Captando el valor creado a través de la estrategia de precios

  • M. Jesús Martínez-Argüelles

     M. Jesús Martínez-Argüelles

    Profesora agregada de Organización de Empresas y miembro del grupo de investigación sobre Management & eLearning de la UOC. Es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales (Universidad de Oviedo), máster en Economics (Universidad Pompeu Fabra) y doctora en Ciencias Económicas y Empresariales (Universidad de Barcelona). En la UOC, ha sido directora de la diplomatura en Ciencias Empresariales y del grado en Administración y dirección de empresas; y actualmente es directora del máster en Dirección de organizaciones en la economía del conocimiento, y subdirectora de docencia de los Estudios de Economía y Empresa.

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Segunda edición: febrero 2019
© M. Jesús Martínez-Argüelles
Todos los derechos reservados
© de esta edición, FUOC, 2019
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Diseño: Manel Andreu
Realización editorial: Oberta UOC Publishing, SL
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Introducción

Mercadona, una de las empresas españolas líderes en el sector de la gran distribución de alimentos, en los años noventa del siglo pasado introdujo una innovación sustancial en la estrategia de precios que le ha generado unos elevados réditos. Esta estrategia, a la que llamó siempre precios bajos (SPB), consiste en garantizar al consumidor el precio unitario más bajo del mercado y prescindir de ofertas u otras promociones de ventas.
Mercadona acompañó esta innovación de otras importantes medidas, como la orientación al cliente y la preocupación por tener unos costes muy ajustados; y ha tenido tal éxito que le ha permitido pasar de ser una empresa local, con un reducido número de establecimientos, a ostentar el liderazgo del segmento de supermercados en España e iniciar su expansión a otros países como Portugal.
En sus lineales, la cadena de tiendas Carrefour acompaña los precios de algunos de sus productos con los de Mercadona y el mensaje «somos más baratos que Mercadona».
Fuente: https://www.flickr.com/photos/comcinco/3235730397
Juan Roig, el presidente de Mercadona, adoptó la política de SPB tras ver fracasar su proceso inicial de expansión a través de ofertas gancho de reducción de precios, apoyadas en fuertes campañas de publicidad. Al constatar que el margen que perdía en los productos en promoción no llegaba a recuperarlo con la venta de otros productos, decidió dejar de aplicar esta estrategia. Aún hoy, Juan Roig sigue desconfiando del uso de los típicos folletos de promociones, por lo que es la única cadena de supermercados que no los utiliza. ¡Para qué hacer ofertas si todos los productos se tienen siempre a precios bajos!
Los establecimientos de la competencia, como Carrefour y Caprabo, han seguido manteniendo su política de descuentos y ofertas periódicas, si bien la estrategia de precios de Mercadona les ha condicionado, y han tenido que reducir precios y establecer campañas de comparación explícita entre los precios de sus establecimientos y los de Mercadona. Pero la rivalidad en el sector de la distribución comercial es feroz, y no se limita a los operadores tradicionales. Comparadores como Soysuper favorecen la transparencia de precios y ofertas en el mercado, y espolean aún más la competencia en precio.
Soysuper facilita las comparaciones de establecimientos y la compra en línea
¿Qué ventajas presenta la política de precios siempre bajos para Mercadona?; ¿cómo influye en su rentabilidad este seguimiento diario y preciso por parte de la competencia?, ¿y la existencia de comparadores en línea? ¿Cuál es el atractivo fundamental de la propuesta de valor de Mercadona? ¿Sería conveniente para Carrefour y Caprabo cambiar sus estrategias de precios?
Para dar respuesta a estas preguntas y otras similares es necesario conocer los sistemas que cabe utilizar para fijar los precios, las limitaciones que presentan y las tácticas que se pueden utilizar para adaptarlos de manera dinámica a cada segmento del mercado, y casi a cada cliente. Ese es, en esencia, el contenido del módulo que se presenta a continuación, y con el que nos proponemos explicar qué decisiones pueden tomar los especialistas y directivos de marketing en materia de precio para sobrevivir en un entorno como el actual: globalizado, competitivo y con menores asimetrías informativas entre las empresas y los consumidores.

Objetivos

A través del estudio de este módulo nos proponemos que toméis conciencia de la relevancia de adoptar una estrategia de precios adecuada, pues de ella dependen directamente los ingresos que obtendrá la empresa. Las empresas persiguen obtener la máxima compensación posible de la propuesta de valor realizada al cliente; ahora bien, este objetivo se debe alcanzar en coherencia con el resto de herramientas del marketing mix y de acuerdo con un comportamiento lícito y socialmente ético.
Los objetivos que se pretenden alcanzar en este módulo son:
  1. Comprender la importancia de la estrategia de precios en marketing.

  2. Entender cómo influyen, en la determinación de precios, los costes de la organización, el comportamiento de la demanda y los factores del entorno (sobre todo, la competencia).

  3. Reconocer la importancia del precio dentro de la propuesta de valor puesta a disposición de los clientes.

  4. Conocer y saber aplicar los diversos métodos de fijación de precios, identificando las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos.

  5. Identificar tácticas diversas para reducir los precios a los clientes.

  6. Saber que existen estrategias de precios ilegales y otras que, si bien no son ilegales, plantean dilemas éticos en su aplicación.

1.Valor y precio

El proceso para determinar el precio al que la empresa estará dispuesta a intercambiar el producto con los compradores potenciales constituye una tarea compleja, que se adopta en un contexto de incertidumbre y en el que se ha de tener en cuenta lo que ganan y sacrifican tanto la empresa como los clientes que adquieren el producto.
En este primer apartado del módulo vamos a analizar con detalle los elementos del precio que lo hacen tan importante para los clientes, y conoceremos por qué el precio tiene que ser coherente con la estrategia organizativa y el mix de marketing de la empresa.

1.1.El precio que paga el cliente

El universo del marketing es, en esencia, el universo de los intercambios de bienes, servicios e ideas que aportan valor a quienes los consumen. Y dado que los intercambios son la base de la economía de mercado, los precios están presentes, aunque sea con distintas denominaciones, prácticamente en todas partes. Los derechos de matrícula que los estudiantes pagan por acceder a sus estudios universitarios, los honorarios profesionales de abogados y dentistas, y las cuotas que satisfacen los miembros de una mutua de salud son precios, aunque no reciban esta denominación. También lo son los peajes de las autopistas, el salario que perciben los trabajadores por su actividad laboral o los intereses y comisiones que las entidades financieras hacen pagar a los clientes por sus créditos hipotecarios.
El precio es el valor, monetario o no, que el comprador de un producto entrega a cambio de la utilidad que recibe por la adquisición del mismo.
Normalmente, cuando hablamos del precio nos referimos al valor monetario que los consumidores entregan a cambio del producto que adquieren. Sin embargo, no debemos olvidar que el cliente, cuando evalúa la propuesta de valor que le realizamos, compara el beneficio que obtiene del producto con el sacrificio que le supone comprarlo o utilizarlo, y este sacrificio incluye los costes monetarios en los que incurre, pero también los costes no monetarios.
Para comprender mejor esta definición del precio cabe pensar en una persona que ha decidido alquilar una vivienda. Además del valor monetario, el dinero, que tendrá que abonar al arrendador periódicamente en concepto de alquiler, deberá hacer frente a otros costes asociados al acto de compra: como la búsqueda y comparación en línea de viviendas en alquiler que recogen portales especializados, los desplazamientos y visitas para comprobar in situ las ofertas que más le interesan, las esperas, los trámites contractuales, el desembolso de un depósito de garantía, etc. Muchos de estos costes no son monetarios porque no se materializan directamente en forma de pagos o desembolsos de dinero, pero también forman parte del sacrificio que el cliente debe realizar para hacerse con el alquiler de la vivienda.
Creando valor
Para un estudiante que se plantea acceder a la universidad y trata de averiguar cuáles son los costes asociados a esta decisión, los derechos de matrícula no son el único factor –ni siquiera el más importante– que deberá tener en cuenta.
Los estudios superiores acarrean también otros costes monetarios, como transporte, alojamiento (si la universidad está lejos de su domicilio), libros y material complementario; e incluso comportará costes no monetarios, como el tiempo y esfuerzo que tendrá que invertir en seleccionar la mejor universidad y en elegir la carrera más idónea. ¿Eso es todo? En realidad, no. El estudiante también deberá considerar el coste de oportunidad, es decir, los ingresos que dejará de recibir por asistir a clase en lugar de ocupar un empleo lucrativo.
La universidad en línea permite reducir algunos de los costes asociados a los estudios universitarios tradicionales, que tienen carácter presencial, lo que aporta un valor adicional al estudiante. Por ejemplo, reduce hasta mínimos el coste de transporte, y el de alojamiento, si fuera el caso; e incluso el coste de oportunidad ocasionado por tener que dejar de trabajar para estudiar. Esto último es debido a que la universidad en línea permite compatibilizar estudios y trabajo. No obstante, los estudiantes universitarios que trabajan tienen claro que uno de sus mayores sacrificios en que incurren es el gran coste de oportunidad derivado de los momentos que dejan de poder compartir con su familia y amigos si realmente quieren formarse.
Las numerosas iniciativas en línea que tienen como misión disminuir los costes de comparar entre las propuestas de valor realizadas por las compañías de un sector (Atrápalo, Google Shopping, Kelkoo, etc.) constituyen una evidencia notoria de la relevancia que estos costes no monetarios tienen para los consumidores en sus procesos de decisión de compra. De la mano de estos comparadores en línea, los consumidores pueden realizar búsquedas cada vez más potentes, rápidas y refinadas, en prácticamente todas las categorías de producto.
Google Shopping
La Comisión Europea vela por que no se produzcan casos de competencia desleal y haya una justa y leal competencia, también entre sitios de comparación de precios. En 2017, la Comisión multó a Google con una cifra entonces récord de 2.424 millones de euros por el tratamiento preferente que daba el buscador al servicio de comparación de precios Google Shopping.
En cumplimiento de esa sentencia, Google tuvo que cambiar la estructura de su página de resultados para que, en los resultados destacados, no aparecieran sistemáticamente los enlaces a páginas de Google Shopping y sus competidores en comparativas de precios, algunos de ellos con posiciones competitivas más ventajosas que las de Google Shopping, quedaran invariablemente relegados a posiciones inferiores que pasan desapercibidas para los usuarios. Las prácticas de Google favorecieron, según la Comisión Europea, a Google Shopping sin que los consumidores fueran conscientes del sesgo.
Los comparadores en línea facilitan de manera considerable el proceso de decisión de compra de los consumidores. De una parte, porque reducen las asimetrías informativas que tradicionalmente han existido entre los consumidores (que habitualmente han dispuesto de información limitada sobre los productos) y las empresas (que cuentan con amplia información sobre su propuesta de valor); y de otra, porque impulsan la rivalidad entre empresas, especialmente sobre la base del precio (Rodríguez-Ardura, 2017).
Ejemplo
Si realizamos una búsqueda de comparadores, el listado que nos aparece es abrumador. Existen comparadores generalistas, que permiten comparar una gran variedad de productos de sectores muy diversos, como son Idealo, Rastreator.com o Google Shopping, entre otros muchos; y existen otros especializados en sectores concretos como son, por ejemplo, iAhorro.com en productos financieros, Acierto.com en seguros o PackLink en el envío de paquetería.
Uno de los sectores en los que más se utilizan los comparadores en línea es el de las reservas de hoteles, siendo Trivago uno de los comparadores más exitosos. Este comparador va más allá de la simple comparación de precios de las reservas hoteleras, puesto que tiene en cuenta las preferencias de los clientes en cuanto al nivel de precio que están dispuestos a pagar, la ubicación e incluso las opiniones de aquellos clientes que ya han disfrutado de la estancia previamente.
Trivago facilita a los viajeros disminuir el tiempo que deben invertir en comparar las ofertas de los diferentes hoteles.
En la actualidad, cualquier hotel sabe que aparecerá en estos comparadores. Esa circunstancia influye no solo en su estrategia de precios sino también en el resto de su propuesta valor, en la medida en que el comparador también tendrá en cuenta otros aspectos diferentes del precio.
Las organizaciones deben prestar atención al precio directo que debe pagar el cliente, así como a todos los costes monetarios y no monetarios en los que debe incurrir para adquirir el producto.
Podemos imputar el mismo precio que los competidores a los productos que comercializamos, pero si para adquirir nuestros productos los clientes deben incurrir en unos costes adicionales en los que no incurren si compran el de nuestros competidores, estaremos en clara desventaja competitiva, porque nuestra propuesta de valor será menos atractiva. Por ejemplo, en las compras realizadas a través de internet un elemento competitivo esencial, más allá del propio precio del producto, lo constituyen los gastos y el tiempo de entrega, y el coste de devolución, si fuera necesaria. Esta circunstancia ha sido tenida en cuenta por Amazon en la aplicación de su política de precios Prime, que ofrece a sus suscriptores una tarifa plana anual que cubre gastos de envío, reduce los tiempos de entrega y proporciona gratuitamente otros servicios que varían según el país (series y películas de Prime Video, almacenamiento ilimitado de fotos en la nube Prime Photo, canciones de Prime Music, etc.). Esta política ha favorecido el crecimiento de Amazon, siendo, además, los clientes de Prime los que más gastan en la tienda y los más fieles a la marca.
Creando valor
La importancia que tienen los costes adicionales en los que incurre el consumidor, aparte del precio directamente pagado por el bien o servicio básico, es muy relevante en sectores como el del transporte. Tanto es así que las propuestas de valor cuyo propósito es precisamente facilitar la comparación entre los costes totales a los que debe hacer frente el comprador con cada empresa tienen una acogida muy favorable entre los consumidores.
Este es el caso del buscador de viajes Trabber. Este buscador, para realizar la comparación entre las diferentes ofertas, no solo tiene en cuenta el precio del billete, sino que a este precio le agrega, si procede, los gastos de gestión, las comisiones por facturar maletas y los recargos por uso de tarjetas de crédito. De ahí que se haga llamar el buscador de viajes transparente. Al final lo que le interesa al consumidor no es que el precio inicial del billete sea estupendo, sino que lo que acaba pagando al ultimar el proceso de compra sea realmente estupendo.
Actividad
1. A raíz de la Gran Recesión, la comercialización de productos de segunda mano experimentó una gran expansión, sobre todo la mediada a través de intermediarios virtuales. Wallapop y Vibbo, que facilitan la compraventa de todo tipo de productos de segunda mano entre particulares, han conseguido hacerse muy populares en pocos años.
También han surgido sitios y aplicaciones móviles especializadas en determinados productos, como por ejemplo, Vestiarie Collective, dedicada a ropa y accesorios vintage de marcas de lujo. Con su eslogan, «El mejor sitio donde intercambiar ropa del mundo», también están de acuerdo fashionistas apasionados por la moda, que son precisamente parte de su público objetivo, como podéis ver en este vídeo:
Vestiaire Collective features Chloë Sevigny: vintage muse
Reflexionad sobre cómo afecta la existencia de estos sitios y aplicaciones para la compra de prendas de segunda mano al proceso de decisión de compra de un vestido nuevo.
La teoría económica clásica considera que el precio es la única variable que influye sobre la demanda, es decir, que cuanto menor es el precio del producto, mayor será la cantidad demandada por los consumidores. No obstante, se debe tener en cuenta que la psicología y la teoría económica posterior han subrayado la importancia de otros factores de carácter emocional o hedónico que ejercen una influencia directa, consciente o inconsciente, sobre las decisiones de compra de los consumidores. De hecho, un buen programa de comunicación de marketing integrada no solo debe considerar los elementos objetivos de la propuesta de valor (como el precio o las prestaciones del producto), sino también elementos subjetivos que estimulan y refuerzan el deseo de compra de los consumidores. Muchos programas de comunicación de marketing hacen hincapié en la dimensión emocional del producto y prescinden casi por completo de una presentación más o menos formal de los aspectos funcionales o utilitarios del mismo. La gran mayoría de las comunicaciones de marketing para coches son un ejemplo.
Los anuncios de BMW, desde su ya clásico ¿Te gusta conducir?, ponen el acento en la extraordinaria experiencia que supone conducir uno de sus coches. La campaña «Cuando conduzcas, conduce» refuerza esta idea sin abordar las prestaciones concretas del coche.
Dependiendo del tipo de producto, la importancia del precio es más o menos acusada en el proceso de decisión de compra. Y, en épocas de recesión, cuando existe menos dinero disponible, el factor precio resulta más decisivo. Por ejemplo, tal y como veíamos en el caso inicial sobre Mercadona, durante los años de la Gran Recesión el precio ha sido un factor primordial en la elección de supermercado.

