Las rutinas

  • Toni Aira Foix

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1.Los procesos y los roles profesionales

El conjunto del proceso de elaboración de los contenidos informativos, desde la ideación a la producción, pide una mirada y una praxis profesional al servicio de la obtención de un producto o servicio comunicativo de buena calidad.
Porque profesionalidad, lo que diferencia la profesión de la afición o del amateurismo, quiere decir que en el desarrollo de los proyectos está el seguimiento de unas pautas de trabajo que se orienten a minimizar los errores finales y de proceso. ¿El método? La verificación continuada de la adecuación entre las opciones tomadas y los objetivos perseguidos.
En periodismo, este proceso de verificación quiere decir:
1) Interpretación correcta de los objetivos del encargo asumido.
2) Identificación correcta de los públicos del proyecto y una buena adecuación a estos públicos de las opciones tomadas, en cuanto a lenguajes, formatos, canales, etc.
3) Organización correcta de los distintos recursos destinados al proyecto, ya sean éstos económicos, materiales, humanos u otros.
4) Planificación correcta de los tiempos de preparación y de comunicación del proyecto.
5) Gestión correcta de los equipos y de los profesionales vinculados al proyecto.
6) Evaluación correcta de los resultados obtenidos.
Esta es una de las posibles pautas a seguir y que, en general, se someten de base a la aplicación de raíz del sentido común para razonar si una hipótesis de noticia puede interesar a la audiencia, y el ajuste a los recursos técnicos de que dispone la redacción para ponerse a ello desde un punto de vista profesional.
En síntesis, como marcan los clásicos, la esencia del proceso periodístico sigue constando principalmente de cuatro etapas:
  • Planificación. Las previsiones. Se prevé lo que será noticia en la jornada.

  • Recopilación. De los elementos potencialmente noticiosos. Compilar información.

  • Selección. De entre la información compilada, cuál proyectaremos.

  • Producción. Redactar la información que hemos seleccionado.

