2.2.2.Iconografía neotestamentaria
Los grandes ciclos iconográficos relacionados con el Nuevo Testamento están vinculados
con las tres etapas principales de la vida de Cristo: infancia, vida pública y pasión.
Los acontecimientos relacionados con la infancia de Cristo fueron escuetamente narrados
por los Evangelios Canónicos y en muchos casos aparecen mencionados solo en uno de
ellos, por lo que fueron los Evangelios Apócrifos las principales fuentes a la hora
de crear los temas iconográficos vinculados con el nacimiento e infancia; entre ellos
cabe destacar los siguientes:
1) Anunciación: visión del ángel transmitiendo a la Virgen el mensaje de haber sido la elegida para
ser madre de Cristo.
2) Visitación: representa gráficamente el encuentro entre la Virgen y su prima Isabel, embarazada
de san Juan Bautista.
3) Natividad: plasmación del momento del nacimiento de Cristo, que engloba hasta cuatro escenas
diferentes. En primer lugar, el viaje a Belén de la Virgen y san José; luego, la natividad
propiamente dicha; y por último, la adoración de los pastores y la adoración de los
Magos.
4) Presentación de Jesús en el templo: este pasaje es solo relatado por Lucas (2:22-40). En su vertiente iconográfica,
la escena presenta dos variantes: María, de pie, presenta el niño al anciano Simeón,
o bien este devuelve el niño a su madre, que se encuentra sentada. El sacerdote es
representado con mitra o tiara y tiene las manos veladas en señal de respeto.
5) Matanza de los inocentes: representación gráfica de un pasaje narrado por el evangelista Mateo (2:16-18) y
complementado por los Evangelios Apócrifos, según el cual Herodes ordenó la matanza
de todos los niños de hasta dos años de edad para tener la seguridad de que el futuro
rey de los judíos no escapase con vida.
6) Huida a Egipto: pasaje incluido únicamente también por Mateo (2:13-15), que narra como el ángel
del Señor advirtió a san José en sueños del peligro que suponía Herodes para Cristo
y le ordenó huir con el niño y la Virgen a Egipto.
7) Jesús en medio de los doctores: escena que plasma un pasaje narrado por Lucas (2:41-45) y el Evangelio Apócrifo
árabe de la infancia, según el cual a los doce años Jesús acompañó a sus padres por
primera vez a la fiesta de la Pascua y, sentándose en el templo, declaró a los Doctores
de la Ley que los tiempos se habían consumado y llegaría un nuevo Mesías. El pasaje
dio origen a la aparición de hasta tres escenas: Jesús discutiendo con los doctores,
Jesús perdido en el templo y Jesús encontrado por sus padres.
El ciclo de la vida pública dio pie a la creación de escenas y temas iconográficos
en relación con las principales actividades llevadas a cabo por Cristo durante su
madurez y la difusión de una nueva concepción religiosa. Esas actividades, narradas
con mayor profundidad que la etapa de la infancia por los Evangelios Canónicos, fueron
el noviciado, la predicación y los milagros. Los principales temas iconográficos asociados
a ellas son:
1) Bautismo de Cristo: escena que plasma el pasaje textual que narra el momento en el que Jesús, en el
río Jordán, es bautizado por Juan el Bautista. En el momento en el que sale del agua
ve abrirse el cielo y descender sobre él al Espíritu Santo, en forma de paloma. Por
tanto, se trata de un tema iconográfico que puede desarrollarse en dos escenas diferentes:
por un lado, la purificación en el agua y, por otro, el descenso del Espíritu Santo.
2) Las tentaciones: imagen que plasma el momento en el que Jesús, tras ser bautizado, se adentra en
el desierto de Judea y hace un retiro durante el cual Satán intenta tentarlo hasta
tres veces: en el desierto, en el templo y en la montaña. Se trata de un pasaje de
tardía representación en el arte cristiano, comenzando a ser plasmado en imágenes
durante la época carolingia (ss. VIII-IX).
3) Sermón de la montaña o las bienaventuranzas: pasaje que narra el sermón pronunciado por Jesús a los discípulos, en el que les
anuncia las ocho bienaventuranzas de la nueva ley.
4) Parábolas: las parábolas son las narraciones relatadas por Cristo con el objetivo de inculcar
una lección moral (exhortación a la misericordia y la condena del fariseísmo) o bien
aludir a la separación de los elegidos y los réprobos, y a las recompensas y castigos
de la vida futura. Aquellas que fueron ilustradas con mayor frecuencia por el arte
cristiano de Oriente y Occidente son: el buen samaritano; el hijo pródigo; el rico
Epulón y el pobre Lázaro, y la parábola de las vírgenes necias y prudentes.