1.2.La dificultad de fijar el precio

Como iremos comprobando a lo largo de este módulo, determinar el precio que tendrá el producto no es una tarea sencilla. Habrá que considerar diversos aspectos externos a la empresa que condicionan el precio final del producto y que tienen que ver, fundamentalmente, con el comportamiento de la demanda y de la competencia; pero también con aspectos internos, como son la estrategia y los costes empresariales.
El principal objetivo de los consumidores a la hora de realizar una compra es conseguir un valor razonable, esto es, un buen equilibrio entre los beneficios que les proporciona el producto y los costes que deben asumir para hacerse con él y utilizarlo. Por su parte, el propósito esencial en materia de precios del responsable de marketing es conocer cuál es el valor que los consumidores atribuyen al bien o servicio y aproximar el precio lo máximo posible a ese valor. En la medida en que para la empresa resulta difícil evaluar el valor que un cliente concreto atribuye a un bien o servicio, la determinación de los precios está sometida a una dosis de incertidumbre que habrá de gestionar adecuadamente. Del acierto en esta gestión dependerá el éxito del negocio.
Ejemplo
La película Moneyball: rompiendo las reglas (titulada El juego de la fortuna en Argentina, Chile, Colombia, México y Perú), que adapta al cine la novela Moneyball: the art of winning an unfair game, evidencia la difícil tarea de los ojeadores de béisbol a la hora de seleccionar estrellas emergentes y decidir qué debe pagar el club por su fichaje.
En este corte de la película, el personaje interpretado por el actor Jonah Hill (e inspirado en el directivo de clubes de béisbol Paul DePodesta) explica al gerente del equipo de béisbol Oakland Athletics (que interpreta Brad Pitt) que, con frecuencia, los clubes de béisbol pagan más de lo que debieran por las grandes estrellas del deporte o incluso por jugadores jóvenes que todavía no han mostrado su valía. Esta dificultad para asignar un precio adecuado a los jugadores es fruto de la incertidumbre, tanto sobre la evolución futura de las capacidades de cada jugador en la competición como sobre su encaje en el equipo profesional concreto que está considerando su fichaje.
Moneyball: rompiendo las reglas muestra que las decisiones sobre la estrategia de precios –que se concretan en este caso en la selección y retribución de los jugadores de béisbol– se deben fundamentar en datos objetivos, evitando dejarse llevar por elementos no esenciales sobre la valía de los jugadores. En la actualidad, la tecnología digital facilita enormemente la obtención y procesamiento de los datos clave sobre los jugadores, por lo que ayuda a tomar decisiones más acertadas.
Durante la mayor parte de la historia las decisiones en materia de precios han sido fruto de la negociación directa del vendedor con cada comprador; pensemos, por ejemplo, en una feria o mercado de productos agrícolas. En este proceso de negociación, el vendedor intenta aproximar su precio al valor que le atribuye el cliente al bien o servicio, mientras que el cliente procura que el sacrificio asumido por comprar el bien sea el mínimo posible.
La fijación de un precio único para múltiples compradores es una idea reciente, vinculada al desarrollo, durante el último siglo, de la venta al detalle en el mundo occidental. Esta idea tuvo un éxito fulgurante y se fue expandiendo en el comercio, puesto que facilitaba el control del sistema de ventas en establecimientos en los que concurren gran cantidad de vendedores y compradores. Sin embargo, en la actualidad la tecnología digital ha comenzado a invertir esta tendencia, al permitir a empresas y consumidores de todo el mundo obtener en un instante información sobre precios, compararlos e incluso negociarlos en línea, a través de subastas, como puede ser eBay. Al mismo tiempo, la tecnología digital pone en manos de los vendedores la posibilidad de recoger y analizar información acerca de los hábitos de compra de los consumidores, sus características personales y familiares, así como sus preferencias. Esa información facilita el diseño de productos adaptados a sus necesidades específicas, así como la posibilidad de discriminar precios en función de las características de cada segmento de consumidores, o incluso de cada consumidor en particular.
Ejemplo
La evolución de la importancia y las funciones del revenue manager (gestor de ingresos) en los hoteles es una muestra de la relevancia y complejidad creciente de las decisiones de precio. Hace poco más de una década resultaba difícil encontrar esta figura en una cadena hotelera o un hotel independiente, mientras que actualmente no solo está presente sino que ha ganado peso estratégico dentro de la organización, convirtiéndose en una pieza central de la actividad del hotel.
Ofertas de trabajo para revenue managers
Fuente: captura de pantalla de Infojobs
Fuente: captura de pantalla de Infojobs
La función del revenue manager consiste en desarrollar estrategias para comercializar el producto adecuado, al cliente adecuado, en el momento y con los precios más adecuados. Las oportunidades derivadas del uso de los métodos de análisis descriptivos y predictivos y del big data han impulsado la importancia estratégica de este puesto, que contribuye decisivamente a la rentabilidad de los hoteles.

1.3.La estrategia de negocio y los precios

El precio es un instrumento de marketing con el que los especialistas y directivos de marketing buscan contribuir a los objetivos del negocio. En general, la formulación de la estrategia de precios responde a alguno de los siguientes propósitos: maximizar el beneficio de la empresa, maximizar la rentabilidad de la inversión realizada, aumentar las ventas y/o la cuota de mercado.
Para obtener rentabilidad, las empresas deben optar, en esencia, entre dos fórmulas: rotación o margen. Es decir, deben apostar por vender un volumen elevado de unidades, obteniendo un margen reducido en cada una de ellas o, por el contrario, deben centrarse en comercializar un número más reducido de unidades, pero logrando un margen elevado en cada unidad vendida.
Podemos ver la diferencia entre una y otra estrategia si pensamos, por ejemplo, en el sector de la restauración. Los restaurantes de comida rápida o aquellos restaurantes que no admiten reservas y tienen amplios horarios de apertura, como hace el restaurante Les Quinze Nits en Barcelona, adoptan una estrategia de rotación. En cambio, los restaurantes que atienden a un reducido número de clientes por noche, habitualmente bajo reserva, y que atesoran una o varias estrellas Michelin, como el restaurante ABaC, regentado por el chef Jordi Cruz, están aplicando una estrategia de margen.
En función de que se opte por una estrategia de rotación o de margen, el nivel de precio será notoriamente diferente, siendo mucho más reducido en el primer caso y más elevado en el segundo. Además, la estrategia de precios debe ser coherente con las políticas que los responsables de marketing despliegan para el resto de ingredientes del marketing mix, por lo que se fijarán precios reducidos para estimular las ventas de productos sencillos y funcionales, orientados a la mayoría del mercado, y precios elevados para productos con una imagen de alta calidad y exclusividad.
Ejemplo
Manolo Blahnik es una de las marcas de zapatos más prestigiosas del mundo. Los icónicos manolos (así se conoce a los zapatos de la marca) se caracterizan por un diseño innovador, exclusivo y una elaboración extremadamente cuidadosa y artesanal. El precio mínimo de un par de zapatos de esta marca se sitúa próximo a los 800 euros.
La estrategia de Manolo Blahnik contrasta visiblemente con la de la marca Marypaz, que ha ido ganando terreno en el mercado español del calzado en los últimos años y cuyos zapatos suelen costar entre 20 y 30 euros. De la misma manera que sus precios son muy distintos a los de Manolo Blahnik, el número de unidades comercializadas también lo es. Marypaz debe vender un elevadísimo volumen de pares de zapatos para conseguir que su negocio sea rentable.
Fuente: captura de pantalla de Maripaz
Fuente: captura de pantalla de Maripaz
La clave para aplicar con éxito una estrategia de margen es realizar una propuesta de valor, fundamentada en uno o varios atributos clave del producto, que genere un elevado valor añadido al cliente. En esta estrategia es fundamental que el cliente perciba este valor superior, lo reconozca, esté dispuesto a pagar por él y, por supuesto, tenga la capacidad económica suficiente como para poder permitírselo.
Actividad
2. Como potenciales directivos o empresarios que sois, ¿pensáis que sería buena idea tener un margen unitario elevado y, además, vender un volumen elevadísimo de unidades? ¿Es esta una estrategia posible? Y si es así, ¿bajo qué condiciones?
Más allá de la estrategia general de precios que adopte la empresa, los objetivos concretos de la política de precios en un periodo dado del tiempo pueden ser muy variados. Por ejemplo, el objetivo de algunas empresas que operan en entornos muy cambiantes y se enfrentan a una intensa competencia puede ser simplemente sobrevivir. Para conseguirlo tratarán de fijar un precio que cubra sus costes fijos y, en la medida de lo posible, sus costes variables. Otras empresas, en un determinado momento, pueden reducir el precio para aumentar el número de unidades vendidas, basándose en la idea de que al fabricar más unidades se reducirán los costes unitarios (mediante el logro de economías de escala) y, consecuentemente, aumentarán los beneficios a largo plazo. O, en otros casos, la política de precios simplemente persigue responder a ataques directos de los competidores, bien sea porque estos han fijado precios más agresivos o han mejorado su propuesta de valor.
En cualquier caso, es importante que la política de precios sea flexible, es decir, que pueda responder con rapidez a los cambios que suceden en el entorno. Esta es, de hecho, una de las variadas ventajas que ofrece el comercio electrónico y el marketing móvil a las empresas, ya que les permite cambiar el nivel de precios a cada instante en función de los cambios en la demanda, de las variaciones en sus propios costes o de la actuación de la competencia.
Muchas tiendas establecen políticas de precio mínimo garantizado o aseguran a sus clientes que, si encuentran el artículo a un precio más económico en la competencia, les abonan la diferencia. Algunos detallistas en línea, como Amazon, incluso se abren a la colaboración de los consumidores para que les informen sobre empresas o establecimientos que ofrecen precios más baratos para los productos que distribuyen, y luego utilizan esta información para mejorar su propuesta de valor.
Fuente: https://images.pexels.com/photos/34577/pexels-photo.jpg?w=1260&h=750&auto=compress&cs=tinysrgb

1.4.El precio como variable del marketing mix

Los objetivos de la estrategia de precios deben estar en consonancia con los objetivos globales de la empresa y, más en concreto, con los objetivos de marketing. Además, el precio tiene considerables implicaciones, tanto en las percepciones que se forman los consumidores como en el resto de las variables del marketing mix. De ahí que resulte esencial conocer las principales características del precio como herramienta de marketing.
El precio es el único elemento de marketing mix que representa una fuente de ingresos directa, disponiendo, además, la empresa de una gran flexibilidad para modificarlo. El precio constituye una herramienta competitivamente poderosa y con un fuerte impacto psicológico sobre el cliente en el momento de posicionar una marca, de ahí que sea fundamental que se fije de manera coherente con el resto de variables del marketing mix.
Veamos con detalle cada una de las particularidades del precio como herramienta de marketing:
a) El precio es la única herramienta de marketing que proporciona ingresos. ¿Qué tienen en común una campaña de comunicación, el diseño de un nuevo producto, un cambio de envase o los acuerdos de distribución entre una empresa y sus mayoristas? La respuesta es que todos ellos suponen un coste para la empresa. De todos los ingredientes del marketing mix solo el precio constituye una fuente de ingresos. Por eso el precio tiene un impacto directo y positivo sobre los resultados de la empresa, ya que estos se calculan restando de los ingresos los costes totales. Y, a su vez, los ingresos se obtienen al multiplicar las unidades vendidas por su precio unitario.
El hecho de que solo el precio sea una fuente de ingresos no quiere decir, naturalmente, que las decisiones sobre el producto o las decisiones en comunicación de marketing integrada no tengan influencia sobre los ingresos. La tienen y muy notable, pero es una influencia indirecta, más difícil de objetivar.
El precio en los mercados empresariales B2B
Esto es cierto incluso en los mercados B2B, integrados por empresas e instituciones públicas y privadas con un propósito diferente al consumo personal. Los jefes de compras, conscientes del impacto de los precios sobre la competitividad de sus empresas, intentan reducirlos a toda costa. Según algunos estudios, solo la calidad puede llegar a superar en importancia al precio en este tipo de decisiones de compra.
b) El precio es el instrumento de marketing más flexible. Mejorar las prestaciones de un producto, seleccionar a nuevos distribuidores o cambiar la mentalidad del equipo de ventas son tareas que requieren cierto tiempo. Con los precios ocurre lo contrario: es posible cambiarlos con gran rapidez y tantas veces como resulte necesario. Aunque, como se verá, modificarlos frecuentemente también puede entrañar ciertos riesgos.
Las aerolíneas constituyen un sector donde es habitual aplicar precios dinámicos, que fluctúan casi constantemente en función de la demanda y la disponibilidad existentes en cada momento.
c) El precio es una poderosa herramienta competitiva. Si, como acabamos de ver, el precio tiene un impacto directo sobre los ingresos –y, por tanto, sobre los beneficios– y, además, es posible modificarlo a corto plazo, no debe resultar extraño que las empresas lo utilicen de forma intensiva para hacer frente a sus competidores. De ahí que se produzcan guerras de precios, como las que frecuentemente protagonizan las empresas que ofrecen telefonía y acceso a internet.
El problema es que el precio es un arma efectiva pero peligrosa. Las guerras de precios pueden conducir a una situación del tipo «juego de suma cero», en la que ninguno de los competidores logra mejorar su posición. Y es posible, incluso, que al final todas las empresas del sector se encuentren en una situación peor de la que estaban inicialmente. Esto es lo que sucede cuando cada empresa mantiene su cuota de mercado, pero como los precios han bajado, sus ingresos acaban siendo inferiores.
Ejemplo
La guerra de precios desatada en el sector de las telecomunicaciones español llevó a que, entre 2011 y 2016, perdiera casi una cuarta parte de su facturación, pasando de 32.000 millones de euros anuales a apenas 24.000 millones.
No obstante, el sector ha revertido esta tendencia: las tarifas a precios cada vez más reducidos han dejado paso al aumento de la calidad en los servicios ofrecidos, acompañado, eso sí, por un incremento del precio. Lo ha puesto de manifiesto el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete: «Mejoramos la oferta con más prestaciones por un poco más de dinero. Y la vamos a seguir mejorando» (Muñoz, 2017); y también Antonio Coimbra, consejero delegado de Vodafone España: «La única opción de las compañías es aumentar valor para que los clientes estén dispuestos a pagar más» (Page, 2017).
Este cambio de tendencia pone de manifiesto que las empresas del sector han comprendido que la guerra de precios ha perjudicado sustancialmente su facturación. La apuesta compartida por estas empresas es la de dar más calidad en los servicios, brindar la mejor oferta integral (móvil, internet, TV), ofertar más datos, más velocidad, etc., pero todo a cambio de tarifas crecientes. Es decir, a cambio de poder volver a subir precios después de haberlos rebajado tanto.
d) El precio tiene un fuerte impacto psicológico sobre el consumidor. Desde el punto de vista del consumidor, los precios tienen una naturaleza informativa, ya que le facilitan la tarea de comparar las distintas marcas y modelos que se le ofrecen. De hecho, los consumidores se hallan tan habituados a procesar información sobre precios que suelen utilizarlos para realizar inferencias sobre la calidad de los productos. Así, se tiende a creer que los bienes y servicios de precio más elevado son de mejor calidad que los más baratos.
Precio y calidad
La creencia de que a más precio mayor calidad está fundamentada en la idea de que los precios constituyen un reflejo de los costes en los que incurre la empresa para realizar su oferta de valor a los clientes. En el fondo, para el consumidor un precio alto constituye una garantía de que se ha tenido que incurrir en unos costes más elevados para ofrecerlo. Este hecho se manifiesta en el refrán popular «nadie da duros a cuatro pesetas». Es fundamental que los vendedores no defrauden esta confianza depositada por los clientes. Se debe tener en cuenta que, en última instancia, estudios como el de Compra maestra de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) intentan corroborar que esta relación es cierta.
Los especialistas y directivos de marketing saben muy bien que el precio es una poderosa herramienta de comunicación. De hecho, el precio posiciona a la marca más rápidamente que cualquier otro elemento del marketing mix.
Las empresas se pueden valer de la influencia que el precio ejerce sobre la imagen de sus productos para sacar el máximo provecho de sus programas de marketing. Así, por ejemplo, algunas marcas de cosméticos son capaces de cobrar un precio superior por sus productos. Con el apoyo de componentes novedosos incorporados al mismo y gracias a su estrategia de comunicación de marketing, construyen un posicionamiento basado en la calidad que les permite fijar unos precios más elevados. A la postre, esos mismos precios son los que contribuyen a reforzar la percepción del consumidor de que el producto es realmente de calidad superior.
Creando valor
L’Oréal es uno de los líderes en el mercado mundial de cosméticos. Su conocido eslogan Porque yo lo valgo ha cumplido ya cuarenta años. La popularidad del eslogan es tal que, además de haberse integrado en nuestro acervo común, ha sido objeto de infinitos memes. Con esta expresión L’Oréal intenta reforzar la idea de que el esfuerzo económico adicional que puede suponer la compra de sus productos nos lo merecemos, porque mejorarán nuestro bienestar y apariencia personal. En definitiva, que, en esta ocasión, ¡rascarse el bolsillo merece la pena!
L’Oréal añade valor con sus productos. No son especialmente baratos, pero son apreciados por los clientes. Así, motiva al consumidor a que no solo se centre en el precio en el momento de adoptar su decisión de compra.
El mensaje que el precio de un producto envía a los consumidores debe ser coherente con su estrategia de marca. Una empresa que comercializa relojes de lujo no puede aplicar las mismas políticas de precios que un fabricante de relojes digitales dirigidos a un público masivo. Tampoco puede elegir el mismo tipo de establecimiento para distribuirlos. Y su comunicación de marketing integrada deberá centrarse en aquellos valores e ideas que justifican el precio del producto (por ejemplo, la calidad, exclusividad y el estilo de vida que transmite, entre otros aspectos). Por eso, aunque sea posible modificar a corto plazo la estrategia de precios, antes de hacerlo es imprescindible evaluar a fondo el impacto potencial de cualquier cambio en el nivel de precios sobre la estrategia global de marketing de la empresa. En definitiva, debe existir una coherencia y retroalimentación positiva entre las diferentes variables del marketing mix, incluyendo el precio.
Zara, en sus inicios, aplicaba una estrategia de precios muy bajos, similar a la que ahora despliega Primark, pero a principios de los años noventa del siglo pasado fue capaz de cambiar su propuesta de valor hacia una relación precio-calidad superior. Esta estrategia tiene éxito porque se ha acompañado de otras medidas como, por ejemplo, más variedad y diversidad de la oferta, una mejor y más cuidada apariencia de las tiendas físicas y su integración con el canal en línea.
Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a2/Zara_Brisbane.jpg
Además, hay que tener en cuenta que los consumidores interpretan las variaciones en los precios de formas muy diversas y no siempre lineales. Así, una subida en el precio del producto puede darles una imagen positiva del mismo y, en cambio, una sucesión de ofertas o rebajas puede hacerles creer que el producto está a punto de ser sustituido por una versión superior, que la empresa tiene problemas financieros, que su calidad es menor o que se avecinan reducciones de precios aún mayores. Por eso resulta esencial tomar las decisiones de precio teniendo siempre en mente sus posibles repercusiones sobre el resto de las actividades y los objetivos de marketing.
Ejemplo
Es frecuente que los bancos realicen promociones para atraer nuevos clientes, u ofrezcan intereses comparativamente más elevados por los nuevos depósitos. En 2019, por ejemplo, Openbank, imaginBank y BBVA contaban con las siguientes promociones dirigidas a sus nuevos clientes:

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Openbank obsequia con una tarjeta regalo por valor de 40 euros a los nuevos clientes que abran una cuenta corriente y realicen un ingreso de como mínimo 300 euros.

imaginBank regala 40 euros en efectivo. La promoción es válida para clientes que abran una cuenta y reciban en ella un ingreso mensual de al menos 250 euros.

