La asistencia y la investigación clínica en el trabajo social sanitario

  • Mª Teresa Gijón Sánchez

    Doctora en Antropología, licenciada en Sociología y diplomada en Trabajo Social por la Universidad de Granada. Ha trabajado en la Escuela Andaluza de Salud Pública, donde ha desarrollado labores docentes, investigadoras y consultoras en el contexto de diferentes proyectos de ámbito europeo, nacional y autonómico. Profesora en el Departamento de Psicología Social, Antropología Social, Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Málaga. Sus temas de investigación giran principalmente en torno a las migraciones, diversidad cultural, género, política social y salud.

PID_00213287
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada, reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste eléctrico, químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita de los titulares del copyright.

Introducción

El concepto de investigación etimológicamente hace referencia a los términos in (‘en’, ‘hacia’) y vestigium (‘huella’, ‘pista’), por lo que originariamente su significado es “hacia la pista” o “seguir la pista” atendiendo algún rastro (Burgos, 1998, pág. 311). A partir de esta definición, por investigación clínica se alude a aquellos estudios que emplean el método científico para explorar la eficacia o la seguridad de las intervenciones diagnósticas o terapéuticas que se llevan a cabo con las poblaciones (Arguedas-Arguedas, 2010).
La asistencia y la investigación clínica en el trabajo social sanitario (en adelante, TSS) se efectúan desde distintos tipos de organizaciones sanitarias y su aplicación se constituye como un factor de buena práctica profesional.
Este aspecto puede observarse en la propia definición de TSS, en la que se incluye que se trata de:

“Una disciplina. Una profesión. La especialización del trabajo social en el ámbito sanitario. El trabajo social que se aplica en los establecimientos sanitarios. Es la teoría que guía la práctica y la instrucción profesional en sanidad. Investiga las «leyes básicas» de las realidades, circunstancias sociales, de la enfermedad de las personas atendidas en el sistema sanitario, ya sea en su condición de enfermas, de familia o red social, o como beneficiarias de los programas preventivos” (Colom, 2008, pág. 155).

De este modo, la literatura científica avala la pertinencia de aplicar la investigación clínica a la intervención o la asistencia que presta el TSS ante las diferentes situaciones y necesidades en salud de las poblaciones desde las organizaciones sanitarias (Goldstein, 1996; Cwikel y Behar, 1999; McCoyd y Shdaimah, 2007; McNeill y Nicholas, 2012; Kim, Persad, Erkan, Kirou, Horton y Salmon, 2012).
Sin embargo, es necesario señalar que, en general, en el trabajo social (en adelante, TS) encontramos un sesgo histórico que acompaña a la profesión y que consiste en otorgar un valor más preeminente al currículo formativo y práctico del ámbito de la intervención o la asistencia social frente al de la investigación social (Gijón, 2014a).
La definición internacional de TS pone de relieve la importancia que detenta la práctica profesional, de modo que establece que el TS es:

“Una profesión basada en la práctica y una disciplina académica que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social, y el fortalecimiento y la liberación de las personas. Los principios de la justicia social, los derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad son fundamentales para el trabajo social. Respaldada por las teorías del trabajo social, las ciencias sociales, las humanidades y los conocimientos indígenas, el trabajo social involucra a las personas y las estructuras para hacer frente a desafíos de la vida y aumentar el bienestar” (Federación Internacional de Trabajo Social –FITS– y Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social –AIETS–, 2014).

Esto hace que aún sea necesario poner de relieve la importancia de incorporar y fortalecer la enseñanza y el aprendizaje de la investigación desde cualquier campo de especialización académico y profesional del TS (incluido el sanitario). De esta manera, la asistencia y la investigación podrán contemplarse como aspectos integrados en un mismo proceso de actuación profesional en la realidad práctica y teórica del TS desde cualquier ámbito de investigación e intervención social.
En este marco, en los últimos años, en el campo sanitario se aprecia un mayor esfuerzo por emplear la investigación clínica en relación con la práctica asistencial cotidiana, con el fin de identificar fortalezas y límites en la actuación profesional del TSS ante los procesos de atención a la salud y la enfermedad de las poblaciones, así como de intervenir de manera efectiva y eficiente en un ámbito individual-familiar, grupal y comunitario sobre los hechos y los diferentes factores que intermedian en estos procesos para transformarlos. Esta es la principal aportación de la investigación clínica aplicada a la asistencia en el TSS. De este modo, se constituye como un aspecto fundamental para que el TSS promueva, prevenga, trate y actúe ante los aspectos psicosociales de la salud y la enfermedad de las poblaciones en su dimensión individual y colectiva en las organizaciones sanitarias.
El propósito de este tema formativo es responder a la necesidad de mejorar las competencias profesionales del TSS, en términos de conocimientos, habilidades y actitudes, respecto al proceso de investigación clínica aplicada a la asistencia sanitaria a las poblaciones en un contexto de cambio sociocultural, político y económico continuo. Se trata de poner de relieve la importancia de investigar en TSS y enfatizar cómo mediante adecuadas metodologías de investigación cuantitativas y cualitativas es posible generar conocimientos clínicos sobre los procedimientos, protocolos o procesos de TSS puestos en marcha para aplicarlos a la práctica con el fin de mejorar las respuestas profesionales que hay que ofrecer ante las múltiples situaciones y necesidades en salud de las poblaciones. Asimismo, se trata de formar a profesionales del TSS capaces de diseñar y desarrollar proyectos de investigación vinculados a su trayectoria de intervención clínica en atención primaria, en atención especializada o en otros ámbitos sanitarios afines.

1.La asistencia y su relación con la investigación clínica en el trabajo social sanitario

Para el TSS, el concepto de asistencia se refiere a la intervención profesional entendida como la relación de cuidado y/o ayuda sanitaria que lleva a cabo el personal del TS por medio de procedimientos, protocolos y procesos de promoción, prevención y atención a la salud y la enfermedad de las poblaciones en las organizaciones sanitarias. La asistencia comienza desde la primera toma de contacto de las poblaciones con el personal profesional del TSS, en la que se procede a recabar información para estudiar el caso, llevar a cabo el diagnóstico social sanitario y elaborar el plan de intervención y tratamiento que hay que desarrollar en función del mismo (Colom, 2012), hasta la ejecución, la evaluación y el fin de la intervención que culmina con el cambio o la resolución de la situación y/o necesidad en salud que a su vez generó la demanda inicial de cada caso en particular. Estas distintas actividades son competencia del TSS y forman parte de un mismo procedimiento, protocolo o proceso de asistencia basado en el método científico, de modo que no deben quedar descontextualizadas o aisladas entre sí (Colom, 2011, pág. 18).
En este marco de actuación profesional del TSS, el acto asistencial necesariamente requiere partir de un diagnóstico social sanitario en el que se apoya un conjunto de procedimientos, protocolos o procesos de intervención sistemáticos basados en el método científico y que vienen avalados por el conocimiento clínico acumulado mediante investigaciones previas sobre la asistencia prestada ante determinados tipos de casos en cuestión. Asimismo, su desarrollo invita a llevar a cabo otras investigaciones que permitan generar nuevos conocimientos sobre los aspectos clínicos que hay que tratar y las actividades que debe llevar a cabo el TSS ante los casos sociales sanitarios. Es decir, es necesario que la actuación del TSS se base en el conocimiento acumulado sobre las demandas y las intervenciones que hay que efectuar, a la vez que genere nuevos conocimientos y teorías aplicando el procedimiento del método científico de investigación sobre la prestación de la asistencia con el fin de evaluar, validar y divulgar los hallazgos clínicos alcanzados entre la profesión. De este modo, el personal del TSS podrá finalmente aplicar los conocimientos y teorías clínicas logradas a la tarea de promover viejas y nuevas respuestas y servicios asistenciales para las poblaciones basadas en los hechos y los factores reales que marcan la actuación profesional cotidiana ante cada caso.
Hoy día, la complejidad social y sanitaria actual, así como los desafíos promovidos por los avances y los progresos de la medicina, suponen que la investigación clínica se convierta en una necesidad y un imperativo formativo y práctico para el TSS. De este modo, el auge sociocultural y político-económico que caracteriza a la institucionalización del cuidado y/o la ayuda que ofrece la medicina actualmente se ve favorecido por el acelerado ritmo de las transformaciones científicas y tecnológicas que se suceden de manera global en las sociedades modernas y los avances a los que estas dan lugar sobre la salud, las enfermedades y su curación en los siglos xx y xxi.
Este contexto de progreso científico y tecnológico médico, a su vez, es paralelo al discurrir de un mundo global sujeto a importantes cambios socioculturales, políticos y económicos. El TSS se encuentra inmerso en este marco dinámico de transformaciones de distinta índole, a las que de manera teórica y práctica debe hacer frente aisladamente y en equipo por medio de las actuaciones que hay que llevar a cabo ante los procesos de atención a la salud y la enfermedad de las poblaciones que transcurren en las organizaciones sanitarias. Estos se constituyen como procesos universales y particulares de atención a la salud y la enfermedad de las poblaciones que son construidos históricamente, y que deben entenderse por tanto como prácticas socioculturales individuales y colectivas. Ante estos procesos, el TSS genera de manera cotidiana actos asistenciales de promoción, prevención y atención que intervienen en la dimensión biológica, psicológica y sociocultural de la salud y la enfermedad de las poblaciones. Estas actuaciones requieren que la realidad de los factores que influyen en estos procesos y de las actividades que rodean a la asistencia prestada por el TSS ante los mismos se vincule al diseño y al desarrollo de la práctica de investigación clínica.
Todo esto manifiesta la importancia de que el personal del TSS, a la hora de planificar y ejecutar sus intervenciones sobre la amplia gama de situaciones y necesidades en salud de las poblaciones, recurra a los conocimientos ya existentes según la perspectiva de persona-situación; así como que preste especial atención a las necesidades especiales de las poblaciones culturalmente diversas y oprimidas (Goldstein, 1996), al tiempo que genere nuevos conocimientos a partir de sus intervenciones.
En suma, estos aspectos ponen de relieve la importancia de que la asistencia en el TSS se desarrolle en forma de procedimientos, protocolos y procesos mediante los que es posible aplicar procesos de investigación clínicos para generar conocimientos sobre los aspectos que inciden en la formación del contexto terapéutico y las metodologías empleadas en el mismo. Es decir, se trata de generar conocimientos sobre los casos atendidos en la realidad clínica. La finalidad es aplicar estos conocimientos a la práctica asistencial cotidiana por medio de intervenciones que propugnan la promoción, la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de la salud y la enfermedad, y mediante otras nuevas prácticas que incorporen cambios conductuales, institucionales y socioculturales más amplios que van más allá de la asistencia y la curación biológica de las enfermedades.

