El balance de situación

El balance de situación es un estado contable que presenta la relación de las inversiones (que componen la estructura económica de la empresa) y sus fuentes de financiación (que se integran en su estructura financiera). Se puede decir, de este modo, que la estructura financiera indica quién y en qué concepto ha aportado los recursos que están financiando en la actualidad todas las inversiones que aparecen en la estructura económica, y que permiten a la empresa desarrollar su actividad.

Cuadro 1: Equilibrio de la estructura económica y financiera

Como puede verse en el cuadro 1, la estructura económica y la estructura financiera son las dos caras de una misma realidad que es el patrimonio. Es fácil deducir entonces que la suma total de los activos (bienes y derechos) de una empresa deberá ser siempre igual a la suma de los pasivos (fuentes de financiación propias y ajenas), de tal modo que se cumpla que:

Activo = Pasivo Exigible + Neto

Cada una de estas masas patrimoniales se divide a su vez en otras masas más reducidas. Esta diferenciación es la que se representa en el cuadro 2.

Cuadro 2: Masas patrimoniales que componen el balance de situación

Por el lado del activo, las inversiones se clasifican, según la permanencia y función que desempeñen en la empresa, en:

  1. Activo fijo: que agrupa las inversiones permanentes y estructurales de la empresa.
  2. Activo circulante: formado por aquellos elementos que participan en el ciclo de explotación y tienen un plazo de realización inferior a 12 meses.

Dentro de la estructura financiera o pasivo se diferencian dos grandes masas, según cuál sea el origen de los recursos:

  1. Fuentes de financiación ajenas (o pasivo exigible): que suponen para la empresa un compromiso de devolución con un tercero.
  2. Fuentes de financiación propias (o recursos propios, o neto): que proceden de las aportaciones de los propietarios y socios. Se incluyen dentro de estas fuentes las aportaciones iniciales de los socios con el motivo de la constitución de la sociedad, las realizadas posteriormente con cargo a una ampliación de capital y los beneficios que ha generado la empresa y que los accionistas no han retirado.

La norma contable española (el PGC), al igual que sucede en el resto de los países comunitarios, establece un modelo de balance normal para la generalidad de las empresas y otro modelo de balance abreviado. Este modelo abreviado ofrece la información con un menor grado de desagregación y está destinado a las empresas de dimensión reducida.

Los elementos del activo

Los activos son los bienes y derechos controlados por la entidad y de los que es probable que obtenga en el futuro unos rendimientos. Este concepto de activo se refiere a los bienes y derechos cuya propiedad corresponde a la empresa, pero también de cualquier elemento sobre el que tenga un derecho de disposición, como es el caso hoy frecuente de los bienes en régimen de arrendamiento financiero o leasing.

  1. El activo fijo se compone de varias masas patrimoniales. Las más importantes son:
    • El inmovilizado inmaterial: elementos permanentes que tienen una naturaleza intangible (como los derechos de propiedad intelectual, los programas informáticos, el fondo de comercio o las concesiones administrativas).
    • El inmovilizado material: elementos permanentes que tienen una naturaleza tangible, ya sean muebles o inmuebles (como los terrenos, las construcciones, la maquinaria o los elementos de transporte).
    • El inmovilizado financiero: inversiones financieras cuya conversión en efectivo excede de un ejercicio económico (por ejemplo, las participaciones de control en otras empresas o los créditos concedidos a los trabajadores a largo plazo).

Decíamos antes que las retribuciones al personal tienen la naturaleza de gasto para la empresa. Otra cosa es, sin embargo, el capital intelectual que la empresa genera en forma de habilidades colectivas. Estas competencias no pertenecen estrictamente a ningún trabajador, sino que surgen de la interacción coordinada y frecuente de varios de ellos, y vienen a ser algo así como el conocimiento de la organización.

A pesar de la enorme importancia estratégica que tiene hoy en día este inmovilizado inmaterial, la contabilidad se ha mostrado casi siempre insensible a su presencia. En nuestro marco legal no es posible hacerlo constar en el balance si no es bajo la forma, demasiado genérica e imprecisa, del fondo de comercio.

  1. El activo circulante se compone fundamentalmente de:
    • Las existencias: los bienes que la empresa posee para su venta o transformación en el proceso ordinario de su actividad (son las mercaderías, las materias primas, los productos en curso o terminados, etc.).
    • El realizable: los derechos de cobro derivados de la venta de bienes o la prestación de servicios (derechos de cobro a clientes o a deudores).
    • El disponible: el dinero y el resto de activos que tengan una liquidez inmediata (como las cuentas a la vista o los cheques bancarios).