Los nuevos clientes de la Cuenta Blue Online de BBVA no pagan comisiones de mantenimiento ni administración, pueden utilizar una tarjeta de débito sin cuota y hacer transferencias europeas gratuitas. Se trata de una cuenta corriente dirigida a clientes menores de 30 años, contratable únicamente en internet.

Por otro lado, algunos detallistas como Carrefour ofrecen promociones de ventas especiales para fomentar la fidelidad de sus clientes y que estos acudan con frecuencia a comprar. Estas promociones habitualmente suponen la obtención de un cheque reembolsable en posteriores compras y en alguna ocasión han cubierto el 100% de la compra de productos específicos.
No obstante, si algunas de estas promociones son percibidas como «excesivamente atractivas o agresivas», son susceptibles de ser interpretadas por los consumidores como una respuesta ante problemas de liquidez de la empresa, lo que puede impactar negativamente en su imagen.

2.Métodos para fijar el precio

Establecer los objetivos de la estrategia de precios es importante, pero no basta. Antes de asignar el precio a un producto, los responsables de marketing deben tener en cuenta, por un lado, los factores internos, relacionados con la propia estructura de costes de la empresa y, por otro lado, los factores externos, fundamentalmente, el comportamiento de la demanda, pero también otros aspectos del entorno competitivo que tienen una influencia directa sobre la política de precios.
La estrategia de precios de cualquier empresa está limitada en una triple dimensión:
1) Por sus costes, que establecen el nivel de precio mínimo al que, con carácter general, la empresa debería vender el producto si desea sobrevivir en un mercado competitivo.
2) Por la curva de demanda, que señala el nivel por encima del cual no resulta rentable incrementar el precio del producto.
3) Por las políticas de precios de la competencia y otros factores del entorno.
Pero ¿qué métodos concretos cabe utilizar para fijar precios?, ¿hay que calcular los costes y añadir un tanto por ciento?, ¿hay que averiguar qué cantidad están dispuestos a pagar los consumidores?, ¿es útil imitar los precios de los competidores?, ¿es recomendable fijar un precio en función del valor que el cliente atribuye al bien o servicio?
En este apartado intentaremos dar respuesta a estas cuestiones. Así, analizaremos diferentes métodos que suelen aplicar los responsables de marketing para fijar los precios de los productos teniendo en cuenta tanto los factores internos (métodos basados en los costes) como los factores externos (métodos basados en la demanda y la competencia), así como los sistemas actuales que intentan aunar las dos visiones (métodos basados en el valor).

2.1.Métodos basados en los costes

Estos métodos centran su atención en los costes en los que incurre la empresa para poder hacer efectiva su propuesta de valor al cliente. Dentro de estos costes, y dependiendo de la actividad a la que se dedique la empresa, encontramos, entre otros, los costes de diseño, fabricación, distribución física y comercialización de los productos. Además, se debe tener en cuenta que todos los participantes en la cadena de valor (proveedores, distribuidores comerciales, agentes de intermediación, etc.) deben obtener un beneficio razonable por la inversión que han realizado y el riesgo asumido. La estimación de los costes permite conocer el umbral mínimo de los precios: aquel por debajo del cual la empresa no cubre sus costes.
¿A qué tipo de costes ha de hacer frente una empresa? Aquí tenemos que tener en cuenta dos grandes tipos de costes:
  • Costes fijos, que son aquellos que no varían con la producción o el volumen de ventas del producto. Un fabricante de zapatos puede pagar la misma cantidad por el alquiler de la fábrica o por el equipo, con independencia del número de zapatos que fabrique, siempre que no sobrepase una determinada capacidad productiva.

  • Costes variables, que son aquellos que aumentan o disminuyen en función de la cantidad de producto que se fabrica o se vende. Por ejemplo, el coste de la piel utilizada por el fabricante en los zapatos o el de las cajas en que los empaqueta son costes variables: se incrementan al aumentar el número de zapatos producidos.

El coste total está formado por la suma de costes fijos y costes variables para un nivel de producción determinado. Si una empresa asigna a sus productos un precio inferior al que le cuesta elaborarlos, tendrá muchas dificultades para sobrevivir en un mercado competitivo. Por eso es necesario fijar un precio que permita, como mínimo, hacer frente al coste total de producción.
No obstante, la regla de que una empresa no debe vender por debajo de sus costes no implica que cada unidad vendida tenga que cubrir, por sí misma, todos los costes fijos y variables que acarrea la producción de dicha unidad. En efecto, si el ingreso marginal (derivado de vender una unidad más) supera al coste marginal (el de producir esa unidad adicional) se estará cubriendo una parte de los costes fijos, y, por tanto, se estará en la senda del beneficio. Por eso, a veces los directivos de marketing pueden diseñar promociones ocasionales con las que se venda el producto a un precio que no alcance a cubrir todos sus costes, pero sí los costes variables.
Como veremos a continuación, el análisis del punto de equilibrio o punto muerto es una técnica que permite examinar la relación entre coste y precio. Se trata de determinar qué volumen de ventas es necesario realizar a un determinado precio para cubrir costes.
Análisis de los costes fijos y variables
El análisis de los costes fijos y variables que tiene la empresa es fundamental en el ámbito de los hoteles, sobre todo, los de carácter vacacional. Este análisis ayuda a discernir si en los períodos de menor demanda resulta conveniente mantener abierto el establecimiento o, por el contrario, es mejor cerrarlo.
Fuente: la Capital de Mar del Plata (2017). https://pbs.twimg.com/media/C32yGOrXAAADDNi.jpg
Fuente: la Capital de Mar del Plata (2017). https://pbs.twimg.com/media/C32yGOrXAAADDNi.jpg
Supongamos, por ejemplo, que el Vistamar, un pequeño hotel regido por una empresa familiar, practica una política de precios moderados, por lo que en temporada baja es posible alojarse en él a un precio de 45 euros por noche. A pesar de ello, en el último invierno tuvieron un porcentaje de ocupación de aproximadamente el 50%. Como la evolución de las reservas en temporada baja no parece que vaya a mejorar, la gerente del hotel se ha planteado dos alternativas: cerrar durante los tres meses de invierno o mantener abierto el hotel pero rebajando aún más sus precios, hasta los 30 euros por noche. Finalmente, se decide por la segunda alternativa, ya que a ese precio se cubren los costes variables de la habitación (15 euros por día) pero solo una parte de los costes fijos, que se estiman en 18 euros por habitación y día. Esta política de precios le permite aumentar el nivel de ocupación hasta un 80%, cifra que los responsables del hotel consideran un gran éxito, dadas las negativas previsiones. Y es que, una vez establecido el hotel, es mejor tener las habitaciones ocupadas, siempre que el precio que paguen los clientes permita cubrir todos los costes variables. Los costes fijos existen siempre, esté o no ocupada la habitación, y si bien a un precio de 30 euros por habitación no podrá recuperarlos todos, sí conseguirá, al menos, cubrir una parte.
A continuación, veremos con detalle dos de los métodos más habituales que aplican las empresas para fijar sus precios desde este enfoque: los precios a partir de márgenes y los centrados en un precio objetivo.
2.1.1.Fijación del precio a partir de márgenes
Son muchas las empresas de todo el mundo que fijan sus precios mediante márgenes, pese a que este método tiene importantes inconvenientes. Y es que, al menos a primera vista, añadir un margen o porcentaje parece una forma sencilla (solo requiere algunos cálculos elementales) y segura (garantiza la consecución de beneficios) de fijar los precios.
Aplicación del método de fijación de precios a partir de márgenes
Tomemos el caso de un fabricante de gafas protectoras para soldadura que espera vender 2.000 unidades, y que tiene unos costes fijos de 18.000 euros y unos costes variables por unidad de 30 euros.
La empresa calculará su coste unitario de la siguiente forma:
C o s t e   u n i t a r i o   =   C o s t e   v a r i a b l e   u n i t a r i o   +   C o s t e s   f i j o s V e n t a s   e s p e r a d a s   (1)
En este caso, el coste unitario será:
C o s t e   u n i t a r i o   =   30   euros   +   18.000   euros 2.000   u n i d a d e s   =   30   euros   +   9   euros =   39   euros (2)
Si la empresa desea obtener un margen fijo de 10 euros por cada una de las gafas vendidas, el precio de venta unitario o p será:
p   =     C o s t e   u n i t a r i o   +   M a r g e n   f i j o   =   3 9   euros   +   1 0   euros   =   4 9   euros       (3)
En cambio, si desea obtener un margen sobre el coste de, por ejemplo, un 20%, el precio de venta será:
p   =   C o s t e   u n i t a r i o   +   M a r g e n   s o b r e   e l   c o s t e   u n i t a r i o   ( e n   t a n t o   p o r   u n o )   = =   39   euros   +   ( 0,2   ×   39   euros )   =   39   euros   ×   ( 1   +   0,2 )   =   46,8   euros   (4)
Y si la empresa se propone obtener un margen sobre el precio de, por ejemplo, un 10%, el precio de venta del producto será:
p   =     C o s t e   u n i t a r i o   +   M a r g e n   s o b r e   e l   p r e c i o   u n i t a r i o   ( e n   t a n t o   p o r   u n o )   (5)
p   =     3 9   euros   +   ( 0,1 × p )   ;    p   ( 0,1 × p )   =   39   euros ; (6)
p   =     3 9   euros 1     0,1   =   43,33   euros (7)
Buena parte de los comerciantes detallistas utilizan esta técnica. ¿Por qué lo hacen? En primer lugar, porque conocen mejor sus costes que la demanda de sus productos, con lo que prefieren no tener esta última en cuenta para fijar el precio. Por otra parte, como muchas empresas de su mismo sector utilizan este sistema, los precios tienden a ser similares, con lo que confían que la competencia en precio pase a un segundo plano. Y, por último, muchas personas creen que se trata de un método más transparente y justo: las cosas cuestan más o menos en función del coste que supone producirlas y distribuirlas.
Pero ¿es realmente una buena idea fijar los precios utilizando márgenes? La evidencia indica que no, ya que con este sistema se ignoran otros aspectos importantes: los precios de los competidores, la demanda actual y el valor percibido que los consumidores asignan al producto. Y si el volumen de ventas real no coincide con el esperado, la empresa se encontrará en una situación problemática.
Además, a aquellas empresas que fabrican múltiples bienes y servicios, conocer el coste exacto asociado a cada uno de ellos en la práctica les resulta difícil: ¿cuántas horas ha dedicado a un modelo en particular el departamento de ingeniería?, ¿qué porcentaje del alquiler anual de la fábrica le corresponde?, ¿y qué parte del salario de los ejecutivos de marketing?
3M es una empresa con miles de productos diferentes, que operan en los sectores más diversos (desde fármacos hasta los conocidos Post-it). Para 3M, fijar los precios en atención al coste total de cada uno de sus productos resulta inviable o muy difícil.
Fuente: http://www.3m.com.es/3M/es_ES/consumo-es/
2.1.2.Método del precio objetivo
En ocasiones, el objetivo de la política de precios de una empresa es conseguir una determinada tasa de rentabilidad o un volumen de ventas preestablecido. En estos casos resulta de utilidad el análisis del punto muerto, que permite calcular cuál es el umbral de rentabilidad de una empresa, o lo que es lo mismo, qué volumen de ventas es necesario alcanzar para cubrir costes.
El análisis del punto muerto indica qué cantidad de producto hay que vender a un determinado precio para cubrir la totalidad de los costes fijos y variables incurridos en su fabricación y venta.
Aplicación del método del precio objetivo
Supongamos ahora que la empresa fabricante de gafas protectoras del ejemplo anterior ha decidido fijar el precio de venta unitario de sus gafas en 49 euros. ¿Cuántas unidades de producto (q) debe vender para alcanzar el umbral de rentabilidad?
0   euros   =   B e n e f i c i o   =   I n g r e s o s   C o s t e s   t o t a l e s   =   = ( p   ×   q )     [ C o s t e s   f i j o s   +   ( C o s t e   v a r i a b l e   u n i t a r i o ×   q ) ] (8)
0   euros   =   ( 49   euros   ×   q )     [ 1 8 . 0 0 0   euros   +   ( 3 0   euros ×   q ) ] (9)
Despejando q tenemos que la empresa debería vender:
q   =     1 8 . 0 0 0   euros 4 9   euros     3 0   euros     947,4 (10) pares de gafas
Por lo tanto, si la empresa vende menos de 947,4 unidades de producto incurrirá en pérdidas y si vende una cantidad superior tendrá beneficios. De hecho, con 947,4 unidades conseguirá cubrir la totalidad de los costes fijos, con lo que el beneficio que obtendrá a partir de ese punto será el resultado de multiplicar el número de unidades vendidas que exceden de esa cantidad por la diferencia entre el precio de venta y el coste variable unitario.
Por ejemplo, si vende 2.000 unidades, el beneficio será:
B e n e f i c i o   =   ( 2.000   u     947,4   u )   ×   ( 49   euros   30   euros )   2 0 . 0 0 0   euros   (11)
O lo que es lo mismo:
B e n e f i c i o   =   I n g r e s o s   C o s t e s   t o t a l e s   =   =   ( 49   euros   ×   2.000   u )     [ 18.000   euros   + +   ( 30   euros   ×   2.000   u ) ]   =   20.000   euros (12)
El análisis del punto muerto puede utilizarse para determinar el precio de venta, cuando la empresa desea alcanzar un determinado volumen de beneficios u ofrecer un determinado nivel de rentabilidad a sus accionistas. Para entender mejor cómo funciona este método, veamos el siguiente ejemplo.
Aplicación del análisis del punto muerto para determinar el precio de venta
Imaginemos que la empresa anterior espera vender 2.000 unidades y desea obtener unos beneficios de 26.000 euros. En este caso, el precio objetivo que habría de fijar sería:
26.000   euros   =   B e n e f i c i o   =   I n g r e s o s     C o s t e s   t o t a l e s   = = ( p   ×   2.000   u )     [ 18.000   +   ( 30   euros   ×   2.000   u ) ]   (13)
Despejando el precio, p, tenemos: p = (Costes totales + Beneficio)/q o, lo que es lo mismo,
p   =     C o s t e   v a r i a b l e   u n i t a r i o   +   C o s t e s   f i j o s   +   B e n e f i c i o q   (14)
Por lo tanto, 52 euros sería el precio objetivo que la empresa debería establecer si desea un beneficio de 26.000 euros:
p   =     3 0   euros   +   1 8 . 0 0 0   euros   +   2 6 . 0 0 0   euros 2.000   u   =   5 2   euros   (15)
El método del precio objetivo tiene bastante en común con el método de fijación de precios mediante márgenes. Ambos toman como punto de partida los costes. Y ambos ignoran algunos factores muy importantes a la hora de fijar los precios: las reacciones de los competidores y de los propios consumidores ante las variaciones en el nivel de precios, que pueden hacer que, al final, una empresa no logre alcanzar la rentabilidad o el volumen de ventas que preveía. Además, estos sistemas no proporcionan incentivos a las empresas para reducir sus costes.

2.2.Métodos basados en la demanda

La principal limitación de los métodos basados en los costes es que la empresa no utiliza información alguna sobre la posible reacción de la demanda potencial al producto. Por eso, para fijar sus precios, muchas empresas comienzan por investigar la demanda. De acuerdo con la teoría económica, la cantidad de un producto que los consumidores están dispuestos a adquirir varía en función de su precio.
Por eso, una de las tareas prioritarias para los responsables de marketing de una empresa es estimar la demanda de sus productos, o, lo que es lo mismo, averiguar cuál es la cantidad que se puede llegar a vender para cada nivel de precio posible.
El efecto del precio sobre la cantidad demandada suele ilustrarse mediante una curva, la curva de demanda, que indica la cantidad de producto que los consumidores adquirirán durante un periodo de tiempo a distintos niveles de precios si los demás factores permanecen constantes. Por lo común, la relación entre precio y cantidad demandada es inversa, es decir, cuanto mayor es el precio menor será la cantidad demandada y viceversa. No obstante, hay excepciones, como los bienes de prestigio o lujo (perfumes, automóviles de lujo), en los que la curva de demanda puede tener una pendiente positiva, de modo que un incremento de precio puede hacer que aumente la demanda. Esto se debe a que los usuarios habituales de este tipo de productos suelen asociar niveles de precio más altos con una mejor calidad o un mayor prestigio.
Figura 1. Curvas de demanda para productos comunes y productos de prestigio
Fuente: Salomon y Stuart (2001)
Fuente: Salomon y Stuart (2001)
El grado de sensibilidad de los consumidores respecto a los cambios en el nivel de precios depende de múltiples factores, entre ellos:
  • Cuanto más exclusivo y prestigioso sea un producto, menos sensibles al precio serán los compradores.

  • Cuando no existen productos sustitutivos o existen, pero son poco conocidos, los compradores son menos sensibles al precio.

  • Cuando no es posible almacenar el producto, los consumidores son menos sensibles al precio.

  • Los consumidores son menos sensibles al precio de un producto cuanto menor sea la relación existente entre el gasto que les supone su adquisición y su nivel de renta.