2.Bases conceptuales del proceso de investigación clínica en el campo del trabajo social sanitario

En los últimos años, los estudios de grado y posgrado promovidos por el paradigma de enseñanza-aprendizaje desarrollado por el espacio europeo de educación superior constituyen una oportunidad para avanzar en la meta de impulsar la investigación científica en TS.
A este respecto, el objetivo de “desarrollar y promover globalmente la excelencia en la formación académica, la investigación y la adquisición de conocimiento en trabajo social para mejorar el bienestar de los seres humanos” es uno de los propósitos contemplados por la AIETS (Miranda, 2012, pág. 46).
En este nuevo marco, se contextualiza asimismo la especialización académica de posgrado en TSS, mediante la que se promueve formación teórica y práctica para llevar a cabo procesos de investigación clínica aplicados al campo sanitario. A este respecto, para el TSS los beneficios de efectuar investigaciones clínicas incluyen el aprendizaje experiencial que tiene el potencial de guiar cambios en la práctica profesional y de mejorar los resultados obtenidos con las poblaciones a partir de la evidencia (Lekkou y Strauss, 2011).
En el momento actual se reconoce ampliamente que la ciencia distingue a la cultura contemporánea de las precedentes, así como que constituye el fundamento de la tecnología (Bunge, 1988, pág. 67). Encontramos numerosas definiciones sobre qué es ciencia, unas más amplias y otras más delimitadas. Sin embargo, todas subrayan una determinada visión del mundo en torno a una teoría hegemónica del conocimiento y a las creencias vigentes en un determinado periodo sociohistórico. De manera epistemológica, la ciencia produce un sistema de conocimientos objetivos o ciertos, probablemente ciertos o mediados por valores sobre la naturaleza, la sociedad y la cultura en el mundo moderno y posmoderno. Estos conocimientos se obtienen como resultado del proceso de investigación que emplea el método científico según distintos paradigmas teórico-metodológicos desde diferentes disciplinas. De este modo, según el campo de aplicación del método científico es posible distinguir entre distintas disciplinas de conocimiento que se diferencian entre sí solo en función del objeto de estudio. La elección de un paradigma u otro supone diferentes implicaciones para quién investiga, qué se investiga, cómo se investiga y para qué investiga.
El objeto de estudio del TSS constituye un ámbito de conocimiento epistemológica y ontológicamente interdisciplinar que atiende fundamentalmente a dos aspectos. Uno, desde el paradigma racionalista, pretende analizar las causas o signos de las dimensiones biológicas y socioculturales que intervienen de manera individual y colectiva en los procesos de atención a la salud y la enfermedad de las poblaciones. Otro, desde el paradigma naturalista, se ocupa de comprender los significados o síntomas en forma de lenguaje o palabras, de conductas o acciones y de interpretación de los hechos humanos desde el punto de vista de las personas que actúan ante las dimensiones biológicas y socioculturales en los procesos de atención a la salud y la enfermedad.
Estos presupuestos dan lugar a distintos procesos metodológicos de investigación acerca del “modo en que enfocamos los problemas y buscamos las respuestas” (Taylor y Bogdan, 1998, pág. 15) en el campo del TSS. Estas aproximaciones remiten a la clásica distinción entre métodos cuantitativos y cualitativos de investigación. El origen de esta clasificación nace en el seno de las ciencias sociales, al tiempo que progresivamente se extiende cada vez más en el ámbito de las ciencias de la salud.
Perspectiva aristotélica y galileana
Cabe recordar que a este respecto, desde la filosofía de la ciencia y su reflexión acerca de lo que es ciencia y lo que tiene que ser considerado como tal, tradicionalmente se distingue entre dos perspectivas en la filosofía del método científico: la aristotélica y la galileana (Mardones, 2012).
La diferencia entre los dos tipos de perspectivas metodológicas de investigación lleva consigo una vieja polémica que consiste en oponer el planteamiento cuantitativo frente al cualitativo, y que gira entre la incompatibilidad absoluta y la indiscriminación total entre los dos (Ruiz–Olabuénaga, 1996, pág. 11).
El debate se establece en torno a distintos ejes centrales. Por ejemplo, el de la comprensión frente a la explicación del saber, el que opone la calidad a la cantidad y el que enfrenta como dicotómicas sus bases epistemológicas. Estas últimas, tal y como señalábamos, se sitúan entre el paradigma naturalista para la perspectiva de investigación cualitativa (especialmente en la fenomenología, el interaccionismo simbólico, la sociología crítica y la hermenéutica) y en el paradigma racionalista (de manera específica en el positivismo y pospositivismo) para la perspectiva de investigación cuantitativa.
Numerosos y numerosas autoras observan que en función de esta diferencia epistemológica las dos perspectivas de investigación difieren en sus principales características y particularidades. Por ejemplo, aquellas que se corresponden con la selección de técnicas de investigación y que establecen una separación radical entre, por un lado, la encuesta, la experimentación y los datos estadísticos y, por otro lado, la observación participante, las historias de vida y la entrevista, entre otras (Alvira, 1983, pág. 54). Sin embargo, otras y otros autores observan puntos de articulación y encuentro entre las dos perspectivas. De este modo, observan la posibilidad de que puedan integrarse entre sí mediante lo que hay de específico en cada una de las mismas (Conde, 1990) o la combinación de algunos de sus elementos metodológicos (De Andrea, 2010). Por último, también se presentan distintas argumentaciones a favor y en contra de las implicaciones ontológicas y epistemológicas que lleva consigo la división entre los dos tipos de metodologías, así como los posibles desafíos que comporta la incorporación de un enfoque metodológico mixto (Wayessa, 2013).
Los modos de hacer ciencia son, por tanto, variados y diversos. A pesar de estos debates, cada vez se reconoce con más firmeza que la necesidad de emplear una u otra perspectiva teórico-metodológica viene marcada por la delimitación del objeto teórico de estudio en cada investigación. Además, la afirmación de esta necesidad se enfatiza independientemente de que el objeto teórico de estudio se sitúe en el mundo de las ciencias sociales y/o en el de las ciencias de la salud. Para el TSS, este objeto no es otro que la realidad clínica que se construye en torno a los aspectos psicosociales de la salud y la enfermedad de las poblaciones.
Por tanto, la realidad que hay que investigar “está llena de significados (más exactamente, es en buena parte significados) que es preciso comprender para explicarla” (Beltrán, 2007, pág. 46). De ahí que una parte significativa de los estudios científicos que aborda el TSS tengan como propósito plantear interrogantes para profundizar en la descripción de los procesos de atención a la salud y la enfermedad, y hacerlo desde la perspectiva de las poblaciones implicadas, proporcionando una información inductiva y rica, así como interpretando estas descripciones (Morse, 2012, pág. 51). Y de ahí que, bajo estos propósitos, la perspectiva de investigación cualitativa en salud se utilice cada vez de manera más recurrente y habitual desde el TSS, con el propósito de no presuponer la realidad clínica sino comprenderla e interpretarla.
Sin embargo, históricamente, se reconoce ampliamente que en general los estudios que se han llevado a cabo desde el ámbito de las ciencias de la salud parten de la perspectiva de investigación cuantitativa con el propósito de alcanzar la verdad –cierta o probablemente cierta– sobre los objetos de estudio planteados. Para esto, formulan teorías de contrastación empírica, junto con la medición objetiva de los fenómenos de naturaleza científico-biológica que constituyen principalmente su objeto de estudio y el análisis estadístico de los resultados. De este modo, tratan de explicar patrones de comportamiento sobre la enfermedad y probar teorías. Bajo esta perspectiva no se admite otra realidad clínica que no sean los hechos, y no se investiga otra cosa que no sean las relaciones entre los hechos (Burgos, 1998, pág. 317).
De este modo, a partir del paradigma racionalista hacen hincapié en la explicación causal determinista de los procesos de atención a la salud y la enfermedad, y no en la comprensión e interpretación de estos fenómenos que se apoya en el paradigma naturalista. Así pues, cobran relevancia el análisis, la medición y la predicción que se obtienen de un conjunto de datos que informan de los comportamientos de estos procesos, frente a las características esenciales que definen los aspectos relevantes en la construcción de la realidad clínica de los mismos. Al mismo tiempo, la meta de teorización supone una abstracción y una simplificación en el abordaje de esta realidad, al tiempo que les aleja de la misma. Para resumir, este paradigma se caracteriza por el individualismo, la utilización de datos objetivos válidos y fiables, la separación respecto al objeto de estudio, así como la orientación hacia la verificación mediante procesos deductivos, el estudio de un alto número de casos generalizables y la comprobación de teorías.
Por todo esto, y durante largo tiempo, la metodología cualitativa ha sido generalmente desconocida en las ciencias de la salud, o bien ha sido evaluada desde una visión que le ha otorgado un menor rigor científico y valoración, principalmente por su alta subjetividad (Vázquez Navarrete, Ferreira, Mogollón, Fernández, Delgado y Vargas, 2006). Sin embargo, en los últimos años, las ciencias de la salud no son ajenas a la aplicación del paradigma naturalista en el ámbito de la salud y de la atención sanitaria. De este modo, mayoritariamente sin renunciar a la precisión de la razón, se ocupan cada vez con más frecuencia de lo humano o lo sociocultural desde una relación próxima al objeto de estudio y sin separar los hechos de los valores y la subjetividad en la construcción de la realidad en la práctica clínica.
El ámbito de la salud muestra de esta manera su inclinación por promover el desarrollo de investigaciones mixtas desde el punto de vista ontológico, epistemológico y metodológico en torno a los procesos de atención a la salud y la enfermedad de las poblaciones. Estas investigaciones mixtas tratan de abordar sus objetos teóricos de estudio a partir de una pluralidad de aproximaciones metodológicas de investigación (Beltrán, 2007). Entre estas, por ejemplo, se encuentran las que articulan las perspectivas cuantitativa y cualitativa de manera complementaria. Este tipo de investigaciones promueven la utilización progresiva de investigaciones multimétodos en salud, que se apoyan en la combinación apropiada que hay entre las perspectivas cualitativas y cuantitativas, de modo que una aporta lo que le falta a la otra (Pope y Mays, 1996; Morgan, 1998; Barbour, 1999; Polit y Hungler, 2000). Por otra parte, también suelen ser cada vez más habituales aquellas otras que se acogen al uso del enfoque cualitativo de manera claramente dominante.
Estas diferentes formas de plantear los objetos de estudio a partir de distintas perspectivas teórico-metodológicas de investigación están presentes en los estudios científicos que diseña y desarrolla el TSS en las organizaciones sanitarias. Estos estudios versan sobre la experiencia de intervención profesional que acumula el TSS respecto a los planes de intervención y tratamiento que desarrolla ante las múltiples situaciones y/o necesidades en salud de las poblaciones.

