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Edición electrónica o digital
Una publicación electrónica es aquella que se ha producido y distribuido por medio de sistemas electrónicos, y que necesita un dispositivo informático para ser interpretada y leída, como por ejemplo la pantalla de un ordenador. Con este sentido, también se utiliza el término digital, que pone más énfasis en la forma de registrar la información. Así pues, una cinta de casete es un documento electrónico, pero no digital. Quizá este último ejemplo correspondería a una acepción más rigurosa.
La información digital tiene que almacenarse en formato binario, en soportes magnéticos u ópticos, y debe ser interpretada por un ordenador si queremos consultarla. Hay un amplio abanico de documentos digitales, como por ejemplo una base de datos, una sede web en Internet, un CD-ROM, etc.
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Las diferentes características que definen la información digital fueron muy bien apuntadas por: Cristòfol Rovira (1988). La documentació a l'era de la informació. Barcelona: EDIUOC. A continuación, seguiremos estas características.
Por una parte, tendremos que diferenciar entre las dos características fundamentales de la información digital:
- Tiene un formato binario, es decir, se almacena gracias a los bytes en soporte magnético u óptico.
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Es computable. Puede procesar la información digital informáticamente. De esta manera, se ahorran muchos procesos repetitivos, tiene lugar una mejor interacción de la información en su contenido y es posible acceder a ella por diferentes vías.
Por otro lado, la información digital presenta los rasgos siguientes:
Se puede actualizar de forma rápida y eficaz, y sin que comporte costes elevados. No es lo mismo actualizar una enciclopedia en CD-ROM que en papel. Pensad que en papel muchas veces es necesario hacer anexos, porque no se puede intercalar texto dentro del material ya publicado (evidentemente, esto resulta mucho más caro).
Permite una interacción
con el usuario muy elevada. Ésta es otra característica fundamental, ya que posibilita que la información esté contenida en un documento abierto donde el usuario decide qué es lo que quiere y en qué momento, y hacia dónde dirigirse. En síntesis, se trata de un documento muy flexible.
Ofrece al usuario una navegación adecuada, ya que los materiales se diseñan para facilitar diferentes itinerarios o vías de acceso a los contenidos, que podrán ser libres o prefijados. En este sentido, la información digital incorpora las capacidades del hipertexto, ya que posibilita una lectura no secuencial del documento.
Permite buscar la información por diferentes accesos. Recuperar la información por cadenas que cumplan los requisitos de búsqueda es un rasgo fundamental de la información digital. Los métodos de recuperación de información facilitan la búsqueda de diferentes documentos relativos a un mismo tema, lo cual sería más laborioso de otra forma.
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En el proceso de implementación de la edición electrónica o digital, como señala Lancaster (1995), encontramos diferentes fases de desarrollo:
Una primera fase de aproximación, en la que sólo se utilizaba para generar e imprimir la publicación convencional en papel. Esto facilitaba el proceso de creación y tirada de diferentes ediciones con distintos formatos.
Una segunda fase que consistía en distribuir en formato digital una copia exacta de la publicación en papel. Se creaban versiones electrónicas para facilitar el uso de la información, pero en esta fase aún no se explotaban las opciones del soporte digital. Servía para imprimir más que para distribuir.
Más adelante, ya no se hacen necesariamente versiones previas en papel, pero se continúa sin aprovechar al máximo las posibilidades y las ventajas del soporte digital.
Finalmente, el documento digital se genera con la intención de que sea explotado con todas las posibilidades del soporte. Se utiliza el hipertexto y la aplicación de entornos multimediales. En esta fase nos encontramos con dos vías totalmente diferentes: la primera hace referencia a la dependencia que se mantiene del soporte papel como base sobre la cual se hacen ediciones digitales, aunque se enriquece con nuevas perspectivas, y en la segunda se generan nuevas publicaciones ya diseñadas para que se editen digitalmente y que se enmarcan perfectamente en la publicación digital en todas sus fases.
De este modo, en la edición electrónica o digital debe verse una forma nueva de creación, donde la existencia de documentación en papel no tiene que interferir en este proceso, ni en aspectos formales ni descriptivos. Editar digitalmente no consiste en pasar un documento en soporte papel a un nuevo medio más dinámico. La creación de documentos digitales tiene que concebirse desde nuevos puntos de vista y nuevas posibilidades, sin que el papel o la impresión impliquen un lastre permanente.
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