La elasticidad de la demanda, e, mide la sensibilidad de los consumidores a los cambios en los precios. Se calcula dividiendo el porcentaje de variación en la cantidad demandada por el porcentaje de variación en el precio (tomando el resultado en términos absolutos):
e   =     | d q / q d p / p |     | Δ q / q Δ p / p | =   | ( q 2         q 1 ) / q 1 ( p 2         p 1 ) / p 1 |   (16)
donde q es la cantidad demandada del producto y p su precio.
Aplicación de métodos basados en la demanda para tomar decisiones de precio
Si el desarrollador de una aplicación móvil reduce un 10% el precio de la misma y, como consecuencia, aumenta un 2% la cantidad demandada, la elasticidad con respecto al precio será de:
e   =     | Δ q / q Δ p / p |     =     | 0,02 - 0,1 |   =   0,2   <   1 (17)
Al ser la elasticidad menor que 1 podemos decir que la demanda de la aplicación es inelástica y, por tanto, que reducir su precio es una mala decisión de negocio.
En cambio, si la demanda de la aplicación aumentase un 20% al reducir un 10% su precio, la elasticidad-precio sería 2, por lo que la demanda sería elástica y, en este caso, sí que sería recomendable el aumento del precio:
e   =     | Δ q / q Δ p / p |     =     | 0,2 - 0,1 |   =   2   >   1 (18)
Se dice que un producto tiene una demanda elástica cuando los consumidores son muy sensibles a los cambios en el nivel de precios, de forma que un cambio de precio altera más que proporcionalmente la cantidad demandada. Por contra, si el precio tiene poco o ningún efecto sobre la cantidad demandada se dice que la demanda es inelástica.
Ejemplo
Por lo general, los productos que tienen sustitutivos adecuados tienen una demanda más elástica: si su precio aumenta los consumidores se decantan por los sustitutos. Así, los responsables de marketing de Ausonia son conscientes de que cada vez que el precio de sus productos de higiene femenina aumenta muchas mujeres compran Evax, y viceversa. De ahí que, en lugar de iniciar una inútil y potencialmente dañina guerra de precios, prefieran centrar su estrategia en otras dimensiones del mix de marketing. Esto explica su larga contienda publicitaria y también el hecho de que, en sus programas de comunicación de marketing integrada, sean infrecuentes las alusiones a los precios.
En sus programas de comunicación, las marcas Evax y Ausonia eluden las referencias al precio.
De hecho, estas marcas habitualmente son reacias a modificar precios. Por ejemplo, tienden a reducir el número de compresas de cada paquete, en vez de aumentar los precios, con la intención de que las diferentes tipologías de compresas tengan precios similares.
¿Cómo pueden los responsables de marketing de un producto averiguar si los consumidores son más o menos sensibles ante un cambio en los precios? Para estimar su función de demanda, los especialistas de marketing disponen de tres opciones fundamentalmente:
  • Analizar estadísticamente los datos históricos sobre precios y cantidades vendidas, tanto del producto en particular como de todos los productos que compiten en el mercado.

  • Desplegar experimentos, en establecimientos físicos y en línea, a fin de observar y analizar cuál es la reacción de los consumidores ante variaciones en los precios.

  • Realizar encuestas a los compradores para averiguar qué cantidad estarían dispuestos a adquirir a cada nivel de precio.

En la práctica resulta difícil realizar una estimación más o menos exacta de la demanda de un producto en particular. No basta con averiguar si su demanda es más o menos inelástica. También habrá que tener en cuenta otros factores del entorno, como veremos a continuación, que tienen una repercusión directa sobre las ventas, como la política de precios de los competidores, los cambios en los gustos de los compradores o la situación económica general. Por eso, el lanzamiento de un nuevo producto es una aventura cuyo destino final, con independencia de los estudios previos que se hayan realizado, solo se conoce a ciencia cierta cuando ya está en la calle, a disposición de los consumidores.
Los métodos basados en la demanda toman como punto de partida el precio que los consumidores estarían dispuestos a pagar por un bien. Existen básicamente dos tipos de métodos basados en la demanda, que son los siguientes:
2.2.1.Determinación del precio hacia atrás a partir de la demanda
Una vez que conoce el precio que los consumidores están dispuestos a pagar por un producto, la empresa vuelve la vista hacia sus costes: ahora tratará de fabricar ese producto con unos costes que le permitan obtener beneficios, respetando el precio que los consumidores desean pagar. Las reducciones en costes pueden centrarse en la búsqueda de proveedores con precios más ajustados, reducciones de plantilla o ganancias de productividad derivadas de procesos productivos y organizativos más eficientes, entre otras alternativas.
El análisis de la demanda resulta útil en mercados en los que las empresas comercializan productos con un precio unitario elevado. También suele emplearse cuando los consumidores están dispuestos a renunciar al producto si consideran que el precio es demasiado elevado, y cuando existen varias marcas que compiten por un número reducido de clientes, como ocurre con los fabricantes de aviones comerciales.
2.2.2.Determinación del precio por margen en cadena
En este caso, se toma como punto de partida el precio que el consumidor estaría dispuesto a pagar, y se estima un margen para los distribuidores y vendedores, a fin de que puedan cubrir sus gastos y obtener beneficios. Por último, teniendo en cuenta ambos factores, es decir, la demanda y el margen de la cadena de distribuidores, se obtiene el coste al que ha de ser fabricado el producto.
Aplicación del método por margen en cadena para tomar decisiones de precio
Para entender mejor este método, imaginemos una empresa familiar que elabora quesos ecológicos de cabra de forma artesanal. Los responsables de marketing saben que los consumidores están dispuestos a pagar un máximo de 25 euros por kilo. Por eso deciden cobrar a sus clientes, establecimientos de distribución especializada que venden el producto al consumidor final, 20 euros por unidad, lo que les deja un margen máximo de 5 euros. Si la empresa incrementara el precio que cobra a los distribuidores, su margen aumentaría pero se reduciría el incentivo que estos tienen para vender el producto.

2.3.Métodos basados en la competencia

Las decisiones en materia de precios no solo están limitadas por la estructura de la demanda y por los costes a los que se enfrenta la empresa. Existen múltiples factores del macro y microentorno, como la climatología, los cambios tecnológicos, el ciclo económico, los cambios en los gustos de los consumidores o la aparición de nuevos productos sustitutivos, que influyen sobre el éxito final de una determinada estrategia de precios.
La Gran Recesión mundial que tuvo lugar entre 2008 y 2012 hizo que el factor precio adquiriera una mayor relevancia en los procesos de decisión de compra. Esto favoreció considerablemente a supermercados como Lidl y Dia, que tienen un posicionamiento de marca de precio-calidad bajo y que vieron cómo su cuota de mercado aumentaba. No obstante, ambas enseñas luego han apostado por mejorar su posicionamiento en relación con la calidad de sus productos.
Cuando analizamos la estimación de la demanda tuvimos ocasión de constatar que las curvas de demanda se basan en el supuesto de que todas las demás condiciones, excepto el precio, permanecen constantes. Pero ¿qué ocurre si estas condiciones cambian? ¿Qué sucede si se descubren nuevas propiedades beneficiosas para la salud derivadas del consumo de un producto? ¿Y si una conocida it girl manifiesta en su blog ser consumidora habitual del mismo? En estos casos se produce un desplazamiento, hacia arriba, en la curva de la demanda: para cualquier precio dado, la demanda es ahora superior. De hecho, un desplazamiento en la curva de demanda de un producto indica, para cualquier nivel de precio, que la cantidad demandada es diferente: superior si el desplazamiento se produce hacia arriba e inferior en caso contrario.
Marketing móvil y de medios sociales
La introducción de los smartphones que disponen de, entre otras muchas funcionalidades, cámaras fotográficas de calidad ocasionó un desplazamiento hacia abajo en la curva de demanda de las cámaras de fotos: a cada nivel de precio posible, la cantidad demandada de cámaras fotográficas tradicionales es inferior. Dicho de otro modo, los teléfonos inteligentes se han convertido en un sustitutivo de las cámaras fotográficas. Justo lo contrario de lo que le sucede a un fabricante de paraguas durante una inesperada temporada de lluvias.
Como se puede observar en el gráfico, manteniendo el precio, la cantidad demandada de cámaras fotográficas se ha reducido de q1 a q2. Actualmente, la propuesta de valor de los fabricantes de cámaras fotográficas ha dejado de ser interesante para muchos potenciales compradores, que consideran que la calidad fotográfica de las cámaras de sus teléfonos móviles es suficientemente elevada para no tener que, adicionalmente, comprar y llevar consigo una cámara de fotos. De hecho, este cambio en la demanda llevó a Kodak, empresa fundada en 1888 y que había dominado el mercado fotográfico durante todo el siglo xx, a la declaración de quiebra.
Figura 2. Desplazamiento de la curva de demanda
Figura 2. Desplazamiento de la curva de demanda
Quizás el más relevante de los factores del entorno sea la actuación de la competencia. En un mercado competitivo, las empresas no gozan de total libertad para fijar sus precios, ya que estos tendrán un efecto distinto sobre la demanda en función de cuál sea la reacción de sus competidores. Si una marca eleva sus precios y sus competidores no lo hacen, o incluso los reducen, puede perder cuota de mercado. Y si sus competidores rebajan los precios y la marca no hace nada al respecto, puede ocurrirle algo similar. Por eso, al directivo de marketing le resulta imprescindible conocer qué es lo que está haciendo la competencia en materia de precios, puesto que le permite estar en condiciones de responder con rapidez e incluso anticiparse a sus movimientos.
Los métodos de fijación de precios en función de la competencia se basan precisamente en no utilizar como referencia los costes, ni la demanda, sino la actuación de la competencia: se trata de asignar un precio a los productos tomando en consideración los precios establecidos por las empresas competidoras.
¿Cómo se ve afectada una marca por las políticas de precios de sus competidores? En este caso, la estrategia de precios depende básicamente de dos elementos, por un lado, el tipo de mercado en el que opera la marca, en lo que se refiere al nivel de homogeneización o no del producto; y, por otro, la posición de la marca en relación con sus competidoras.
1) En mercados caracterizados por la homogeneidad del producto, las marcas están obligadas a buscar algún tipo de diferenciación. En este caso pueden optar por destacar por la facilidad de uso del producto, un diseño más atractivo o un mejor servicio posventa; o pueden construir un posicionamiento basado en una imagen de marca que les diferencie de sus competidores. Pero si la diferenciación no es posible, tendrán poco margen de maniobra y es probable que se vean abocadas a una ardua competencia en precio, ya que los consumidores tenderán a adquirir aquellos productos de precio más bajo.
El sector de la electrónica, informática y electrodomésticos está sumido en una competencia en precio muy intensa. Las promociones de Media Markt son un ejemplo de ello.
Este método suele emplearse en los mercados oligopolísticos, en los que existe un número reducido de productores con productos escasamente diferenciados y un amplio número de compradores, como ocurre en el mercado de los combustibles, del papel, del acero, del transporte aéreo, de la producción láctea o de la telefonía, entre otros. En este tipo de industria, algunas empresas intentan minimizar la competencia en precios, ya que así todas pueden mantener «una porción de la tarta».
Los métodos de fijación de precio basados en la competencia permiten a las empresas, de forma legal, fijar precios similares sin necesidad de alcanzar acuerdo alguno al respecto. Por ejemplo, la liberalización del mercado de los hidrocarburos en España no condujo a una guerra abierta de precios entre los suministradores. Ocurrió más bien lo contrario: las empresas fijaron precios similares y parecieron coordinar sus movimientos en la materia.
No obstante, si en una industria todos los competidores fijan precios homogéneos, las autoridades encargadas de velar por la competencia pueden llegar a la conclusión de que existen acuerdos, tácitos o expresos, para mantener de forma artificial un determinado nivel de precios y sancionarlas por ello. De ahí que, en España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) investigue posibles acuerdos de precios entre competidores en sectores tan dispares como son el de las empresas informáticas y las tabaqueras.
Ética y responsabilidad social en práctica
Los acuerdos de precios entre empresas competidoras son ilegales, ya que al restringir o eliminar la competencia perjudican a los consumidores, que se ven obligados a pagar un precio superior al que resultaría de la libre concurrencia competitiva en el mercado.
El cambio en las estrategias comerciales realizado por Telefónica, Orange y Vodafone en 2016 y 2017 ha sido vigilado por la CNMC por si pudiera implicar alguna restricción de la competencia. Por un lado, por el aumento de las tarifas a cambio de más servicios no reclamados por el propio cliente y, por otro, por la proliferación de las ofertas convergentes, que reducirían la capacidad del usuario de elegir con precisión qué quiere y qué no, sobre todo, en el caso de los canales de televisión.
Si los productos no son similares, la estrategia de precios tiene un papel más relevante, ya que, en este caso, reducirlos no es la única opción. Una bajada de precios de la competencia, por ejemplo, puede tener significados diversos: un exceso de capacidad productiva, una reducción en los costes o un intento de incrementar la cuota de mercado. Cada empresa deberá determinar el impacto potencial de esa medida sobre su cuota de mercado y sus beneficios. Además, deberá averiguar si esa medida va a ser o no definitiva y anticipar la posible reacción de los demás competidores. Y, por último, deberá diseñar un plan de acción que puede incluir cambios en la política de precios y en otras dimensiones (como la calidad o el nivel de servicio).
2) Dependiendo de la posición relativa que ocupa la marca, podrá fijar un precio por debajo, por encima o en un nivel similar al establecido por los competidores. Para ello será necesario determinar si la marca de la empresa es líder, es decir, domina su mercado en particular, es una marca retadora, que trata de desafiar a la marca líder, o es una marca seguidora, que se limita a imitar la estrategia de la marca líder.
Ejemplo
Apple, como fabricante líder de telefonía móvil, se enfrenta a ataques frecuentes de sus competidores. El primer anuncio de la compañía bq, «Fucking Spaniards», dirigido al gran público y realizado por Álex de la Iglesia, puso el énfasis en que los móviles de la marcan ponen «la alta tecnología» al alcance de todos. Para remarcar esta idea, en el mismo anuncio se incorporaba el precio del móvil. Esta estrategia es claramente diferente a la de Apple, que se focaliza en otros atributos de la propuesta de valor que dirige a los consumidores.
El posicionamiento de una marca retadora como bq es muy distinto del de Apple, que llega incluso a vaticinar el «apocalipsis» si sus productos dejan de funcionar.
Con frecuencia, las marcas que lideran un mercado se enfrentan a ataques periódicos por parte de pequeños competidores que, utilizando una estrategia agresiva de precios, intentan arrebatarles a sus clientes. Para defenderse disponen de varias opciones:
  • Mantener el precio, aunque ello les obligue a abandonar de forma temporal a los clientes más sensibles al precio y, por tanto, a perder parte de su cuota de mercado.

  • Mantener el precio e incrementar la calidad.

  • Incrementar el precio y mejorar la calidad.

  • Lanzar una línea propia de producto a precio reducido.

  • Reducir el precio, sobre todo si los costes dependen mucho del nivel de producción y si los consumidores son muy sensibles al precio.

Qué sucede cuando los costes dependen del nivel de producción
Si los costes dependen de manera importante del nivel de producción, la marca líder disfruta de una clara ventaja en relación con los competidores más pequeños, ya que su posición de liderazgo implica elevados niveles de facturación que, generalmente, le suponen alcanzar economías de escala y, por tanto, gozar de costes más bajos. Estos menores costes le permiten reducir más los precios, sin incurrir en pérdidas, para responder así a los ataques de los competidores y poseer más capacidad para mantener en el tiempo esos precios reducidos.
En la práctica, no existe una solución ideal que pueda generalizarse. La forma idónea de hacer frente a un ataque de los competidores dependerá de las circunstancias de cada caso y, en particular, del nivel de información de que disponga la empresa sobre sus competidores y sobre cuál es la reacción de los consumidores ante los cambios en los precios.
Actividad
3. Seleccionad un sector e identificad la marca líder en el mismo, así como cuál es su estrategia de precio. Entre sus competidoras, ¿podéis reconocer a marcas seguidoras y/o retadoras? Analizad cómo es la estrategia de precios de unas y otras.

