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Viabilidad del proyecto

En el momento de definir las especificaciones del proyecto se tiene que decidir si éste es viable o no, dependiendo de cómo se plantee, puesto que el hecho de continuar adelante con un proyecto mal planteado resultaría desastroso.

La viabilidad tiene que enfocarse desde varios puntos de vista: los técnicos, los económicos y los legales.

Viabilidad técnica

A pesar de que en esta fase no se ha especificado lo suficiente cuáles serán las herramientas utilizadas o cómo se realizarán, conviene plantearse ahora lo siguiente:

  • ¿Podrá utilizarse el sistema para que realice las funciones requeridas con las restricciones existentes?
  • ¿Se dispone de la tecnología necesaria?
  • Si se tiene que desarrollar tecnología nueva, ¿qué riesgo se corre?
  • ¿Admitirá el producto la tecnología actual?

Contenido complementario

Para estudiar la viabilidad técnica, los riesgos y la complejidad del proyecto, es conveniente desarrollar un modelo a partir del mundo real o de una aproximación basada en los objetivos del sistema.

Viabilidad económica

No sólo se trata de analizar si el saldo coste-beneficio será positivo, sino de integrar el nuevo producto en la futura estrategia de la empresa y de estudiar cuáles serán los ingresos a largo plazo, el impacto en otros productos y centros de explotación, qué estrategia de mercado exigirá y cuál será su coste.

Viabilidad legal


Reflexión

El personal técnico suele rehuir este tema. Sin embargo, se deben analizar con detenimiento cuáles son los contratos que implica el desarrollo del producto nuevo, las responsabilidades de cada parte, las infracciones, la legislación que pueda existir sobre el tema concreto, las patentes, etc.

Tras haber concluido el análisis de viabilidad, tendremos que decidir si continuamos el proyecto o lo detenemos. Aunque éste no será el único momento en que tomaremos una decisión de este tipo, un buen análisis nos evitará perder mucho tiempo y recursos.

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