Los usuarios de la información contable pueden estar interesados en comparar los datos de una empresa con otras de similares características que compitan en el mismo sector. Pero las diferencias que suele haber en el tamaño de las empresas dificultan esta tarea. Una manera de superar este inconveniente es mediante el cálculo y la comparación de las ratios.
Una ratio es siempre una proporción (un cociente) entre dos variables que se justifica porque entre estas variables existe alguna relación que interesa investigar.
Una clara ventaja de las ratios es que permiten la comparación –entre empresas o entre distintos periodos de la misma empresa– puesto que al expresar una proporción neutralizan el efecto del tamaño. Por este motivo, las ratios se han aplicado con profusión en todas las áreas de análisis que hemos mencionado: liquidez, solvencia y rentabilidad.
Un tipo particular de ratios es el que analiza la información contable en forma vertical transformando el valor de cada elemento del balance o de la cuenta de resultados en un porcentaje calculado sobre la suma de todas las líneas del estado contable.
En otras ocasiones puede ser de interés analizar las variaciones de alguna variable a lo largo de un periodo. Una forma sencilla para hacerlo es el llamado método de los índices. Este método consiste en tomar el valor de una variable en un año base que sirve como referencia y al que se le asigna el valor 100, para ir aumentando o disminuyendo proporcionalmente el valor de la variable a lo largo de la serie de años considerada.
Aunque el análisis de ratios presenta claras ventajas, cuenta también algunas limitaciones que es preciso considerar. En primer término, el análisis de ratios está llamado a heredar las deficiencias que antes referíamos como inherentes a los estados contables (valores históricos de los activos, subjetividad en la estimación de ciertas partidas de gastos, etc.).
Pero tal vez la limitación más severa de esta herramienta sea la ausencia de una adecuada normalización terminológica a la hora de definir las variables que relacionan. Así, términos tan habituales como liquidez, solvencia, flujos de caja, rentabilidad, etc. pueden tomar significados diferentes según el analista. Por esta razón, cuando se acude al análisis de ratios conviene precisar cuál es el significado que se atribuye a cada expresión.
En este mismo sentido, la comisión de expertos que confecciona el libro blanco recomienda al órgano regulador sistematizar el análisis de ratios, mediante su oportuna estandarización, elaborando normas detalladas que determinen su significado, cálculo y presentación.