En cuanto a los objetos utilizados, eran muy diversos y fueron aumentando con el tiempo. Todos ellos tenían la finalidad de hacer reivivir al difunto "abriéndole" la boca, proporcionándole alimento o confiriéndole el poder resurrector. Los dos instrumentos principales eran el peseshkaf y el ur-jekau. El primero es una especie de cuchillo de sílex con una lámina bífida en forma de cola de pez; se ha relacionado con un instrumento quirúrgico primitivo de idéntica forma que se ha encontrado en algunas tumbas predinásticas y parece que se habría utilizado para cortar el cordón umbilical (con esa función se le menciona en los Textos de las Pirámides del Reino Antiguo). El ur-jekau, "grande de magia", era primitivamente una vara mágica en forma de serpiente erguida; más tarde, este nombre pasó a designar una variante de azuela con el mango en madera de enebro. El ur-jekau estaba asociado a una divinidad protectora.

Las cuatro jarras nemset son vasos de cuerpo redondeado y boca larga provistos, a partir del Reino Nuevo, de un cuello lateral.

Las cuatro jarras desheret son utensilios troncocónicos con el borde plano. Las desheret fueron reemplazadas más tarde por escudillas altas de paredes rectas.

Varias clases de azuelas y cinceles cumplían una función especifica dentro del ritual y se distinguen principalmente por el tipo de material con el que están fabricados. Eran instrumentos regeneradores porque eran los útiles del escultor, que "creaba", es decir, "generaba" estatuas.

En algunas escenas se utilizan bastones de mando y armas que indican el rango del difunto. Entre los primeros destaca el cetro ames, que servía para consagrar las ofrendas, y, entre las armas, un objeto denominado menu, una maza troncocónica que perdió su función real pero retuvo la simbólica.

Al lado de estos instrumentos aparecen en el ritual piezas de vestuario, así como ungüentos y aceites, todos los cuales están cargados de significado religioso. Entre las primeras se cuentan los tejidos relacionados con el Alto y el Bajo Egipto. Estas piezas tenían valor apotropaico y estaban relacionadas con prendas de vestir de los dioses y los reyes. Las pomadas, ungüentos y aceites utilizadas en esta ceremonia son los mismos que los del Ritual del embalsamamiento. Todos ellos se preparaban a base de aceite vegetal o de grasa animal a las que se añadía un producto oloroso o esencia (generalmente una goma-resina).

De las numerosas escenas que nos informan acerca de la celebración del ritual durante el Reino Nuevo, los mejores ejemplos, por ser también los más completos, son los de las tumbas de Rejmire y de Seti I. En el resto de casos, la realización de este ritual se resume iconográficamente en una sola escena que aparece normalmente después del cortejo fúnebre: es la escena en la que el sarcófago mumiforme, de pie ante la puerta de la tumba, es sujetado por Anubis mientras el sacerdote sem toca su boca con una azuela.