Inicio Atrás Adelante Los Sarcófagos
 

En las cajas mumiformes de finales de la dinastía XX el difunto, otra vez idealizado, es representado en posición osiríaca. El vínculo existente entre la parte superior y la inferior del ataúd se rompe, todos los espacios se rellenan con viñetas y el número de bandas laterales inscritas aumenta. En esta época los tableros de momia ya no son sino una copia de esta caja mumiforme tan ornamentada.

En cuanto a los sarcófagos, los de la dinastía XVIII están decorados con figuras de distintas divinidades. La iconografía más habitual es aquella en la que Isis y Neftis figuran, respectivamente, a los pies y a la cabeza del sarcófago o bien aquella en la que las cuatro diosas funerarias ocupan las esquinas y extienden sus brazos a ambos lados del sarcófago en señal de protección. En cada uno de los lados se disponen dos de los Cuatro hijos de Horus acompañados de otras divinidades funerarias (generalmente Anubis). Unos pocos textos separan a cada una de las divinidades. Desde Tutanjamón, se dota a las cuatro diosas funerarias de brazos alados, lo que acentúa más la naturaleza protectora del gesto.

En la dinastía XIX las diosas ya no ocupan las esquinas del sarcófago, el cual va tomando ahora una forma exterior de cartucho (oblonga). La decoración exterior está constituida por viñetas y fragmentos de los diferentes libros funerarios aparecidos durante el Reino Nuevo.

Las tapas de los sarcófagos de este periodo siguen los modelos anteriores. Tienen forma de santuario per-ur o son planas - aunque en este segundo caso el borde adopta un perfil ligeramente redondeado - o bien están talladas con la figura del difunto. En la parte interior de la tapa suele representarse a Nut, la cual además puede estar, a menor escala, sobre la cara exterior por encima de la inscripción que recorre longitudinalmente la tapa.

4.5 El III Periodo Intermedio

Los ataúdes reales de la dinastía XXI siguen los mismos modelos del Reino Nuevo. Exteriormente muestran el diseño de caja rishi. Las figuras de divinidades aladas se multiplican sobre la tapa: un buitre por debajo del collar y dos halcones en la parte media del tronco. En el tablero de momia las manos del rey sostienen los cetros reales y un halcón con cabeza de carnero adorna el tórax. Las bandas de inscripciones que separan las escenas siguen apareciendo con las fórmulas de protección de las divinidades.

De la dinastía XXII es un nuevo tipo de caja que se caracteriza porque el rostro del difunto es substituido por la cabeza de un halcón, al tiempo que se abandona el plumaje como ornamentación para el cuerpo. Sobre el pecho se coloca la imagen de un carnero alado. Las cajas interiores son iguales a las exteriores.

En los ataúdes no reales es común la presencia de dos sarcófagos antropomorfos de madera y un tablero de momia. Tanto la decoración como la forma de las cajas son muy similares a las de finales del periodo ramésida. El color del ataúd sigue siendo amarillo pero, a diferencia de los ejemplares del Reino Nuevo, las figuras de la decoración están modeladas en yeso y pintadas imitando incrustaciones. La figura de Nut alada aparece sobre el pecho; por debajo de éste, escenas relativas al renacimiento del difunto se mezclan con otros temas anteriores, como los de los Hijos de Horus, Hathor o el difunto presentándose ante Osiris. El interior está decorado sobre fondo rojo oscuro, la espalda del difunto reposa sobre la figura de una diosa que está representada de perfil o un pilar dyed y las paredes laterales interiores se llenan con figuras de dioses. A finales de la dinastía XXI solía colocarse en la cabecera del difunto la figura de su ba.

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