Iconografía del poder
Índice
Introducción
Objetivos
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Estudio de la creación de la imagen pública del rey en el mundo moderno, en particular de los reyes de la dinastía Habsburgo en la monarquía hispánica, en los siglos XVI y XVII.
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Análisis de las fuentes visuales y textuales que fueron utilizadas en un complejo proceso de configuración de una iconografía del poder, en la que el arte del retrato ser pone al servicio de la propaganda y la ideología.
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Estudio de estos hechos desde una óptica diacrónica, a través de los testimonios, de los cambios y variantes que se dan en cada reinado o dentro de los diferentes géneros artísticos de que se trate.
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Aplicación del método iconológico para entender el valor y el significado de un determinado programa o de un retrato en su contexto, a partir de la relación existente entre realidad y representación.
1.El retrato como propaganda política y religiosa
1.1.La figura del «caballero cristiano»
«¡En pie!, pues; ceñida vuestra cintura con la Verdad y revestidos de la Justicia como coraza, calzados los pies con el Celo por el Evangelio de la paz, embrazando siempre el escudo de la Fe, para que podáis apagar con él todos los encendidos dardos del Maligno. Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios; siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos, y también por mí, para que me sea dada la Palabra al abrir mi boca y pueda dar a conocer con valentía el Misterio del Evangelio, del cual soy embajador entre cadenas, y pueda hablar de él valientemente como conviene.»
San Pablo, Epístola a los Efesios (6:10-17).
2.La emblemática política. Imágenes del «buen gobierno»
«El mancebo y el potro son briosos,\y más han menester freno, que espuela,\con poca edad, lozanos y furiosos\en su carrera, el uno y otro, vuela.\Fatigadlos, no estén jamás ociosos,\domadlos, en el campo y en la escuela [...]».
Sebastián de Covarrubias Orozco, Emblemas morales (1610, Libro 1, Emblema 64, s/p).
«Conviene enseñar al Principe desde su juventud, a domar y enfrenar el potro del poder, porque si quisiere llevarle con el filete de su voluntad, dará con él en grandes precipicios. Menester es el freno de la razón, las riendas de la política, la vara de la justicia y la espuela de valor, fixo siempre el Principe sobre los estrivos de la prudencia [...]».
Diego Saavedra Fajardo, Idea de un príncipe político cristiano representada en cien empresas (1642, Empresa XX, pág. 127).