Y en la relación entre profesionalismo informativo y flexibilidad organizacional, ahora que el contexto tiende al cambio constante, también en las estructuras de la información, detengámonos en la referencia de un clásico: La producción de la noticia, de Gaye Tuchman. En el siguiente apartado, veremos una mirada de hace décadas que apunta valores irrenunciables del proceso periodístico, como el conocimiento de las fuentes.
Dice Tuchman: "Por 'hechos' entiendo la información pertinente acopiada por métodos profesionalmente válidos que especifican la relación entre lo que es conocido y cómo es conocido". Esta máxima aguanta el paso de las décadas.
De la misma manera, la esencia del siguiente texto también aguanta el paso de las décadas:
G. Tuchman (1983). "Flexibilidad y profesionalismo". En: La producción de la noticia (págs. 77-94). Barcelona: Editorial Gustavo Gili.
El propósito final de la asunción de pautas profesionales en la ideación y la producción de proyectos comunicativos es garantizar, en la medida de lo posible, la fiabilidad de los procesos y la calidad de los resultados, de manera que el desarrollo de estas actividades pueda ser retribuido económicamente en términos de mercado.
En cuanto a los roles periodísticos en los diferentes ámbitos, a continuación apuntamos sintéticamente sus principales funciones profesionales en los diferentes soportes.
Prensa escrita
a) El redactor: el periodista. En los medios tradicionales, cada redactor pertenece a una sección; en consecuencia, está especializado en un tema concreto. Despacha directamente con su jefe de sección.
El corresponsal es un redactor experto en una zona lejana, donde reside y desde donde envía sus piezas. Por otra parte, el enviado especial es un periodista de la redacción que se desplaza a un lugar concreto para un periodo de tiempo corto, con motivo de un reclamo noticioso puntual y que merece la atención destacada del medio.
b) Fotoperiodista: tiene que contar un hecho por vía de imagen (noticia) o relatar una historia con imágenes, en el caso de los reportajes.
c) El jefe de sección: recibe información de sus redactores y de las fuentes informativas externas a la redacción (ya sean directos o de otros medios). Moviliza a sus redactores y la sección de fotografía para poder tener toda la información respecto de un hecho potencialmente noticioso. Tiene que tener criterio para saber qué es noticia y qué no, con qué abre la sección (porque cada sección tiene un tema principal) y cómo organiza el resto de temas. Todo, en la prensa tradicional, lo explica en la reunión de la mañana, al consejo de redacción, que preside el director.
d) Los redactores en jefe y los subdirectores: figuras que pueden estar o no, dependiendo del medio o publicación. En todo caso, la función que pueden desempeñar unos u otros (en caso de que una figura de las dos no exista) es la de hacer de intermediarios entre el director y los jefes de sección. Les dan apoyo a la hora de decidir los temas que abrirán las secciones respectivas y la orientación que se dará a la noticia o cómo se titulará. Asesoran y también pueden redactar artículos o editoriales.
e) El director adjunto: toma decisiones de alto nivel en ausencia del director. Por lo tanto, ha de tener un conocimiento directo de todo el proceso del periódico y de lo que eso implica en el ámbito económico, logístico y de recursos humanos, desde un punto de vista de administración, de distribución o, por ejemplo, de ventas.
f) El director: el responsable último de todo lo que aparece publicado. Suele presidir la reunión de la mañana (que normalmente se celebra a las 12 h). En ella, los jefes de sección explican las previsiones del día sobre aquello que ha pasado o que está previsto en agenda. También preside la reunión de portada, que se suele hacer hacia las 20 h o 21 h, cuando los jefes de sección explican qué temas de sus secciones son suficientemente buenos para ir en portada. El director trabaja con los demás cómo será la portada y cuál será la noticia principal. Y responsabilidades periodísticas aparte, el director asume la tarea de representar a su diario en los media y con el resto de actores sociales.
Radio
En una emisora de radio, la actividad profesional de los periodistas se divide en dos grandes áreas diferenciadas: informativos y programas.
1) Informativos
Es el área de la emisora que produce los programas informativos y de deportes. Habitualmente, con espacios de larga duración (media hora como mínimo) que se emiten por la mañana (entre las 6.00 y 9.00 h), al mediodía (entre las 13.00 y las 15.00 h), por la tarde (entre las 19.00 y las 21.00 h) y por la noche (entre las 22.00 y las 24.00). También dependen de esta área los boletines horarios, tradicionalmente de unos cinco minutos de duración, que se emiten a cada hora en punto.
a) Director de los servicios informativos: establece las líneas maestras de actuación y gestiona toda la actividad de los equipos integrados en el área.
b) Subdirector de los servicios informativos: se ocupa de la gestión y de la organización interna de los equipos de informativos.
c) Editor: se responsabiliza de cada uno de los programas informativos de larga duración. Suele ser también su conductor en antena. Decide el contenido del programa, el orden y la duración de los temas, así como su configuración final.
d) Jefe de área y redactor en jefe: los responsables de cubrir un área concreta de la actualidad, tradicionalmente dividida en internacional, política, sociedad, cultura y espectáculos, deportes y economía. Dentro de sociedad, puede haber subáreas, como éxitos, judicial, medio ambiente, enseñanza, religión, ciencia y tecnología o educación.
e) Redactor: el periodista que elabora las informaciones y que hace las tareas de búsqueda de información, cobertura de actos, entrevistas telefónicas informativas (para extraer cortes de voz), y confección/redacción de los textos que tienen que ser leídos por antena y que constituyen el cuerpo del programa informativo. Acostumbran también a editar las crónicas de los corresponsales, pactadas previamente por los jefes de área o directamente por los editores.
f) Corresponsal: periodista que cubre y, por lo tanto, elabora las informaciones de un área geográfica determinada.
g) Productor: profesional multitarea, busca y contacta con personas, entidades, organismos o instituciones que tienen que proporcionar información a los servicios informativos o tienen que ser entrevistados, en directo o bien para extraer declaraciones. Esta tarea también la pueden hacer a menudo los mismos redactores. También es el productor quien, durante la emisión del programa, está en la cabina de control, con el personal técnico, facilitando todas las tareas necesarias para la correcta emisión del programa. Pone al alcance del responsable del control todos los elementos técnicos necesarios (guión, escalerilla del programa...). Es el gran enlace entre el editor y la redacción.
2) Programas
Se trata de los programas que no son propiamente informativos o deportivos. Como el magazín-contenedor de mañana o tarde, que suele durar de tres a cinco horas y que incluye todo tipo de espacios de gran variedad. Entre los roles profesionales que se identifican en el equipo de un programa magazín-contenedor, están:
a) Director del programa: el responsable de los contenidos y de emisión del programa. Suele ser también quien lo conduce como locutor.
b) Redactor o guionista: el responsable de hacer los textos y preparar los espacios que tienen que llenar el programa. Elaboran los guiones con los que el conductor tiene que hacer las entrevistas y conducir los espacios como las entrevistas a los invitados o las tertulias.
c) Productor: adquiere más protagonismo que en los informativos a la hora de componer los temas a tratar en el programa. Se ocupan de buscar a los invitados y pactar con ellos, en función de su especialización y otros factores como su claridad en las explicaciones.
Televisión
Las principales funciones profesionales en la televisión son:
a) El editor: determina qué piezas incluirá el programa, en qué orden se emitirán, con qué duración e incluso qué periodistas se harán cargo de ellas. También puede ejercer de presentador. Por regla general, redacta las entradillas de las noticias.
b) El realizador: máximo responsable de la calidad de la planificación y de la corrección en la sucesión de elementos audiovisuales en el programa. Fija las piezas, efectos y otros que tienen que emitirse en un momento concreto, siempre de acuerdo con el minutaje del espacio informativo. La introducción de los sistemas de edición digital no lineal en este ámbito ha modificado, enormemente, la estructura de las redacciones.
c) Media manager: el especialista que supervisa el uso y reparto de las licencias de montaje que hay en el centro de trabajo para los periodistas. Conoce el material que se almacena en los servidores informáticos de la redacción y está pendiente de las piezas que acaban los reporteros, para examinarlas antes de que se emitan. Junto con el system manager, supervisa el instrumental y resuelve los problemas operativos con que constantemente tropiezan los usuarios.
d) El electronic news gathering (ENG): los teleperiodistas buscan información, salen a la calle para entrevistar a la gente, se documentan sobre los acontecimientos, intervienen en la grabación del material audiovisual –a menudo incluso sustituyendo a los cámaras– y, en los últimos tiempos, también montan las noticias.
e) El jefe de sección: decide la relevancia de las noticias. Siempre a las órdenes del director, con quien se reúne periódicamente para concretar la orientación del programa y de cada uno de los bloques de piezas. En estas conversaciones se tienen en cuenta las aportaciones de los corresponsales y de los enviados especiales.
Internet
De forma periodística, se diferencian, en esencia, dos tipologías de medios: los unidos a productos que ya existen en el mundo analógico –por ejemplo, las diferentes ediciones digitales de los periódicos– y aquellos productos que han sido creados originariamente para funcionar en la Red (en nuestro entorno, por ejemplo, está el caso claro de Vilaweb).
La figura del community manager, en este sentido, sí que es una de las más genuinas nacidas últimamente en torno a la Red y que está relacionada con la profesión de periodista o comunicador. Es el responsable de las redes sociales ligadas a un medio de comunicación o entidad.
Los gabinetes de prensa
Los gabinetes de prensa pueden ser internos o externos en empresas y organizaciones. En los gabinetes internos, existe la figura del jefe de prensa y sus redactores.
a) Jefe de prensa: el intermediario entre las organizaciones y los periodistas. Los gabinetes de prensa, básicamente, suministran información a los periodistas y a los medios. Y lo hacen con "criterios profesionales". Muy a menudo, el jefe de prensa depende directamente del jefe o director de comunicación. Lo más deseable es que este lugar lo ocupe un periodista que conozca la dinámica de los medios de comunicación. Tendrá que facilitar a los medios las noticias que genere su empresa, evitando enviar notas de prensa con elementos más propagandísticas que noticiables.
La externalización de las relaciones con la prensa se hace, casi siempre, a través de agencias de relaciones públicas que ofrecen también a sus clientes otros servicios de comunicación como la organización de acontecimientos o la comunicación de crisis. En estos casos hablamos de responsables de cuentas, que son redactores que gestionan la relación de esta empresa –a la cual no pertenecen– con la prensa.