5) Milagros: los milagros son aquellos prodigios consumados por Jesús con los que probaba la
veracidad de su doctrina. Estos milagros, relatados por los cuatro evangelistas, pueden
consistir en la transformación o multiplicación de alimentos, en la curación de todo
tipo de enfermedades, fundamentalmente aquellas provocadas por demonios que tomaban
posesión del cuerpo de sus víctimas, o en resurrecciones. Aquellos que fueron plasmados
más profusamente por la iconografía cristiana son: las bodas de Caná, la multiplicación
de panes y peces, la curación del leproso, y la resurrección de Lázaro.
Finalmente, la última etapa de la vida de Cristo, caracterizada por el proceso de
su condena, pasión y resurrección, es la que dio pie a la creación de un mayor número
temas iconográficos, escenas y motivos, de gran riqueza iconográfica. El ciclo iconográfico
completo se compone de tres grupos de temas iconográficos, que constituirían el prólogo
(acción), drama (pasión) y epílogo (lamentación) de la última fase de la vida de Cristo
en la tierra. Los principales temas iconográficos responden a los siguientes pasajes:
1) Entrada en Jerusalén: pasaje narrado por los cuatro Evangelios Sinópticos, que describen el viaje de Jesús
y los discípulos desde Betania a Jerusalén, cuyos habitantes salen a recibirlo a las
puertas de la ciudad, momento elegido por los artistas cristianos para plasmar el
pasaje en imágenes.
2) Expulsión de los mercaderes del templo: pasaje que relata como Jesús entra en el templo y se irrita al ver que comerciantes
y cambistas estaban profanando el santuario al utilizarlo para sus fines mercantiles.
El arte cristiano generalmente plasma el momento en el que Jesús expulsa a los mercaderes
con latigazos, que huyen con sus pertenencias. Se trata de una escena que, a partir
del siglo XVI, evolucionó hasta llegar a convertirse en una propia escena de género, la representación
de una jornada de mercado.
3) Última cena: Se corresponde con el relato de la última colación efectuada por Jesús, en compañía
de sus discípulos, que es, además, la conmemoración de la Pascua judía y la institución
de uno de los principales sacramentos cristianos: la comunión eucarística. En el proceso
de su traslado al campo artístico, este pasaje fue dividido en varios temas iconográficos,
siendo los dos más importantes el lavatorio de los pies que efectúa Pedro antes de
la cena y la propia Santa Cena, en la que se representa a Jesús a la mesa, acompañado
por los discípulos.
4) Prendimiento: el pasaje bíblico que relata cómo Jesús fue detenido y apresado por los soldados
romanos dio pie a la creación de diversos temas iconográficos, entre los que destacan
la oración en el Monte de los Olivos, el beso de Judas, el prendimiento propiamente
dicho, Pedro cortando la oreja a Malco, la negación de Pedro y el remordimiento y
suicidio de Judas.
5) Interrogatorio: los procesos religioso y político a los que judíos y romanos sometieron a Jesús
dieron lugar a la creación de muy diversos tipos de escenas, que, en muchas ocasiones,
pueden mezclarse o confundirse. Aún así, existen varios temas con una composición
determinada y bastante fija, destacando la flagelación, Cristo atado a la columna,
la coronación de espinas y el Ecce Homo.
Ecce Homo
Del latín ecce ‘he aquí’ y homo ‘el hombre’, y este a su vez del griego original ἰδοὺ ὁ ἄνθρωπος (idoù ho ánthropos). Se trata de las palabras pronunciadas por Poncio Pilato, gobernador de Judea, cuando
presentó a Jesús ante la muchedumbre, a la que dejaba el reo para que esta decidiera
su destino final (Juan, 19:5). En el ámbito de la iconografía cristiana, el Ecce Homo
es la imagen de Jesucristo como lo presentó Pilatos al pueblo.
