Movimientos sociales: conflicto, acción colectiva y cambio social
Índice
- Introducción
- Objetivos
- 1.Los movimientos sociales
- 2.Cómo se entienden los movimientos sociales. Las distintas aproximaciones teóricas
- 3.Aportaciones de la Psicología social
- 4.Emergencia, características y funcionamiento de los movimientos sociales
- Resumen
- Actividades
- Ejercicios de autoevaluación
- Glosario
- Bibliografía
Introducción
"Más que cambiar el mundo, como diría Marx, hay que cambiar la vida, como decía Rimbaud."
Esta cita la hizo el poeta Leopoldo María Panero en una entrevista a El País publicada en la edición del día 27 de octubre de 2001.
Objetivos
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Conocer las aportaciones que la Psicología y la Psicología social han hecho al estudio de los movimientos sociales.
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Aproximarse a las principales teorías y modelos que las ciencias sociales en general han desarrollado para comprender los movimientos sociales.
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Encontrar los recursos suficientes para poder definir qué es un movimiento social y distinguirlo de otros fenómenos y procesos de naturaleza colectiva.
1.Los movimientos sociales
A lo largo del módulo estableceremos una lecturade los movimientos sociales desde las ciencias sociales. Sería muy interesante que contrastarais estos enfoques y reflexiones teóricas con lo que los propios movimientos dicen de sí mismos. Una búsqueda en Internet os facilitará la conexión con múltiples informaciones, textos y relatos de experiencias y acciones. Sólo a título de ejemplo, aquí tenéis algunas direcciones de interés:
"Mi objetivo consiste en aportar un marco conceptual básico que explique cualquier movimiento social, de cara a enseñar a los individuos lo que deben buscar cuando ellos mismos quieren entender qué movimiento puede interesarles o implicarles."
Cantril, H. (1941, p. VIII).
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El ámbito geográfico y la persistencia a lo largo del tiempo: "una empresa grupal que se extiende más allá de una comunidad local o de un evento singular, e implica un esfuerzo sistemático para iniciar cambios en el pensamiento, el comportamiento y las relaciones sociales" (King, 1956, p. 27. Citado en B. McLaughlin, 1969).
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El carácter conservador de algunos movimientos: "una colectividad [que actúa] con alguna continuidad para promover o resistir un cambio en la sociedad o grupo del que forma parte" (Turner y Killian, 1957, p. 308. Citado en B. McLaughlin, 1969).
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La dimensión psicológica que ya hemos visto en la definición de Toch (1965).
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La necesidad de grupos amplios: los movimientos sociales ocurren "cuando un número bastante grande de gente se asocia para alterar o suplantar alguna parte de la cultura o el orden social existente" (Cameron, 1966, p. 7. Citado en B. McLaughlin, 1969).
El reciente libro publicado por Federico Javaloy y sus colaboradores ofrece una panorámica extensa de los movimientos sociales, con un énfasis notable en las perspectivas psicosociales y el desarrollo de dos casos específicos, el movimiento feminista y el movimiento ecologista:
. Madrid: Prentice Hall.
2.Cómo se entienden los movimientos sociales. Las distintas aproximaciones teóricas
El libro editado por los sociólogos Pedro Ibarra y Benjamín Tejerina ofrece una versión actualizada de los distintos enfoques en el estudio de los movimientos sociales, con las contribuciones de los principales estudiosos del tema:
(Eds.)
(1998). Los movimientos sociales. Transformaciones políticas y cambio culturalMadrid: Trotta.
2.1.Teorías sobre los movimientos sociales
"La convergencia teórica entre las perspectivas constructivistas y la interaccionista clásica es fruto de las razones que sintetizo a continuación y que explican la persistente influencia de la segunda en esta área de la sociología. 1) La concepción del movimiento social como un proceso sujeto a continuos cambios y como un objeto de estudio en sí mismo, que no puede explicarse simplemente por las condiciones del contexto en que surge; 2) el énfasis en los procesos de definición colectiva de los problemas que motivan la participación en el movimiento [...]; 3) la capacidad de los que siguen el enfoque clásico para revisar sus supuestos y adaptarlos a la cambiante situación de estas formas de acción colectiva, y para eludir la tendencia a calificar a los movimientos de racionales o irracionales en la que se ha centrado la crítica a este enfoque [...]. Dicha topología distorsionaba la naturaleza de los movimientos, al diferenciar entre los que tienen lugar en las instituciones sociales y se consideraban normales y aquellos fenómenos de comportamiento colectivo y divergente, en tanto que fenómenos de ruptura de las normas sociales y desestructuración social."