2.4.Métodos basados en el valor

Los partidarios de los métodos basados en los costes son fieles a la tradicional mentalidad de producción: hay que vender aquello que se produce. El análisis de la demanda ayuda a los responsables de marketing a saber qué cantidad de producto pueden llegar a vender a cada nivel de precio. Sin perder de vista lo que hace la competencia, en última instancia, la demanda sirve de límite superior a las estrategias de precio: por encima de un determinado nivel no es rentable subir el precio de los productos.
Aunando de manera integrada todas estas visiones, cada vez son más las empresas que se han dado cuenta de que las marcas de mayor éxito no siempre son las que consiguen ofrecer los precios más bajos, sino las que entregan mayor valor a los consumidores a cambio de su dinero. De esta manera, el cliente elige la propuesta de valor de la marca en detrimento de la de la competencia.
La estrategia de asignación de precio por valor consiste en ofrecer a los consumidores el mayor valor posible. Por valor se entiende, en este caso, la proporción entre los beneficios que el consumidor obtiene de un producto y el sacrificio que le supone adquirirlo.
Una modalidad de esta estrategia consiste en la asignación de bajos precios a diario. Así lo hacen algunos minoristas que, en vez de establecer descuentos temporales, se esfuerzan en ofrecer los mejores precios de forma habitual. Esa es la estrategia, por ejemplo, del exitoso detallista estadounidense Walmart y que, como hemos visto en la introducción de este módulo, tanto éxito le ha reportado a Mercadona en el mercado español.
Creando valor
El éxito de Walmart radica en aportar más valor a los clientes que sus competidores. No trata simplemente de aplicar unos precios ajustados a sus productos, sino que proporciona la mejor experiencia de compra posible. La base de su negocio es «to make the client number 1» (es decir, convertir al cliente en la prioridad número uno) y aportarle la mayor satisfacción a cambio del esfuerzo que le supone adquirir los productos. Esto conlleva proporcionarle un amplio surtido con una buena relación calidad-precio, amplios horarios de apertura, un servicio atento y amable y, en definitiva, una buena combinación de todos aquellos elementos que suponen una agradable y útil experiencia de compra.
La misión de Walmart establece claramente los principios de orientación al cliente y creación de un valor superior.
Fuente: https://help.walmart.com/app/answers/detail/a_id/6
«El secreto del éxito [...] es dar a los clientes lo que quieren… y un poco más» (Sam Walton).
Fuente: https://c1.staticflickr.com/6/5025/5758165485_33cffea5b9_b.jpg
Lo que comenzó como una tienda de descuento, con la idea de vender más por menos, se ha convertido en los últimos cincuenta años en el mayor minorista del mundo. Sam Walton, fundador de Walmart, creía que dirigir un negocio exitoso se reduce a diez reglas sencillas, entre las que se encuentran exceder las expectativas de los clientes, «darles lo que quieren… y un poco más», y controlar los gastos mejor que la competencia. Estas ideas siguen conformando los cimientos del compromiso inquebrantable de Walmart por aportar valor a los clientes porque, además, en la medida que consigue este objetivo, proporciona también valor a los proveedores, a los accionistas y a los demás grupos de interés vinculados a la empresa.
La fuerza impulsora detrás de todo lo que hace Walmart es «ahorrar dinero a la gente para que pueda vivir mejor». En definitiva, ofrecerles la más valiosa de las experiencias de compra a cambio del sacrificio y la confianza que depositan en la empresa al comprar los productos que distribuyen.
Actividad
4. En la última década, han ido proliferando nuevos modelos de negocio que se caracterizan por extraer valor de elementos, en principio, infrautilizados. Es el caso de, por ejemplo, Blablacar, que permite compartir vehículo, o Airbnb, donde particulares alquilan temporalmente habitaciones o viviendas desocupadas. Airbnb incluso proporciona a los propietarios una fórmula que les facilita la fijación del precio, teniendo en cuenta variables como el día de la semana y la valoración de establecimientos similares por parte de sus clientes.
Estos modelos de negocio son ejemplos de lo que se ha dado en llamar economía colaborativa. Visitad sus sitios web o sus aplicaciones móviles y reflexionad sobre todos los atributos en los que se fundamenta la propuesta de valor de estas plataformas.
Frente a esta estrategia de precios siempre bajos, se encuentra aquella en la que los compradores, y los propios distribuidores, presionan a los fabricantes para que realicen promociones o descuentos especiales. Las promociones atraen a los compradores e incrementan las ventas de los distribuidores. El problema es que, si se realizan con demasiada frecuencia, pueden influir de forma negativa sobre los hábitos de compra de los consumidores. Estos tienden a pensar que los productos que se venden a bajo precio tienen un valor reducido y se acostumbran a adquirirlos solo cuando están de oferta. Esta estrategia impacta de manera especialmente negativa en los resultados económicos de aquellas empresas que venden productos que se pueden almacenar fácilmente y que tienen periodos largos de caducidad, como pueden ser los productos de higiene personal o limpieza.
En la práctica, sin embargo, el compromiso con el valor de una empresa no se mide por su capacidad para establecer precios reducidos. Se trata más bien de rediseñar todas las actividades organizativas a fin de conseguir producir a bajo coste sin sacrificar la calidad y ofreciendo al consumidor un precio que merezca la pena pagar a cambio de aquello que se le ofrece.
Lean management o gestión ajustada
Este objetivo de creación de valor está muy ligado a la adopción de un modelo de gestión basado en el lean management, o gestión ajustada. Este es un sistema de gestión que persigue que la empresa sea capaz de producir más con menos, para lo que considera todos los aspectos del ciclo de un producto y garantiza que este sea recibido por el cliente en el momento y lugar adecuados, con la mayor calidad y al coste más reducido posible.
Para promover que la propuesta de valor sea atractiva para el cliente, el lean management se encarga de analizar y eliminar todos aquellos agentes, procesos o herramientas que suponen un coste adicional o una traba al desarrollo y comercialización del producto, de manera que se evitan gastos superficiales o errores y retrasos en la operativa. Así, sin perjudicar la cuenta de resultados de la empresa, podremos fijar precios más reducidos para los productos, lo que reduce el sacrificio que el cliente debe realizar para adquirirlos y, en consecuencia, mejora el atractivo de la oferta de valor propuesta.
En última instancia, el valor percibido por el consumidor, esto es, el máximo que este está dispuesto a pagar por un producto, marca el límite superior del precio. Sin embargo, cada consumidor tiene una percepción personal acerca del valor o utilidad que le reporta cada producto; y esa percepción está muy influida por el arraigo de los métodos de fijación de precios basados en los costes. Por eso se da la paradoja de que, por ejemplo, un buen abogado, que da el consejo idóneo en apenas unos minutos, puede parecer más caro que otro, menos experto, que emplea varias visitas, trámites y consultas para obtener la misma conclusión. ¿Por qué sucede esto? Porque los clientes tienden a pensar que deben pagar por el tiempo invertido por el profesional, en lugar de por obtener el resultado que deseaban.
Construyendo relaciones
La manera de fijar las tarifas en los servicios profesionales de abogacía ha cambiado mucho en los últimos años, especialmente a raíz de la Gran Recesión. En la búsqueda de aquel sistema de precios que resulta más atractivo para el cliente, la diversidad de sistemas de precios se ha convertido en una realidad en el sector: honorarios fijos, pago de una cantidad de euros por hora, establecimiento de un precio mensual fijo, y tarifas combinadas con una parte fija y otra variable en función de los resultados, entre otras.
El tema de cómo fijar el precio de los servicios profesionales ha llegado a convertirse en una de las preocupaciones fundamentales del sector. Tanto es así, que han surgido empresas expertas en asesorar sobre cómo determinar las estrategias de precios.
Validatum ofrece servicios especializados con los que ayuda a abogados y firmas del sector a establecer metodologías personalizadas para diseñar la estrategia de precios.
Aunque algunos profesionales de la abogacía apelan claramente al precio como variable relevante a la hora de atraer nuevos clientes, cada vez más bufetes despliegan estrategias avanzadas, que se centran en personalizar y remarcar su propuesta de valor y comunicarla adecuadamente a los clientes para evidenciar que los honorarios presupuestados son justos y están en consonancia con el valor que van a percibir en relación con el trabajo desarrollado.
A continuación, vamos a analizar con detenimiento uno de los métodos fundamentales de fijación de precios, que tiene en cuenta el valor aportado al cliente.
2.4.1.Método del valor mejorado
Este método, conocido como del valor mejorado o de valoración de la mejora introducida, constituye una estimación de cuánto más (o cuánto menos) están dispuestos a pagar los consumidores por el producto de la empresa en relación con otros sustitutivos existentes. Por lo tanto, permite contrastar en qué medida la propuesta de valor realizada por la empresa es realmente percibida como valiosa por los potenciales clientes.
Sobre la base de la valoración que hacen los consumidores acerca de la mejora que supone el producto y los precios o la valoración que se han formado sobre los productos sustitutivos o de referencia, los responsables de marketing trabajarán para establecer el precio del bien o servicio de la empresa.
El método del valor mejorado requiere primero averiguar el incremento de valor que representa para un cliente el producto. Para ello, es habitual recurrir a técnicas de investigación de marketing, que permitirán identificar qué atributos considera valiosos el cliente y cuantificar la importancia relativa de cada atributo en el proceso de compra. Esta información es de gran utilidad para la empresa, ya que le permite focalizar su propuesta de valor en atributos realmente relevantes para el consumidor.
Averiguando el valor percibido
Las técnicas de investigación de marketing que cabe utilizar pueden ser exploratorias o confirmatorias, dependiendo del nivel de conocimientos preexistente. Las técnicas exploratorias se aplican cuando los factores que afectan a la decisión de compra no están bien identificados o cuando se precisa una comprensión profunda sobre cómo los clientes conforman sus percepciones de valor. Generalmente, la investigación exploratoria utiliza técnicas como las reuniones de grupo, las entrevistas en profundidad o las etnografías. Con la investigación exploratoria se puede identificar el conjunto de atributos que genera valor para los clientes. Por otro lado, la investigación confirmatoria permite, por ejemplo, conocer la importancia atribuida a cada atributo, incluido el precio, en el proceso de compra. Una de las técnicas confirmatorias más habituales son las encuestas.
Una vez identificados los atributos del producto y su importancia relativa, los especialistas de marketing han de hacer frente a la dificultad de cuantificar económicamente esa valoración. Un par de técnicas que pueden utilizar con esta finalidad son el análisis del valor económico y el análisis conjunto.
1) El análisis del valor económico se inicia identificando el producto competidor más directo y considerando su precio como punto de referencia. A partir de ahí, y para fijar el precio final, se añade o reduce el valor económico de los atributos que diferencian la propuesta de valor de la empresa de la de la competencia.
La determinación del valor económico de los atributos diferenciadores del producto no suele ser baladí, por lo que se tiene que recurrir a las valoraciones de expertos o a encuestas a los consumidores en las que se les pregunta directamente cuánto valoran cada atributo adicional. En el caso de los teléfonos móviles, por ejemplo, podría tratarse de determinar la valoración económica que los consumidores realizan de la posibilidad de disponer de una cámara fotográfica de mayor definición o de una batería cuya vida se prolonga durante seis horas adicionales, o de un móvil completamente resistente al agua. El riesgo de este tipo de encuestas puede ser su fiabilidad, ya que en ellas los potenciales consumidores se pueden mostrar especialmente sensibles al precio, más de lo que serían en su comportamiento real.
Aplicación del método del valor mejorado para tomar decisiones de precio
Supongamos que nuestra empresa quiere lanzar una aspiradora mucho más silenciosa que las existentes actualmente en el mercado y que, además, no necesita cable para enchufar a la red eléctrica en el momento de su uso, sino que funciona con baterías recargables con autonomía de tres horas. Tras llevar a cabo varias reuniones de grupo, sabemos que los usuarios de las aspiradoras de esta tipología valoran: la potencia, la ligereza, la facilidad de manejo, la versatilidad y el nivel de ruido. A través de una encuesta a los consumidores obtenemos la importancia relativa de cada atributo (distribuyendo 100 puntos entre cada atributo) y la valoración de la mejora que esta nueva aspiradora representa en cada uno de los atributos en relación con una aspiradora de referencia. Los resultados se muestran en la tabla siguiente:
Tabla 1

Atributos

Valor de la mejora

Peso relativo de la mejora

Valor ponderado

de la mejora

Potencia

5%

35%

1,75%

Ligereza

-10%

10%

-1%

Facilidad de uso

40%

30%

12%

Versatilidad

5%

5%

0,25%

Nivel de ruido

20%

20%

4%

Global

100%

17%

Como se puede observar en la tabla, todos los atributos de la nueva aspiradora, salvo la ligereza, se valoran como una mejora en relación con la aspiradora de referencia. Destacan sobre todo la facilidad de manejo y el nivel de ruido. Por el contrario, la nueva aspiradora se considera menos ligera debido a la incorporación de las baterías, que incrementan ligeramente su peso.
A partir de esta valoración, y considerando la importancia relativa de cada atributo, se establece la valoración del beneficio o el perjuicio ponderado de cada aspecto. Seguidamente, tras sumar todas las valoraciones, obtenemos que el valor económico global de la mejora es de un 17%. Si el precio de la aspiradora de referencia era de 40 euros, la empresa podría cargar a sus clientes, de acuerdo con este criterio, un precio máximo de 46,8 euros (40 euros × 1,17).
Creando valor
En algunos productos, como pueden ser las pilas recargables y las luces led, la oferta mejorada de valor radica en proporcionar una vida útil del producto mucho más prolongada que los sustitutivos de referencia tradicionales. Además, el consumidor suele percibir estos productos como más respetuosos con el medio ambiente.
A la hora de establecer el precio de las pilas recargables y las luces led, se debe tener en cuenta su mayor durabilidad. Por ejemplo, si las pilas recargables duran diez veces más que aquellas que no lo son, en principio, podría asignársele un precio diez veces superior. No obstante, el cliente acostumbra a ser reacio a desembolsar un precio tan elevado en un único pago, a no ser que esté muy concienciado en temas medioambientales. Entre las razones por las que se puede mostrar reacio encontramos, por ejemplo, que asume un riesgo mayor de que el producto se estropee en el tiempo, sin estar ya dentro del período de garantía, y que tiene que hacer frente en un momento inicial a un desembolso más elevado. Ante esta situación de valor percibido y costes asumidos, sería conveniente no elevar el precio proporcionalmente al incremento de vida útil del producto.
2) El análisis conjunto es una técnica que consiste en presentar a los clientes potenciales dos productos con atributos y precios distintos. Los participantes en el estudio deben seleccionar uno (o ninguno) de los dos productos mostrados. A continuación, se repite este proceso para distintos pares de productos con diferentes niveles de atributos y precios. La información así obtenida se analiza con programas estadísticos que permiten averiguar la importancia del precio y de cada atributo en las decisiones de los clientes, así como cuánto estarían dispuestos a pagar por una unidad adicional de un atributo en particular.
Mediante el análisis conjunto es posible obtener el valor económico de los atributos de los productos de una manera indirecta a través de las elecciones de los clientes, salvando así los problemas de excesiva sensibilidad al precio que presenta el uso de cuestionarios que preguntan directamente.
Ejemplo
Existen empresas que crean entornos comerciales virtuales para observar las reacciones de los clientes ante un nuevo producto, o un producto mejorado. De esta manera, testan cómo reaccionarán los clientes ante la propuesta de valor planteada y su precio, y anticipan la efectividad de este último.
Debido a que el valor atribuido al producto depende de las preferencias individuales de los clientes, es probable que estos valoren el producto de forma diversa. Por lo tanto, se habrá de contrastar si es adecuado segmentar el mercado, agrupando clientes con preferencias similares y, a su vez, claramente diferenciadas del resto. Para ello, se podrá desplegar el procedimiento explicado previamente para cada uno de los segmentos de clientes que se hayan identificado. Una vez que se haya determinado el precio a ofrecer a cada segmento, los responsables de marketing deberán decidir si resulta rentable segmentar el mercado y, si es así, si se debe atender a todos los segmentos, o por el contrario, es más adecuado centrarse en solo algunos de ellos. Para adoptar esta decisión debe analizarse la rentabilidad potencial de cada segmento, considerando, entre otros aspectos, el volumen de ventas esperado en cada uno de ellos.
Actividad
5. Visitad el sitio web de Minderest e informaros sobre la actividad a la que se dedica la empresa. En vuestra opinión, ¿por qué han emergido compañías como esta en el mercado? Identificad a otras competidoras de la empresa.
En resumen, los métodos de fijación de precios basados en el valor se están revelando como los más efectivos, si bien requieren de un profundo conocimiento del comportamiento del consumidor para que sea posible aplicarlos de manera exitosa. Los especialistas y directivos de marketing deben conocer cómo los consumidores de los diversos segmentos de mercado valoran económicamente los beneficios derivados de sus productos, sobre la base de los diferentes atributos de estos. Además, deben tener en cuenta que estas valoraciones fluctúan en el tiempo: el valor percibido por los clientes hoy no tiene por qué ser igual al percibido mañana, ya que pueden verse modificados, entre otros muchos factores, sus preferencias, la propuesta de valor de los competidores o la situación económica general. En definitiva, la política de precios debe estar sometida a un proceso constante de evaluación y ajuste, si este se considera pertinente. La tecnología actual, que permite el análisis de grandes volúmenes de datos, facilita sustancialmente este proceso de fijación de precios.
Ejemplo
Amazon aplica una técnica de fijación de precios que ha denominado de precios inteligentes y que supone aplicar precios dinámicos de una manera extremadamente acentuada. A partir del conocimiento del comportamiento de sus propios clientes, obtenido a través de técnicas de minería de datos y del análisis de los precios de la competencia, recalcula los precios en tiempo real y los actualiza permanentemente.
En la plataforma que Amazon ofrece a pequeños y medianos comerciantes para comercializar en línea sus productos, este proceso de repricing es conocido como win the buy box, ganar la pestaña con la que se añade el producto al carrito de compra. Como son muchos los comerciantes que ofrecen sus productos, Amazon selecciona solo las mejores propuestas de valor para la página inicial de productos por los que se interesa el cliente. Aquel producto que se recoja en esa página tendrá una probabilidad mayor de ser escogido que la de otros productos a los que, en cambio, habrá que acceder de manera indirecta. El precio es una de las variables que Amazon tiene en cuenta para decidir si una determinada propuesta de valor será incluida en la buy box o no; de ahí la trascendencia de la estrategia de precios.
Fuente: captura de pantalla de Amazon España
Fuente: captura de pantalla de Amazon España
Actividad
6. Reflexionad sobre cómo los métodos de fijación de precios basados en el valor, orientados sobre todo al cliente, afectan a la gestión interna de la empresa y a su estructura de costes.

3.Llevando los precios a la práctica

Con independencia del método que una empresa elija para fijar sus precios, la realidad indica que estos se ven afectados por variables dinámicas y cambiantes que tienen que ver, fundamentalmente, con la situación competitiva de la empresa y el comportamiento de la demanda. Y es que la fijación de precios tiene lugar en un contexto dinámico en el que importa, y mucho, lo que ocurre alrededor. Por eso, casi todas las empresas, en lugar de utilizar un único precio, recurren a una compleja estructura de precios que varía en función de múltiples aspectos tales como las fluctuaciones de la demanda, las estrategias de los competidores, el impacto psicológico de los precios o las características de los compradores, entre otros. Veamos algunos de estos aspectos con más detalle.

