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El análisis del riesgo y de la rentabilidad

El análisis de la situación de la empresa se puede abordar desde distintas perspectivas, según cuáles sean los intereses del usuario de la información contable. Los proveedores, por ejemplo, estarán interesados en evaluar la capacidad de la empresa para hacer frente a sus obligaciones financieras a corto plazo, sin prestar demasiada atención a la rentabilidad, mientras que al posible accionista le interesará conocer la rentabilidad histórica de la empresa, sin preocuparse demasiado por la capacidad de ésta para satisfacer sus deudas a muy largo plazo.

Conviene precisar, no obstante, que cualquier análisis de la información financiera de una empresa debe tener en cuenta ciertos factores exógenos como la situación económica general o las características del sector al que pertenece la empresa. Al mismo tiempo, el usuario deberá conocer los criterios que han guiado la elaboración de los estados contables de la empresa.

En cualquier caso, el análisis financiero de una empresa podrá atender a múltiples aspectos que nosotros agrupamos en dos grandes perspectivas. Podrá estudiar el riesgo financiero asumido por la empresa, o dicho de otro modo, su capacidad para cumplir los compromisos financieros que ha asumido. Pero podrá además enjuiciar el nivel de rentabilidad que alcanza la empresa con relación a la cantidad de recursos que emplea.

Por otra parte, el análisis del riesgo financiero podrá recaer en un horizonte temporal inmediato (análisis de la liquidez) o bien centrarse en el largo plazo (análisis de la solvencia). Podemos, de este modo, identificar las tres áreas que son básicas para el análisis financiero:

  1. Análisis de la liquidez: evalúa las posibilidades de la empresa para cumplir los compromisos financieros que vencen a corto plazo.
  2. Análisis de la solvencia: valora la capacidad de la empresa para hacer frente a sus compromisos financieros en el largo plazo.
  3. Análisis de la rentabilidad: investiga la capacidad de la empresa para generar rentas con las que retribuir a todos los agentes que invierten, de un modo u otro, recursos en la empresa.

Existe, sin embargo, una íntima relación entre estas tres áreas de trabajo, dado que si una empresa no es capaz de generar en el futuro la suficiente rentabilidad, acabarán surgiendo problemas de liquidez que afectarán a todas sus deudas, en el corto y en el largo plazo.

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