Vínculos y potencialidades

  • Albert Huerta Molina

    La experiencia profesional de Albert Huerta se centra en el campo de la economía social y cooperativa y de la responsabilidad social. En el año 2012 creó Vector5, Excelencia y Sostenibilidad con la ayuda de dos socios más. Sus especialidades se centran en la responsabilidad social de las organizaciones y en la planificación y gestión de proyectos de innovación social. Anteriormente, en el 2009 creó Seiba. Innovación Social para poder contribuir a la promoción de unas organizaciones más sostenibles y responsables, en las que las personas fueran el centro y las verdaderas protagonistas y se promoviera una competitividad sostenible.

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1.Las empresas de la economía social y cooperativa: referentes en RSC

Consideramos que la RSC implica un nuevo enfoque empresarial, donde el objetivo estratégico de la empresa no se basa únicamente en el rendimiento económico y en la investigación de valor para el accionista (teoría shareholders), sino que se centra en la investigación de valor para todos los grupos de interés (teoría stakeholders).
Este enfoque no es nuevo para las empresas de la economía social y cooperativa, sino que es un modelo intrínseco a su naturaleza. El múltiple papel de la persona socia en las sociedades cooperativas (trabajador, capitalista, cliente, proveedor, etc.) hace que estos asuman diferentes roles. Precisamente esta singularidad cooperativa facilita el desarrollo en estas organizaciones de la RSC.
Consideramos que las cooperativas tienen un camino hecho en el ámbito de la responsabilidad social y las sitúa en una mejor posición estratégica. En este sentido, la Comunicació de la Comissió Europea relativa a la responsabilitat social de les empreses: una contribució empresarial al desenvolupament sostenible (2002) indica que "Las cooperativas y otras empresas de tipo mutualista y asociativo tienen una larga tradición en combinar viabilidad económica y responsabilidad social gracias al diálogo entre las partes interesadas y a la gestión participativa, y pueden servir de referencia a otras organizaciones ". Con esta declaración la Comisión deja claro que la RSC no es nada nuevo para las sociedades cooperativas, siendo entidades referentes en el campo de la responsabilidad social.
Partimos de la creencia firme de que existen vínculos y aportaciones directas entre la economía social y cooperativa y la RSC. Vemos cuáles son las principales aportaciones entre estos dos conceptos.
Figura 1
Existen vínculos y aportaciones directas entre la economía social y cooperativa y la RSC
Existen vínculos y aportaciones directas entre la economía social y cooperativa y la RSC

1.1.¿Qué ofrece la RSC a la economía social y cooperativa?