3.1.La situación de la empresa

La estrategia de precios de una empresa es la resultante de sus propias fortalezas y debilidades como organización. Así, como hemos visto en el apartado 2, las empresas que gozan de una posición de liderazgo en el mercado pueden fijar sus precios con relativa indiferencia respecto a lo que hacen sus competidores. En cambio, estos tienen que decidir si adoptan la estrategia del seguidor, e imitan los precios de la empresa líder, o adoptan la estrategia del retador, que compite con el líder de forma agresiva. La ventaja de fijar un precio similar es que se evita una guerra de precios para la que la empresa líder estaría mejor preparada.
Ejemplo
Para incrementar sus ventas de chocolate, Nestlé realiza frecuentes promociones. Chocolates Valor sabe que competir en precio con Nestlé no está a su alcance, por lo que ha emprendido un camino distinto: fabrica un chocolate puro, sin leche, que presenta en bloques más grandes y gruesos, y lo vende a un precio hasta un 50% superior. Valor apuesta por el mercado de adultos que conciben el consumo de chocolate como un verdadero placer para los sentidos. Se trata de un mercado más exigente con la calidad y que valora el sabor más intenso; por tanto, bien alejado del precio reducido y las promociones de ventas.
Las empresas con una imagen de marca poderosa, como Apple, Ritz-Carlton o Bulgari, son capaces de mantener una estrategia de precios primados: como sus productos son percibidos como de superior calidad, pueden venderlos a un precio que resulta inalcanzable para muchos de sus competidores. En cambio, los fabricantes y algunos distribuidores de productos de inferior calidad adoptan una política de precios descontados o precios bajos para atraer a los consumidores más sensibles al precio.
La cadena Dia cuenta con establecimientos del tipo hard discount, cuya estrategia de negocio se basa en ofrecer precios muy reducidos. A partir del humor, Dia muestra aquí la oportunidad que suponen sus promociones de ventas para el consumidor.
En cualquier caso, la estructura de precios de la empresa varía en función de si esta ofrece un único producto o multiplicidad de ellos, así como el momento del ciclo de vida en que se encuentran los productos. Además, para responder a necesidades puntuales, puede aplicar diferentes tipos de descuentos. A continuación, analizamos con detalle el impacto de cada uno de estos elementos en la estructura de precios.
3.1.1.Precios para productos múltiples o líneas de productos
Cuando una empresa comercializa múltiples productos, debe considerar la fijación de precios desde una perspectiva global. En otras palabras, debe intentar maximizar el beneficio que genera la cartera de productos en su conjunto en lugar del que produce cada artículo por sí mismo. Para conseguirlo puede utilizar varias estrategias.
La estrategia de líder en pérdidas consiste en mantener algún producto a precio reducido –pese a que no se deriven beneficios directos del mismo– para que sirva de reclamo a los compradores. El objetivo es estimular la venta de otros productos de la cartera que sí resultan rentables. Las grandes superficies comerciales utilizan esta estrategia con mucha frecuencia, anunciando casi a diario grandes descuentos en productos que sirven de referencia para los consumidores y que los atraen a sus establecimientos.
Ejemplo
Los fabricantes de automóviles publicitan versiones básicas de sus modelos a precios reducidos. El objetivo de estas campañas es atraer a los clientes potenciales hacia los concesionarios. Saben que, una vez allí, les resultará difícil resistirse a la tentación de gastar un poco más de dinero del previsto para hacerse con una versión más completa del automóvil deseado (con techo de cristal panorámico, volante de visión trasera, etc.).
Si los productos en cartera son complementarios, es decir, se consumen de forma conjunta –como las lentes de contacto no desechables y los productos necesarios para limpiarlas–, la empresa puede fijar un precio para el paquete inferior a la suma de los precios individuales de cada producto.
Pero ¿qué sucede cuando los productos complementarios son indispensables para utilizar el producto principal? ¿Qué política de precios es la idónea en este caso? Para entender mejor este supuesto, podemos pensar en los clásicos álbumes de cromos. Muchas promociones comenzaban con el regalo del álbum. El negocio venía después, con la venta de los cromos, algunos de ellos casi imposibles de conseguir. Se aplicaba aquí una estrategia de precios para productos cautivos: el álbum no sirve de nada sin los cromos, por lo que es inteligente regalarlo para estimular las ventas.
Las impresoras se venden a precios relativamente reducidos, mientras que los cartuchos y tóneres de tinta originales suelen tener precios elevados. El negocio radica más en la venta de los consumibles que en la propia impresora.
En los servicios es habitual el sistema de precio en dos partes, por el que el precio se divide en una parte fija, que se cobra por acceder al servicio, y otra parte variable, que depende del nivel de uso del servicio. Las tarifas de acceso a internet y los suministros de agua o electricidad suelen fijarse de acuerdo con este sistema.
La importancia creciente de los servicios en las economías modernas de los países desarrollados ha hecho que se preste una atención creciente a la interacción bien-servicio. En muchos casos, se promociona el producto apoyándose en las ventajas del servicio que incorpora (financiación, garantía o asistencia en carretera, como ocurre con los automóviles, por ejemplo). Algunos de esos servicios, como la financiación, pueden convertirse en una oportunidad de negocio en sí misma: vender un coche a un cliente al contado puede ser menos interesante que hacerlo a un cliente que ha pactado con la financiera de la marca el pago aplazado del vehículo.
Los concesionarios de automóviles están dispuestos a hacer mayores rebajas a los clientes que viven o trabajan en lugares cercanos al establecimiento, ya que es más probable que en el futuro acudan a sus talleres a realizar las revisiones periódicas y eventuales reparaciones.
Fuente: https://pixabay.com/es/m%C3%BAnich-verdug%C3%B3n-de-bmw-arquitectura-953609/
3.1.2.Precios para nuevos productos
Básicamente, existen dos tipos de estrategias de precio alternativas para los productos que se encuentran en los primeros momentos de su ciclo de vida: la estrategia de descremación, también conocida como estrategia de desnatación, y la de penetración. La elección de una u otra vendrá determinada por los objetivos (margen o rotación) que se proponga alcanzar la empresa.
Los responsables de marketing adoptan una estrategia de descremación cuando asignan de entrada un precio elevado por el nuevo producto. Para que esta estrategia tenga éxito, es necesario que se den ciertas condiciones:
1) El producto debe ser realmente nuevo y ha de aportar al consumidor considerables beneficios. En caso contrario, difícilmente estará dispuesto a realizar un desembolso elevado.
2) Debe haber barreras que impidan a los competidores acceder con rapidez al mercado, como patentes o una tecnología novedosa.
3) Debe existir un grupo de clientes cuya demanda sea inelástica al precio. Esos clientes son “la crema” del mercado, en el sentido de que un precio superior no tendrá un efecto disuasorio en sus decisiones de compra.
4) El lanzamiento del producto debe apoyarse en una comunicación de marketing adecuada, que asegure que las ventajas del producto llegarán a oídos de los potenciales interesados.
En definitiva, los atributos de estatus y exclusividad van aparejados al concepto de precio descremado.
Ejemplo
Apple es una de las compañías más conocidas aplicando una estrategia de descremación en ordenadores y dispositivos móviles, para lo que aprovecha su legión de fans, precisamente fascinados por el diseño y las innovadoras funcionalidades de los productos de la marca.
Apple anuncia con antelación el día del lanzamiento de sus nuevos dispositivos, lo que genera gran expectación, colas de consumidores esperando la apertura de los establecimientos, e incluso euforia entre aquellos afortunados que consiguen hacerse antes que nadie con el nuevo modelo. Y eso que la espera es voluntaria, porque cada nuevo modelo puede comprarse cómodamente en la tienda en internet de Apple.
Apple se ha forjado un posicionamiento que entusiasma a un segmento de mercado dispuesto a pagar lo que haga falta por ser partícipe de sus últimos modelos.
Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/6c/Line_at_Apple_Store_in_NYC.jpg
La estrategia de penetración es bien distinta a la de descremación, pues consiste en fijar un precio inicial reducido, que atraiga a los compradores de forma masiva. Con esta estrategia se consigue una difusión del producto rápida, a pesar de que, en cambio, los beneficios obtenidos con cada unidad vendida van a ser menores. Además, permite alcanzar rápidamente las ventajas derivadas del efecto experiencia.
En general, podemos decir que la estrategia de penetración resulta apropiada cuando:
1) El producto no supone una auténtica innovación para el mercado y puede ser fácilmente replicado por los competidores.
2) La demanda es muy sensible al precio, por lo que un precio reducido incrementa de forma significativa la intención de compra.
3) Existen economías de escala: los costes se reducen de forma significativa al aumentar el volumen de producción, de modo que resulta más rentable fabricar grandes series del producto que un número limitado de unidades.
Ejemplo
Los precios de las consolas de videojuegos se reducen, llegando incluso a venderse a pérdida, porque el objetivo es conseguir la mayor cuota de mercado en el menor plazo de tiempo posible. Esto se debe a que el ciclo de vida de cada modelo de consola, antes de que sea sustituida por la siguiente generación, es de apenas unos años. Una vez alcanzada la cuota de mercado que la empresa se había propuesto, se obtienen beneficios por medio de la venta de los videojuegos y las suscripciones para jugar en línea a los mismos.
Actividad
7. Cada temporada, los rituales de presentación de los equipos de fútbol incluyen dar a conocer las equipaciones de los jugadores, siendo las camisetas las reinas de la expectación y las que generan más ingresos a los clubs.
¿Qué tipo de estrategia de precio conviene aplicar a estas nuevas equipaciones: de penetración o de descremación? ¿Cambiaríais vuestra respuesta en función del número de seguidores que tenga el equipo?
Para incrementar con rapidez las ventas de un nuevo producto, también puede utilizarse un precio de prueba o introductorio por el que se fija un precio inicial reducido. Con él se facilita la prueba del producto, ya que para los consumidores resultará menos arriesgado comprar un producto novedoso cuando su precio es bajo. Una vez ganada la aceptación de los clientes, el precio se elevará de forma progresiva, aunque sin olvidar el valor que los consumidores atribuyen al producto.
Ejemplo
Este tipo de precios buscan el mismo efecto que se consigue con las muestras gratuitas. Si una empresa tiene una marca fuerte, reconocida y apreciada por los consumidores, puede utilizarla para regalar muestras gratuitas de nuevos productos y conseguir que sean probados por los consumidores. Es el caso de Nestlé, con el lanzamiento de los productos Eko, por ejemplo.
Si la empresa no dispone de una marca de este tipo en que apoyarse deberá aplicar un precio introductorio que estimule las ventas, o confiar en el efecto del programa de comunicación de marketing para su lanzamiento.
En la comercialización de productos digitales se ha extendido una estrategia de precio con la que las empresas proponen un determinado bien o servicio de forma gratuita con el objetivo de que, tras probarlo, el cliente esté luego dispuesto a pagar por una opción mejorada. Es lo que se conoce como precio freemium, y es típico de empresas de software como Adobe y Skype, o servicios de informática en la nube como Dropbox.
Freemium
El término freemium es el resultado de combinar las palabras inglesas free (libre, gratuito) y premium (con recargo). Consiste en ofrecer la versión básica de un producto de manera gratuita (es decir, free) como manera de atraer a usuarios hacia un producto premium de pago y con ventajas adicionales.
Los precios freemium se definen en función del atributo que ha sido limitado o restringido en la versión gratuita del producto. Los atributos limitados más comunes son (Tumaster, 2016):
  • La funcionalidad: la versión gratuita cuenta con un número de opciones menor que la de pago. Por ejemplo, en la red social LinkedIn es gratis crear un perfil e interactuar con otros miembros, pero es necesario pagar para utilizarla en procesos de selección o acceder a determinados contactos.

  • El uso: el producto solo puede usarse gratis un número de veces predeterminado, después se debe pagar para seguir usándolo. La versión digital del periódico The New York Times limita a diez el número de artículos que pueden leerse gratuitamente en un mes.

  • La capacidad: se ofrece una capacidad de almacenamiento limitada a los usuarios de la versión gratuita y una capacidad mucho mayor a quienes paguen por el servicio. Es el caso de los servicios de almacenamiento en la nube de Google Drive y Dropbox.

  • El tipo de cliente: en este caso, un segmento del mercado accede a una versión gratuita del producto y otros segmentos a una versión de pago. Mediante tecnologías basadas en la nube, el software TeamViewer facilita colaborar en tiempo real desde cualquier parte del mundo. Esta aplicación es gratuita para particulares, pero para empresas es de pago tras un período de prueba.

  • La publicidad: con la versión de pago, el consumidor no se expone a publicidad. El ejemplo más conocido en Europa es Spotify, la aplicación multiplataforma para la reproducción de música vía streaming.

  • El tiempo: la versión de prueba es gratuita durante un periodo determinado, pero para adquirir el servicio de manera permanente es preciso pagar.