Laraña, E. (1999, pp. 81-82).
"Denomino identidad colectiva al proceso de construir un sistema de acción. La identidad colectiva es una definición interactiva y compartida que un cierto número de individuos (o en un nivel más complejo de grupos) elabora con respecto a las orientaciones de sus acciones en el campo de las oportunidades y las limitaciones en que se desarrollará la acción. Cuando hablo de "interactiva y compartida" quiero decir que estos elementos se construyen y se superan por medio de un proceso constante de activación de las relaciones que unen a los actores.
(I) La identidad colectiva como proceso implica unas definiciones cognitivas con respecto a los objetivos, a los medios y al campo de acción. Estos elementos diferentes, o ejes de la acción colectiva, se definen dentro de un lenguaje compartido por una parte de la sociedad o por la sociedad entera, o bien dentro de un lenguaje que sea específico de un grupo; se incorporan en un conjunto determinado de rituales, prácticas y artefactos culturales; se enmarcan de distintas maneras, pero siempre permiten un tipo de cálculo entre medios y objetivos, inversiones y recompensas. Este nivel cognitivo no implica necesariamente unos marcos unificados y coherentes (a diferencia de lo que tienden a creer los cognitivistas), sino que más bien se construye por medio de la interacción y consta de definiciones diferentes y, en ocasiones, contradictorias.
(II) La identidad colectiva como proceso se refiere así a la red de relaciones activas entre actores que interaccionan, se comunican y se influyen mutuamente, negocian y toman decisiones. Las formas de organización y los modelos de liderazgo, así como los canales comunicativos y las tecnologías de comunicación, constituyen partes constitutivas de esta red de relaciones.
(III) Por último, en la definición de una identidad colectiva se requiere un determinado grado de inversión emocional, que permite a los individuos sentir que forman parte de una unidad común. La identidad colectiva nunca puede negociarse por completo, puesto que la participación en la acción colectiva está dotada de un significado que no se puede reducir a un cálculo de gasto-beneficio y siempre moviliza las emociones. Las pasiones y los sentimientos, el amor y el odio, la fe y el miedo forman parte de un cuerpo que actúa colectivamente, sobre todo en áreas de la vida social que están menos institucionalizadas, tales como los movimientos sociales. Entender esta parte de la acción colectiva como una parte "irracional", como oposición de las partes "racionales" (un eufemismo de "buenas"), simplemente no tiene sentido. No existe cognición sin sentimiento y no hay significado sin emoción."
Melucci, A. (1996, pp. 70-71).
"Para la teoría de la movilización de recursos, los movimientos sociales son grupos racionalmente organizados que persiguen determinados fines y cuyo surgimiento depende de los recursos organizativos de que disponen."
(Laraña, 1999, p. 15).
Podéis ver un estudio sobre el movimiento nacionalista vasco que sigue esta perspectiva teórica en:
Representaciones Sociales y movilización colectiva: el caso del nacionalismo radical vasco. En T. Ibáñez (Ed.).
(1988). Ideologías de la vida cotidiana(pp. 91-146). Barcelona: Sendai.
"Para este último [se refiere al enfoque de la movilización de recursos], los movimientos sociales son una extensión de acciones institucionales de carácter instrumental que producen resultados tangibles –los cuales se evalúan en términos de éxito o fracaso– y se orientan hacia objetivos claramente definidos a través de un control centralizado de sus miembros por las organizaciones que los promueven [...]. Sus objetivos consisten en 'modificar la estructura social y/o de distribución de recompensas en una sociedad [...]'."
Laraña, E. (1999, p. 152).