1) La oportunidad de poner en valor sus rasgos identitarios. La RSC aporta a la economía social y cooperativa una oportunidad para lograr una mayor visibilidad. Las empresas de la economía social y cooperativa históricamente han tenido problemas para presentarse como un agente económico competitivo en los mercados. Normalmente se debatían entre la voluntad de definirse como agentes sociales o bien como empresas viables que compiten en el mercado en igualdad de condiciones con el resto de empresas.
Con la llegada de la RSC y su generalización, las empresas de la economía social y cooperativa tienen la oportunidad de crear un discurso moderno, innovador, que las identifique como empresas viables y transformadoras. En este nuevo contexto, las empresas de la economía social y cooperativa se pueden identificar como empresas referentes en RSC, dado que se distinguen, precisamente, por responder a una serie de valores, como por ejemplo: democracia interna, primacía de las personas ante el capital, distribución colectiva de los excedentes, etc.
Considerando que no se clasifica a las empresas únicamente atendiendo a consideraciones económicas o financieras, las empresas de la economía social y cooperativa tienen la oportunidad de destacar por encima del resto de formas empresariales, precisamente por sus principios y valores: propiedad colectiva, gestión participativa, etc.
Estamos convencidos de que la generalización de la RSC es una buena noticia para las empresas de la economía social y cooperativa, puesto que se las permite tener un marco de referencia ampliamente reconocido para identificar su valor y su aportación, logrando un mayor protagonismo.
2) La posibilidad de compararse con el resto de organizaciones para diferenciarse y posicionarse en el mercado.
En el momento en que las metodologías relacionadas con la RSC se consoliden y generalicen, se ofrecerá una oportunidad a las empresas de la economía social y cooperativa para compararse con otros tipos de empresas y para poner en valor sus rasgos identitarios como elemento diferenciador y de posicionamiento en el mercado.
Las herramientas y metodologías que faciliten la comparación entre diferentes tipos de empresas, a partir de unos indicadores consensuados y comparables, ofrecerán a las empresas de la economía social y cooperativa la posibilidad de poner en valor su excelencia en determinados ámbitos de actuación: cohesión social, distribución de la renta, implicación en la comunidad, etc.
Las diferentes herramientas y metodologías permiten a las empresas medir cosas que hasta hoy no estaban acostumbradas a medir. Dado que se analizan aspectos de la identidad de las empresas de la economía social y cooperativa, el hecho de poder medirlo se convierte en una ventaja competitiva para este tipo de empresas ante el resto.
3) La constatación del nivel de aplicación de los principios cooperativos en su organización.
Somos conscientes de que la forma jurídica no determina la forma de actuar de una organización al 100%, sí que marca unas voluntades, pero el día a día viene más marcado por un sistema de gestión y por unas relaciones personales que poco tienen que ver con una forma jurídica. La RSC puede ofrecer el marco teórico y las herramientas técnicas necesarias para asentar los principios y valores cooperativos en la gestión diaria de las organizaciones y para cuantificar y hacer comparables estos principios y valores. Tal y como dice Antoni Comín:

“La RSE puede ayudar a crear cultura cooperativista y de economía social; puede ayudar a pasar de una economía social un poco inercial y automática, a una economía social reflexiva, más consciente de sus valores y del sentido de los mismos; puede ayudar a que una opción (para la democracia empresarial) meramente instrumental pase a ser una opción basada en valores.”

A. Comin (2006). “Hacia el modelo catalán del balance social de las cooperativas”. Cooperación catalana (núm. 285, pág. 23-25).

La RSC, por lo tanto, ofrece la oportunidad a las empresas de la economía social y cooperativa para asentar su discurso identitario en la práctica cotidiana. Se les permite medir de forma efectiva si aquello que proclaman en realidad lo están llevando a cabo y en qué medida.
Figura 2
La RSC ofrece la oportunidad a las empresas de la economía social y cooperativa para asentar su discurso identitario en la práctica cotidiana. Fuente: http://www.rse.coop/wp-content/uploads/2013/02/cropped-c.jpg
La RSC ofrece la oportunidad a las empresas de la economía social y cooperativa para asentar su discurso identitario en la práctica cotidiana. Fuente: http://www.rse.coop/wp-content/uploads/2013/02/cropped-c.jpg
4) Utilizar herramientas y recursos compartidos con el resto de organizaciones
La RSC, sin duda, ha significado un fuerte cambio en el campo de la gestión empresarial, tanto a nivel conceptual como metodológico. Algunas de las principales innovaciones de la RSC han sido: dar mucha importancia a escuchar a los diferentes grupos de interés para saber qué esperan de la organización, calcular los impactos de las empresas teniendo en cuenta aspectos que van más allá de los aspectos económicos, la importancia de ser transparente y realizar memorias de sostenibilidad, etc. Todo este sistema, consensuado a nivel global, ofrece a las empresas de la economía social y cooperativa un marco de actuación idóneo para resaltar sus rasgos identitarios. Pero además, les facilita una metodología basada en procesos de mejora continua, destinados a analizar la gestión de sus intangibles y a proponer acciones de mejora relacionadas con sus impactos.

1.2.¿Qué aporta la economía social y cooperativa a la RSC?

