Inicio Atrás Adelante Los Sarcófagos
 

En las cajas confeccionadas en el sur del Alto Egipto la decoración se concentra en el exterior. Son frecuentes las escenas en las que aparecen figuras humanas realizando ofrendas o actividades de la vida diaria. Este desarrollo estilístico siguió hasta finales del Reino Medio, si bien con una complejidad creciente en la composición de la decoración exterior.

Durante la dinastía XIII continuaron utilizándose los ataúdes en forma de santuario per-nu; el rasgo más característico es el color negro de los paneles exteriores.

A finales de esta dinastía aparecieron las primeras cajas antropomorfas que envolvían completamente al difunto. Es muy probable que su origen estuviera en las máscaras de cartonnage que cubrían la cara de las momias del I Periodo Intermedio y principios del Reino Medio. Estos primeros ataúdes antropomorfos están asociados siempre a una caja rectangular policromada; dicho de otro modo, el sarcófago mumiforme no substituyó al ataúd. Dado que la función mágica de la caja mumiforme era substituir al cuerpo, ésta se colocaba en el interior del ataúd y, además, en la misma posición que ocupaba la momia, es decir, sobre el lado izquierdo vuelta hacia el panel de ojos. Puesto que este nuevo tipo de ataúd imita a la momia, y más particularmente el aspecto que ésta tenía una vez terminada la fase del vendado, su decoración consiste básicamente en reproducir el rostro y sobre el pecho se pinta un collar, un símbolo apotropaico. Las manos no aparecen representadas, ya que el último vendaje las ocultaba. La distribución de la decoración, con una banda horizontal que se extiende desde el collar a los pies, y las bandas verticales que rodean el cuerpo son una copia de las vendas que ataban el último sudario.

En cuanto a los sarcófagos del Reino Medio, las piedras más utilizadas son la caliza y la arenisca. En este periodo apareció un nuevo tipo de sarcófago construido a base de distintas piezas sueltas ensambladas; las imágenes están incisas y pintadas, y en general consisten en escenas domésticas o rituales. Aunque contamos para este periodo con sarcófagos en forma de santuario per-nu, se introdujo un nuevo tipo de sarcófago en forma de santuario per-ur. Otra novedad es el escalón exterior en la parte inferior de la caja. Este escalón conserva la tradicional decoración en paneles, mientras que en la parte alta de la caja únicamente están dibujados los dos ojos. Un segundo modelo de ataúd, que también apareció durante el Reino Medio, incluye en su interior un espacio para el equipo canopo. Se trata de un gran bloque tallado en cuarcita que se deposita en el suelo de la cámara funeraria y cuya tapa está formada por dos grandes piedras.

4.3 II Periodo Intermedio

Estilísticamente, los ataúdes no reales de principios del II Periodo Intermedio presentan leves diferencias respecto a los de finales de la dinastía XII.

En la dinastía XVII la caja mumiforme substituyó el ataúd rectangular que dejó de utilizarse. Esta transformación supuso una revisión de los temas decorativos porque los temas de los antiguos ataúdes rectangulares pasaron ahora a los mumiformes. Así, si los primeros ataúdes mumiformes eran una copia de la momia, los de la dinastía XVII presentan una gran variedad de modelos. Uno de los más significativos, conocido con el nombre de rishi, es aquel que representa al difunto como un pájaro con cabeza humana (en su forma de ba).

Tras la dinastía XIII no hay pruebas de que se utilizaran sarcófagos de piedra en los enterramientos. Tales sarcófagos reaparecieron durante la dinastía XVII. Combinan distintos motivos decorativos: en la parte inferior, rematada en cornisa egipcia, hallamos los consabidos paneles de reentrantes y la tapa imita la cubierta del per-ur.

Es poco lo que se conoce tanto de los sarcófagos como de los ataúdes de finales de la dinastía XVII. Una excepción es la caja rishi del rey Antef VI.

4.4 Reino Nuevo

Los ataúdes reales de la dinastía XVIII siguen las tradiciones de la dinastía XVII. El modelo es el de caja rishi, las proporciones corporales se aproximan más a la realidad y la parte superior de la tapa es más plana.





A mediados de la dinastía XVIII un equipo funerario típico comprende tres cajas, una dentro de otra. A pesar de que sólo nos ha llegado intacto el equipo de Tutanjamón, otros ejemplos conocidos de segundos ataúdes demuestran la existencia de equipos similares para otros reyes.

Los ataúdes no reales son mumiformes pero están decorados con los motivos característicos de las cajas rectangulares del Reino Medio. La ornamentación de la tapa consiste en una inscripción a Nut. Las bandas verticales inscritas a los lados de la caja contienen oraciones a las principales divinidades. El espacio entre las bandas verticales se pinta de blanco, aunque en algunos casos se han dibujado figuras de personas o de divinidades. Isis y Neftis aparecen, respectivamente, a los pies y a la cabeza de la caja.

Para datar los ataúdes mumiformes se recurre al color en el que están pintados. Los de principios de la dinastía XVIII (reinado de Tutmosis III) son blancos con una decoración polícroma. Entre los reinados de Hatshepsut y Rameses II son de color negro y los textos y las figuras son amarillas o están realizadas con láminas de oro. A la última parte de la dinastía XVIII y a los comienzos de la dinastía XIX corresponde un nuevo tipo caracterizado por una decoración polícroma sobre fondo amarillo.

Ataúd de la dinastía XIXDurante el periodo ramésida las manos cruzadas sobre el pecho se convirtieron en un rasgo estándar; su función es sostener los emblemas de la realeza. Era frecuente el uso de uno o dos ataúdes por persona.

En este mismo periodo se introdujo un nuevo elemento en el equipo funerario: el denominado tablero o cubierta de momia, que se colocaba directamente sobre el vendaje del cuerpo. Dos tipos diferentes de cubierta estuvieron en uso durante este periodo. La primera versión consiste en dos piezas separadas fabricadas en madera o en cartonnage. La parte superior comprende la máscara funeraria, el collar y la peluca. La parte inferior se decora del mismo modo que el ataúd, esto es, con la fórmula dedicada a Nut y con las bandas laterales inscritas con textos en los que se invoca a otras divinidades; las bandas dividen el espacio en compartimentos; en alguno de ellos se pintan escenas de ofrenda a varios dioses; los otros se tallan, lo que deja visible la momia. El segundo tipo de tabla de momia consta de una única pieza rígida de madera pintada y estucada. La representación del difunto es más realista, hasta el punto de que ya no se imita la momia sino que se le muestra como persona viva. Los hombres llevan un faldellín de lino, un manto o túnica y una corta barba; las manos descansan sobre los muslos o están cruzadas sobre el pecho. Las mujeres llevan un vestido plisado y diversas joyas; las manos descansan una a un lado sobre el muslo y la otra doblada sobre el pecho. Ocasionalmente este tipo de representación más realista puede encontrarse también sobre el ataúd.

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