Si recordamos, la definición de conocimiento que mejor nos permitía enfocar la gestión de éste hacia la creación de valor, hacia la creación de una ventaja competitiva para la organización, es aquella que define el conocimiento como la capacidad de resolver un determinado conjunto de problemas con una efectividad determinada. Esa resolución puede llevarse a cabo en equipo. De ahí que sea importante detectar los grupos que se hacen cargo de la resolución de los distintos problemas clave y planificar sus necesidades de formación para alcanzar los conocimientos que necesitan, ahora y en el futuro.

Para encontrar los distintos segmentos deberemos conocer el tipo de conocimiento que cada problema requiere y las personas que se asignan para resolver cada problema. Si el problema 1 requiere de los conocimientos A, B y C, y el problema 2 requiere de los conocimientos B, D y E, las personas que se encargan de resolver el problema 1 y las que se encargan de resolver el problema 2 forman un segmento cuya necesidad es el conocimiento B, lo que no impide que cualquiera de ellas entre en otro segmento unido por la necesidad de otro conocimiento.