1) Unas organizaciones referentes y ejemplificadoras.
Partimos de la afirmación de que la RSC pretende que las empresas vayan más allá del desempeño estricto de la legislación vigente, es decir, que asuman valores que superan los que la ley quiere proteger. En este sentido, consideramos que las cooperativas y otras organizaciones de la economía social son un claro ejemplo de valores que superan los mínimos previstos en la ley en muchos ámbitos: participación en la toma de decisiones y en el reparto de los beneficios; igualdad de oportunidades; gobierno corporativo, etc.
Estamos convencidos de que la economía social y cooperativa aporta a la RSC algo muy importante: indica el camino y el potencial de la RSC como estrategia para ir más allá de la norma.
Hay que destacar que la simple elección de la forma jurídica cooperativa para crear una empresa ya marca una voluntad de hacer las cosas de otro modo. La propia normativa de las empresas sociales y cooperativas determina unos requisitos de funcionamiento que van más allá de lo que se exige a otras formas empresariales.
2) Enriquece el debate en torno a la RSC.
La economía social y cooperativa tendría que aspirar a realizar aportaciones en el debate en torno a la RSC a partir de sus rasgos identitarios. Como por ejemplo: un sistema de funcionamiento basado en la democracia, la participación en la gestión, la propiedad social de los medios de producción, la equidad retributiva, el compromiso con la comunidad, etc. Son estos rasgos identitarios los que las convierten en referentes en el campo de la RSC.
Cuando las empresas de la economía social y cooperativa consigan que su discurso a partir de sus rasgos identitarios sea atractivo, conseguirá asimismo que la RSC se lo quiera hacer suyo, y por lo tanto, que el resto de empresas y organizaciones quieran adoptar estos rasgos propios.
La principal aportación que las empresas de la economía social y cooperativa pueden hacer a la RSC es ejemplificar otra manera de hacer empresa, un modelo de empresa viable y transformador, con impacto económico y social.

2.Potencialidades en los diferentes ámbitos de la RSC

Veamos algunas de las ventajas que la fórmula cooperativa puede poner en valor para convertirse en referente en cada uno de los ámbitos de actuación de la RSC.

2.1.Económico (y buen gobierno)

El gobierno corporativo, entendido como el conjunto de principios y normas que definen el diseño y funcionamiento de los órganos de gobierno de una organización y las interacciones que se producen entre las fuerzas principales, es un elemento clave para lograr la eficiencia económica de cualquier organización.
En el caso de las empresas de la economía social y cooperativa, existen ámbitos de participación en la toma de decisiones que van más allá que el resto de fórmulas empresariales mercantiles. Procesos participativos que no se tienen que confundir con un asamblearismo que ralentice o paralice el funcionamiento de las organizaciones, sino que enriquezca su funcionamiento a través de la participación activa de las personas que forman parte de la organización.
Basándose en el principio de democracia participativa que define a las empresas de la economía social y cooperativa, estas han construido un sistema de toma de decisiones más participativo con el que se les puede aportar un mayor control de su funcionamiento, una sensación de mayor transparencia. Sistemas que tienen que permitir hacer compatibles las innovaciones organizativas con los valores y principios que conforman la esencia del cooperativismo.
Órganos de gobierno en las empresas cooperativas:
  • Asamblea General: Formada por todas las personas socias de la cooperativa en la que cada persona tiene un voto (en algunas cooperativas el voto de las personas socias se pondera en función de su actividad cooperativizada).

  • Consejo Rector: Representantes de las personas socias en los que la asamblea delega el control y toma de decisiones operativas de la empresa.

  • Dirección: Equipo responsable de ejecutar las decisiones de la Asamblea y del Consejo Rector.