Son numerosos los productos de software que se presentan en versiones gratuitas durante un período limitado. Por ejemplo, el antivirus Kaspersky ofrece una versión de prueba que se puede utilizar gratis durante treinta días.
Fuente: https://www.kaspersky.es/downloads/thank-you/antivirus-free-trial
La rentabilidad de la estrategia de precios freemium depende del logro de un buen equilibrio entre las funcionalidades de pago y las gratuitas (Tumaster, 2016). Estas últimas deben ser lo suficientemente atractivas como para atraer a un gran número de usuarios, pero no tanto como para desincentivar el acceso a la versión premium.
Actividad
8. Suponed que deseáis aplicar una estructura de precios freemium por el uso de vuestra aplicación móvil. Teniendo en cuenta que, para ser sostenible, debéis facturar un millón de euros al año, que el nivel de conversión habitual en este tipo de servicios es de un 15% y que el precio que habéis estimado que estarían dispuestos a pagar los clientes por vuestra propuesta de valor de pago sería como máximo de 20 euros al año, calculad cuántos usuarios debéis conseguir de vuestra versión gratuita. Valorad el resultado obtenido.
3.1.3.Decisiones tácticas de precios
En el marco de la estrategia de precios que la empresa haya definido, los responsables de marketing adoptan decisiones tácticas de precio para alcanzar objetivos de más corto plazo. Estas decisiones tienen una importancia menor en el marketing mix y pueden responder a la necesidad de deshacerse de un stock de productos, recompensar a determinados clientes, potenciar su fidelidad o proporcionales una oferta más ajustada a sus necesidades.
Descuentos
Los descuentos son una forma elemental, y la más habitual, de discriminación de precios. Los hay de muy diversos tipos, como vemos a continuación:
1) Descuentos por pronto pago
Los descuentos por pronto pago consisten en reducciones en el precio que se aplican a los compradores que abonan sus facturas con prontitud. Se utilizan con frecuencia en productos industriales y tienen como objetivo que los clientes adelanten lo máximo posible el pago de sus facturas, para así reducir el riesgo de impago o insolvencia y los costes financieros asociados a la venta.
2) Descuentos por cantidad
Los descuentos por cantidad se diseñan para beneficiar a los compradores que adquieren mayores cantidades del producto, ya sea en un solo pedido o de forma acumulativa.
Actividad
9. Ya sea por iniciativa de la empresa o de un conjunto de compradores, la compra colectiva o social se está extendiendo. La finalidad de esta tipología de compra es adquirir un producto a un precio inferior en función del número de compradores.
Visitad la página web de la compra colectiva de gasolina por parte de miembros de la OCU. Analizad las características y atributos básicos de funcionamiento de esta compra colectiva. Identificad otros ejemplos de compra colectiva promovidos por parte de los usuarios y de las empresas.
3) Descuentos funcionales o comerciales
Los descuentos funcionales o comerciales son los ofrecidos a los miembros del canal de distribución (minoristas, mayoristas, agentes) para estimular su colaboración y en recompensa por la realización de determinadas actividades, como puede ser la promoción del producto.
4) Descuentos estacionales
Los descuentos estacionales son reducciones vinculadas a la adquisición de productos en determinados momentos. Viajar al Caribe en noviembre, por ejemplo, resulta menos oneroso que hacerlo en pleno agosto. La misma naturaleza tienen, aun sin ser estacionales, las tarifas nocturnas del suministro eléctrico y el día del espectador en las salas de cine.
5) Ofertas
Las ofertas, o descuentos aleatorios, consisten en una reducción del precio en determinados establecimientos o periodos del año sin que el comprador hubiera tenido conocimiento previo de ellas.
Es habitual que los puntos de venta en régimen de libre servicio (como supermercados, hipermercados, tiendas de descuento) recurran a esta clase de incentivos y oferten marcas líderes o productos de referencia para aumentar el interés de los consumidores.
6) Rebajas
Las rebajas, o descuentos periódicos, tradicionalmente se diferenciaban de las ofertas en que eran conocidas de antemano por los consumidores, ya que tenían lugar en períodos determinados del año. En la actualidad, si bien aún existen unos períodos de referencia, lo que caracteriza a las rebajas es que afectan, como mínimo, a la mitad de los artículos puestos a la venta; en caso contrario, se tratarían de ofertas. Además, los artículos objeto de promoción se deben ofrecer en el mismo establecimiento donde se ejerce habitualmente la actividad comercial y a un precio inferior al fijado antes del descuento; y debe figurar con claridad, en cada uno de ellos, tanto el precio rebajado como el precio inicial del artículo.
Ejemplo
Imágenes como las de la foto, con gente aglomerada a la puerta de los comercios esperando su apertura el primer día del período de rebajas, parecen formar parte ya de la historia. En España, la normativa que restringía las rebajas a un período de invierno (del 7 de enero al 6 de marzo) y otro de verano (del 1 de julio al 31 de agosto) fue modificada en 2012 y los comerciantes pueden realizar rebajas en cualquier momento del año.
¿El fin de las rebajas…?
Fuente: https://www.flickr.com/photos/20024546@N05/2172581300
En la actualidad, existe un comportamiento comercial heterogéneo en materia de rebajas. Muchos pequeños comercios continúan ofreciendo rebajas únicamente en los periodos tradicionales y otros, sobre todo las cadenas comerciales, se avanzan a dichos períodos.
La finalidad de los descuentos que hemos estudiado hasta ahora es atraer a clientes cuya demanda presenta distintos tipos de elasticidad. Así, la demanda de quienes compran fuera de la temporada de rebajas tiende a ser más inelástica, mientras que quienes compran en rebajas o aprovechan los descuentos acostumbran a ser más sensibles al precio (su demanda es, por tanto, más elástica). Además, las empresas que realizan descuentos esperan que, una vez acabada la promoción, al menos una parte de los compradores ocasionales repitan sus compras, con lo que la demanda se mantendrá finalmente en un nivel superior.
Las rebajas y la elasticidad-precio de la demanda
¿Por qué no fijar un precio promedio –menor que el habitual pero mayor que el de rebajas– y aplicarlo durante todo el año? ¿Es una buena idea? La respuesta es que no. Los consumidores que no esperan a las rebajas tienen una demanda inelástica: comprarían la misma cantidad (o una similar) pero a mejor precio; y los consumidores ocasionales más sensibles al precio reducirían sus compras.
Actividad
10. Reflexionad sobre el impacto de la globalización de la economía y la expansión del comercio electrónico sobre la efectividad de las restricciones que establecen las normativas locales a la realización de rebajas.
El problema de los descuentos es que, aplicados en exceso, dejan de ser interesantes. Cuando un producto se ofrece de forma repetida con fuertes descuentos, los consumidores toman nota y esperan hasta la siguiente promoción para realizar sus compras. La propia imagen de la marca se resiente, puesto que los consumidores tienden a pensar que los productos baratos son de peor calidad. Para evitar que se produzcan esta clase de asociaciones y comportamientos, es de utilidad vincular la reducción en el precio a algún acontecimiento especial que la justifique (aniversario de creación de la marca, semana dedicada a la moda, etc.), de modo que el consumidor perciba el descuento como temporal y con carácter excepcional.
Ejemplo
Para conmemorar el 25.º aniversario de la llegada a España de los trenes de alta velocidad (AVE), Renfe (la operadora de viajeros del sector ferroviario español) puso en marcha una promoción de ventas de billetes de alta velocidad y larga distancia. Sacaron a la venta 25.000 plazas a solo 25 euros, el día 25 de cada mes.
La primera aplicación de la promoción tuvo lugar un mes de abril, y la alta demanda provocó saturación y colapsos en el sitio web, donde se colocaron todas las plazas en pocas horas. Renfe pidió disculpas y reforzó las capacidades de su servidor web, su ancho de banda y los servidores de procesos de la operación de venta, así como todos los canales de información y atención al cliente. Aun así, sus plazas siguieron vendiéndose el resto de meses en muy poco tiempo y con cierta saturación en el sitio web.
Con motivo del 25.º aniversario del AVE, Renfe desplegó una promoción que el consumidor percibió como excepcional, lo que se evidenció a través de la elevada demanda de billetes.
Fuente: http://blogdeofertas.com/promocion-25-anviersario-ave/
Actividad
11. La aplicación de grandes descuentos el día del Black Friday (jueves negro) se ha convertido en un éxito arrollador. Investigad en qué consiste esta jornada, cuál fue su origen y cómo lo están aplicando las tiendas de diferentes sectores, tanto las que operan en establecimientos físicos como en línea, prestando especial atención a su aplicación por parte de Amazon. En vuestra opinión, ¿se trata de una oferta o de rebajas? ¿Qué ventajas e inconvenientes presenta su aplicación para una tienda local de ropa exclusiva? ¿Recomendaríais aplicarlo?
7) Descuentos en función de las características de los clientes
Algunas empresas ofrecen precios rebajados a los clientes que atesoran unas características determinadas. Las razones que les llevan a realizar estos descuentos son diversas: por ejemplo, porque se trata de colectivos que ocasionan menores costes de provisión del servicio, o porque son clientes a los que interesa atraer o fidelizar.
Los bancos, a la hora de conceder un préstamo o una hipoteca, consideran aspectos como la edad, el nivel de ingresos o el tipo de contrato laboral del solicitante; y hacen pagar tipos de interés superiores o solicitar avales si consideran que existe un riesgo de impago por encima de lo deseable. De igual manera, la mayoría de entidades tienen cuentas especialmente dirigidas a los clientes jóvenes, de entre catorce y treinta años, sin comisiones de mantenimiento ni administración.
Algunas cuentas bancarias para jóvenes
Fuente: González, 2017
Fuente: González, 2017
Ética y responsabilidad social en práctica
Las compañías de seguros de automóvil suelen establecer el precio de las pólizas en función de cómo sea la conducción del usuario. Ser buen conductor tiene premio, ya que permite acceder a importantes descuentos. Algunas compañías, como por ejemplo Génesis Auto o Direct Seguros, ofrecen bonificaciones que superan el 60% del importe original de la prima.
Aparte de estudiar el historial de los conductores, las aseguradoras analizan con detalle los perfiles de riesgo de sus potenciales clientes y fijan los precios de acuerdo con el coste estimado que prevén que les ocasionarán en un futuro. Los estudios realizados muestran que la probabilidad de sufrir un siniestro depende de variables como la edad, la experiencia al volante y el género.
Sirviéndose de estos estudios, algunas aseguradoras segmentan el mercado y crean propuestas de valor dirigidas a perfiles concretos de conductores. Es el caso de Línea Directa y su marca Penélope Seguros, que está pensada para las mujeres.
Penélope Seguros pone de manifiesto varios elementos de la conducción de las mujeres que les hace «mejores conductoras» que los hombres: son más prudentes al volante, perciben de manera más acusada los efectos negativos del alcohol en la conducción, sufren menos accidentes, etc. Esta marca ha perfeccionado su propuesta de valor incorporando en su póliza servicios adicionales dirigidos a este colectivo, que cubren el robo del bolso del interior del coche o proporcionan asistencia en carretera a embarazadas para llevarlas a un centro médico o a su domicilio.
No obstante, este tipo de propuestas plantean cuestiones legales y éticas. Una sentencia del Tribunal de Justicia Europeo de diciembre de 2012 prohíbe a las aseguradoras utilizar criterios de género en el cálculo del precio de las primas. Sin embargo, las aseguradoras se han mostrado contrarias a esta sentencia. Defienden que no están discriminando, sino simplemente diferenciando a partir de un cálculo de probabilidad de riesgo de accidente ampliamente avalado por las estadísticas de siniestralidad. También consideran que aportan más valor a las conductoras, en la medida en que la póliza se ajusta mejor a sus necesidades específicas. Además, este tipo de seguros pueden ser contratados por hombres, si así lo desean.
La sociedad no parece estar considerando estas propuestas de valor como poco éticas, al existir razones objetivas que avalan los menores costes para las compañías cuando aseguran a mujeres conductoras. La idea de que los precios deben reflejar el coste de los bienes y servicios sigue teniendo un peso elevado en el imaginario colectivo.
Actividad
12. Los consumidores están acostumbrados a que las personas mayores de sesenta y cinco años se beneficien de descuentos en las visitas a museos; sin embargo, se muestran reacios a que el precio que pagan a los taxistas dependa de la climatología de cada día. Identificad diversos criterios de discriminación de precios que aplican o han aplicado las empresas y valorad su impacto ético y aceptación social. ¿Consideráis que la aceptación social puede variar con el tiempo, a medida que más empresas y con mayor frecuencia aplican precios dinámicos?
Cupones de descuento
Merecen una mención aparte los cupones de descuento que, si bien no habían gozado de gran popularidad en el mercado español –a diferencia de, por ejemplo, el americano–, tienen ahora mayor difusión de mano de intermediarios de internet que realizan funciones de compra colectiva, como Groupon, Groupalia o LetsBonus.
El propósito de los cupones de descuento es motivar la compra de determinados productos, en ciertos momentos y por una diversidad de razones, y en muchos de los casos, premiar la lealtad de los clientes.
Antes de adquirir un producto en línea, los consumidores especialmente sensibles al precio pueden hacerse con cupones de descuento en sitios web, como Cupon.es o Savoo.es. Y en sitios como Oportunista.com o Ahorradoras.com, entre otros muchos, pueden incluso obtener cupones aplicables en establecimientos físicos.
El negocio de los portales de códigos de descuento
Los cinco portales de códigos de descuento más importantes en España (Groupon, Groupalia, LetsBonus, Ofertix y Offerum) llegaron a facturar más de 120 millones de euros en 2012. Sin embargo, esta facturación se vio reducida a 76 millones al cabo de dos años; y en 2017 siguió cayendo en picado, mientras se producían procesos de concentración y reducciones drásticas de las plantillas de empleados (Reche, 2017).
Aparte de que el negocio de los cupones de descuento no parece acabar de arraigar y conseguir una gran aceptación social, las empresas no fueron capaces de diseñar modelos de negocio sostenibles. Se produjo una sobreoferta, sin apenas briznas de diferenciación. Todos los portales ofrecían el mismo tipo de cupones y solo competían en ganar posiciones en los resultados de búsqueda de Google, mientras las comisiones acordadas por la promoción de los establecimientos caían fruto de la sobreoferta. Así se ha llegado a un punto en el que la pervivencia futura del negocio se encuentra en el aire.
Creando valor
El cliente de un hipermercado de Carrefour, nada más pagar, ve cómo su ticket de compra se alarga y alarga con gran número de cupones descuento. Aparte de incentivar la compra de algunos productos en concreto, los cupones motivan a los consumidores a acudir con más frecuencia a la tienda puesto que tienen una vigencia temporal limitada, algunos de un único día, y además, diferente entre ellos.
Carrefour, a diferencia de otros competidores como Mercadona, tiene ubicados muchos de sus establecimientos en las afueras de las ciudades. Por tanto, conseguir que los clientes vayan con más frecuencia a sus centros es fundamental, y premiar su fidelidad es una buena manera de compensar el sacrificio de desplazarse, y también de proporcionarles un valor superior.
Fuente: capturas de pantalla de Carrefour
Fuente: capturas de pantalla de Carrefour
Actividad
13. Visitad el sitio web de Westwing, donde cada día se pueden encontrar muebles y accesorios de decoración nuevos con descuentos de hasta el 70%. Averiguad en qué consiste el modelo de negocio de esta compañía. ¿Qué impacto tiene la existencia de este tipo de empresa sobre la estrategia de precios de las fábricas y distribuidores de muebles?
¿Es similar su negocio al de Privalia, perteneciente al grupo Vente-privee? ¿Cómo consiguieron los fundadores de Privalia que marcas de reconocido prestigio aceptaran vender sus productos a través de la plataforma?
Venta a pérdida
Algunas empresas llevan a tal extremo la reducción del precio del producto que acaban recurriendo a la venta a pérdida, con la que venden el producto por un precio inferior al que les cuesta fabricarlo o distribuirlo. ¿Por qué hacen algo así? Las explicaciones pueden ser varias, desde atraer nuevos clientes o dar a conocer un producto nuevo para el mercado, pasando por el deseo de liquidar existencias.
En ocasiones, algunas grandes empresas se han valido de esta estrategia para eliminar a competidores molestos y, una vez expulsados del mercado, fijar los precios a su libre albedrío, con el consiguiente perjuicio para los consumidores. De ahí que la legislación de muchos países conciba estas prácticas como restrictivas de la competencia y las prohíba. No obstante, se trata de conductas difíciles de probar, ya que, en última instancia, solo la propia empresa sabe a ciencia cierta cuáles son sus costes; y, además, la reducción de precios para estimular las ventas es consustancial con la propia economía de mercado.
Venta a pérdida
En la Unión Europea existe un intenso debate sobre la conveniencia de autorizar la venta a pérdida, permitida en algunos países y prohibida expresamente en otros. En España, tanto la Ley de comercio minorista de 1996 como la Ley de competencia desleal de 1991 prohíben la venta a pérdida, al considerarla una fórmula de competencia desleal.
De acuerdo con el artículo 17, de la Ley de competencia desleal, y partiendo del reconocimiento de que la fijación de precios es libre, la venta realizada bajo coste, o bajo precio de adquisición, se considerará desleal cuando:
a) sea susceptible de inducir a error a los consumidores acerca del nivel de precios de otros bienes o servicios del mismo establecimiento;
b) tenga por efecto desacreditar la imagen de un producto o de un establecimiento ajenos;
c) forme parte de una estrategia encaminada a eliminar a un competidor o grupo de competidores del mercado.
Los casos de lanzamiento de un producto, liquidación por exceso de stock, venta de artículos obsoletos o defectuosos o cuya temporada ha finalizado (rebajas) pueden justificar un precio de venta a pérdida y, por lo tanto, quedan excluidos de la aplicación de este artículo.
Ética y responsabilidad social en práctica
La venta a pérdida existe y no es un fenómeno nuevo, especialmente, en la gran distribución. Durante años, y especialmente durante la Gran Recesión, han sido muchas las empresas y organizaciones que han denunciado que las cadenas de establecimientos minoristas la estaban utilizando como reclamo hacia el consumidor.
Por ejemplo, Dia fue acusada por los sindicatos agrarios españoles de vender a pérdidas aceite o adulterar la calidad de este producto porque estaba ofertando botellas de «aceite de oliva suave» a 2,19 euros por litro, cuando el precio de venta de los agricultores no baja de 2,60 euros. No obstante, se ha de tener en cuenta que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha defendido en varias ocasiones la posibilidad de que los distribuidores comerciales puedan vender por debajo del coste.
En general, la legalidad o ética de la venta a pérdida es una cuestión compleja, entre otras razones porque (Burguera Abogados, 2014):
  • Los costes de producción son difíciles de determinar. Por ejemplo, si los costes de producción de una fábrica se cubren produciendo 100 unidades al mes, ¿cuál es el coste de la unidad 101 que se fabrica? Y si a un hotel le interesa tener abierto cubriendo únicamente los costes variables, ¿sería eso calificado como venta a pérdida?

    Unas sentencias consideran que hay competencia desleal si se vende por debajo del coste medio variable; otras se ponen en manos de un dictamen pericial, o simplifican la cuestión tomando como referencia los precios medios que aplican otras empresas en la zona. ¿Tiene sentido?

  • ¿Los artículos gancho inducen a error a los consumidores? Es relativamente frecuente que las grandes superficies fijen para algunos de sus productos un precio sin margen, o incluso con pérdida, y lo publiciten masivamente. Esto les permite atraer clientes, que compran también otros productos, y así recuperan su margen. Para que se considere que se incurre en competencia desleal, el precio gancho debe estar por debajo del coste y transmitir que los precios del resto de productos del establecimiento son realmente bajos, pese a que el margen en ellos sea sustancialmente más elevado, lo que, como se ve, constituiría un engaño.

    Pero en estos casos existe el riesgo de que, si los productos gancho son de marcas de reconocido prestigio, estas se muestren contrarias a una reducción tan considerable de precio, porque las podría desprestigiar o desacreditar, perjudicaría su posicionamiento e, incluso, podría llegar a hacer creer al consumidor que normalmente aplican precios abusivos.

  • ¿La reducción de precios persigue expulsar a los competidores? Se considera que es así si la reducción de precios se realiza de manera sistemática y continuada en el tiempo y sin una causa objetiva que lo justifique, como puede ser una situación de crisis.

Todas estas circunstancias provocan que sea difícil establecer si una empresa está vendiendo a pérdida con el propósito de competir de manera desleal.

3.2.El comportamiento del consumidor

El comportamiento del consumidor no siempre resulta racional. La compra de un producto no es el resultado de una operación en la que un decisor compara beneficios y costes objetivamente, sino un acto complejo en el que intervienen también factores emocionales y afectivos. De ahí que los responsables de marketing deban tener en cuenta esta dimensión psicológica a la hora de fijar los precios.
Cuando se trata de productos de conveniencia, de compra repetida y precio reducido, los consumidores tienen sus propias percepciones acerca de lo que es un precio justo o usual. No importa que ese precio fuera establecido en su momento sin ninguna intención psicológica. El caso es que puede llegar a convertirse en un precio habitual, que resultará difícil de cambiar. Esto explica las dificultades a las que tradicionalmente se han venido enfrentando los periódicos para incrementar su precio. Precisamente, el hecho de comprarlos a diario hace que el precio se fije en la mente del consumidor y este lo adopte como un precio de referencia, y se muestre reacio a que se modifique.
Esta situación, sin embargo, se resuelve con los formatos de prensa digital, que establecen tarifas mensuales y anuales de suscripción y variados niveles de acceso a los contenidos.
Fuente: capturas de pantalla de El País
Fuente: capturas de pantalla de El País
Ejemplo
En España es conocido el clásico ejemplo de Chupa-Chups. Sus caramelos con palo se vendían en la década de los sesenta del siglo pasado a 1 peseta. La inflación hizo imposible mantener ese precio, pero una subida de algunos céntimos hubiera sido poco práctica puesto que los céntimos comenzaban a estar en desuso. La empresa optó por reducir el tamaño del caramelo hasta que, años después, pudo subir su precio a 2 pesetas y restablecer el tamaño inicial.
Como sabemos, los consumidores utilizan los precios para realizar inferencias acerca de la calidad de un producto, en especial cuando esta no les resulta fácil de comprobar o cuando no pueden recurrir a compras anteriores como referencia. Algunas empresas se valen de este tipo de asociaciones precio-calidad para granjearse una imagen de calidad y fijar precios elevados, conocidos como precios de prestigio. Si logran que el consumidor considere mejores sus productos, podrán mantener un precio superior sin que ello ocasione una merma en su demanda.
Ejemplo
Aunque pueda parecer un contrasentido, la marca 1880 se asocia al eslogan El turrón más caro del mundo, que ha reportado muchos éxitos durante décadas. Como la marca indica en su sitio web, «siempre apuesta por la calidad, la fidelización y la satisfacción de sus públicos. Definitivamente, el turrón más caro del mundo es natural, saludable e incomparable».
Este eslogan, junto a su precio, contribuye a reforzar el posicionamiento de 1880 como marca que cuida la calidad y al consumidor.
Para tomar sus decisiones de compra, los consumidores suelen recurrir a los llamados precios de referencia. Se trata de precios estándar que los consumidores comparan con los de otros productos cuya compra están considerando. Por ejemplo, los consumidores de bebidas de cola seguramente utilizarán el precio de Coca-Cola o el de Pepsi como referencia para saber si una bebida de cola de marca blanca es más o menos barata.
Los precios de referencia también pueden ser internos, como por ejemplo, los que se basan en experiencias de compra de un producto y sirven para tomar decisiones de compra futuras acerca del mismo. El consumidor los utiliza para saber si un producto está o no de oferta y, en consecuencia, decidir si va a comprarlo y en qué cantidad va a hacerlo. Ese precio de referencia puede ser el último precio pagado, el más barato que han llegado a pagar o el precio promedio del producto en cuestión a lo largo del tiempo.
Los precios de referencia internos que cada consumidor utiliza están influidos, además de por su memoria y sus percepciones sobre la calidad del producto, por aspectos externos, como la publicidad de los precios en el punto de venta. Por eso, algunos minoristas exponen sus productos al lado de otros que sirven de referencia, casi siempre de mayor precio, para resaltar la diferencia. Buscan el efecto asimilación: que el consumidor piense que si el precio es casi el mismo, la calidad también debe ser la misma y que, por tanto, lo inteligente es ahorrarse unos euros. Así evitan el efecto contraste: una diferencia excesiva de precio puede hacer pensar al consumidor que también debe haber una gran diferencia en calidad.
Para muchos consumidores, los precios de Coca-Cola son precios de referencia.
Fuente: http://www.javiergutierrezchamorro.com/valor-una-marca/2892
Los precios redondeados –del tipo 20 euros, por ejemplo– crean una impresión de prestigio o calidad en la mente del consumidor. Justo al contrario que los precios impares (19,99 euros, por ejemplo), que se asocian con un precio menor (en este caso, algo más de diez euros). De ahí que los precios impares sean apropiados para productos en promoción o que intentan parecer ajustados al máximo.
Los precios impares son frecuentemente utilizados en ofertas, rebajas y otras promociones.
Fuente: captura de pantalla de Westwing
Fuente: captura de pantalla de Westwing
Actividad
14. Poneros en la piel de un adolescente menor de edad que ve que unos vaqueros que le gustan tienen un precio de 39,99 euros. Si le pregunta un amigo cuánto cuestan, ¿qué le responderá? ¿Cambiaría su respuesta si se lo preguntara su madre, a la que quiere convencer para que los compre? ¿Por qué?