"La definición de Tarrow del concepto de estructura de oportunidad política ilustra la concepción de la acción colectiva que informa esta aproximación: el conjunto de 'aspectos políticos consistentes... que impulsan a la gente a usar la acción colectiva, o que tienen el efecto contrario' [...]. La diferencia con respecto a la teoría de la movilización de recursos radica en la naturaleza de los recursos que se consideran necesarios para que surjan los movimientos. Mientras que en la primera esos recursos son internos al grupo, y consisten principalmente en poder y dinero, en este enfoque se trata de recursos externos de los que pueden beneficiarse grupos desorganizados o desfavorecidos [...]. Al margen de esta diferencia, el foco de atención del analista sigue centrado en el estudio de los costes y beneficios de la participación."
Laraña, E. (1999, pp. 247-248).
"Una premisa básica para la teoría del proceso político es que la expansión de oportunidades políticas tiene lugar cuando disminuyen los costes y los riesgos de la acción colectiva y aumentan sus beneficios potenciales para quienes los apoyan. Los movimientos sociales y las revoluciones son fundamentalmente el resultado de una expansión de oportunidades políticas para la movilización de los grupos insurgentes, como consecuencia de una creciente vulnerabilidad de sus oponentes y del sistema político-económico. La ampliación de esas oportunidades políticas responde a una serie de aspectos que explican el desarrollo de los movimientos con independencia de la voluntad de sus seguidores, como los cambios en la estructura institucional del Estado, la configuración del sistema de partidos y los grupos de interés, el papel de los medios de comunicación y la evolución de la opinión pública."
Laraña, E. (1999, p. 247).
"Los fenómenos colectivos emergentes en las sociedades complejas no pueden tratarse simplemente como reacciones a las crisis, como simples efectos de marginalidad o desviación, o puramente como problemas que surgen de la exclusión del mercado político. Es preciso que reconozcamos que los movimientos sociales en las sociedades complejas también constituyen síntomas de conflictos antagónicos, incluso si ello no agota por completo su significación. En las sociedades con una densidad alta de información, la producción no sólo implica recursos económicos; sino que también afecta a las relaciones sociales, los símbolos, las identidades y las necesidades individuales. El control de la producción social no coincide con su posesión por parte de un grupo social identificable. En lugar de ello, se traslada hacia los grandes aparatos de la toma de decisiones técnica y política. El desarrollo y la gestión de los sistemas complejos no están asegurados si sólo se controla la fuerza de trabajo y se transforman los recursos naturales; se precisa más que esto, se necesita una intervención creciente en los procesos relacionales y los sistemas simbólicos en el campo social/cultural."
Melucci, A. (1996, p. 99).
Alain Touraine es uno de los más importantes analistas y teóricos sobre los nuevos movimientos sociales. De entre sus múltiples obras, en relación con los movimientos sociales podéis leer:
. Buenos Aires: Almagesto.
. Valencia: Alfons el Magnànim.
"Nuestra sociedad ha extendido los mecanismos de control social desde el ámbito de la naturaleza hasta el de las relaciones sociales y la misma estructura del individuo (su personalidad individual, su inconsciente y su identidad biológica y sexual). [...] Para Melucci [...] el surgimiento de una sociedad de la información hace que los principios por los que se organiza la producción se extiendan a relaciones sociales que antes pertenecían al ámbito de lo privado e incidan con fuerza en la identidad individual. Las fronteras entre los ámbitos público y privado se diluyen, porque la información se convierte en el recurso estratégico tanto para la subsistencia de la sociedad, como para el desarrollo de la identidad individual. El surgimiento de la sociedad de la información genera cambios en los conflictos sociales: 'el movimiento por la reapropiación de los recursos desplaza su lucha a un nuevo territorio. La identidad personal y social de los individuos progresivamente se percibe como un producto de la acción social' [...], y la reivindicación de la identidad personal sustituye a la centrada en la propiedad de los medios de producción en los movimientos clásicos. [...] Para Melucci, la extensión del sistema de control social se manifiesta en la creciente regulación y manipulación de una serie de aspectos de la vida que eran tradicionalmente considerados privados (el cuerpo, la sexualidad, las relaciones afectivas), subjetivos (procesos cognitivos y emocionales, motivos, deseos) e incluso biológicos (la estructura del cerebro, el código genético, la capacidad reproductora). [...] Estos campos son progresivamente invadidos y regulados por el 'aparato tecnocientífico, las agencias de información y comunicación y los centros de decisión política'. Ello motiva las demandas de autonomía que impulsan a los movimientos sociales: como reacción de resistencia a ese proceso de expansión de los sistemas de control social, los movimientos reivindican nuevos espacios sociales 'en los que sus seguidores se autorrealizan y construyen el significado de lo que son y lo que hacen'. Estos espacios se construyen en grupos informales y redes interpersonales cuando el movimiento se halla en un periodo de latencia y todavía no ha entrado en conflicto con las instituciones sociales [...] pero estos espacios no son una especie de reductos marginales apartados del sistema, como plantea la aproximación convencional a los movimientos sociales. Estos espacios hacen posible la construcción de la identidad colectiva de un movimiento, de la cual depende su potencial de reflexividad para difundir nuevas ideas en la sociedad, incidir en la vida pública y producir conflictos sociales difíciles de resolver por las instituciones públicas."
