El error sistemático o sesgo, aparece cuando se introduce un error en el diseño del trabajo, ya sea en la selección de los individuos, en la información recogida o en su análisis, de forma que se produzca una diferencia sistemática entre los grupos, no atribuible al factor que se está estudiando.
A diferencia de lo que ocurre con el error aleatorio, no se atenúa al aumentar el tamaño de la muestra, y una vez introducido, es prácticamente imposible de remediar en la fase de análisis. Este tipo de error va muy ligado al concepto de validez.
Los sesgos que se puede producir durante la medida del efecto de las intervenciones se agrupan en dos tipos: los sesgos de selección y los sesgos de información.
Un sesgo de selección puede ocurrir en numerosas circunstancias relacionadas con la forma en que los individuos son identificados y seleccionados para el estudio.
Los sesgos de información ocurren cuando la información sobre la enfermedad o la exposición se recoge de forma sistemáticamente diferente entre los grupos de estudio.