Es importante tener en cuenta que la consideración de un elemento como activo circulante o como activo fijo depende no de su naturaleza, sino de la función que desempeña en la empresa. Así, por ejemplo, un vehículo formará parte del activo circulante (de las existencias) en una empresa que se dedica a la venta de automóviles, mientras que se incluirá en el activo fijo (inmovilizado material) de la empresa que lo adquiere para su utilización continuada.

Los elementos del pasivo exigible

El pasivo exigible contiene las deudas de la empresa surgidas como consecuencia de transacciones o hechos pasados. Estas deudas figurarán en el balance por su valor de reembolso.

  1. Deudas a largo plazo: constituidas por las deudas obtenidas por la empresa que tienen un plazo de devolución superior al año.
  2. Deudas a corto plazo: compromisos de pago con un vencimiento inferior al año.

Los elementos del neto

La interpretación más habitual del neto es la ya mencionada como el valor de las aportaciones realizadas por los accionistas. Sin embargo, el neto también representa el valor residual de los activos que corresponderían a los accionistas en el caso de liquidar la empresa, una vez deducidos todos los pasivos exigibles.

Esto significa que el valor de los recursos propios se puede determinar por la diferencia entre los activos y los pasivos exigibles. Por este motivo, a los fondos propios también se les denomina activos netos, patrimonio neto o neto patrimonial.

Los recursos propios están constituidos por varias partidas, siendo las más importantes:

  1. El capital social: representa el valor de las aportaciones de los propietarios al negocio.
  2. Las reservas: son los beneficios no distribuidos por la sociedad, y suponen para la empresa un modo de autofinanciarse con sus propios excedentes. Las reservas pueden ser de varios tipos según cuál sea el motivo por el que los accionistas renuncian a percibir los dividendos. La reserva puede surgir de una disposición legal (es la reserva legal), puede deberse a una disposición recogida en los estatutos de la empresa (reserva estatutaria) o puede deberse a un acuerdo tomado voluntariamente por los accionistas (reserva voluntaria).
  3. Una reserva especial es la que se origina en las ampliaciones de capital realizadas por encima del valor nominal. Esta reserva está constituida por la diferencia entre el precio de emisión de la acción y su valor nominal. Esta prima de emisión viene a ser el sobreprecio que se exige a los nuevos accionistas para que igualen con su aportación la riqueza generada por los antiguos, que renunciando a sus dividendos, han posibilitado la generación de las reservas.

Proponemos a continuación un sencillo ejemplo de balance de situación compuesto por elementos valorados en unidades monetarias.

Activo

 

Pasivo

 

Activo fijo

 

Neto

 

Terrenos

10.000

Capital social

20.000

Construcciones

25.000

Reserva legal

4.000

Maquinaria

4.000

Reserva voluntaria

3.500

   

Beneficio del ejercicio

3.000

Activo circulante

 

Pasivo exigible

 

Existencias

2.400

Deudas a largo plazo

12.000

Dchos. de cobro a clientes

5.100

Deudas a corto plazo

5.300

Tesorería

1.300

   

Total activo

47.800

Total pasivo

47.800

Cuadro 3: Ejemplo de un balance de situación

Conviene hacer en este punto una breve referencia a un concepto importante en el análisis financiero, como es el del valor teórico contable. A partir de la cifra del patrimonio neto a la que nos hemos referido más arriba, es relativamente sencillo calcular qué parte de esa riqueza residual corresponde a cada acción. A este concepto se le denomina valor teórico contable (VTC), y es el resultado de dividir el importe del patrimonio neto entre el número de acciones de la empresa que están en circulación.

Supongamos en nuestro ejemplo que la empresa tiene en circulación 10.000 acciones con un valor nominal de 2 euros cada acción. Según los datos que presenta el balance de situación, el patrimonio neto de la sociedad ascendería a 30.500 euros (activo total – pasivo exigible), y el valor teórico contable de sus acciones sería de 3,05 euros por acción.

Hay que tener en cuenta que este VTC depende únicamente de los valores con los que se han consignado los activos y pasivos en los estados contables (y que no tienen por qué parecerse a sus valores reales). Además, el valor de mercado que alcancen realmente las acciones estará seriamente afectado por las percepciones de los inversores no sólo sobre la situación de la empresa, sino también sobre el marco económico general. El VTC es, en definitiva, un concepto contable, y es independiente del precio al que se negocian realmente las acciones.

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