Laraña, E. (1999, pp. 156-159).
3.Aportaciones de la Psicología social
El repaso que hemos hecho de los estudios psicosociales de los movimientos sociales, así como las aportaciones específicas que vamos a resaltar en este apartado, no saturan en modo alguno lo que se podría denominar perspectiva psicosocial en el estudio de los movimientos sociales. Un ejemplo de ello es el trabajo de Bert Klandermans. Para un acercamiento a su investigación es interesante consultar el libro:
Oxford: Basil Blackwell.
3.1.Influencia minoritaria
"Todavía queda mucho para aprender en el campo psicológico de la influencia social. La idea fundamental que se propone en esta obra es muy simple: el conflicto de resolución estará a favor de la parte (individual o subgrupo) que sea capaz de determinar su propio desarrollo, que sea la más activa y que demuestre que adopta un comportamiento "adecuado". Por este motivo, la Psicología de la influencia social está llena de conflictos y diferencias, tanto en el ámbito de su producción como de su gestión. La dinámica de esta psicología es subjetiva y no objetiva: consiste en una interacción entre sujetos en un entorno elegido, y no simplemente en una determinada manipulación de objetos con el fin de jugar contra uno o varios sujetos en un entorno determinado. En este sentido, la función de la influencia no consiste en eliminar los "errores" producidos por minorías desviadas, sino más bien en incorporar estos "errores" al sistema social. Como consecuencia, el sistema social experimenta ciertos cambios, deviene más diferenciado y complejo, adopta nuevas ramificaciones –en una palabra, crece–. La importancia de las minorías reside, precisamente, en el hecho de que son factores, y a menudo originadores de cambios sociales en sociedades donde estos últimos han tenido lugar con tanta rapidez. En estas sociedades, las fronteras de la mayoría no se encuentran delimitadas con claridad y, con frecuencia, esta mayoría es "silenciosa". Son los individuos y grupos activos quienes, deshaciéndose en ideas e iniciativas, expresan o crean nuevas tendencias. Esto se puede lamentar, pero es sin duda deseable que las innovaciones e iniciativas planteen y desafíen las bases de la "ley y el orden". Por ello, es inevitable que surjan problemas, y que emerjan nuevos actores sociales que, estableciendo nuevos esquemas y modalidades de acción, reivindiquen su derecho de plena existencia. En este libro, este tema se trata de manera positiva, tal como lo muestra la elección de los fenómenos estudiados y la formulación de la teoría."
Moscovici, S. (1976, p. 221).
3.2.La identidad social
Cualquier texto, como sucede en el caso de este módulo, debe dejar delado, en ocasiones muy dolorosamente, trabajos y perspectivas de indudable interés y actualidad, pero que diferentes criterios pragmáticos, como el tamaño del texto o de otros más sustantivos como la coherencia interna del texto, aconsejan obviar. Éste ha sido el caso de los trabajos sobre la identidad colectiva en los movimientos sociales realizados por los herederos de la perspectiva interaccionista. Un buen ejemplo se puede encontrar en el texto siguiente:
(ed.)
(2000). Self, identity, and social movements. Minneapolis: University of Minnesota Press.