Uno de los principales objetivos de toda empresa social y cooperativa (además de ofrecer su producto o servicio) es la sostenibilidad de la actividad para dar continuidad y estabilidad a las personas que trabajan en ella. Esto provoca que la participación en la toma de decisiones esté marcada por una visión a medio-largo plazo, en comparación con determinadas visiones cortoplacistas, interesadas en la ganancia rápida de algunas figuras inversoras existentes en otras formas empresariales.
Figura 3
Uno de los principales objetivos de toda empresa social y cooperativa (además de ofrecer su producto o servicio) es la sostenibilidad de la actividad para dar continuidad y estabilidad a las personas que trabajan en ella
Uno de los principales objetivos de toda empresa social y cooperativa (además de ofrecer su producto o servicio) es la sostenibilidad de la actividad para dar continuidad y estabilidad a las personas que trabajan en ella

2.2.Social (y laboral)

Generalmente, el modelo de empresa social y cooperativa incorpora de forma decidida en sus valores la importancia de la persona dentro de la organización, y, por lo tanto, aplica medidas para favorecer y mejorar las condiciones de trabajo y el clima laboral de las personas trabajadoras.
Esto es debido a que a la mayoría de las empresas de la economía social y cooperativa, las persones socias, pueden tener una doble función como trabajadoras y propietarias (o incluso triple, pudiendo ser consumidoras o proveedoras de determinados productos y / o servicios).
Esta realidad, conjuntamente con el compromiso firme de estas empresas con las personas, puede hacer que las empresas de la economía social y cooperativa pongan una especial atención en velar para crear y mantener unas relaciones laborales basadas en la calidad y la igualdad de oportunidades.
La doble responsabilidad como propietario y trabajador normalmente provoca que las personas que tienen que tomar las decisiones sobre aspectos laborales sean las propias personas trabajadoras. Esto puede aportar una serie de beneficios, como por ejemplo: mejores condiciones económicas, de calidad y seguridad laborales, de ambiente de trabajo, de condiciones ergonómicas, etc. Pero también se ha demostrado que en determinadas situaciones, esta dualidad puede convertirse en un aspecto que limite la viabilidad de la propia empresa o bien que se convierta en una autoexplotación laboral (por ejemplo: una práctica habitual cuando una cooperativa no logra los resultados esperados es congelar, reducir o incluso no pagar los sueldos de las personas socias).
Como ejemplo del compromiso de las empresas de la economía social y cooperativa con la creación de ocupación de calidad, podemos mostrar dos datos facilitados por el Ministerio de Ocupación y Seguridad Social (datos del tercer trimestre de 2014):
  • Las cooperativas han mantenido la ocupación en los últimos años e incluso la han creado, logrando un nivel de ocupación superior al de antes de la crisis.

  • El índice de contratación fija es superior en el caso de las cooperativas que en el resto de empresas.

Figura 4
Las cooperativas han mantenido la ocupación en los últimos años e incluso la han creado, logrando un nivel de ocupación superior al de antes de la crisis
Las cooperativas han mantenido la ocupación en los últimos años e incluso la han creado, logrando un nivel de ocupación superior al de antes de la crisis

2.3.Ambientales

Las empresas de la economía social y cooperativa tienen un compromiso firme con la comunidad y el territorio en el que operan (una muestra es la no deslocalización de las cooperativas, puesto que dan puestos de trabajo a sus socios).
A pesar de que el compromiso ambiental no es uno de los principales rasgos diferenciadores de las cooperativas, sí que podemos asegurar que muchas empresas tienen un alto compromiso de preservación de su entorno, sobre todo el más cercano.
El hecho de que las persones socias tomen las decisiones de forma colectiva, hace que el compromiso ambiental esté presente en la mayoría de empresas sociales y cooperativas.

3.La RSC vista desde la economía social y cooperativa

Desde el movimiento de la economía social y cooperativa se identifica la RSC como una oportunidad clara para poner en valor su aportación: son empresas con impacto económico y social.
Una muestra de esta voluntad es el manifiesto elaborado por la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), donde posicionan claramente en favor de la RSC y de la identificación de las empresas sociales y cooperativas como empresas socialmente responsables:
  • La responsabilidad social empresarial se configura como una nueva forma de gobierno de las empresas y de su rol en la sociedad.