3.Diseño y desarrollo de una investigación clínica aplicada en el ámbito del trabajo social sanitario

El proceso de diseño y desarrollo de una investigación clínica aplicada en el ámbito del TSS consiste en aplicar el método científico a los problemas de intervención o asistencia clínica sobre los que actúa en su práctica profesional cotidiana en las organizaciones sanitarias, y hacerlo con el propósito de buscar respuestas o nuevos conocimientos sobre los mismos.
De este modo, la investigación en TSS se caracteriza por tener una finalidad aplicada cuyo propósito es cambiar, mejorar o resolver el problema de intervención o asistencia clínica que la suscita. En este sentido difiere de la investigación básica, cuyo fin es tener un mayor conocimiento o comprensión sobre estos problemas.
Por proceso, se hace referencia a todas las fases o etapas que se llevan a cabo de manera sucesiva en una investigación clínica desde que se observa un problema de intervención o asistencia clínica susceptible de ser investigado, hasta que se aplican los nuevos conocimientos producidos acerca del mismo en la realidad clínica de la práctica profesional cotidiana del TSS. De este modo, el proceso que hay que llevar a cabo es secuencial y circular al mismo tiempo, ya que los pasos que hay que dar en una investigación siguen una misma dirección a la vez que cada etapa produce elementos de reflexión y revisión de las anteriores.
Bajo estas premisas, las etapas que hay que llevar a cabo para generar conocimiento científico aplicado en el ámbito del TSS consisten en dar los pasos siguientes:
1) Observación y detección en la práctica profesional cotidiana de un problema de intervención o asistencia clínica objeto de estudio.
2) Delimitación del tema objeto de estudio: antecedentes o estado de la cuestión (qué se sabe y qué no se sabe) y marco teórico (teorías y conceptos relevantes).
3) Formulación del tema de investigación clínica seleccionado: hipótesis, objetivos de investigación y variables o dimensiones de estudio.
4) Diseño del material y método: población de estudio, muestra y técnica de muestreo, selección de las técnicas de investigación y determinación del procedimiento de recogida y análisis de la información.
5) Ejecución del trabajo de campo.
6) Procesamiento y análisis de resultados.
7) Discusión y conclusiones acerca de los resultados planteados.
8) Difusión y publicación de los resultados de investigación e intervención clínica.
9) Aplicación de los conocimientos y logros alcanzados en la práctica profesional: diseño de una propuesta de intervención o asistencia clínica sobre el problema investigado.
Para comenzar a efectuar estos pasos, en primer lugar es recomendable trazar una propuesta preliminar acerca del tema de investigación clínica que hay que estudiar. Con este propósito, tal y como podemos ver en la tabla 1, es necesario responder a las siguientes preguntas iniciales de investigación: qué tema queremos investigar, por qué, dónde, cuándo y cómo.
Tabla 1. Propuesta del tema de investigación clínica

¿Sobre qué tema de investigación clínica queremos investigar?

Observación y descripción del problema de intervención o asistencia clínica: qué pasa, a quién afecta, por qué sucede, cómo, cuándo y dónde.

Búsqueda y recogida de información bibliográfica sobre el tema objeto de estudio.

¿Qué tema queremos investigar?

Formulación inicial de la hipótesis y de los objetivos de investigación.

Definición preliminar de la población de estudio (características sociodemográficas y clínicas).

¿Por qué?

Principales motivos para llevar a cabo la investigación clínica propuesta.

¿Dónde?

Ámbito de la investigación clínica: atención especializada, atención primaria u otros.

Lugar de ejecución: hospital, centro de salud, servicio sanitario, base de datos, etc.

¿Cuándo?

Periodo de tiempo en el que se llevará a cabo.

¿Cómo?

Delimitación del método de investigación clínica: cuantitativo, cualitativo o mixto.

Selección de las técnicas de investigación de recogida de datos (cuestionarios o entrevistas, análisis de documentos, etc.) y de análisis de datos (análisis estadístico o análisis de contenido y/o de discurso).

A la hora de llevar a cabo esta tarea, es indispensable hacer un primer proceso de búsqueda, recuperación y selección documental de fuentes de información bibliográficas sobre el tema acerca del que versa la propuesta.
Para esto, además de delimitar con precisión qué tema queremos investigar, es fundamental seleccionar las bases de datos electrónicas que se consultarán para acceder a las publicaciones científicas pertinentes, así como especificar los criterios de búsqueda que hay que establecer en función de las mismas. Entre estos criterios de inclusión y exclusión, es importante detallar los descriptores o palabras clave, el periodo temporal de la búsqueda, los idiomas, los tipos de artículos que hay que incluir, los campos de búsqueda, los operadores lógicos o booleanos para emplear, etc. Entre las principales bases de datos de revistas electrónicas internacionales para consultar en el ámbito del TSS, destacan Social Science Citation Index (SSCI) y Science Citation Index (SCI), que están integradas en la interfaz de la Web of Science (WoS), así como las bases integradas en Scopus y Science Direct a través del portal SciVerse. Entre todas estas, destaca por su relevancia la base de datos Medline que también está disponible a través de la interfaz PubMed. En un ámbito nacional, destacan las bases ISOC (ciencias sociales y humanidades) e IME (biomedicina) ofrecidas por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Además de las revistas científicas, también es necesario llevar a cabo búsquedas acerca de otro tipo de publicaciones como, por ejemplo, manuales, libros, capítulos de libro y literatura gris.
A este respecto, es importante señalar que uno de los primeros modos en los que se vincula la investigación clínica con la asistencia es recurrir a la información científica creciente y disponible sobre el cambiante contenido del quehacer profesional del TSS (Holden, Barker, Rosenberg y Cohen, 2012). En esta tarea, es relevante emprender un proceso de lectura y revisión crítica de la literatura científica sobre el tema.
Tras llevar a cabo esta primera propuesta de tema de investigación clínica, como vemos en la tabla 2, estamos en disposición de responder con mayor profundidad a los interrogantes básicos sobre los que posteriormente se sustentará el diseño del protocolo de investigación clínica que hay que desarrollar. Cabe señalar que por diseño se hace referencia a la planificación estratégica de las actividades y tareas de investigación que se van a desarrollar siguiendo los pasos establecidos por el método científico en función de nuestros objetivos.
Tabla 2. Interrogantes en el diseño de una investigación clínica

¿Cuál es la pregunta de investigación clínica?

Objeto de estudio

Hipótesis

Objetivos de investigación

¿Qué nivel de información se requiere para responder a la pregunta formulada?

¿Cómo se utilizará la información producida?

¿Cómo la produzco?

Metodología cuantitativa

Metodología cualitativa

Mixta

¿A quiénes vamos a investigar?

¿Cuáles van a ser las unidades de estudio?

Población y muestra

Tipo de muestreo

¿Qué información o datos necesitamos reunir?

Variables o dimensiones

Indicadores

¿Dónde vamos a encontrar esta información o datos?

Fuentes primarias

Fuentes secundarias

Mixtas

¿Cómo y cuándo vamos a reunir la información o los datos que necesitamos?

Técnicas de recogida de datos

¿Cómo vamos a analizar o interpretar la información que hemos reunido?

Técnicas de análisis de datos

En relación con estos interrogantes, para plantear el diseño de una investigación clínica especialmente cobran relevancia aquellos que se refieren a la delimitación del tipo de método de investigación que hay que emplear para responder a los objetivos de investigación propuestos. A este respecto, un aspecto esencial es diferenciar su carácter (cuantitativo, cualitativo o mixto), así como distinguir el tipo de investigación que hay que llevar a cabo por su profundidad (descriptiva, analítica o inferencial), según los objetivos de investigación que nos planteemos estudiar. Respecto a esta última particularidad debemos tener en cuenta que, por ejemplo, mientras que el propósito de la investigación descriptiva consiste en describir o caracterizar los fenómenos de los procesos de atención a la salud y la enfermedad mediante estudios descriptivos fundamentalmente por medio de la medición de variables, la investigación analítica e inferencial se ocupa de comprobar hipótesis, aceptándolas o rechazándolas, principalmente mediante la relación o explicación que existe entre diferentes variables.
De este modo, ante un determinado objetivo de investigación es posible decidir llevar a cabo diferentes tipos de diseño de investigación clínica, cada uno de los cuales presenta distintas características, ventajas e inconvenientes. Entre estas, además de las citadas, cabe mencionar los tipos de diseño que se distinguen según su alcance temporal. Este aspecto establece una diferencia entre las investigaciones seccionales o sincrónicas que hay que llevar a cabo en un único momento, y las investigaciones longitudinales o diacrónicas para desarrollar en un periodo de tiempo determinado. Estas últimas, a su vez, son distintas según sean retrospectivas o prospectivas.
Otro aspecto que hay que considerar es aquel que establece una distinción en el diseño atendiendo al ámbito en el que se desarrolla la investigación. De este modo, encontramos diferencias entre las investigaciones de campo que transcurren en el contexto natural en el que se produce el objeto de estudio, y las investigaciones de laboratorio que suceden en un contexto artificial.
En el caso del TSS, por ejemplo, es frecuente plantear diseños de investigación cuantitativos, descriptivos, longitudinales y retrospectivos efectuados con fuentes secundarias de información según la explotación de bases de datos. Estas bases de datos contienen variables acerca de las características observables y susceptibles de cuantificación presentes en los procedimientos, protocolos y procesos de asistencia llevados a cabo con las poblaciones en las distintas organizaciones sanitarias.
Asimismo, de manera cada vez más recurrente también se plantean diseños de investigación cualitativos, descriptivos y transversales que eventualmente optan por aplicar una lógica de construcción del conocimiento científico inductiva con el objetivo de comprender e interpretar la realidad clínica en la práctica profesional (Gijón, 2014a).
Por último, a la hora de valorar el diseño de una investigación, cabe mencionar brevemente que este debe cumplir con una serie de requisitos. Entre estos, destacan la eficacia y la eficiencia, así como los criterios de validez externa (Alvira, 2007).

4.Elementos de un protocolo de investigación clínica en el ámbito del trabajo social sanitario

El instrumento de planificación que sirve de guía organizativa, temporal y económica de las diferentes fases que hay que efectuar en un proceso de investigación científica recibe con frecuencia el nombre de protocolo en el ámbito clínico. Se trata de una guía que resulta de gran utilidad cuando queremos diseñar y planificar de un modo coherente y secuencial las actividades y las tareas de investigación clínica que hay que hacer para averiguar lo que perseguimos conocer mediante un procedimiento de producción, análisis e interpretación de datos o información científica.
Además, contar con un protocolo es fundamental cuando nos planteamos solicitar una ayuda o subvención económica a un organismo público o privado gestor de la investigación científica y técnica en salud por medio de convocatorias de concurrencia competitiva de ámbito europeo, nacional o autonómico.
Lecturas recomendadas

En relación con este aspecto, las prioridades establecidas en las políticas de ciencia, tecnología e innovación de ámbito nacional pueden consultarse en la Estrategia española de ciencia y tecnología e innovación 2013-2020 y en el Plan estatal de investigación científica y técnica y de innovación 2013-2016 (Ministerio de Economía y Competitividad, 2013a y 2013b).

Antes de desarrollar cualquier proyecto de investigación debemos, por tanto, trabajar en el diseño del protocolo que hay que llevar a cabo sin dejar que ningún aspecto quede desprovisto de planificación. Entre estas cuestiones, como hemos señalado anteriormente, es fundamental delimitar cuáles son nuestros objetivos de investigación, qué tipo de investigación clínica nos proponemos desarrollar para responderlos, cómo vamos a llevar a cabo la investigación, en cuánto tiempo y con qué recursos humanos, económicos y materiales necesitamos contar para desarrollarla. Todo esto son tareas que deben definirse con claridad, factibilidad y pertinencia de modo que no queden lagunas o ambigüedades en el diseño de la investigación clínica que hay que plantear.
A continuación se propone un esquema de protocolo de investigación clínica, así como la explicación de los principales aspectos que es necesario especificar en cada uno de los elementos o apartados que frecuentemente se incluyen en el mismo en relación con el ámbito del TSS. Cabe señalar que la estructura y la nomenclatura de estos elementos puede variar en función de los distintos manuales de consultas y de libros de texto que se encuentran disponibles sobre metodología de investigación en salud en el momento actual. De igual modo, la estructura del protocolo de investigación clínica que hay que hacer puede variar en función de los criterios establecidos por los distintos organismos que convocan subvenciones para el desarrollo de proyectos de investigación en salud.
Sin embargo, a pesar de esta variedad todos siguen los pasos establecidos por el método científico, de modo que el esquema que hay que seguir se corresponde con los pasos establecidos en el mismo:
1) etapa conceptual o etapa teórica,
2) etapa empírica o etapa práctica,
3) etapa de planificación o etapa de diseño,
4) etapa interpretativa o etapa del significado, y
5) etapa de diseminación o etapa de publicación (Burgos, 1998, pág. 319).

4.1.Título y resumen del proyecto

El título y el resumen de un proyecto de investigación se constituyen como los elementos que actúan como su carta de presentación. Por este motivo, es importante que el título sea breve y que resuma el contenido del estudio que hay que hacer, al mismo tiempo que capte el interés de las personas y/u organismos a los que se dirige. Asimismo, es relevante que el título se circunscriba a los principales aspectos que definen al proceso de investigación clínica que vamos a desarrollar: qué queremos estudiar, qué tipo de investigación vamos a llevar a cabo y cómo la vamos a desarrollar, etc.
De este modo, el título y el resumen deben mostrar de manera sencilla y clara en qué consiste la investigación clínica que se propone llevar a cabo, y deben dar cuenta de la calidad y efectividad de la investigación propuesta. Es recomendable que el título y el resumen se redacten una vez ya se han planteado el resto de los elementos que componen el conjunto del protocolo de investigación clínica.

4.2.Introducción

El protocolo debe comenzar con un apartado de introducción del trabajo de investigación clínica. Este apartado consistirá en presentar de manera clara, precisa y unívoca el objeto de estudio, las circunstancias que motivan su elección y la relevancia clínica que detenta la investigación en el ámbito del TSS. Para esto, particularmente deberá abordar los aspectos siguientes.
1) Definición del objeto de estudio: se trata de plantear una pregunta sobre un problema específico de intervención o asistencia clínica del ámbito del TSS, que debe estar fundamentada en los antecedentes y el marco teórico. La delimitación del tema objeto de estudio condicionará el resto de las fases del proceso de investigación clínica que hay que desarrollar. Es importante que esta definición resalte la relevancia y la originalidad de la investigación que se pretende llevar a cabo, así como las consecuencias que se prevén alcanzar con su desarrollo.
2) Antecedentes o estado de la cuestión sobre el tema objeto de estudio: consiste en hacer referencia a los estudios teóricos o empíricos históricos y actuales, más significativos y específicos, sobre la temática que hay que tratar. De este modo, se trata de citar de manera adecuada las principales ideas elaboradas por autoras y autores que han trabajado acerca del tema tratado y los resultados más relevantes que han obtenido en sus estudios. Así, el propósito es establecer lo que ya se conoce sobre el tema objeto de estudio en cuestión, al mismo tiempo que mostrar el grado de conocimiento alcanzado acerca del mismo. Asimismo, permite exponer si la investigación clínica pretende resolver una laguna en el estado actual del conocimiento sobre el tema en cuestión, o bien si existen investigaciones discrepantes o no concluyentes sobre el problema de intervención o asistencia clínica para estudiar en el ámbito del TSS.
3) Marco teórico sobre el tema objeto de estudio: gira en torno a referenciar los conceptos, perspectivas teóricas y teorías del ámbito del TSS que resultan más relevantes para encuadrar y abordar el problema de intervención o asistencia clínica seleccionado.

4.3.Hipótesis

La formulación de una hipótesis en un diseño de investigación clínica consiste en plantear una suposición o una probable solución acerca del problema de intervención o asistencia clínica que vamos a someter a contrastación empírica. Es decir, se trata de comprobar por medio de la práctica investigadora si esta suposición ocurre o no. Del planteamiento de la hipótesis se derivan las variables o dimensiones que hay que estudiar en la investigación clínica para desarrollar.
A la hora de trazar una hipótesis, encontramos diferentes planteamientos en función del carácter cuantitativo o cualitativo de la investigación clínica.
1) Estudios cuantitativos: en este caso, la hipótesis debe estar planteada de manera precisa y operativa respecto al problema de intervención o asistencia clínica. De este modo, debe expresar la posible relación y direccionalidad entre las variables que hay que estudiar. Además, en el caso de que el estudio que hay que plantear proponga un contraste de hipótesis, debe identificarse la hipótesis nula y la hipótesis alternativa. Así, cabe señalar que la hipótesis debe enunciarse en términos cuantificables, mensurables y analizables. Igualmente, cabe reseñar que en los diseños de investigación descriptiva no procede redactar una hipótesis, de modo que esta debe sustituirse por una pregunta de investigación clara y precisa.
2) Estudios cualitativos: en estos casos, la hipótesis no procede, de modo que se reemplaza por una descripción fundamentada acerca del problema de intervención o asistencia clínica y su concreción en una pregunta de investigación clara y precisa.

4.4.Objetivos de investigación

La formulación de los objetivos de investigación clínica detenta un papel determinante a la hora de seleccionar el método y las técnicas de investigación que hay que emplear. De este modo, los objetivos de investigación trazados guían el diseño del proyecto de investigación clínica, por lo que deben formularse de manera clara y precisa, al tiempo que no tienen que confundirse con el planteamiento de objetivos de intervención.
Es aconsejable que el número de objetivos en una investigación clínica sea limitado y que estén priorizados por orden de importancia. De este modo, con frecuencia se plantea un solo objetivo de investigación general y varios específicos que lo desarrollan o desagregan en profundidad. Es recomendable que los objetivos de investigación específicos sean concretos para que posteriormente puedan operacionalizarse en forma de variables o dimensiones de estudio. Del mismo modo, los objetivos planteados deben ser factibles y realistas, es decir, alcanzables según el planteamiento de la hipótesis enunciada y el diseño de investigación elegido.
1) Estudios cuantitativos
  • Estudios descriptivos: deben incluir el problema que hay que valorar, la población objeto de estudio, la medida de frecuencia y el periodo de tiempo de referencia.

  • Estudios analíticos: deben incluir la variable o variables de exposición, las variables de desenlace o resultado, los sujetos participantes, el ámbito geográfico y el periodo temporal.

2) Estudios cualitativos: deben identificar la población sujeto de estudio, el contexto y la finalidad de la indagación (conocimiento, descripción, comprensión, interpretación, etc.), así como las dimensiones para investigar (significados, creencias, discursos, etc.).

4.5.Material y métodos de investigación

Los aspectos que hay que contemplar en este apartado tienen como propósito mostrar una descripción detallada de la investigación clínica, de modo que se pueda valorar su viabilidad y factibilidad, así como que genere las condiciones apropiadas para su posible réplica por medio del desarrollo de una nueva investigación.
Para esto, es imprescindible detallar el tipo de diseño de estudio que hay que llevar a cabo y justificar el enfoque elegido según los objetivos de investigación planteados. Igualmente, es relevante indicar el periodo de estudio y el ámbito en el que se desarrollará la investigación. De este modo, este apartado está compuesto por un conjunto de subapartados que tienen como propósito describir en detalle qué tipo de investigación clínica vamos a hacer y cómo la llevaremos a cabo.
1) Por una parte, de manera específica, en los estudios cuantitativos deberán incluirse los apartados siguientes.
a) Diseño del estudio: descriptivo, analítico o inferencial, transversal o longitudinal, etc.
b) Hipótesis y objetivos de investigación.
c) Unidades de estudio.
  • Población de estudio: se trata de detallar cuál es la población universo de referencia de la que posteriormente se seleccionará la muestra de sujetos para estudiar. La definición de esta población se deriva de los propios objetivos de investigación, si bien no debe confundirse con el tema objeto de estudio planteado en la misma. De este modo, hace referencia al conjunto total de individuos sobre el que pretendemos aplicar los resultados de la investigación clínica.

