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Sincronía y asincronía

La comunicación humana ha evolucionado ligada a innovaciones tecnológicas que han permitido la superación de los límites espaciales y temporales característicos de las situaciones presenciales. Desde la creación de la escritura, más tarde con la prensa y todos los soportes que permiten el almacenamiento estable de los mensajes, se ha pretendido conseguir una comunicación diferida en el tiempo y en el espacio. En la época moderna, el deseo de conseguir una transmisión instantánea de mensajes entre interlocutores separados espacialmente se ha satisfecho, en gran parte, con la electricidad y, sobre todo, con la telemática y las redes de ordenadores.

Hasta la aparición de la radio y la televisión, a principios y mediados del siglo XX respectivamente, la prensa había disfrutado del monopolio de transmitir la información más reciente. Sin embargo, la adecuación de los nuevos medios electrónicos a la transmisión inmediata de información relegó a la prensa a una tarea de mayor análisis, y quedó excluida del ciclo de información de última hora. A cambio, la prensa mantuvo un carácter de mayor perdurabilidad, otorgando a sus lectores la soberanía de decidir cuándo deseaban consultar la edición diaria. Para la prensa la publicación en la web representa la reducción del tiempo entre la emisión del mensaje y su recepción, o la consecución de la simultaneidad en la publicación, es decir, se hace posible publicar en "tiempo real".

Por otra parte, la web dota a la radio y a la televisión de la capacidad de almacenar sus programas –hasta entonces evanescentes– y permitir a los usuarios que accedan a ellos cuando lo deseen. De manera que la web conjuga dos dimensiones de la temporalidad que hasta el desarrollo de esta tecnología no se habían dado unidas: la publicación o emisión en tiempo real y la capacidad de añadir permanencia a la información. La comunicación en Internet se transmite a una velocidad sin precedentes, pero también puede consumirse con retrasos sin precedentes. La combinación de la sincronía y asincronía representa uno de los mayores retos para las publicaciones en línea.

En la web los medios de comunicación se enfrentan al reto de combinar el esfuerzo por la inmediatez o la publicación en tiempo real con el carácter asíncrono del medio, en el que el usuario decide el momento de la consulta. Esta necesidad de combinar ambas características plantea una serie de cuestiones acerca de las cuales las publicaciones tienen que tomar decisiones.

Inmediatez de la publicación

El potencial de la web para permitir la publicación de la información en tiempo real representa la oportunidad de actualizar la información durante las 24 horas del día. En virtud de la inmediatez, las publicaciones en la web pueden publicar nuevas versiones de la información constantemente y, del mismo modo, corregir los fallos o inexactitudes que se pueden derivar de un énfasis en la rapidez. Esta posibilidad de revisión constante, bien sea para corregir errores o simplemente para actualizar datos, contribuye a que el proceso de edición de las noticias se haga, de alguna manera, transparente para los usuarios.

Citació

El verdadero pecado fue que desnudaron, para que todos lo vieran, cómo se hacen las noticias. Como la elaboración de salchichas o la de la legislación, el proceso puede ser horrible. Se recogen hechos, rumores e intuiciones y se encajan en el rompecabezas de la narrativa. Editores y reporteros mueven las piezas para ver si consiguen una estructura con sentido. Mientras tanto, la competencia hace lo mismo. La primera organización que completa el rompecabezas, gana la exclusiva y los lectores.

Shafer, J. (1998). "‘The Web Made Me Do It’". The New York Times (15 febrero).

El énfasis en la actualización y revisión supone un cambio en las organizaciones informativas que pasan de elaborar un producto definitivo, a mantener un medio en progreso continuo. El usuario puede apreciar cómo se añade a las noticias información actualizada, declaraciones o mapas, como si se asistiera in situ a un día cualquiera en una redacción de un medio tradicional, en la que se puede observar la evolución del material que integrará la siguiente edición informativa.

Ejemplo
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El aumento de la transparencia no está exento de inconvenientes, puesto que al multiplicarse los ciclos informativos se reduce el lapso de tiempo dedicado a la reflexión y verificación previo a la publicación, de forma que aumenta la probabilidad de publicar rumores o información no verificada lo suficientemente. Por otra parte, al sustituir el producto finalizado y completo de la versión impresa por una edición en línea continuamente revisada, es difícil determinar qué versión es la definitiva y cuándo se puede exigir que se publiquen correcciones.