2.La crisis de los medios de comunicación como crisis de credibilidad

Si el periodismo pierde credibilidad, ¿qué le queda? ¿El entretenimiento? ¿Y esto no lo sabrán mejor otros? Es decir, si el periodismo como fuente de información ya no es la referencia porque, sometido a los dictados del infotaintment–fusión entre información y entretenimiento–, se deja de atender debidamente la exhaustividad y el rigor que tienen que presentar todos sus contenidos, entonces ¿qué queda en defensa del periodismo? ¿Qué queda en defensa de la profesión periodística como medio autorizado y de referencia a la hora de interpretar el mundo?
Sin credibilidad, los medios de comunicación pasan a ser una más de las muchas fuentes que la sociedad puede tener a su alcance. Fuentes de credibilidad variable, pero atractivas por otros motivos, como puede ser la inmediatez, con frecuencia un gran factor enemigo del contraste y la solvencia de las informaciones. Internet, en este sentido, es un mundo donde el periodismo encuentra una gran competencia, pero a la vez una gran oportunidad. No puede dejar de estar presente allí; el medio supone una grandísima oportunidad para llegar a la generación de los aborígenes digitales que, poco a poco, irán configurándose en el grueso de la población; pero a la vez, para el periodismo Internet es una gran oportunidad a la hora de convertirse en vanguardia informativa, no confundiendo el medio con el fin, pero sí haciéndose y poniéndola a su servicio, como ha sabido hacer siempre el periodismo con las nuevas tecnologías o soportes que han nacido. ¿Internet como respuesta a la crisis de los medios de comunicación y de su credibilidad? ¿Como una oportunidad de replanteamiento y de ubicación en un nuevo mundo que ya está adviniendo? El director del prestigioso diario británico The Guardian, Alan Rusbridger, habla de ello en la entrevista siguiente:
"Debo ser más radical en lo digital". Joseba Elola (El País, 12 de octubre del 2010).

3.Cómo ganar credibilidad y dar legitimidad al rol de mediador

Hemos abordado el establecimiento de la agenda o, si lo preferís, su construcción. Los medios de comunicación tienen en ello un papel troncal. ¿Pero lo pueden hacer con toda la fuerza? Si no lo hacen como antes y otros actores igualan su nivel o superan a la prensa en ciertos momentos, ¿a qué puede ser debido? ¿A una crisis de credibilidad, quizás? ¿Quizás al hecho de que ciertas renuncias del periodismo han acabado girándosele en contra?
Patrick Charaudeau cierra su libro El discurso de la información con un escrito lúcido que nos muestra claramente cuál es la esencia de la actual crisis del periodismo, y su posible superación:
P. Charaudeau (2003). "La instancia mediática, un manipulador manipulado". En: El discurso de la información. Barcelona: Gedisa.

4.Cómo combatir el rumor

La fuente es la clave. El medio de comunicación será fuente de referencia si, a la vez, sus contenidos han sido elaborados con una base de buenas fuentes de información. Como decía Walter Lippmann, los media –él hablaba de prensa– son como mapas que nos ayudan a movernos por el mundo. La importancia de la fiabilidad de este mundo que es referencia, pues, tendría que ser muy grande. ¿Pero lo es? Cada vez más, el rumor asume forma de noticia o, mejor dicho, suplanta su rol para muchas personas.
El rumor institucionalizado como sinónimo de noticia. La red ayuda mucho. ¿Pero por qué pasa eso? Una información no contrastada y no tratada de forma rigurosa ¿cómo puede pasar a ojos de muchos como noticia? ¿Por qué triunfa y corre por Internet?
G. Durandin defiende que un rumor tiene que seguir las siguientes etapas para funcionar:
  • Una información se suelta en un círculo pequeño. Hoy en día, si este círculo está en Internet, se puede ampliar rápidamente sin muchas complicaciones, siempre dependiendo de la fuerza de la información.