  • Sujetos de estudio: se refiere a la muestra de sujetos que hay que estudiar y se conforma como una parte representativa de la población universo. A la hora de definirla, es necesario especificar dónde y cómo tendrá lugar la elección de los sujetos y los métodos de selección por medio de los criterios de inclusión y exclusión.

  • Tipo de muestreo: es importante determinar el tipo de muestreo que vamos a utilizar (probabilístico o no probabilístico), de modo que sea posible valorar la generalización o extrapolación de los resultados obtenidos a otros sujetos en función de los objetivos propuestos.

  • Cálculo del tamaño muestral: si procede, es importante establecer cómo se preverá el tamaño de la muestra, teniendo en cuenta los siguientes aspectos: a) en caso de muestras empíricas, debe existir un cálculo de potencia estadística de la misma; y b) la descripción del método para el cálculo del tamaño muestral debe incluir los niveles alfa y beta, el tamaño de efecto que se pretende demostrar y las referencias en las que se basa.

d) Variables de estudio: el planteamiento de las variables debe ser adecuado a la hipótesis y los objetivos de investigación y su construcción hacen referencia a aquella información que nos interesa reunir acerca de las unidades de estudio planteadas. De este modo, la información que hay que reunir y analizar se transforma en las características sociodemográficas y clínicas que se operacionalizan en forma de variables. Así, una variable es cualquier característica relativa a las unidades de estudio que adopta al menos dos valores y que es susceptible de cambio o variación. A este respecto, es importante diferenciar entre los diferentes tipos de variables posibles: a) según su naturaleza (cualitativa o cuantitativa); b) según su escala de valores (nominales, ordinales, de intervalo o de razón); y c) según su relación con otras variables (dependientes, independientes y exógenas).
e) Procedimiento de recogida de datos: se trata de describir el método y las técnicas de investigación para producir datos, de modo que es conveniente prever cómo, cuándo y quiénes reunirán la información. Para esto, en función de los objetivos de investigación, la población y las variables de estudio, se seleccionarán las técnicas más adecuadas a nuestros propósitos (encuestas, estudios de caso, indicadores estadísticos secundarios, etc.). Entre estas, por ejemplo, en la investigación cuantitativa en salud destaca el uso de cuestionarios a la hora de aplicar la técnica de encuesta. A este respecto, se debe especificar si se ha buscado o se hará una búsqueda del instrumento de medición en cuestión, o bien se llevará a cabo el diseño de un instrumento de medición original adecuado para la investigación clínica. También es conveniente describir cómo se aplicará este instrumento y qué tipo de datos pretendemos recoger mediante el mismo.
f) Análisis de los datos: consiste en especificar el tipo de análisis cuantitativo que hay que hacer (univariable, bivariable y multivariable) en función de los datos recogidos y de los objetivos de investigación propuestos. Asimismo, es adecuado detallar el tipo de tratamiento de los datos (individual, grupal: por edades, sexo, enfermedad, tipo de atención recibida, etc.), así como las técnicas estadísticas que se utilizarán en el análisis. También es adecuado mencionar si se prevé utilizar un programa informático de análisis estadístico como, por ejemplo, Statistical Package for the Social Sciences (SPSS).
g) Discusión y conclusiones alcanzadas.
2) Por otra parte, en los estudios cualitativos deberán incluirse los apartados siguientes.
a) Diseño del estudio: descriptivo, interpretativo, transformador, evaluativo, etc.
b) Enfoque teórico-metodológico: etnográfico, fenomenológico, crítico, etc.
c) Unidades de estudio.
  • Población de estudio: alude al “marco histórico y social específico al que se refiere una investigación cualitativa o etnografía. Este término equivale al concepto de universo, empleado en las aproximaciones que utilizan técnicas estadísticas de muestreo” (Pujadas, 2010, pág. 334).

  • Sujetos de estudio: comprende “cada uno de los espacios u observatorios que seleccionamos para desarrollar el trabajo etnográfico dentro de una unidad de análisis previamente definida. Este término equivale al concepto de muestra, empleado en las aproximaciones que utilizan técnicas estadísticas de muestreo” (Pujadas, 2010, pág. 334). Por ejemplo, puede tratarse de grupos sociales, personas, familias, noticias de prensa, normativas, planes, programas, etc.

  • Tipo de muestreo: en función de la población y los sujetos de estudio, es importante describir en detalle el tipo de muestreo que vamos a utilizar (teórico intencional u opinático, de casos típicos, etc.), de modo que sea posible comparar teóricamente los resultados obtenidos con otros sujetos en función de los objetivos propuestos. Igualmente, es relevante indicar cómo se va a seleccionar y captar a los sujetos de estudio según los criterios de conveniencia y suficiencia.

  • Cálculo del tamaño muestral: se trata de indicar cómo se determinará el número adecuado de los sujetos que hay que estudiar para alcanzar un nivel de saturación teórica apropiada de la información producida.

d) Dimensiones de estudio: a partir de la pregunta y los objetivos de investigación planteados, se determinarán las dimensiones de información que nos interesa producir acerca de las unidades de estudio definidas.
e) Procedimiento de producción de información: consiste en describir el método y las técnicas de investigación que se utilizarán para producir información, de modo que es conveniente prever cómo, cuándo y quiénes recogerán la información. Para esto, en función de los objetivos de investigación, la población y las dimensiones de estudio se seleccionarán las técnicas más adecuadas a nuestros propósitos (observación, entrevistas individuales, entrevistas grupales, historias de vida, estudios de caso, análisis de contenido de documentos, etc.). Entre estas, por ejemplo, en la investigación cualitativa en salud destaca el uso de grupos focales a la hora de aplicar la técnica de entrevista grupal. A este respecto, hay que incluir el instrumento que se empleará como guión de entrevista de manera adecuada a la investigación clínica que hay que desarrollar.
f) Análisis de la información: se trata de detallar el tipo de análisis que se llevará a cabo (de contenido y de discurso) en función de la información producida y de los objetivos de investigación propuestos. Igualmente, es relevante describir cómo se efectuará el proceso de estructuración y organización de la información por medio de la construcción de categorías, códigos, etc. También es importante indicar si se prevé usar un programa informático de análisis cualitativo. Este tipo de programas se conocen con el nombre genérico de Computer Assisted Qualitative Data Analisis Software (CAQDAS). Entre estos, por ejemplo, destacan los programas NVIVO y ATLAS.ti.
g) Discusión y conclusiones alcanzadas.

4.6.Plan de trabajo

Es conveniente que el protocolo de investigación clínica se acompañe de la presentación de un plan de trabajo que permita determinar el contenido y la duración de las distintas fases de estudio.
El plan de trabajo debe ser realista y factible. Asimismo, es aconsejable que se represente a través un cronograma, utilizando una tabla en la que se detallen las fases de estudio, las actividades y tareas que hay que desarrollar en cada fase, el personal responsable de las mismas y las fechas concretas de inicio y finalización de cada actividad y tarea. A este respecto, es posible hacer uso de programas informáticos apropiados para estas tareas como, por ejemplo, el programa Project Management, que resulta muy apropiado para la gestión y dirección de proyectos.

4.7.Bibliografía

En este apartado, deben presentarse todas las referencias bibliográficas que han sido citadas a lo largo del protocolo de investigación clínica. De este modo, es importante procurar que estas referencias no sean excesivas, y que la relevancia de las mismas sea pertinente respecto al planteamiento del tema objeto de estudio.
A la hora de elaborar la relación del listado bibliográfico utilizado, encontramos distintas maneras de reunir y citar las referencias. A este respecto, mientras que en las ciencias sociales de manera generalizada se recurre al sistema de citación de la Asociación Americana de Psicología (APA), en las ciencias de la salud es recurrente hacer uso del sistema de citación Vancouver y Harvard, entre otros. Asimismo, desde los dos ámbitos de conocimiento también es frecuente emplear el sistema de citación multidisciplinar ISO-690.
Podemos hacer uso de distintos programas informáticos para gestionar las referencias bibliográficas que necesitamos utilizar. Entre estos, por ejemplo, destacan Mendeley, EndNote y Refworks.

