Ante un problema o conflicto, podemos imaginar escenarios que nos permitan analizar las posibles consecuencias de las diferentes soluciones propuestas.
Cuando hablamos de escenarios no hablamos de adivinar el futuro, sino más bien de realizar un salto hacia el futuro. De hecho, es como explicar cuentos. Nos imaginamos una serie de historias y posibilidades. Lo que sí necesitamos es tiempo para no precipitarnos y saltar a conclusiones demasiado deprisa.
Etapa 1. Afinar nuestros propósitos
Los escenarios pueden funcionar si hay un compromiso real con lo que estamos debatiendo. Tener claro lo que queremos es vital. A veces, el solo hecho de tener una visión más clara ya es una parte del problema resuelta.
Etapa 2. Entender las fuerzas conductoras
Podemos resumir las fuerzas en dos categorías: las predeterminadas y las inciertas.
Las predeterminadas son las que pueden preverse más fácilmente. Por ejemplo, a partir de la demografía de una región o país podemos saber cuánta gente de más de 65 años habrá en un momento determinado.
La mayoría de fuerzas son inciertas. Por ejemplo, saber cuánta gente habrá conectada a Internet en el año 2.005.
Que sean inciertas no quiere decir que no puedan ser analizadas. Aquí se necesita un trabajo de equipo y de búsqueda, en el que se pueda ir aportando elementos de análisis que nos ayuden a ver las posibilidades que hay. Cuando comenzó la comunicación por fax no era previsible que en pocos años habría comunicación electrónica. No obstante, en ese momento se podía analizar la posibilidad de que en el futuro hubiera nuevas formas de comunicación.
Etapa 3. Diseñar escenarios
Una vez tenemos claro lo que queremos y hemos analizado las fuerzas conductoras. podemos comenzar a diseñar escenarios. Casi como quien explica una historia. No se trata de que cada escenario sea posible, se trata de hacer un ejercicio en el que juegan la realidad que conocemos, las fuerzas conductoras y la creatividad.
A medida que podemos disponer de diferentes escenarios, los podemos analizar y ver los pros y contras. En esta etapa es cuando "visualizamos" lo que podría ser el futuro.
El ejemplo del envío de mensajes escritos a través de los teléfonos móviles es totalmente válido en este caso. Seguramente, al principio el escenario de comunicar por escrito vía teléfono podía parecer improbable, pero posible.
Etapa 4. Estrategias, ensayos y conversación
No es bastante tener escenarios, hay que diseñar una estrategia para cada uno de ellos y con eso nos damos más cuenta de su complejidad a la hora de aplicarlos. A veces, se puede incluso llegar a "ensayar" cada uno de ellos de forma práctica o gráfica.
Insistimos en la conversación. Discutir e intercambiar impresiones es vital para llegar a escenarios cercanos a la realidad. De hecho, en la resolución de problemas y en la toma de decisiones la conversación, la comunicación es un elemento clave.
(Adaptación de un trabajo de Art Kleiner en 'The fifth discipline fieldbook')