Archivos

La web aparece como un medio con capacidad de almacenamiento ilimitada y con acceso generalizado de los consumidores, por lo que los periódicos enseguida se plantean el almacenamiento de sus propios archivos en la web. Ante las escasas vías de financiación existentes para las ediciones en línea de los periódicos, la estrategia del cobro por los archivos se generaliza a partir de 1998. De manera que, paradójicamente, mientras se comprueba la dificultad de cobrar por la información actualizada, el pago por acceder a la información de archivo se establece como una constante.

La disposición del material de archivo en la web posibilita a las publicaciones en línea complementar la información de actualidad con enlaces a material de archivo, para ofrecer paquetes de información que integren la evolución de un tema concreto en un periodo de tiempo. Las publicaciones en línea utilizan esta capacidad al ofrecer un listado de noticias relacionadas, en los especiales informativos sobre temas importantes, o en los enlaces desde dentro de las propias noticias. En estos casos, la información de archivo, a la que de otro modo sólo se podría acceder pagando, pasa a ser gratuita para el usuario.

A pesar de los beneficios que puede reportar la presencia de los archivos en la web tanto para las publicaciones tradicionales como para los usuarios, su gestión no está exenta de problemas. Aunque en la web toda la información publicada está digitalizada y es susceptible de ser recuperada mediante búsquedas, es necesario organizar el sistema de almacenamiento y recuperación de la información y el sistema de cobros. En realidad, estas cuestiones se pueden solucionar subcontratando la gestión de los archivos a otras empresas. Sin embargo, en un medio de carácter mudable como la web, lo más difícil es saber qué se archiva.

Tomemos como ejemplo el caso de las ediciones en línea de los periódicos. Si se decide archivar el contenido publicado en línea, es necesario determinar qué contenidos se archivan: toda la edición de un día –es decir, el sitio web completo con todas sus páginas–, sólo la primera página, o sólo las noticias y artículos publicados, sin el contenido de los foros y las áreas de charla, las encuestas, los concursos, y otras aplicaciones interactivas y multimedia. Otra cuestión importante es decidir si el material en línea se archiva junto con el material que se ha publicado en la versión impresa, o constituyen dos bases de datos diferenciadas.

Cuando la actualización del producto periodístico en línea se realizaba una vez al día, la permanencia del material estaba garantizada al menos por un día, pero cuando la actualización es continua, además, es necesario definir qué versiones de las noticias se archivan. No se trata sólo de una cuestión de almacenamiento a largo plazo, sino para días o incluso horas más tarde de que el documento se haya publicado.

De hecho, en las ediciones de los periódicos en la web, en muchos casos, es difícil encontrar el contenido de la edición impresa de ese mismo día. Para los lectores de la versión impresa, los pactos de lectura típicos del papel desaparecen en la web, porque la relación entre ambas versiones es una relación entre producto y proceso, entre permanencia y movilidad. Más allá de que la organización de los contenidos en la web, la mayor parte de las veces categórica en vez de jerárquica –como en el papel– pueda ocasionar desorientación, hay que tener en cuenta la permanente actualización de la edición que conlleva la sustitución de las noticias que se presentan de forma destacada por otras más recientes. Para paliar este desajuste en la presentación de los contenidos en ambas ediciones, diversos periódicos incluyen entre sus opciones en línea el acceso a una edición que sigue la presentación de contenidos del papel.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que las ediciones en línea de los periódicos, además de documentos, incluyen modelos de tráfico conversacional, cuyo almacenamiento para su posterior consulta también hay que considerar. Las aplicaciones asíncronas como los foros llevan implícita la exigencia del almacenamiento de mensajes, al menos mientras el foro esté activo. Una vez desactivado, los periódicos deberán tomar sus decisiones acerca del archivo de las discusiones. Sin embargo también los modelos de comunicación síncronos como las áreas de charla, al estar incluidos dentro de un modelo más amplio que es consultivo –el usuario decide el momento en que consulta el material– plantean la exigencia de almacenamiento para su posterior consulta de un modo asíncrono.

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