  • La RSE establece nuevos mecanismos de organización del trabajo, de relaciones con el entorno, de práctica empresarial, para dar respuesta a las preocupaciones actuales de la sociedad (los mecanismos clásicos del estado de bienestar están perdiendo eficacia).

  • La implantación de políticas de responsabilidad social empresarial en una empresa es voluntaria, sin detrimento de que los gobiernos avancen en prácticas de regulación normativa.

  • La RSE es una nueva estrategia empresarial que implica que las empresas se comprometan con una serie de valores en la sociedad y en el mercado.

  • La empresa de economía social es una forma de emprender que se caracteriza por: "organización democrática", "predominio de la persona por encima del capital," reparto de beneficios / resultados con criterio colectivo”, “especialmente solidaria con el entorno "y "provocadora de cohesión social".

  • La responsabilidad social empresarial se caracteriza por aquellas prácticas empresariales que integran en la empresa preocupaciones sociales, medioambientales y laborales. Demuestran un interés por su entorno, por las personas, implantando técnicas empresariales basadas en la democracia.

  • Hay coincidencias entre los principios y valores que promueve la responsabilidad social de las empresas y la del tejido empresarial de la economía social.

  • Dadas las características de las empresas de economía social, se puede afirmar que son en sí mismas ejemplos privilegiados de economías socialmente responsables. De alguna manera se podría decir que son precursoras de la RSE. Buscan una democratización de las empresas (para dentro), que es la mejor manera de hacer verdaderas "empresas de ciudadanos" (hacia fuera, hacia la sociedad).

  • Las prácticas socialmente responsables y las empresas de la economía social se refieren a valores que operan en el mercado con criterios de eficacia y competitividad, conjugando criterios de solidaridad y cohesión social.

  • Las empresas que implantan prácticas socialmente responsables demuestran un compromiso con la sociedad que permite construir un determinado nivel de excelencia en sus comportamientos.

  • La economía social considera necesario medir la responsabilidad social empresarial, para permitir objetivar el nivel de compromisos de las empresas a la RSE.

  • La economía social dispone para ello de una metodología propia de implantación de políticas de RSE y de indicadores específicos avalados por el Global Reporting Initiative, que complementan los propios de esta organización internacional.

Estos indicadores tendrían que ser utilizados por la mayoría de las empresas, y auditados o evaluados por expertos independientes.

4.¿Qué opinan las empresas sociales y cooperativas de la RSC?

En el año 2011 la Confederación Estatal de Cooperativas de Trabajo Asociado (COCETA) preguntó a las cooperativas que estaban integrando la RSC en su estrategia empresarial su opinión sobre los principales beneficios y dificultades. Según las respuestas obtenidas, el principal motivo que ha llevado a las cooperativas (91%) a aplicar una gestión basada en criterios de RSC es el convencimiento en el modelo. El 80% de estas cooperativas especifican que la RSC es inherente a los valores propios de las cooperativas, como pueden ser la defensa del patrimonio, la ética económica o el desarrollo local. Asimismo, el 25% de las organizaciones que establecen este motivo aseguran que la RSE aporta beneficios en nivel de sostenibilidad en todos los ámbitos organizativos, mientras que el 12,5% indican que la RSE permite un mayor arraigo de la cooperativa a la comunidad y en la sociedad en general.
La mejora organizacional es el segundo motivo más nombrado para aplicar un sistema de gestión basado en los criterios de la RSC, y así lo indican el 36,4% de las cooperativas participantes en el estudio. Entre sus ventajas específicas se enmarcan, en 3 de cada 4 casos, la mejora de la gestión, motivada en gran parte por una mayor estructuración y seguimiento de los indicadores propios de este modelo de gestión, así como la posibilidad de llevar un mayor control de la actividad empresarial.
El 31,8% de las cooperativas, asimismo, señalan como motivo el reconocimiento de los grupos de interés. De hecho, esto les ha permitido colaborar activamente con los stakeholders para satisfacer sus necesidades, siempre a partir de una transparencia informativa sobre las actuaciones llevadas a cabo.
Finalmente, la fidelización del talento, en un 13,6% de las ocasiones, y los requisitos de un tercero, así como otros motivos, como son la tendencia detectada dentro del sector de actividad de la cooperativa, con un 9% de valoración en cada uno de los casos, son el resto de motivos que señalan las organizaciones entrevistadas por haber aplicado un sistema de gestión socialmente responsable.