"En el estudio de las relaciones entre grupos sociales dentro de cualquier sociedad se precisa que, en primer lugar, se tengan en cuenta las condiciones 'objetivas' de su coexistencia; es decir, las circunstancias económicas, políticas, sociales e históricas que han llevado, y a menudo todavía determinan, las diferencias entre los grupos por lo que respecta a sus normas de vida, al acceso a las diferentes oportunidades, como el trabajo o la educación, o al tratamiento que reciben por parte de los que ejercen el poder, la autoridad o, en ocasiones, sólo la fuerza bruta. Sin embargo, [...] estas condiciones objetivas siempre se asocian con las 'definiciones subjetivas' muy difundidas, los estereotipos y los sistemas de creencias. Nuestro objetivo consiste en observar estos aspectos subjetivos diferentes que afectan a las relaciones entre minorías y mayorías, para evaluar su importancia en la situación total y ver de qué manera contribuyen al modelo general de las relaciones entre los grupos. El hecho de pertenecer a una minoría explica que los individuos se preocupen por los requisitos psicológicos necesarios para adaptarse a la situación actual o para hacer algo con el fin de cambiarla. Las adaptaciones y estrategias posibles para este cambio son finitas con respecto a la cantidad y a la variedad. Aquí intentaremos hablar de algunas de las que parecen ser las más utilizadas y las más importantes.
Conviene tener en cuenta las 'definiciones subjetivas' en el análisis general de las relaciones raciales o cualquier otra relación intergrupal, puesto que, con toda probabilidad, contribuyen al modelo de estas relaciones y a los cambios que se producen en las mismas. Estas definiciones subjetivas, los sistemas de creencias, las identificaciones, las estructuras cognitivas, los gustos y las aversiones, y otros comportamientos que están relacionados son el ámbito particular del psicólogo social. La Psicología social de las minorías debe centrarse en todos estos aspectos, sin negar que el análisis de las condiciones objetivas del desarrollo de las relaciones sociales entre grupos debe estar primero en nuestro intento de entender la naturaleza de estas relaciones. No obstante, es cierto que el comportamiento social de las personas sólo puede entenderse correctamente si llegamos a saber algo de las 'representaciones de la realidad social' subjetivas que intervienen en las condiciones con que viven los grupos sociales y en los efectos de estas condiciones en el comportamiento colectivo o individual. Es como una espiral: la historia y los rasgos contemporáneos de las diferencias sociales, económicas u otras diferencias entre grupos sociales se reflejan en las actitudes, creencias y puntos de vista del mundo de los miembros de estos grupos. Estos efectos 'subjetivos' de las condiciones sociales se reflejan a su vez en todo aquello que hace la gente, en cómo se comportan con respecto a su propio grupo o con respecto a otros grupos. Las formas resultantes de comportamiento dentro del grupo, 'fuera del grupo' y 'entre los grupos' contribuyen, a su vez, al presente y al futuro de las relaciones entre los grupos; y así continúa. Por tanto, aunque aquí sólo trataremos con un momento congelado de lo que es una situación compleja y continuamente cambiante, este momento a menudo deviene crucial a la hora de afectar a la forma de aquello que sucederá."
Tajfel, H. (1978, p. 3).
4.Emergencia, características y funcionamiento de los movimientos sociales
En este libro podéis encontrar un esfuerzo explícito de integración de las perspectivas sobre movimientos sociales:
. Cambridge: Cambridge University Press.
4.1.¿Una definición consensuada de movimiento social?
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Redes informales de interacción. Los movimientos se pueden concebir como redes de interacción informal entre una pluralidad de individuos, grupos y/o organizaciones. Las características de estas redes pueden variar desde las que apenas tienen vínculos, o los tienen muy dispersos, hasta las sólidas redes de los grupos fuertes. Estas redes promueven la circulación de recursos esenciales para la acción (información, expertismo, recursos materiales, etc.), así como sistemas más abiertos de significado. Así, las redes contribuyen tanto a crear las precondiciones para la movilización, como a proporcionar el lugar apropiado para la elaboración de visiones del mundo y estilos de vida específicos.