  • Los medios de comunicación de masas lo captan. También, en la actualidad, eso puede pasar primero en la Red por las ediciones digitales de los medios tradicionales, para después saltar a otras. El factor velocidad de propagación, por lo tanto, puede aumentar.

  • La noticia contada por los medios provoca reacciones. Institucionaliza el contenido dándole categoría de noticia y, por lo tanto, puede generar reacciones en el más alto nivel de proximidad con aquello que se implica en el rumor.

  • Las noticias de las reacciones sociales acaban por dar credibilidad al rumor. Lo confirman. Es cerrar el círculo de una reacción en cadena.

El Diccionario de la Lengua Catalana describe el rumor como "noticia que corre de boca en boca". El Diccionario María Moliner dice: "Noticia vaga y no confirmada que circula entre la gente". Pero, si la información es "vaga y no confirmada", ¿entonces es noticia? En principio no tendría que ser así.
La potencia de Internet como propagador y multiplicador de rumores, así como de las consecuencias de su difusión, no tiene que hacer olvidar que lo que describe una noticia de base es también lo que diferencia los contenidos de los media profesionales con otros tipos de productos donde la materia informativa que está contenida en ellos no tiene que estar ligada a ciertas "rutinas de producción" que habrían de ser sinónimo de calidad. Así se combate el rumor.
La credibilidad del medio, del periodista, se la da también la credibilidad de sus fuentes, así como la solvencia de su proceso de elaboración de las noticias. ¿Esto qué tendría que implicar? El contraste de las informaciones recibidas. Como mínimo, el hecho de consultar el contenido de una información con dos fuentes implicadas y enfrentadas.
Sin embargo, estas rutinas no siempre se llevan a la práctica. De hecho, fruto del privilegio del factor tempestividad –llegar los primeros– que impregna todo el discurso de los medios, con demasiada frecuencia no se contrastan las fuentes porque:
  • El periodista confía demasiado en las fuentes oficiales.

  • El periodista tiene demasiada confianza en una misma fuente habitual.

  • El ritmo que imprime la competencia acelera mucho los procesos de producción.

El rumor se combate, por lo tanto, con profesionalidad. Y con ciertas reglas como las siguientes a la hora de citar las fuentes -hecho que prestigia el relato periodístico:
  • El periodista tiene que citar sus fuentes de información. La audiencia quiere saber quién dice qué.

  • El periodista hace que los otros hablen por él, aunque de todos los ítems que recibe sólo refleje unos cuantos que le son de interés destacar.

  • El periodista tiene que saber que, cuantas más fuentes de información haya en una noticia, más calidad tendrá ésta. Eso implica las declaraciones entre comillas de los actores implicados.

  • El periodista ha de ser explícito en el hecho de que cierto contenido le ha sido contado, si él no lo ha podido palpar en primera persona.

  • El periodista no tiene que abusar de las fuentes ni de sus citas; éstas, cuanto más cortas sean, mejor.

La abdicación de los media respecto de ciertas rutinas como las que hemos apuntado, y su enredamiento a la hiperacelerada sucesión de informaciones estilo Internet, provoca el auge de este tipo de contenidos. Triunfa el rumor, que se esparce rápido, y eso tiene consecuencias.
Lectura recomendada

Un ejemplo de ello lo tenemos apuntado en el siguiente artículo sobre los atentados del 11-M en Madrid, en el año 2004:

E. Boquera (2004).

"Crònica d'un rumor: els autors de l'11-M".

Revista Trípodos

("Extra: Els fets de març. De l'11-M al 14-M: política i comunicació") (núm 3, págs. 127-130).