posterior llegará como máximo al nivel de partida de este primer aumento.
La expansión o consolidación se desarrolla en un contexto de mejora del entorno económico, con aumento de los beneficios empresariales y mejoras significativas en los niveles de confianza tanto de empresarios como de consumidores. La actividad general de la economía comienza a recuperarse y suben los precios de forma regular. Éste es el momento en que los analistas ya habrán detectado las mejores expectativas generales y el grueso de los capitales entrará en la Bolsa apoyando la financiación y expansión de las empresas que cotizan en ella. En este estadio es en el que las inversiones están más seguras, ya que la rentabilidad es destacable y los retrocesos en el crecimiento económico son poco probables. El retroceso posterior que se producirá no llegará a descender por debajo del máximo alcanzado en la fase de acumulación.
Por último, la etapa de explosión es en la que la euforia se adueña del mercado. El comportamiento de los distintos agentes (inversores) no es el usual, las OPVS y otras operaciones de grandes dimensiones (OPAS, ampliaciones de capital, etc.) se suceden de forma continuada. Coincide con una situación económica óptima y boyante en la que los resultados empresariales son mejores que nunca. Las bolsas avanzan espectacularmente en el primer estadio y se incorpora una gran masa de inversores privados.
En las tendencias primarias bajistas también distinguimos tres tramos: la distribución, la liquidación o pánico y la abdicación final.
La distribución es la etapa que sigue a la explosión. Es en esta fase en la que los inversores más informados, que realizaron sus adquisiciones en la etapa de acumulación y que, por tanto, acumulan unas plusvalías latentes considerables, venden sus participaciones para obtener beneficios. El escenario de esta etapa es de beneficio máximo de las empresas. En cuanto al mercado de valores, los volúmenes han aumentado de forma muy fuerte y el precio de las acciones ha subido excesivamente con respecto a las expectativas que se habían planteado.
En la fase de liquidación o pánico, los compradores escasean y los vendedores aumentan. La tendencia a la baja se acelera hacia una caída casi vertical y los volúmenes de negocio también se incrementan. Las expectativas de los distintos agentes económicos son nefastas.
En la última fase de la tendencia primaria bajista, la abdicación final, las noticias de carácter económico son totalmente desalentadoras, el desánimo se adueña del mercado, y los inversores, normalmente particulares con escasos recursos, venden en un contexto de pesimismo generalizado. A partir de este punto el mercado empezará a revalorizarse, dado que entrarán en acción los grandes inversores.
Tal como se comprueba en el gráfico anterior, y teniendo en cuenta que según numerosos análisis el mercado de valores se anticipa entre 9 y 18 meses al comportamiento de la economía en general, podemos unir intuitivamente la interrelación entre el ciclo bursátil y el ciclo económico.
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