Es muy importante preparar la entrevista, sobre todo si ha pasado mucho tiempo desde la última vez que se hizo una evaluación. También es importante que la preparación y el desarrollo de la entrevista se hagan tan cercanos en el tiempo como sea posible, porque de esta forma los datos aún están frescos en la memoria.
Hay que preparar los aspectos formales de la entrevista:
- El lugar: tiene que ser cómodo y tranquilo.
- El tiempo: no tiene que haber molestias ni interrupciones, hay que disponer de suficiente tiempo y hay que ser puntual.
Una entrevista conseguirá mejor los objetivos que se propone si no se producen interrupciones y no se tiene la sensación de que hay prisa por terminar. La persona que entrevista no debe tener otra preocupación prioritaria en la cabeza.
Cuando se elige el momento, es importante que la relación con la persona entrevistada sea todo lo cordial que se pueda. Si el entrevistado ha tenido algún fracaso recientemente o alguna discusión con una persona con cargo superior al suyo, es mejor esperar un cierto tiempo.
Hay que evitar a toda costa las interrupciones, ya sean de forma directa o por teléfono, no sólo para evitar distracciones, sino también como muestra del valor que la persona que entrevista da a ese momento. Por la misma razón, hay que fijar un tiempo suficiente para la entrevista y empezarla de forma puntual.