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Creencias compartidas y solidaridad. Para ser considerada como un movimiento social, una colectividad que interactúa requiere un conjunto de creencias compartidas y un sentido de pertenencia. En efecto, la condición para la existencia de un movimiento social genera tanto nuevas orientaciones en aspectos ya existentes, como la aparición de nuevas cuestiones sociales y, al mismo tiempo, contribuyen a la creación de un vocabulario y una apertura de ideas y acciones que en el pasado eran desconocidas o impensables. El proceso de redefinición simbólica de lo que es real y de lo que es posible está relacionado con la emergencia de identidades colectivas, entendida como una definición compartida de un actor colectivo. La representación colectiva y los sentimientos compartidos permiten conectar muchos de los rasgos y características de los movimientos sociales. Las nuevas identidades colectivas y los sistemas de valores pueden persistir, incluso, cuando la acción pública, las manifestaciones y otras actividades ya no tienen lugar, proporcionando así al movimiento cierta continuidad en el tiempo.
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Acción colectiva focalizada en conflictos. Los movimientos sociales se centran en conflictos sociales y/o culturales; es decir, buscan promover u oponerse a los cambios sociales. Por conflicto se puede entender una relación de oposición entre actores que buscan el control del mismo centro de interés. Para que se pueda producir el conflicto social, en primer lugar es necesario que éste sea definido como un campo compartido en el que los actores se perciben unos a otros como distintos, pero al mismo tiempo relacionados por intereses y valores que los dos lados ven como importantes, o como intereses altamente deseados por dos o más adversarios, como sostiene Touraine.
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Uso de la protesta. Los debates sobre movimientos sociales desde principios de los setenta han estado dominados por el énfasis en la naturaleza no institucional de su comportamiento. Incluso ahora, la idea de que los movimientos sociales se pueden distinguir de otros actores políticos a causa de la adopción de patrones de comportamiento político "inusuales" está bastante extendida. Algunos autores mantienen que la distinción fundamental entre movimientos y otros actores políticos y sociales se encuentra entre estilos convencionales de participación política (como votar o presionar a los representantes políticos –lobbying) y la protesta pública. Aunque las protestas públicas sólo juegan un papel marginal en los movimientos relacionados con el cambio personal y cultural, éste es, indudablemente, un rasgo distintivo de los movimientos políticos. En algunas ocasiones las acciones de protesta pueden ser de carácter violento; sin embargo, no se puede decir que la violencia constituya un rasgo distintivo de todos los movimientos. Sería mejor ver el uso de las tácticas violentas y radicales, por un lado, como criterios para diferenciar entre diferentes tipos de movimientos, o las diferentes fases en la vida del movimiento y, por otro, como formas de acción con su propia racionalidad.
4.2.Movimientos sociales y organizaciones. Criterios de diferenciación
4.2.1.Movimientos sociales frente a organizaciones
4.2.2.Movimientos sociales, eventos de protesta, coaliciones, plataformas
4.3.Nuevos escenarios, nuevas subjetividades, nuevas políticas. ¿Una nueva comprensión de los movimientos sociales?
"Las características principales de estos flujos globales son las siguientes [...]:
No demuestran ningún punto claro de partida o llegada, sólo un movimiento o una movilidad no-territorializada (más rizomatosa que arbórea).
Están canalizados a lo largo de huidas o salidas territoriales que pueden tapiarlos.
Son relacionales, puesto que afectan productivamente a las relaciones con los rasgos espacialmente cambiantes de una huida que, de otra manera, no tendría ninguna función.
Se mueven en determinadas direcciones a una cierta velocidad, pero sin ningún estado final u objetivo.
Tienen diferentes propiedades de viscosidad y, como la sangre, pueden ser más gruesos o más delgados y, por consiguiente, moverse con distintas formas a velocidades diferentes.
Se mueven según unas temporalidades determinadas, durante un minuto, un día, una semana, un año, y así sucesivamente.
No siempre permanecen dentro de las paredes –pueden moverse hacia fuera o salir, como sucede con los glóbulos blancos de la sangre– por medio de la "pared" de salida hacia los capilares cada vez más pequeños.
El poder se esparce por medio de estos distintos flujos hacia relaciones de dominio/subordinación a menudo diminutas, como los capilares.
El poder se ejerce mediante la intersección de diferentes flujos que trabajan en distintos sentidos.
