El rol del periodismo

  • Toni Aira Foix

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1.¿Qué es el periodismo hoy?

El periodismo empieza a ser lo que será. Dicho de otra forma: estamos viviendo momentos en que empieza a acortarse, significativamente, la distancia entre lo que intuimos que será el futuro del periodismo y lo que, a día de hoy, ya es el periodismo.
Las especulaciones sobre el fin de la prensa escrita, por ejemplo, han sido menudeadas en los últimos años. Más incluso, han recibido carta de plausibilidad por todo el globo. Con todo, este no ha sido un debate estéril. Ha ayudado a hacer posible una catarsis periodística que, en diferentes países y por vía de diferentes medios de comunicación, empieza a dar sus frutos. El futuro es ahora. Así lo han intuido los medios. Porque seguramente desde dentro mismo de los medios de comunicación es desde donde más se percibe la aceleración a que todos juntos como sociedad nos vemos sometidos. La caducidad de todo –también de las informaciones– demanda de los medios de comunicación un nuevo modo de entender el ciclo de las noticias.
Pero el periodismo persiste. Todavía se mantiene, y nada hace pensar que en nuestras sociedades contemporáneas haya nacido un actor social capaz de suplantar sus funciones, como mínimo al cien por cien. ¿Quizás porque, como distribuidores de contenidos de referencia, los media todavía no son sustituibles?
Dos miradas nos situarán en este inicio de material didáctico sobre la concepción de presente del periodismo, fruto de las transformaciones que está experimentando la profesión y que, evidentemente, tienen consecuencias en la praxis y la propia concepción del periodismo en nuestra sociedad contemporánea.
En primer término, John V. Pavlik, director ejecutivo del Center for New Media de la Facultad de Periodismo de Columbia University, con su obra El periodismo y los nuevos medios de comunicación, nos sitúa partiendo de la premisa de que la revolución tecnológica ha cambiado la fisonomía de los media y de la profesión.
Vale la pena leer, de entrada, las reflexiones de la introducción de la obra de Pavlik:
John V. Pavlik (2005). "Cómo entender el impacto de los nuevos medios sobre el periodismo". En: El periodismo y los nuevos medios de comunicación (págs. 13-22). Barcelona: Paidós.
También reflexionó, en Barcelona, a finales del 2010, sobre qué es periodismo hoy y cómo se está transformando la profesión, el editor del International Herald Tribune, Stephen Dunbar-Johnson. Aquí reproducimos el discurso en la presentación en sociedad del diario Ahora. Unas palabras que describen el periodismo como una profesión en proceso de transformación, pero en ningún caso en vías de desaparición. Con la apuesta por la calidad, la audiencia como punto de referencia y las nuevas tecnologías y plataformas como modus operandi.
El futuro del periodismo

"Es un tema del cual hoy se habla mucho en todas las plataformas mediáticas. Muchos artículos y blogs sobre el tema tienen el tono exagerado propio del mundo periodístico y responden a intereses particulares, pero también demuestran, me parece, una importante dosis de preocupación real por la función que el periodismo, al menos el de calidad, desempeña a la hora de generar un debate más lúcido y productivo sobre los innumerables problemas que afectan nuestro día a día. Al fin y al cabo, las noticias y la información de calidad son la piedra angular de una sociedad democrática digna de este nombre. Soy plenamente consciente de que la cuestión central que muchos se plantean, cuando hoy se habla de empresas periodísticas, es: ¿pueden sobrevivir en medio de la revolución digital que estamos viviendo y, sobre todo, teniendo en cuenta la frágil situación de la economía mundial? En efecto, en un momento en que la mayoría de empresas a duras penas sobreviven a la actual recesión económica, la industria periodística se encuentra con que, además, tiene que afrontar una profunda transformación, provocada por Internet.

