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Fases de producción y profesionales de un producto multimedia – Fases del desarrollo
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Dividiremos la elaboración de un producto en diferentes fases, incluyendo el desarrollo propiamente dicho. Asimismo, no contemplaremos las fases de publicación y comercialización, y tampoco la de medida de satisfacción del cliente.
Las fases de producción son las siguientes:
La de contacto inicial con el cliente, sobre la que ya hemos hablado anteriormente, y que servirá para conseguir toda la información inicial que debe permitirnos tener una concepción ajustada para alcanzar los objetivos fijados por el cliente.
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La fase de producción, en que cada una de las áreas de trabajo desarrollará los contenidos y elementos necesarios para implementar el producto final. En esta fase se trabajará la interfaz gráfica, el contenido, los media, el sistema informático, etc. Para cada una de las áreas se establece una serie de tareas secuenciales y relacionadas con otras tareas de otras áreas. Precisamente por este motivo, la tarea de los coordinadores y del jefe de proyecto resulta fundamental.
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La fase de integración, en la que se integrarán los elementos gráficos y se relacionará el motor con las bases de datos. Esta fase se produce en paralelo con la fase anterior, por lo que también es necesaria una buena coordinación.
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La fase de prueba, que se realiza cuando hemos finalizado el desarrollo del producto y que se lleva a cabo con el fin de validar, desde diferentes perspectivas, que el funcionamiento del producto es el esperado: contenido, navegación, interfaz, etc. Por este motivo, es preciso que personas de diferentes perfiles y que, si puede ser, no hayan tomado parte en el producto, participen también en esta fase de prueba.
Durante estas fases hay que realizar una revisión paralela y continuada desde el inicio del desarrollo del producto hasta la fase de prueba final. Pocas veces una concepción inicial acaba siendo el producto final. Un proceso de trabajo en equipo permite detectar posibles carencias o mejoras en la concepción inicial que hay que tener en cuenta e introducir siempre que el proceso de trabajo y el calendario lo permitan.
Asimismo, también hay que establecer una comunicación periódica con el cliente para evitar sorpresas de última hora de ambas partes. El cliente debe ver cómo evoluciona el producto, y el jefe de proyecto debe percibir las reacciones del cliente frente al producto.
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