Diferentes flujos se cortan espacialmente en los 'terrenos neutros de encuentro' de los lugares pasajeros de la modernidad, como por ejemplo, los moteles de los aeropuertos, las estaciones de servicios, Internet, los hoteles internacionales, la televisión por cable, restaurantes con cuentas de gastos, etc."
Urry, J. (2000, pp. 38-39).
"Las redes son hegemónicas. Primer punto. Y cuando llevamos a cabo un análisis desde el punto de vista de las redes, ayudamos con el objetivo de que estas redes lleguen a ser lo que son. Segundo punto. ¿Qué sucede si juntamos estas dos observaciones? La respuesta es que si escribimos como analistas de redes, lo que podemos estar haciendo, lo que a menudo hacemos, es comprar y añadir fuerza a una versión funcional de la relacionalidad. Alguien que es, para decirlo con rapidez, directivista."
Law, L. (2000, pp. 10-11).
"Porque la aproximación semiótica nos dice que las entidades obtienen forma como consecuencia de las relaciones en que están situadas. Sin embargo, esto significa que también nos dice que se desarrollan en estas relaciones, para y por medio de las mismas. Una consecuencia es que todo es incierto y reversible, al menos como principio. Nunca se da en el orden de las cosas. Y aquí, aunque los estudios de actor-red han caído a veces en un directivismo centrado y, sin duda, con género [...], ha habido un esfuerzo enorme para entender cómo se consigue la durabilidad. Cómo es que las cosas se llegan a llevar a cabo (y se hacen ellas mismas) hacia relaciones que son relativamente estables y que permanecen en su sitio. Cómo es que hacen distribuciones entre alto y bajo, grande y pequeño o humano e inhumano. La realización, pues, éste es el segundo nombre, la segunda historia sobre la teoría del actor-red. Una realización que (en ocasiones) hace la durabilidad y la fijación."
Law, J. (1999, p. 4).
Resumen
Actividades
Ejercicios de autoevaluación
2. Aunque en ambos lados las propuestas se alejaban de las formas anteriores de explicar los movimientos sociales, las propuestas fueron distintas en EE.UU. y en Europa. En EE.UU., donde todavía dominaba una visión estructural-funcionalista y una consideración de los movimientos sociales como acciones colectivas marginales, irracionales y resultantes de las disfunciones del sistema, las propuestas se orientaron a señalar cómo se trasladaban las tensiones sociales al comportamiento colectivo, de modo que se introducía una nueva visión basada en las teorías de la acción racional. Las perspectivas que originaron fueron las siguientes: la teoría de los recursos para la movilización y la de la estructura de las oportunidades políticas. Al mismo tiempo, se produjo una revitalización de la perspectiva interaccionista, lo que dio lugar a las visiones construccionistas que se centran en la producción colectiva de significados.
3. La principal característica de la perspectiva interaccionista/construccionista es su insistencia de que la acción colectiva constituye el resultado de un proceso interactivo, definido simbólicamente, y negociado entre sus participantes, oponentes y espectadores de manera continuada. Ha usado principalmente el concepto de framing o encuadre para explicar los fenómenos y procesos que quedan delimitados por los significados compartidos, así como por su significación en el interior del marco. Estos marcos interpretativos permiten a los movimientos sociales definir el diagnóstico; es decir, la identificación de causas, de los problemas contra los que se dirige su acción, así como la definición de las posibles soluciones. Asimismo, los marcos definen a los actores del movimiento social y estimulan la motivación para la participación en el movimiento. En esta perspectiva, también ocupa un lugar relevante la identidad, que permite distinguir entre el endogrupo, es decir, los miembros del propio grupo, y el exogrupo, es decir, quienes no pertenecen a él.
4. Las teorías sobre los nuevos movimientos sociales tienen como principal característica haber intentado explicar cómo las nuevas formas que ha adquirido la sociedad, es decir, cómo los cambios producidos en las últimas décadas han hecho emerger un tipo de sociedad diferente y característica, presentando las nuevas formas de acción colectiva y, en particular, los nuevos movimientos sociales. Esta teoría relaciona los nuevos movimientos con la aparición de nuevas formas de organización y estructuración social; es decir, considera que los nuevos movimientos son respuestas a la modernidad y a la posmodernidad. Asimismo, es relevante el hecho de que esta teoría ha resaltado el papel de la identidad, en el origen y la evolución de los movimientos sociales, así como la progresiva falta de diferenciación de lo que es público y de lo que es privado. Indica, también, la progresiva politización de lo que, en épocas anteriores, era visto como privado, como por ejemplo la sexualidad y las relaciones interpersonales. Asimismo, ha enfatizado la importancia que han adquirido en la movilización los valores no estrictamente materialistas, de manera que estos nuevos movimientos parecen estar más orientados a buscar autonomía para los individuos, o formas de funcionamiento político más participativas, que ganancias o mejoras únicamente materiales.