No hace demasiado, el Dr. Peter Smith, subdirector general de Educación de la Unesco, habló en una columna del New York Times sobre 'La falacia del Titanic'. El Dr. Smith se preguntaba concretamente: '¿Cuál fue el mayor problema del Titanic? ¿Un capitán arrogante? ¿El iceberg? ¡No! Aunque el Titanic hubiera superado su primer viaje, estaba condenado. El iceberg, el capitán y la catástrofe no hacen otra cosa que hacer más confusa la situación. El auténtico problema del barco más grande que se había hecho nunca era el avión. Las semillas que destruirían la industria de transporte transoceánico se habían sembrado diez años antes en Kitty Hawk'.

¿La emergencia de Internet y la tecnología digital han sembrado las semillas que destruirán la industria periodística de manera similar a como la emergencia del avión hundió la industria transoceánica el siglo pasado?

Si por industria periodística entendemos la distribución de noticias en papel impreso, la respuesta es: posiblemente, de aquí a muchos, muchos años. Pero si entendemos que es la distribución de contenidos, creo firmemente que la respuesta es no. Sin embargo, si bien no creo que Internet anuncie la muerte de nuestro negocio, sí que creo que anuncia su transformación.

También pienso que ello servirá para consolidar el negocio todavía más, y que serán aquellos que persigan incansablemente la calidad del contenido y se centren en las necesidades de su audiencia, incorporando las nuevas tecnologías y plataformas, los que sobrevivirán y prosperarán.

Permítanme que me detenga un momento en el primero de estos puntos: el periodismo de calidad. El núcleo de mi optimismo lo expresa muy bien la siguiente frase de James Madison: 'El conocimiento gobernará siempre la ignorancia. Y las personas que quieren autogobernarse se tendrían que armar con el poder que da el conocimiento'. La búsqueda de este conocimiento y el poder que da nunca habían sido tan relevantes como ahora. Pero también es cierto que tampoco nunca el conocimiento había sido tan difícil de atrapar. En este siglo xxi, el rosario de noticias, llenas de desgracias y tribulaciones, parece todavía más inmediato por nuestro acceso a una amplia gama de nuevas herramientas digitales. La enorme magnitud de la información que nos llega y los medios que tenemos a nuestra disposición para recibirla generan una gran cantidad de ruido.

El director del Newsweek International, Fareed Zakaria, en su libro The Post American World, sugiere que justamente porque sabemos mucho sobre lo que está pasando en todo el planeta, podemos haber perdido cierta perspectiva por el camino. Como él señala: 'La inmediatez de las imágenes y la intensidad que comporta recibir noticias las 24 horas se suman para producir una hipérbole constante. Cualquier pequeña tormenta es «la tormenta del siglo». Cada bomba que explota hace interrumpir la programación. Es difícil poner todo eso en contexto porque la revolución informativa es demasiado reciente'.

Si bien es cierto que podemos haber perdido perspectiva por el camino, la rapidez con que se propagan y se interconectan los medios hace que los tengamos casi pegados. Con tantas fuentes de información que ahora nos buscan a nosotros en lugar de ser nosotros los que estiramos la información, ¿cómo podemos descifrar todo lo que nos llega y saber qué es verdad? Como dijo una vez Edward R. Murrow: 'Es fantástico contemplar la velocidad de las comunicaciones. Pero también es cierto que la velocidad puede multiplicar la difusión de información que sabemos que es falsa'.

En un mundo tan ruidoso, nos tenemos que preguntar constantemente qué hay que hacer para ser más claros, coherentes y exhaustivos sin perder nunca de vista lo que quiere una audiencia que siempre está esperando la próxima novedad.