5.La ética en la investigación clínica

A la hora de llevar a cabo el desarrollo de una investigación clínica en las organizaciones sanitarias, un requisito imprescindible consiste en solicitar la evaluación y aprobación del proyecto por parte del comité de ética de investigación clínica correspondiente en cada caso. Esta instancia se acompaña del diseño del protocolo de proyecto de investigación clínica. De este modo, el protocolo debe cumplir con las bases y los procedimientos científicos propios del campo de las ciencias de la salud, además de con los criterios de aplicabilidad práctica y relevancia clínica investigadora exigibles en este ámbito.
A este respecto, es importante cumplir con los requisitos de protección de derechos de las poblaciones que participan en las investigaciones científicas. En la práctica, este requisito se materializa en la obligación de utilizar consentimientos informados voluntarios, escritos o verbales, junto con la obligación de salvaguardar la confidencialidad de los datos durante la aplicación de las técnicas de producción y análisis de información, de acuerdo con el modelo de comportamiento ético regulado por el campo de las ciencias de la salud. Otro aspecto importante es desarrollar una conducta proactiva de atención a las cuestiones éticas que puedan presentarse en forma de problemas y dilemas éticos de investigación durante las distintas fases de estudio.
En relación con el marco normativo que regula las cuestiones éticas en la práctica de investigación clínica, debemos mencionar que hay diferentes documentos internacionales y nacionales que regulan el procedimiento ético para seguir en la investigación clínica. Entre estos, caben destacar el Código de Nuremberg (1947); la Declaración de Helsinki (1964) promulgada por la Asociación Médica Mundial sobre principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos, y sus distintas revisiones sucesivas en Tokio (1975), Venecia (1983), Hong-Kong (1989), Somerset West (1996), Edimburgo (2000), Washington (2002) y Seúl (2008); el Convenio del Consejo de Europa (1997) relativo a los derechos humanos y la biomedicina; y la Declaración universal de bioética y derechos humanos de la Unesco (2005). Además, en el ámbito nacional son distintos los instrumentos que legislan de manera específica la investigación clínica como, por ejemplo, la Ley orgánica 15/1999 de protección de datos de carácter personal, el Real decreto 1720/2007 por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley orgánica 15/1999, y la Ley 14/2007 de investigación biomédica.