5. Las definiciones de los movimientos sociales son muy variadas. No obstante, recogiendo las características más destacadas de los nuevos movimientos sociales, y recuperando las versiones teóricas que ven los movimientos sociales como acciones colectivas, racionales y simbólicas, pudo definirse el movimiento social como un conjunto de redes informales, que se basan en las creencias y en la solidaridad, y que se movilizan a partir de la aparición de cuestiones conflictivas, por medio del uso frecuente de diferentes formas de protesta.
6. La principal diferencia es que los movimientos sociales no son organizaciones. Una única organización no es un movimiento social. Las organizaciones políticas pueden compartir objetivos con los movimientos e, incluso, pueden formar parte de las mismas. Sin embargo, en tanto que organizaciones, no disponen de los requisitos necesarios para constituir un movimiento social, como los procesos de interacción que generan significaciones compartidas, sistemas de valores generados colectivamente, y el sentido de pertenencia e identidad. Asimismo, los movimientos, por su inestabilidad y su dinámica, constituyen fenómenos fluidos muy alejados de la rigidez propia de las organizaciones.
Glosario
- identidad colectiva f
- Sentido del "nosotros" que impulsa los movimientos sociales. Es una definición compartida e interactiva, producida por varios individuos (o por grupos en un nivel más complejo), que está relacionada con las orientaciones de su acción colectiva, así como con el campo de oportunidades y constricciones en que se produce. Esta identidad está integrada por definiciones de la situación que son compartidas por los miembros del grupo, y que son el resultado de un proceso de negociación y ajustes muy elaborado, entre los diferentes elementos que están relacionados con las finalidades y los medios de la acción colectiva, así como con su relación con el entorno (Melucci, 1996).
- identidad social f
- Conciencia que tiene una persona de formar parte de un grupo o categoría social, y la valoración que hace de la misma.
- influencia minoritaria f
- Influencia que los grupos minoritarios pueden ejercer sobre las mayorías en términos de cambio en las creencias, los valores, las actitudes y/o los comportamientos, por su capacidad de generar conflictos simbólicos que necesitan ser solucionados.
- movimiento social m
- Redes informales basadas en las creencias y en la solidaridad, que se movilizan a partir de cuestiones conflictivas y por medio del uso frecuente de distintas formas de protesta (Della Porta y Diani, 2000).
- teoría de la estructura de oportunidades políticas f
- Perspectiva teórica que considera los movimientos sociales como resultado de un aumento de las oportunidades políticas para la movilización en el interior del sistema político institucional, lo que es el resultado de una creciente vulnerabilidad de sus oponentes y del sistema político y económico.
- teoría de los nuevos movimientos sociales f
- Conjunto de modelos teóricos aparecidos para intentar comprender los nuevos movimientos sociales. Considera que la acción está basada en la política, la ideología y la cultura, y las fuentes de identidad, como la etnicidad, el género o la sexualidad como genuinas fuentes de acción colectiva. En el marco de estas teorías se piensa que los actores sociales no son agentes que buscan ganancias materiales o fórmulas de protección de los aparatos del estado, sino que más bien resisten la expansión de la intervención de la política y la administración en la vida cotidiana, defendiendo la autonomía personal.
- teoría de los recursos para la movilización f
- Teoría de los movimientos sociales que está arraigada en los modelos de la acción racional y que considera la movilización colectiva como una acción racional, que es el resultado del análisis de la acción en términos de costes y beneficios.
- teoría interaccionista/construccionista f
- Teoría de los movimientos sociales heredera del interaccionismo simbólico, que enfatiza la importancia del significado que los actores sociales atribuyen a las estructuras sociales.