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Validez del análisis fundamental

Si el inversor busca la respuesta a los movimientos del precio de las acciones a plazos diarios o semanales, el análisis fundamental no es la respuesta adecuada. El objetivo temporal de un análisis de este tipo debe ser el medio plazo, unos seis meses, no el corto ni el largo plazo. En el corto plazo existen herramientas más útiles y que presentan mejores resultados, como es el análisis técnico. A largo plazo las variables cambian de tal manera que es imposible su predicción.

Se suele decir que el análisis fundamental nos muestra "qué valores debemos comprar" y el análisis técnico "cuándo los debemos comprar".

El análisis fundamental define el precio de una acción como "el resultado de la actualización de los flujos que generará dicha compañía en un futuro a una tasa concreta". Esto significa que lo que pretende es predecir los beneficios futuros que podemos esperar con un nivel de probabilidad razonable, para así descontarlos (es decir, traerlos al valor que tendrían hoy día esos beneficios futuros) a un tipo de interés determinado (tipo de interés que incluiría una tasa libre de riesgo –tipo que ofrecen los bonos del Estado a diez años– más un spread o diferencial por el mayor riesgo que conlleva la adquisición de una acción respecto a un bono).

Para realizar este estudio deberemos recurrir a todo tipo de información:

  • datos sobre la evolución de las distintas economías internacionales (sobre todo en las que opere principalmente la empresa objeto de estudio);
  • datos sobre el sector concreto al que pertenece, tanto mundial como nacionalmente;
  • publicaciones periódicas del balance;
  • la cuenta de resultados, la memoria anual, los hechos significativos, etc.
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