El objetivo del análisis interno de la organización es descubrir sus
fortalezas y debilidades.
El objetivo del análisis externo de la organización es descubrir
oportunidades y amenazas.
El análisis interno trata de identificar la estrategia actual y la posición
de la empresa frente a la competencia. Deben evaluarse los recursos y habilidades de
la empresa, con una especial atención a la detección y a la eliminación de los puntos
débiles y potenciación de los puntos fuertes, así como la capacidad de resistencia
de la propia empresa, es decir, la fortaleza de la misma en el caso de que la
formulación estratégica falle.
El análisis externo supone determinar los factores estratégicos del
entorno, a fin de detectar las posibles amenazas y oportunidades para la empresa.
Así serán factores significativos de estudio los competidores actuales, su cuota de
mercado, los posibles competidores futuros, el desarrollo tecnológico, los sistemas
de información y comunicación, productos sustitutivos, etc.