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La Momificación |
Tras todas estas manipulaciones el cuerpo volvía a ser objeto de una segunda deshidratación, utilizando para ello de nuevo natrón. Este segundo tratamiento permitía la eliminación definitiva de los líquidos y grasas residuales que aún pudiera contener el cuerpo. Seguidamente éste era secado al sol; que el cadáver se depositara junto a una fuente de calor artificial es difícil de asegurar si tenemos en cuenta la escasez de madera en Egipto, aunque junto a ciertas tumbas de Deir el-Medina se han encontrado restos de grandes hogueras. Otra forma de realizar el secado final podría haber sido la aplicación sobre el cuerpo de una sábana impregnada de natrón.
Concluido el complejo proceso de desecación se hacía preciso dar un aspecto humano al cadáver. Para ello, éste era maquillado, untado con aceites y rellenado con paja y otras hierbas para darle volumen. Para cerrar el corte practicado en el momento de la evisceración se empleaba cera (raramente se suturaba) y, en las momias reales, se colocaba una placa que, como en el caso de los reyes de la dinastía XXII enterrados en Tanis, podía ser de oro. En las momias de Tanis las placas que obturan la incisión están decoradas con los Cuatro Hijos de Horus, guardianes de las vísceras. |
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