Bibliografía

Alvira Martín, F. (1983). “Perspectiva cualitativa-perspectiva cuantitativa en la metodología sociológica”. Reis: Revista española de investigaciones sociológicas (núm. 22, págs. 53-76).
Alvira Martín, F. (2007). “Diseños de investigación social: criterios operativos”. En: M. García; J. Ibáñez y F. Alvira (comp.). El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación (3.ª ed., págs. 99-128). Madrid: Alianza Editorial.
Andrea, N. G. de (2010). “Perspectivas cualitativa y cuantitativa en investigación. ¿Inconmensurables?”. Fundamentos en Humanidades (núm. 1, vol. 21, págs. 53-66).
Arguedas-Arguedas, O. (2010). Tipos de diseño en estudios de investigación biomédica”. Acta médica costarricense (núm. 52, vol. 1, págs. 16-18).
Barbour, R. S. (1999). “The case for combining qualitative and quantitative approaches in health services research”. Journal of Health Services Research & Policy (núm. 4, vol. 1, págs. 39-43).
Beltrán, M. (2007). “Cinco vías de acceso a la realidad social”. En: M. García; J. Ibáñez; F. Alvira (comps.). El análisis de la realidad social: métodos y técnicas de investigación (3.ª edición, págs. 15-55). Madrid: Alianza Editorial.
Bunge, M. (1988). La ciencia. Su método y su filosofía. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Siglo Veinte.
Burgos, R. (1998). Metodología de Investigación y escritura científica en clínica. Granada: Escuela Andaluza de Salud Pública.
Colom, D. (2008). El Trabajo Social Sanitario. Atención primaria y atención especializada. Teoría y práctica. Madrid: Siglo XXI.
Colom, D. (2011). El trabajo social sanitario. Los procedimientos, los protocolos y los procesos. Barcelona: Editorial UOC.
Colom, D. (2012). El diagnóstico social sanitario. Barcelona: Editorial UOC.
Conde, F. (1990). Un ensayo de articulación de las perspectivas cuantitativa y cualitativa en la investigación social. Reis: Revista española de investigaciones sociológicas (núm. 51, págs. 91-120).
Cwikel, J. G.; Behar, L. C. (1999). “Organizing social work services with adult cancer patients: Integrating empirical research”. Social Work in Health Care (núm. 28, vol. 3, págs. 55-76).
Federación Internacional de Trabajo Social (FITS) y Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (AIETS) (2014). Definición de Trabajo Social [en línea]. [Fecha de consulta: 1 de julio del 2014]. <http://www.iassw-aiets.org>.
Gijón, M. T. (2014a). “Análisis de la experiencia de enseñanza-aprendizaje de la investigación novel en estudiantes de Grado en Trabajo Social”. I Congreso Internacional de Facultades y Escuelas de Trabajo Social, El Trabajo Social ante el reto de la crisis y la educación superior (Murcia, 23-25 de abril, págs. 703-711).
Gijón, M. T. (2014b). “El espejismo de lo sociocultural en salud: Discursos socio-profesionales sobre el encuentro asistencial con poblaciones inmigrantes desde el modelo de atención primaria al sur de Europa”. Tesis de doctorado, Universidad de Granada, Departamento de Antropología Social. Granada.
Goldstein, E. G. (1996). “What is clinical social work? Looking back to move ahead”. Clinical Social Work Journal (núm. 24, vol. 1, págs. 89-104).
Holden, G.; Barker, K.; Rosenberg, G.; Cohen, J. (2012). “Information for Clinical Social Work Practice: A Potential Solution”. Clinical Social Work Journal (núm. 40, vol. 2, págs. 166-174).
Kim, S. J., Persad, P.; Erkan, D.; Kirou, K.; Horton, R.; Salmon, J. E. (2012). “Research Studies and Their Implications for Social Work Practice in a Multidisciplinary Center for Lupus Care”. Social Work in Health Care (núm. 51, vol. 7, págs. 652-660).
Lekkou, S.; Strauss, H. I. (2011). “Social work students' fears of their professional competence”. Narratives and supervision reflections: A multiple cultural study.Review of Clinical Pharmacology and Pharmacokinetics (núm. 25, vol. 3, págs. 149-158).
Mardones, J. M. (2012). Filosofía de las ciencias humanas y sociales: materiales para una fundamentación científica (4.ª ed.). Barcelona: Anthropos.
McCoyd, Judith L. M.; Shdaimah, Corey S. (2007). “Revisiting the benefits debate: Does qualitative social work research produce salubrious effects?”. Social Work (núm. 52, vol. 4, págs. 340-349).
McNeill, T.; Nicholas, D. B. (2012). “Strategies for Research Development in Hospital Social Work: A Case Study”. Research on Social Work Practice (núm. 22, vol. 6, págs. 672-679).
Ministerio de Economía y Competitividad (2013a). Estrategia Española de Ciencia y Tecnología y de Innovación 2013-2020k [en línea]. [Fecha de consulta: 4 de julio del 2014] <http://www.idi.mineco.gob.es>.
Ministerio de Economía y Competitividad (2013b). Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2013-2016. [en línea]. [Fecha de consulta: 4 de julio del 2014] <http://www.idi.mineco.gob.es>.
Miranda, M. (2012). Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social. En: T. Fernández; O. Vázquez; R. de Lorenzo (eds.). Diccionario de Trabajo Social (págs. 46-47). Madrid: Alianza Editorial.
Morgan, D. L. (1998). “Practical strategies for combining qualitative and quantitative methods: applications to health research”. Qualitative Health Research (núm. 8, vol. 3, págs. 362-376).
Morse, J. M. (2012). Qualitative Health Research: Creating a New Discipline. Walnut Creek, Estados Unidos: Left Coast Press.
Onwuegbuzie, A. J.; Dickinson, W. B.; Leech, N. L.; Zoran, A. G. (2011). “Un marco cualitativo para la recolección y análisis de datos en la investigación basada en grupos focales”. Paradigmas (núm. 3, vol. 1, págs. 127-157).
Polit, D.; Hungler, B. (2000). Investigación científica en Ciencias de la salud. México: McGraw- Hill Interamericana.
Pujadas, J. J. (coord.); Comas, D.; Roca, J. (2010). Etnografía. Barcelona: Editorial UOC.
Ruiz-Olabuénaga, J. I. (1996). Metodología de la investigación cualitativa. Bilbao: Universidad de Deusto.
Sierra, R. (2001). Técnicas de investigación social. Teoría y ejercicios. Madrid: Paraninfo.
Taylor, S. J.; Bodgan, R. (1998). Introducción a los métodos cualitativos de investigación. La búsqueda de significados. Barcelona: Paidós.
Vázquez, M. L.; Ferreira, M. R.; Mogollón, A. S.; Fernández, M. J.; Delgado, M. E.; Vargas, I. (2006). Introducción a las técnicas cualitativas de investigación aplicadas en salud. Cursos GRAAL 5 (Col·lecció Materials, núm. 168). Barcelona: Servei de Publicacions. Universitat Autònoma de Barcelona.
Wayessa, G. O. (2013). “Combining qualitative and quantitative methods in social sciences: A theoretical review of possibilities and challenges”. International Journal of Interdisciplinary Social and Community Studies (núm. 7, vol. 2, págs. 131-141).
Referencias bibliográficas para saber más
Alonso, L. E. (1998). La mirada cualitativa en Sociología: una aproximación interpretativa. Madrid: Fundamentos.
Alston, M.; Bowles, W. (2003). Research for social workers: an introduction to methods. Londres: Routledge.
Alvira Martín, F. R. (2002). Metodología de la evaluación de programas. Colección Cuadernos Metodológicos (núm. 2). Madrid: CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas.
Angrosino, M. V. (2012). Etnografía y observación participante en investigación cualitativa. Barcelona: Morata.
Azofra, M. J. (1999). Cuestionarios. Colección Cuadernos Metodológicos (núm. 26). Madrid: CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas.
Bourdieu, P. (2002). El oficio del sociólogo. Buenos Aires: Siglo XXI.
Campbell, D. T.; Stanley, J. C. (2012). Diseños experimentales y cuasiexperimentales en la investigación social. Buenos Aires: Amorrortu.
Cea, M. A. (2009). Metodología cuantitativa: estrategias y técnicas de investigación social. Madrid: Síntesis.
Dawson, C. (2011). Introduction to research methods: a practical guide for anyone undertaking a research project. Oxford: How To Books.
Denzil, N. K.; Lincoln, Y. S. (ed.). (2005). The Sage Handbook of Qualitative Research. Thousand Oaks: SAGE.
Díaz, V. (2001). Organización y gestión de los trabajos de campo con encuestas personales y telefónicas. Barcelona: Ariel.
Díaz, V. (2005). Manual de trabajo de campo en la encuesta. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.
Díaz, V. (2009). Análisis de datos de encuesta: desarrollo de una investigación completa utilizando SPSS. Barcelona: Universitat Oberta de Catalunya.
Díaz, A. (2012). El Taller del etnógrafo: materiales y herramientas de investigación en etnografía. Madrid: UNED.
Fernández, R. (1996). Evaluación de programas. Una guía práctica en ámbitos sociales, educativos y de salud. Madrid: Síntesis Psicología.
Fortune, A. E.; McCallion, P.; Briar-Lawson, K. (2010). Social work practice research for the twenty-first century [recurso electrónico]. Nueva York: Columbia University Press.
García, M. (2008). Socioestadística: introducción a la estadística en sociología. Madrid: Alianza Editorial.
García, M.; Ibáñez, J.; Alvira, F. (comp.). (2007). El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación (3.ª edición). Madrid: Alianza Editorial.
Gil, F.; Alcocer, C. M. (2004). Técnicas Grupales en contextos organizacionales. Madrid: Pirámide.
Glaser, B. G.; Strauss, A. L. (1980). The discovery of grounded theory: strategies for qualitative research. Nueva York: Aldine de Gruyter.
Glenn, J. C. (2010). Handbook of research methods. Jaipur: Oxford Book.
Hernández, R.; Fernández, C.; Baptista, P. (2007). Fundamentos de metodología de la investigación. Madrid: McGraw-Hill.
Ibáñez, J. (1992). Más allá de la sociología: el grupo de discusión: técnica y crítica. Madrid: Siglo XXI de España.
Kornblit, A. L. (2007). Metodologías cualitativas en ciencias sociales: modelos y procedimientos de análisis. Buenos Aires: Biblos.
Martyn, P. A. (1994). Etnografía: Métodos de investigación. Barcelona: Paidós.
McLaughlin, H. (2007). Understanding Social Work Research. Londres: SAGE.
Morgan, G. A.; Griego, O. V.; Gloeckner, G. W. (2001). SPSS for Windows: an introduction to use and interpretation in research. Londres: Lawrence Erlbaum Associates.
Padgett, D. K. (2008). Qualitative Methods in Social Work Research (2.ª ed.). Los Angeles: SAGE.
Pantoja, A. (2009). Manual básico para la realización de tesinas, tesis y trabajos de investigación. Madrid: Eos, D. L.
Pons, I. (1993). Programación de la investigación social. Colección Cuadernos Metodológicos, 8. Madrid: CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas.
Pope, C.; Mays, N. (1996). Cualitative Research in Health Care. Londres: BMJ Books.
Pujadas, J. J. (coord.). (2004). Etnografía. Barcelona: Universitat Oberta de Catalunya.
Rodríguez, J. (1991). Métodos de muestreo. Colección Cuadernos Metodológicos (núm. 1). Madrid: CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas.
Rodríguez, J. (1993). Métodos de muestreo: casos prácticos. Colección Cuadernos Metodológicos (núm. 6). Madrid: CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas.
Rubin, A; Babbie, E. (2005). Research methods for social work. Belmont: Thomson.
Ruiz, J. I. (1998). Cómo elaborar un proyecto de investigación social. Bilbao: Universidad de Deusto.
Ruiz, J. I. (2009). Metodología de la investigación cualitativa. Bilbao: Universidad de Deusto.
Selltiz, C.; Wrightsman, L. S.; Cook, S. W. (1970). Métodos de investigación en las relaciones sociales. Madrid: Rialp.
Sierra, R. (2007). Técnicas de investigación social: teoría y ejercicios. Madrid: Paraninfo.
Smith, R. (2009). Doing social work research. Maidenhead, United Kingdom: Open University Press.
Taylor, S. J.; Bodgan, R. (2010). Introducción a los métodos cualitativos de investigación. La búsqueda de significados. Barcelona: Paidós.
Valles, M. S. (1997). Técnicas cualitativas de investigación social: reflexión metodológica y práctica profesional. Madrid: Síntesis.
Valles, M. S. (2002). Entrevistas cualitativas. Colección Cuadernos Metodológicos, 32. Madrid: CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas.
Valles, M. S. (2002). Ventajas y desafíos del uso de programas informáticos (e.g. ATLAS.ti y MAXqda) en el análisis: una reflexión metodológica desde la "grounded theory" y el contexto de la investigación social española. Sevilla: Fundación Centro de Estudios Andaluces.
Young, P. V. (1947). Scientific social surveys and research: an introduction to the background, content, methods, and anlysis of social studies [recurso electrónico]. Nueva York: Prentice-Hall, Inc.
Referencias normativas para saber más
Código de Nuremberg de 1947.
Convenio del Consejo de Europa, de 4 de abril de 1997, relativo a los derechos humanos y la biomedicina.
Declaraciones sobre principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos de Helsinki (1964), y sucesivamente revisadas en Tokio (1975), Venecia(1983), Hong-Kong (1989), Somerset West (1996), Edimburgo (2000), Washington (2002) y Seúl (2008).
Declaración universal sobre el genoma y los derechos humanos de la Unesco, de 1997.
Declaración internacional sobre datos genéticos humanos de la Unesco, del 2003.
Declaración universal de bioética y derechos humanos de la Unesco, del 2005.
Ley orgánica 15/1999, de 13 de diciembre de protección de datos de carácter personal (publicada en el BOE núm. 298 de 14 de diciembre de 1999).
Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica (publicada en el BOJA núm. 274 de 15 de noviembre del 2002).
Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios (publicada en el BOE núm. 178 de 27 de julio del 2006).
Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia (publicada en el BOE núm. 299 de 15 de diciembre del 2006).
Ley 14/2007, de 3 de julio, de investigación biomédica (publicada en el BOE núm. 59, de 4 de julio del 2007).
Ley 14/2011, de 1 de junio, de la ciencia, la tecnología y la innovación (publicada en el BOJA núm. 131 de 2 de junio del 2011).
Real decreto 223/2004, de 6 de febrero, por el que se regulan los ensayos clínicos con medicamentos (publicado en el BOE núm. 33 de 7 de febrero del 2004).
Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal (publicado en el BOE núm. 17 de 19 de enero del 2008).