Este modelo propone que el comportamiento preventivo se fundamenta en las variables psicosociales. Parte de la idea de que una persona sólo adopta una conducta saludable cuando:
- está totalmente motivada.
- dispone de una buena información.
- se autopercibe como vulnerable al riesgo.
- vive la situación de forma amenazante.
- está convencida de la intervención.
- ve pocas dificultades para seguir las indicaciones.
Hay que destacar que estos factores son percepciones y creencias subjetivas. Aunque a menudo no se consideran importantes, vale la pena tenerlas en cuenta antes de poner en práctica intervenciones o programas preventivos, ya que, si trabajamos con grupos poblacionales poco sensibles al riesgo, es posible que no obtengamos el éxito deseado.
El modelo de creencias sobre la salud se ve obstaculizado por muchas limitaciones, ya que trabajamos sobre conceptos relativos y subjetivos que pueden modificarse a partir de factores imprevisibles. Resulta útil para trabajar comportamientos saludables con grupos de riesgo, pero en cambio, no se muestra tan acertado en la promoción de la salud.
La importancia del modelo de creencias sobre la salud radica en las consideraciones que los profesionales de la salud debemos efectuar antes de llevar a la práctica cualquier modelo de intervención.