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Planteamiento inicial
La auditoría de recursos humanos, como ya hemos comentado, puede variar en función de los objetivos que la compañía persiga con la misma. Por consiguiente, se puede llevar a cabo parcialmente. Aún siendo global, es decir que cubra toda la gestión del departamento, el ámbito que abarque y la profundidad en el nivel de análisis dependerán de las funciones del Departamento de Recursos Humanos auditado. A continuación, exponemos una perspectiva que considera tanto la auditoría estratégica –es decir, si las políticas y programas de recursos humanos son coherentes con la estrategia de la organización– como la auditoría de la gestión del Departamento de Recursos Humanos (que se hace y cómo), los resultados de la misma (qué se consigue con ello), el impacto que esta gestión tiene en las personas (valoración de los clientes del servicio recibido) y la auditoría de costes.
Definimos estrategia de empresa como el conjunto de decisiones tomadas por la Alta Dirección que definen el curso de acción que hay que seguir y tienen consecuencias a largo plazo. Básicamente, la Alta Dirección, teniendo en cuenta el entorno y las características y condiciones internas a la organización, conduce a la empresa de la situación actual a una situación de futuro, que es la deseada, por medio de la estrategia. Por tanto, cada departamento, entre ellos Recursos Humanos, definirá unas políticas, que serán las pautas que indican cómo se debe actuar desde su ámbito para dar soporte a dicha estrategia. A su vez, de estas políticas se derivarán programas o planes de acción que ayudarán a traducir las políticas a realidades. Si esos programas son efectivos, obtendrán los resultados deseados al mínimo coste. La auditoría de recursos humanos se puede enfocar desde diferentes perspectivas:
Auditar la coherencia incluye también comprobar si las políticas y programas de cada una de las distintas funciones del departamento están integradas. Es decir, si los mensajes que se lanzan y las acciones que se ejecutan, desde selección, formación, comunicación, etc. son consistentes entre sí y si se aprovechan para generar sinergias.
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Estamos ya en este punto, mostrando cómo para poder detectar áreas de mejora y recomendar acciones correctoras o sugerir nuevas formas de actuación es necesario comprender el entorno en el que se llevan a cabo las prácticas de recursos humanos y analizar los datos en su conjunto. Ambas cuestiones son fundamentales si no queremos auditar de forma superficial y quedarnos con un conjunto de ratios o datos que no nos aportan información suficiente.
El ámbito de la auditoría se puede abordar tanto desde una de estas perspectivas, como desde la combinación entre algunas de las mismas, por ejemplo: estrategia y resultados, gestión e impacto o gestión, resultados y costes. Los distintos enfoques responderán a diferentes interrogantes.
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