6) Crucifixión: la imagen de Cristo en la cruz uno de los momentos cumbre para el pensamiento cristiano,
ya que se trata del momento en el que Cristo se sacrifica por el bien de la humanidad
y garantiza su salvación. Es, sin duda, uno de los temas centrales de la iconografía
cristiana y ocupa el lugar más importante en todo tipo de contextos. Sin embargo,
su representación ha variado y evolucionado mucho a lo largo de los siglos, reflejando
diversas doctrinas teológicas y corrientes de pensamiento cristiano. Durante los primeros
siglos, la representación de la crucifixión fue eludida o evocada de manera indirecta
mediante la utilización de símbolos. No es hasta el siglo VI cuando se comienza a representar a Cristo en la cruz y fue plasmado como una figura
viva, con los ojos abiertos. A partir del siglo XII, sin embargo, comenzó a ser representado ya con los ojos cerrados, en una clara alusión
a su estado difunto. Por otro lado, durante la Alta Edad Media se representó a Cristo
unido a la cruz mediante cuatro clavos, representación que mudó durante la Baja Edad
Media, cuando los pies comenzaron a ser figurados uno sobre otro, de manera que los
clavos fueron reducidos a tres. Finalmente, es necesario tener en cuenta que a partir
de la Contrarreforma, los artistas tuvieron una mayor libertad para establecer variantes,
añadir detalles y desarrollar motivos nuevos, lo que hizo que el tema de la crucifixión
fuera cada vez más variado.
7) Lamentación: bajo esta denominación podemos englobar cuatro escenas, que constituyen una tetralogía
fúnebre: el descendimiento de la cruz, la deposición de Cristo, la propia lamentación
sobre el cuerpo de Cristo y el enterramiento. De todas ellas, la que más desarrollo
tuvo en el arte cristiano es el descendimiento, escena que plasma el momento en el
que José de Arimatea y Nicodemo sostienen el cuerpo inerte de Cristo, que están descolgando
de la cruz. El tema tuvo un origen bizantino, desde donde pasó a Occidente, experimentando
un progresivo desarrollo durante la Edad Media y, convirtiéndose en un tema fundamental
durante el período de la Contrarreforma, cuando la escena experimentó una multiplicación
de personajes.
8) Bajada de Cristo a los Infiernos: en el ámbito de la iconografía cristiana es un tema conocido como la Anastasis o
el Descensus ad Inferos y refleja plásticamente el momento en el que Cristo, habiendo descendido al Hades,
vuelve a ascender al cielo llevando consigo a Adán y a los justos, a quienes libera
de la prisión del Limbo. Se trata de un tema iconográfico basado no en los Evangelios
Canónicos, sino en el Evangelio Apócrifo de Nicodemo y con una influencia clara de
varios mitos paganos, sobre todo el de Orfeo liberando a Eurídice del Infierno. Aunque
las variantes del tema pueden ser numerosas, la composición básica es la representación
de la figura de Cristo cogiendo con su mano derecha la muñeca de Adán, de quien tira.
9) Resurrección: es, sin duda, el pasaje que representa el dogma esencial de la religión cristiana
y que garantiza la resurrección del fiel cristiano. Se trata de un momento narrado
por todos los Evangelios Canónicos y por muchos relatos apócrifos y, en el plano iconográfico,
supuso la aparición de varios temas y escenas, entre los que destacan la propia resurrección,
cuyo esquema básico es la representación simbólica de una cruz desnuda con el monograma
de Cristo; el tema de las tres Marías en el santo sepulcro, que es el que tuvo una
mayor repercusión, y la plasmación de la figura de Cristo saliendo del sarcófago o
colocado sobre él.
10) Apariciones de Cristo: también llamadas Cristofanías, las apariciones de Cristo resucitado, narradas tanto por los Evangelios como por
los Apócrifos, simbolizan para el cristianismo la prueba y evidencia de la veracidad
de la resurrección cristiana, por lo que su traslado al campo artístico tuvo una gran
importancia. Dieron lugar a la creación de varios temas iconográficos, entre los que
destaca el Noli me Tangere (no me toques), que plasma la aparición de Cristo a María Magdalena; los peregrinos
de Emaús y la duda de santo Tomás que, aun siendo sólo narrada por Juan (20:24-29),
alcanzó un notable éxito en la iconografía cristiana, existiendo imágenes desde, al
menos, el siglo V.
11) Ascensión: La ascensión de Cristo a los cielos es narrada por los Hechos de los Apóstoles (1:9-12)
y su iconografía presenta características distintas en el arte bizantino y en el arte
occidental, vinculadas con las dos naturalezas de Cristo. En Oriente se suele representar
a Cristo de frente, hierático y situado en el interior en la mandorla mística, mientras
que en Occidente es representado generalmente en un movimiento ascendente, con los
brazos extendidos y mostrando las llagas de su martirio.
12) Pentecostés: el tema iconográfico cristiano que se conoce como pentecostés no plasma gráficamente
el relato bíblico que narra la escena que tiene lugar en el cenáculo cincuenta días
después de la Pascua, sino que representa la aparición de Cristo resucitado a los
apóstoles, quienes reciben la misión de evangelizar el mundo (Mateo, 28:19; Marcos,
16:15). El tema puede presentar dos variantes fundamentales, en función de la presencia
o no de la Virgen.