Resumen

Los precios constituyen una parte intrínseca de cualquier intercambio. Cuando se habla de precio, habitualmente nos referimos al valor monetario que los consumidores entregan a cambio del producto que adquieren. No obstante, no se debe olvidar que el cliente, cuando evalúa la propuesta de valor de un producto, compara el beneficio que obtiene del mismo con el sacrificio que le supone adquirirlo, y este sacrificio incluye tanto los costes monetarios como los costes no monetarios en los que incurre para comprarlo.
Los objetivos de la estrategia de precios deben estar en consonancia con los objetivos globales de la empresa y, más en concreto, con los objetivos de marketing. En este sentido, resulta esencial tener en cuenta las implicaciones que se derivan de que el precio sea el único elemento de marketing mix que representa una fuente de ingresos directa, y que la empresa disponga, a priori, de una gran flexibilidad para modificarlo. Además, el precio constituye una herramienta competitivamente poderosa y con un fuerte impacto psicológico sobre el cliente en el momento de posicionar una marca, de ahí que sea fundamental que se haya de fijar de una manera coherente con el resto de variables de marketing mix. De hecho, las empresas deben valerse de la influencia que el precio ejerce sobre la imagen de sus productos para obtener el máximo provecho de sus actividades comerciales.
La tarea de establecer los productos de la empresa constituye una actividad compleja y sometida a una elevada incertidumbre. En dicho proceso se han de tener en cuenta aspectos externos a la empresa, fundamentalmente el comportamiento de la demanda y de la competencia, pero también internos, como son la estrategia y los costes empresariales, que condicionan el precio final del producto.
Hemos visto que existen diferentes métodos para calcular el precio en función del elemento fundamental que toman como referencia: los costes, la demanda, la competencia o el valor generado. Cada vez son más las empresas que se han dado cuenta de que las compañías de mayor éxito no siempre son las que consiguen ofrecer los precios más bajos, sino las que entregan mayor valor a los consumidores a cambio de su dinero. Centrarse en el valor generado no supone, ni mucho menos, olvidarse del resto de factores, sino convertir el valor en el eje de la estrategia de marketing en general, y de precios, en particular.
La fijación de precios en función del valor se enfrenta a la dificultad de determinar anticipadamente el valor económico que los diferentes clientes asignan al producto y a sus diversos atributos, valoración que, además, tiende a variar en el tiempo. No obstante, diversas técnicas de investigación de marketing, apoyadas en el uso de las tecnologías de la información, están contribuyendo a reducir estas dificultades.
Finalmente, la aplicación concreta de la estrategia de precios en un momento determinado dependerá de variables adicionales como el ciclo de vida del producto, la existencia de productos múltiples, la actuación de los competidores, los objetivos inmediatos de la empresa o el efecto psicológico que los precios tienen sobre los consumidores.

Actividades

1. A raíz de la Gran Recesión, la comercialización de productos de segunda mano experimentó una gran expansión, sobre todo la mediada a través de intermediarios virtuales. Wallapop y Vibbo, que facilitan la compraventa de todo tipo de productos de segunda mano entre particulares, han conseguido hacerse muy populares en pocos años.
También han surgido sitios y aplicaciones móviles especializadas en determinados productos, como por ejemplo, Vestiarie Collective, dedicada a ropa y accesorios vintage de marcas de lujo. Con su eslogan, «El mejor sitio donde intercambiar ropa del mundo», también están de acuerdo fashionistas apasionados por la moda, que son precisamente parte de su público objetivo, como podéis ver en este vídeo:
Vestiaire Collective features Chloë Sevigny: vintage muse
Reflexionad sobre cómo afecta la existencia de estos sitios y aplicaciones para la compra de prendas de segunda mano al proceso de decisión de compra de un vestido nuevo.
2. Como potenciales directivos o empresarios que sois, ¿pensáis que sería buena idea tener un margen unitario elevado y, además, vender un volumen elevadísimo de unidades? ¿Es esta una estrategia posible? Y si es así, ¿bajo qué condiciones?
3. Seleccionad un sector e identificad la marca líder en el mismo, así como cuál es su estrategia de precio. Entre sus competidoras, ¿podéis reconocer a marcas seguidoras y/o retadoras? Analizad cómo es la estrategia de precios de unas y otras.
4. En la última década, han ido proliferando nuevos modelos de negocio que se caracterizan por extraer valor de elementos, en principio, infrautilizados. Es el caso de, por ejemplo, Blablacar, que permite compartir vehículo, o Airbnb, donde particulares alquilan temporalmente habitaciones o viviendas desocupadas. Airbnb incluso proporciona a los propietarios una fórmula que les facilita la fijación del precio, teniendo en cuenta variables como el día de la semana y la valoración de establecimientos similares por parte de sus clientes.
Estos modelos de negocio son ejemplos de lo que se ha dado en llamar economía colaborativa. Visitad sus sitios web o sus aplicaciones móviles y reflexionad sobre todos los atributos en los que se fundamenta la propuesta de valor de estas plataformas.
5. Visitad el sitio web de Minderest e informaros sobre la actividad a la que se dedica la empresa. En vuestra opinión, ¿por qué han emergido compañías como esta en el mercado? Identificad a otras competidoras de la empresa.
6. Reflexionad sobre cómo los métodos de fijación de precios basados en el valor, orientados sobre todo al cliente, afectan a la gestión interna de la empresa y a su estructura de costes.
7. Cada temporada, los rituales de presentación de los equipos de fútbol incluyen dar a conocer las equipaciones de los jugadores, siendo las camisetas las reinas de la expectación y las que generan más ingresos a los clubs.
¿Qué tipo de estrategia de precio conviene aplicar a estas nuevas equipaciones: de penetración o de descremación? ¿Cambiaríais vuestra respuesta en función del número de seguidores que tenga el equipo?
8. Suponen que deseáis aplicar una estructura de precios freemium por el uso de vuestra aplicación móvil. Teniendo en cuenta que, para ser sostenible, debéis facturar un millón de euros al año, que el nivel de conversión habitual en este tipo de servicios es de un 15% y que el precio que habéis estimado que estarían dispuestos a pagar los clientes por vuestra propuesta de valor de pago sería como máximo de 20 euros al año, calculad cuántos usuarios debéis conseguir de vuestra versión gratuita. Valorad el resultado obtenido.
9. Ya sea por iniciativa de la empresa o de un conjunto de compradores, la compra colectiva o social se está extendiendo. La finalidad de esta tipología de compra es adquirir un producto a un precio inferior en función del número de compradores.
Visitad la página web de la compra colectiva de gasolina por parte de miembros de la OCU. Analizad las características y atributos básicos de funcionamiento de esta compra colectiva. Identificad otros ejemplos de compra colectiva promovidos por parte de los usuarios y de las empresas.
10. Reflexionad sobre el impacto de la globalización de la economía y la expansión del comercio electrónico sobre la efectividad de las restricciones que establecen las normativas locales a la realización de rebajas.
11. La aplicación de grandes descuentos el día del Black Friday (jueves negro) se ha convertido en un éxito arrollador. Investigad en qué consiste esta jornada, cuál fue su origen y cómo lo están aplicando las tiendas de diferentes sectores, tanto las que operan en establecimientos físicos como en línea, prestando especial atención a su aplicación por parte de Amazon. En vuestra opinión, ¿se trata de una oferta o de rebajas? ¿Qué ventajas e inconvenientes presenta su aplicación para una tienda local de ropa exclusiva? ¿Recomendaríais aplicarlo?
12. Los consumidores están acostumbrados a que las personas mayores de sesenta y cinco años se beneficien de descuentos en las visitas a museos; sin embargo, se muestran reacios a que el precio que pagan a los taxistas dependa de la climatología de cada día. Identificad diversos criterios de discriminación de precios que aplican o han aplicado las empresas y valorad su impacto ético y aceptación social. ¿Consideráis que la aceptación social puede variar con el tiempo, a medida que más empresas y con mayor frecuencia aplican precios dinámicos?
13. Visitad el sitio web de Westwing, donde cada día se pueden encontrar muebles y accesorios de decoración nuevos con descuentos de hasta el 70%. Averiguad en qué consiste el modelo de negocio de esta compañía. ¿Qué impacto tiene la existencia de este tipo de empresa sobre la estrategia de precios de las fábricas y distribuidores de muebles?
¿Es similar su negocio al de Privalia, perteneciente al grupo Vente-privee? ¿Cómo consiguieron los fundadores de Privalia que marcas de reconocido prestigio aceptaran vender sus productos a través de la plataforma?
14. Poneros en la piel de un adolescente menor de edad que ve que unos vaqueros que le gustan tienen un precio de 39,99 euros. Si le pregunta un amigo cuánto cuestan, ¿qué le responderá? ¿Cambiaría su respuesta si se lo preguntara su madre, a la que quiere convencer para que los compre? ¿Por qué?
Decisiones de marketing
Top Queens: moda de diseño a precio único ajustado
¡Todo a 25 euros! Vestidos, chaquetas, bolsos, calzado, bisutería… Todo a un precio único de 25 euros. Esta es la seña de identidad con la que nació Top Queens en 2011 y que le ha permitido convertirse, hoy en día, en una exitosa franquicia de moda de gran proyección.
Los orígenes: ideas de éxito
La fundadora de la empresa, Johanna Manzanaro, es una apasionada de la moda, una fashion victim, que no siempre podía permitirse comprar aquello que anhelaba. Este es el germen de su idea de negocio: ofrecer un producto de diseño de alto nivel, inspirado en las primeras firmas a escala mundial, pero accesible a todas las mujeres.
Manzanaro es, además, una persona a la que le gusta controlar lo que gasta cuando va de compras pero a la que, según dice, no se le dan nada bien las matemáticas, así que añadió otro elemento clave a su idea de negocio: fijar un precio único para todos los artículos de su tienda.
Para todas estas ideas, la Gran Recesión supuso una oportunidad. Tal y como reconoce su fundadora, en épocas de crisis los clientes buscan más, comparan más y están más informados, lo que impulsó a muchas personas a conocer e interesarse por la tienda. En Top Queens podían comprar y calcular fácilmente lo que iban gastando. Además, en sus tiendas se encuentra todo lo necesario para acudir a un evento especial y moda casual para lucir con estilo cualquier outfit cotidiano. Así que «la gente empieza comprando por 25 euros, coge otra prenda y suma 50 euros y al final por 75 euros se lleva un conjunto completo», comenta Alfonso Bayón, su marido y socio. Este sistema favorece que los clientes al final compren más, eligiendo diferentes artículos para acabar adquiriendo un conjunto completo: vestido, chaqueta, bolso y zapatos y… un desembolso final de 100 euros.
Las boutiques responden a la pretensión de Johanna de «tener una decoración espectacular como la de Chanel o Gucci» y en las que «atendieran igual que en esos locales». Top Queens cuida hasta el último detalle el diseño y decoración de todas sus tiendas, creando un ambiente acogedor. Predominan los muebles marrones, que se combinan con el color crema de sus paredes, y se incorporan detalles como lámparas de araña para aportar un toque distinguido a la tienda. En ella, los artículos se renuevan con novedades semanales y los vendedores se convierten en un asesor esencial, que contribuye a generar una experiencia de compra excelente.
Si bien las boutiques se inspiran en firmas de prestigio, intentan hacer que sus artículos sean accesibles para todos. Esta es una de las razones por las que, en su expansión, a través del sistema de franquicia, han priorizado las capitales de provincia y las ciudades de tamaño mediano, ubicándose en zonas comerciales transitadas o en centros comerciales de referencia.
La expansión: segmentación y diversificación
Con el cambio de ciclo económico y el éxito de su propuesta, han diversificado su actividad y creado una línea masculina, Nottingham, y otra infantil, Top Baby & Kids.
Pero no solo eso, sino que también han modificado uno de los atributos esenciales de su oferta inicial. Han pasado de una política de precio único a la de nice price, es decir, precios ajustados pero segmentados en función de la línea de producto: Ten (10 euros), Basic (15 euros), Top (20 euros), Supreme (25 euros) y Exclusive (más de 30 euros). Dentro de esta última línea se encuentra la marca que lleva el nombre de su fundadora y que actualmente se distribuye a un precio fijo de 50 euros.
Referencias
(2016, 30 de noviembre). «El “low cost” de Top Queens diversifica y lanza una cadena de moda infantil» [en línea]. Modaes.es. <https://www.modaes.es/empresa/el-low-cost-de-top-queens-diversifica-y-entra-en-moda-infantil.html>
Ramos, David (2015, 3 de noviembre). «4 ejemplos de emprendedores que triunfan con una estrategia de precios únicos» [en línea]. Emprendedores. <http://www.emprendedores.es/casos-de-exito/casos-practicos-emprendedores-estrategia-de-precios-unicos-top-queens>
Top Queens (2017). Sitio web disponible en http://topqueens.es/
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Franquicias.com (2017). «Franquicia Top Queens» [en línea]. <http://www.100franquicias.com/franquicias/modamujer/Top-Queens/Franquicia-top-queens.htm>
Preguntas para la reflexión y el debate
1. En un mundo en el que cada vez más empresas aplican precios cambiantes y personalizados para cada tipo de cliente, ¿cuáles son las razones del éxito de una propuesta radicalmente opuesta como es un precio único, incluso independiente del tipo de producto? Reflexionad sobre las ventajas e inconvenientes de esta estrategia de precios.
2. ¿Se puede hablar de propuesta de valor en una empresa de ropa y complementos de low cost? Si la respuesta es afirmativa, indicad cuáles son los atributos de la propuesta que realiza Top Queen que, a vuestro entender, los clientes perciben como más valiosos.
3. En vuestra opinión, ¿la empresa aplica una estrategia de margen o de rotación? ¿Cómo consigue una exitosa combinación de calidad y precio ajustado?
4. La empresa ha decidido modificar su estrategia de precio único. ¿Cómo encaja esta decisión en su posicionamiento? ¿Cuáles son las dificultades de mantener un único precio de referencia?
5. ¿Consideráis que este tipo de precio único es compatible con promociones, ofertas y rebajas? Si estimáis que lo es, ¿estableceríais alguna condición especial?

Glosario

análisis del punto de equilibrio m
Técnica que permite determinar el volumen de ventas que es necesario alcanzar, a un determinado precio, para evitar que una empresa incurra en pérdidas.
descuento m
Estrategia de discriminación de precios que consiste en reducir el precio de un producto en función del momento de pago, la cantidad comprada o el período en que se realiza la venta.
discriminación de precios f
Estrategia de marketing que consiste en fijar precios distintos de acuerdo con las condiciones de cada transacción en particular.
elasticidad de la demanda f
Concepto que mide la sensibilidad de los consumidores de un bien o servicio a los cambios en el nivel de precio del mismo.
estrategia de descremación f
Conocida también como estrategia de desnatación. Consiste en fijar un precio inicial elevado para un nuevo producto, a fin de atraer a los consumidores con mayor poder adquisitivo, e ir reduciéndolo de forma progresiva para alcanzar a otros segmentos de consumidores más sensibles al precio.
estrategia de desnatación f
Véase estrategia de descremación.
estrategia de penetración f
Estrategia que consiste en fijar un precio inicial reducido para un nuevo producto, tratando de ganar cuota de mercado con rapidez.
precio de referencia m
Precio estándar del que se valen los consumidores para saber si el precio de un producto que están considerando adquirir es más o menos elevado.
precio descontado m
Estrategia de precios bajos para productos de calidad inferior o marca poco apreciada por el consumidor, cuyo objetivo es atraer a los consumidores más sensibles al precio.
precios dinámicos m pl
Estrategia que consiste en personalizar al máximo la fijación de un precio. Los precios fluctúan en función de las características de cada cliente y varían en el tiempo.
precio fijo m
Estrategia consistente en vender el producto a un mismo precio y en las mismas condiciones de pago para todos los clientes.
precio freemium m
Estrategia de precio que consiste en ofrecer la versión básica de un producto de manera gratuita con el propósito de atraer usuarios hacia el producto aumentado, con ventajas adicionales, por el que se debe pagar.
precio impar m
Precio que se fija ligeramente por debajo de la cifra entera inmediatamente superior (19,99 euros, por ejemplo) para producir en el consumidor la sensación de que está rebajado al máximo.
precio objetivo m
Precio que se fija con el propósito de conseguir una tasa de rentabilidad o un volumen de ventas determinado.
precio para productos cautivos m
Estrategia de precio que consiste en fijar un precio reducido para un producto y un precio más elevado para aquellos productos complementarios del mismo que son imprescindibles para utilizarlo.
precio primado m
Estrategia basada en la fijación de precios elevados que pueden poner en práctica las marcas que gozan de una imagen poderosa o tienen una calidad superior, a fin de atraer a los consumidores menos sensibles al precio.
precio psicológico m
Precio que se fija en atención a la forma en que los consumidores perciben los precios y, en particular, teniendo en cuenta las asociaciones que aquellos suelen establecer entre el precio y la calidad de un producto.
precios siempre bajos m pl
Estrategia por la que el establecimiento se compromete a establecer, para el conjunto de sus productos, unos precios por debajo de la media y mantenerlos así de manera estable en el tiempo.
venta a pérdida f
Venta de un producto por debajo del coste que supone fabricarlo o distribuirlo. Es una actividad prohibida por muchos ordenamientos jurídicos, el español entre ellos.

Bibliografía

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