No es objetivo de este curso profundizar en esta dialéctica, y entre las lecturas
recomendadas hay material para la Reflexión.
Lo que nos interesa es destacar que el modelo de democracia directa se basa en el
ejercicio directo de los derechos democráticos por parte de los ciudadanos, mientras que
la democracia representativa aboga por la delegación de parte de estos derechos a unos
representantes políticos.
Las dimensiones y la complejidad de los estados modernos han jugado a favor de la
democracia representativa, la que ejercemos por ejemplo a la hora de escoger
representantes políticos. Las democracias directas se desarrollan preferiblemente en
ámbitos más restringidos, como pueden ser las asociaciones privadas.
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Con el desarrollo de
Internet los ciudadanos cuentan por primera vez con una herramienta que, a priori, puede
combinar procesos de democracia directa con volúmenes de población y ámbitos
geográficos que hasta ahora quedaban restringidos a las democracias representativas. |
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Éste el punto básico de debate actual. Las posiciones
van desde la consideración de Internet como una dimensión al margen de la jurisdicción
de los estados (con la vieja guardia de la EFF y la Declaración de Independencia del
Ciberespacio a la cabeza) a los intentos de jurisdicción y de extensión de servicios
llevados a cabo por diversos organismos gubernamentales del "mundo físico". Con
toda una escala intermedia de grises.
Mucho más que votar
Este debate tiene como aliciente añadido el hecho de que se produce en un momento en
que casi todas las democracias representativas de los países desarrollados viven un
proceso de degradación pública que algunos politicólogos han denominado ya
"demoesclerosis". Las prácticas democráticas actuales no sólo precisan un
cambio o una adaptación al ciberespacio, sino que el debate está afectando los propios
fundamentos del ejercicio actual de la política.
Recordemos que la actividad política se cristaliza en dos procesos bastante
diferenciados entre si:
- La deliberación, toma de decisiones y seguimiento de la ejecución de las resoluciones.
Ciudadanos e instituciones interactúan a través de partidos políticos, lobbies de
presión, manifestaciones, procesos electorales, aparato legislativo, ejecutivo y
judicial. Las vías de comunicación entre representantes y representados pasan
mayoritariamente por los medios de comunicación de masas.
- Las relaciones habituales entre los ciudadanos y las instituciones (procesos
administrativos y burocracia), que se resuelven principalmente en las ventanillas.
Por lo tanto, ahondar en la democracia electrónica no consiste simplemente en
organizar un sistema de votación en formato digital. El tele-voto es un aspecto
interesante que puede ser útil en temas como la toma rápida de decisiones colectivas, el
ejercicio del derecho al voto sin tener que acceder hasta una urna física, etc. Pero este
es sólo un punto en el proceso.
Tal y como describe Pierre Lévy, la democracia electrónica...
...no consiste en hacer votar instantáneamente unas masas de gente separadas
sobre unas propuestas simples que les serían sometidas por algún demagogo electrónico,
sino en incitar a la elaboración colectiva y continua de los problemas y a su resolución
cooperativa, concreta, lo más cerca posible de los grupos afectados.
Tomás Maldonado realiza una cuidadosa disección de los instrumentos de poder de la
democracia y pone el acento en el hecho de que no se puede hablar de derechos políticos
reales sólo por el hecho de poder votar.
Es cierto que el poder político reside en el voto y que es muy importante la capacidad
de recibir informaciones y opiniones diversas para deliberar. Pero no se debe obviar la
importancia de la capacidad de opinar e informar y, sobretodo, de definir la agenda
política, la lista de temas a tratar.
Replantearse la democracia como sistema político (electrónico y/o no) comportaría
pensar sistemas para que los ciudadanos pudieran participar en todos los procesos
políticos ejercidos. Esto es, en la definición de la agenda política, en el intercambio
de información y opinión, en el debate, en la votación y en el seguimiento de la
resolución.
Llegados a este punto, podemos imaginar la complejidad del tema y la dificultad para
avanzar con pasos concretos. Aunque se estén dando pasos (experimentales, tentativos,
idealistas, de cara a la galería) de todo tipo. Pero hay movimiento por parte de los
defensores de las dos posiciones básicas:
- Los que desean ahondar en la democracia electrónica reforzando la legitimidad de los
organismos públicos.
- Los que desean ensayar las posibilidades de la democracia digital para disminuir -e
incluso eliminar- el alcance de los gobiernos literalmente terrenales.
La bibliografía y las webs recomendadas ofrecen múltiples ejemplos.
La teleadministración
Como hemos visto, otro capítulo del ejercicio de la democracia son las relaciones
habituales entre ciudadanos y administración. Si el desprestigio de la clase política es
uno de los catalizadores de la demoesclerosis, otro factor de desgaste de la imagen del
estado es la idiosincrasia y falta de agilidad de su burocracia.
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No es que las
administraciones funcionen peor ahora que antes, sino que la paciencia y resignación de
los usuarios está disminuyendo. |
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Las instituciones ya han dado los primeros pasos al
respecto. La primera muestra de apoyo al uso administrativo de las redes telemáticas lo
dio la Casa Blanca en 1994. Cinco años después vemos en nuestro entorno inmediato como
casi todas las administraciones han dado pasos al respecto, si bien bajo una cierta
desorientación y una presión electoralista lógica si tenemos en cuenta que estamos
hablando de un tema de moda como es Internet. Entre los pasos iniciados cabe destacar la
abertura de buzones electrónicos de cargos políticos, el acceso a los diarios oficiales
y a la información pública de convocatorias y subvenciones, así como el pago de
impuestos y de multas.
Queda, igualmente, un largo camino por recorrer.

Democracia electrónica en entornos digitales
Deberíamos dedicar también nuestra atención a la democracia electrónica practicada
en entornos netamente digitales, como pueda ser una comunidad virtual:
Existen procedimientos democráticos normativizados y llevados a cabo mediante
votación, como por ejemplo la creación de un grupo de noticias (newsgroup) y USENET.
Existen también diversas aplicaciones que facilitan la emisión y recuento de votos
electrónicos en el seno de una lista de correo o una comunidad digital más compleja.
No obstante, las votaciones no son una práctica habitual en Internet, e incluso dentro
de USENET se ideó un sistema alternativo para crear grupos de noticias sin que fuera
necesaria votación alguna.
Podemos entender esta tendencia a partir de dos motivos básicos: