- La comunicación
Asegurar una buena comunicación en ambos sentidos. Para conseguirlo hay que crear un buen clima de diálogo, una atmósfera constructiva, que genere un sentimiento "de estar analizando de forma conjunta algo que interesa a ambos". El empleado no tiene que relacionar la entrevista con la idea de un juicio o un examen.
- La motivación
Mostrar la entrevista de valoración como algo interesante y positivo para la persona evaluada. Aprovechar los puntos fuertes del empleado como refuerzo positivo. Felicitarlo cuando es necesario.
- La no directividad
Procurar que el empleado exprese sus sentimientos y sus puntos de vista, y que aporte sus propias soluciones a los problemas.
- La concreción
Especialmente importante en el análisis de los puntos débiles y a la hora de determinar un plan de acción.
- La discreción
Especialmente al aportar la propia opinión con respecto a los puntos débiles de la persona interesada. Hay que calcular con mucho cuidado las cualidades de cada persona con vistas a su autovaloración y no darle detalles sobre elementos que no pueda asumir. Es mejor ayudar al empleado a autovalorarse que hacerlo por él.