Estoy firmemente convencido de que los diarios dignos de confianza, escrupulosos en sus reportajes, con análisis que hacen reflexionar y comentarios que ayudan a los lectores a entender este mundo cada vez más complejo e interconectado, son los que tienen el ingrediente básico para sobrevivir en la era digital. El otro ingrediente básico es mantener el centro de atención en nuestros clientes. Es todavía más vital saber quién es nuestra audiencia y por qué nos escuchan. Olvidarse de la audiencia y de por qué te escucha puede parecer un error demasiado evidente, pero de casos en que se actúa como si la audiencia estuviera asegurada encontramos en todas las plataformas, ya sea prensa, televisión, radio o Internet.

Nuestros lectores quieren y exigen más de nosotros. Quieren ser tratados con el respeto que se merecen. Quieren la información necesaria para tomar decisiones acertadas en todas las facetas de la vida. Quieren una información organizada de manera eficaz pensando en ellos. Y que les llegue de la manera que ellos quieren que les llegue.

Pero ahora no es suficiente con tener los dos ingredientes básicos para un periodismo del máximo nivel y de máxima comprensión de nuestra audiencia. El otro ingrediente clave es abrazar de corazón las nuevas tecnologías. Es cierto que si hablan del futuro con periodistas verán que muchos todavía tienen tendencia a pensar en el soporte de papel más que en el contenido. Nosotros pensamos en el contenido. Y la tecnología nos proporciona magníficas oportunidades de distribuir este contenido. Estamos pasando de ser diarios a ser marcas de noticias. Y sólo estamos al inicio de la revolución informativa. En cualquier caso, estamos seguros de una cosa: la novedad es la norma.

Así pues, hemos de continuar adaptando los contenidos a las webs, los lectores electrónicos, los móviles, las radios, los vídeos, los podcasts, los blogs y las redes sociales. El iPad –y otros aparatos que están llegando al mercado– proporciona una experiencia de "lectura repantigado en el sofá" y hace venir unas ganas de consumir periodismo que las webs no hacían venir. Pero también plantean nuevos retos. Por ejemplo, ¿cómo lo haremos para sobresalir y llegar a unos lectores atosigados por tanta oferta? Y eso nos hace volver al contenido de calidad y la marca de prestigio. Si tienes las dos cosas, juegas con una ventaja considerable.

Todo esto lo digo para dejar claro que la estrategia organizativa que represento arranca de la siguiente premisa: nos tenemos que sumergir totalmente en las oportunidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías, sin perder nunca de vista de las necesidades de nuestros clientes y, sobre todo, siendo obsesivos a la hora de producir un periodismo de máxima calidad.

¿Con eso quiero decir que hemos encontrado el elixir para sobrevivir, un nuevo modelo de negocio que, con o sin papel, nos permite continuar haciendo periodismo de la máxima calidad y repartir ganancias entre nuestros accionistas? Creo que todavía no es el momento de cantar victoria. Seguimos afrontando grandes retos mientras tratamos de transformar el viejo modelo de negocio en medio de una situación económica mundial que continúa siendo muy frágil.

Creo que el Ara y el modelo que su equipo promueve es un valiente paso adelante hacia la organización informativa de multiplataforma que necesitamos crear para el mundo de hoy y de mañana. [...]

Cierro con una idea de mi colega Janet Robinson, presidenta de la New York Times Co: 'Sea como sea el futuro, la gente siempre tendrá ganas de saber cosas. Siempre querrá oír nuevas historias. Y los clientes recompensarán a los que las sepan contarlas mejor'".

"El futuro del periodismo". (discurso de Stephan Durban-Johnson, Barcelona, 4 de noviembre del 2010).

2.¿Cuál es su papel en la sociedad?

Ya en 1922, uno de los fundadores de The New Republic advirtió en su obra de referencia –versión española: La opinión pública– cómo los individuos no somos capaces de considerar un número tan elevado de permutaciones y de combinaciones como las que se dan en el mundo donde vivimos. Lo decía ya en el año 1922. Mucho antes de Internet y de la era de la globalización. Ya entonces, pues, se reconocía el papel imprescindible de los medios de comunicación –en aquel momento, sobre todo la prensa– como grandes herramientas al servicio de reconstruir el mundo que nos rodea en modelos más accesibles para poder movernos.
Según Lippmann, estos modelos –los descritos por los media– son como mapas que nos guían a través del mundo.
Este es en esencia el gran papel de los medios de comunicación, todavía hoy. Jerarquizadores, ordenadores, mediadores ante el ruido, que ayudan a interpretar, a descodificar y a dotar de la importancia que merece aquello que se sucede a una velocidad trepidante a nuestro alrededor. Análisis que nos explican mejor lo que está pasando. En este sentido, es interesante partir de la base que Lippmann nos plantea sobre el mundo que nos rodea y las imágenes de nuestra mente:
Walter Lippman (2003). "El mundo que nos rodea y las imágenes de nuestra mente". En: La opinión pública (cap. 1, págs. 25-44). Madrid: Langre.
La sociedad cambia, y con ella el papel de los actores que aparecen en ella. El periodismo, por ejemplo. ¿Pero hasta qué punto? Atendamos también este artículo de un clásico del periodismo catalán de los años treinta del siglo xx; donde se habla de "reporterismo", poned "periodismo" y reflexionad sobre la vigencia del texto.
"Una idea de Zukor". Capítol del llibre Ehrenburg, Ilya. La fábrica de sueños. Melusina: Sta Cruz de Tenerife, 2008. pp. 13-17.
Pero planteémonos también, en sociedad, cuál es la necesidad o no del periodismo, a día de hoy. Una crónica del diario El País nos proyecta la visión de Giles Tremett, corresponsal del Guardian, y Charlie Beckett, analista de medios:
"¿Quién necesita a los periodistas?". Juan Carlos Galindo (El País, 24 de octubre del 2010).

3.¿Quién está haciendo periodismo hoy? ¿Existe el periodismo ciudadano?

¿El concepto de periodismo tradicional ha dejado de ser útil para describir la función y el rol de los periodistas en la actualidad? ¿Qué diferencia el papel del periodista en la Red del papel del resto de ciudadanos que vierten contenidos en ella? ¿La deontología, quizás? ¿O eso no es bastante para descartar el concepto de "periodismo ciudadano"? ¿Qué pasa cuando la percepción social es que son los mismos periodistas los que han renunciado a muchas de las premisas tradicionales que marcaban esta deontología y su compromiso con los principios básicos de una profesión cada vez más abocada al infotaintment (fusión de información y entretenimiento) y sometida a la inmediatez por encima del resto de criterios de noticiabilidad?
Las reflexiones de periodistas experimentadas como Olga Rodríguez, Rosa María Calaf y Mayte Carrasco nos aportan luz sobre cómo se está haciendo periodismo hoy y a qué abre esto las puertas:
"S.O.S: El reportero en vías de extinción". Juan Carlos Galindo (El País, 25 de octubre del 2010).
Ante este panorama que se abre en los medios de comunicación tradicionales, ¿cómo no tendría que ganar protagonismo la Red? Primero fueron los blogs, y ahora sobre todo las redes sociales como Twitter o Facebook, que amplifican su efecto y crean otros propios. ¿Hay una "revolución" en la Red? Y si es así, ¿cómo afecta este ajamiento al mundo del periodismo? Hay actores cibernéticos autorizados, como la protagonista de la siguiente entrevista, Ariann Huffington, directora y fundadora del The Huffington Post. Habla en ella sobre el futuro del periodismo digital:
"La comandante blog". Joseba Elola (El País, 11 de julio del 2010).

4.¿La organización y el negocio periodísticos están cambiando?

Sería absurdo plantearnos una revolución en el mundo de los medios de comunicación, una transformación que cambiara la fisonomía, sin a la vez admitir que eso tiene consecuencias en la organización de las empresas periodísticas y en su naturaleza como negocio.
¿Cómo repercute el actual contexto en la manera de trabajar del periodista? ¿Cómo eso influye en la estructura de las redacciones y de la industria informativa? John V. Pavlik (2005) nos vuelve a servir de referencia para hacernos una idea ajustada de las consecuencias de la transformación social y tecnológica sobre los media:
John V. Pavlik (2005). "Segunda parte: la transformación del modo de trabajar del periodista". En: El periodismo y los nuevos medios de comunicación (págs. 89-166). Barcelona: Paidós.
John V. Pavlik (2005). "Tercera parte: reestructuración de la redacción y de la industria informativa". En: El periodismo y los nuevos medios de comunicación (págs. 167-200). Barcelona: Paidós.
Como elemento de referencia, también vale la pena partir de la concepción de las industrias culturales y de su organización, a día de hoy, ya que en este contexto se incorpora la prensa, por ejemplo en textos académicos como el de los profesores de la Universidad del País Vasco Patxi Azpillaga, Juan Carlos de Miguel y Ramón Zallo (1998):
Patxi Azpillaga; Juan Carlos de Miguel; Ramón Zallo (1998). "Las industrias culturales en la economía informacional. Evolución de sus formas de trabajo y su evolución". Zer (núm. 5, págs. 53-74). Bilbao: UPV.
Las consecuencias de las transformaciones a que se somete el ámbito de las industrias culturales y, en el ámbito de nuestro estudio, más concretamente de los medios de comunicación, se dejan notar en los frentes de la creación, la producción-edición, la distribución-edición y el consumo.
El profesor Enrique Bustamante (Universidad Complutense) ha coordinado diferentes estudios a nivel de las industrias culturales en la era digital. Del mercado y de las transformaciones que éste ha experimentado en la comunicación en los últimos años.
Fruto de la investigación de los equipos coordinados por Bustamante, estos dos libros:
E. Bustamante (coord.) (2002). Comunicación y cultura en la era digital. Industrias, mercado y diversidad en España (vol. 1). Barcelona: Gedisa.
E. Bustamante (coord.) (2003). Hacia un nuevo sistema mundial de Comunicación y cultura. Las industrias culturales en la era digital (vol. 2). Barcelona: Gedisa.
Luis Alfonso Albornoz (Universidad Carlos III), que ha formado parte del equipo de Bustamente, nos aporta un resumen de algunos de los grandes hitos alcanzados por estos estudios.
Se recomienda la lectura del siguiente artículo, dedicado a apuntar conclusiones respecto de la influencia del momento digital en la organización y negocio de las industrias culturales, también de los media:
L. A. Albornoz (2005). "Conclusiones de un estudio empírico: Las industrias culturales y las nuevas redes digitales".

5.La crisis de los medios de comunicación

El actual contexto cambiante, así como la influencia de las transformaciones que sufren las empresas periodísticas y el modelo de negocio tradicionales, han provocado en las últimas décadas un debate recurrente a propósito de la crisis de los medios de comunicación. De la prensa muy especialmente. De la función del periodista y de su rol en las sociedades contemporáneas.
En el fondo, sin embargo, el gran debate radica en la dicotomía entre calidad o sumisión a las reglas del espectáculo. Furio Colombo, uno de los más prestigiosos ensayistas y periodistas italianos, lo deja claro:

"Frente al peligro de ser burlados por el continuo cambio de los acontecimientos y de los talantes, y para intentar resistir a una opinión pública prepotente y a un sistema político que exige fidelidad (de los gobiernos locales a las organizaciones internacionales), muchos editores se convierten en empresarios del espectáculo. La práctica requiere practicar el sensacionalismo, la variedad, la extravagancia, la comicidad y el juego".

Esta es la crisis. Pero hay alternativa. Colombo la propone en el siguiente capítulo de su libro Últimas noticias sobre el periodismo:
F. Colombo (1997). "Cómo se hace información". En: Últimas noticias sobre el periodismo (págs. 9-23). Madrid: Anagrama.