5.Principales ámbitos de actuación en RSC de las empresas sociales y cooperativas

Según el estudio de COCETA, las cooperativas que apuestan por la RSC implantan al mismo nivel acciones relacionadas con temas económicos y sociales (el 96%), y en menor medida con aspectos ambientales (73%).
Como se puede apreciar, la práctica totalidad de las cooperativas han focalizado su actuación en el desarrollo y potenciación de las actuaciones en materia de responsabilidad social que se enmarcan dentro del ámbito social y del ámbito económico. El desarrollo del ámbito medioambiental, en todo caso, ha sido especificado por casi ¾ partes de las cooperativas.

5.1.Ámbito económico

5.1.1.Innovación
Las cooperativas que han implementado acciones de RSC impulsan actuaciones relacionadas con la innovación. El 23,8% de las cooperativas disponen de un departamento específico de innovación, mientras que casi el 10% están llevando a cabo actuaciones para desarrollar nuevas líneas de negocio. En concreto:
  • Las innovaciones en producto: la introducción de criterios responsables en los productos, lo cual ha repercutido positivamente en los proveedores y en los clientes, la potenciación de nuevos productos, algunos como fruto de alianzas con otras organizaciones, e incluso el rediseño de los productos existentes en función de las demandas del mercado.

  • Las innovaciones en procesos: la definición de nuevos procesos y la incorporación de las TIC, a pesar de que también se incide en la mejora de las instalaciones o en la inversión en maquinaria.

5.1.2.Intercooperación (colaboración empresarial)
Las cooperativas fomentan decididamente actuaciones de intercooperación y de desarrollo de la comunidad local. Específicamente, colaboraciones y alianzas con otras empresas, ya sean estas cooperativas o empresas de otra naturaleza para llevar a cabo proyectos conjuntos.
5.1.3.Desarrollo de la comunidad local
Las empresas cooperativas tienen un fuerte compromiso con la comunidad y el territorio en el que operan. Son muy activas en la participación en acontecimientos, colaboración con fundaciones, asociaciones y entidades locales, lo cual permite llevar a cabo acciones específicas de fomento del cooperativismo, o la participación en programas sociales de diferente índole.
Se potencian acciones de mejora de las condiciones de vida de las personas, como puede ser, por ejemplo, la mejora de los hábitos alimentarios.
5.1.4.Internacionalización
En este sentido, hay que destacar la investigación de nuevos mercados, proyectos de colaboración internacional, acciones de consolidación, etc.

5.2.Ámbito ambiental

5.2.1.Ahorro energético
De entre las actuaciones relacionadas con el desarrollo sostenible de las organizaciones dentro del ámbito ambiental, las que mayor impacto tienen sobre el conjunto son las relativas al ahorro energético, algunas de ellas relacionadas con el avance hacia la oficina verde, la implantación de fuentes alternativas de energía, acciones específicas de ahorro de agua y de luz a partir de diferentes inversiones en infraestructura, como por ejemplo, la instalación de placas solares o la mejora de la climatización.
5.2.2.Reciclaje y revalorización de residuos
Las cooperativas impulsan acciones de reciclaje y revalorización de los residuos generados. Las líneas de actuación alcanzan aspectos tan variados como son la recogida selectiva o el reciclaje de residuos, hasta la investigación para aprovechar los residuos en los propios procesos productivos o incluso para la generación de nuevas líneas de negocio.
5.2.3.Inversiones en sistemas de producción más sostenibles
En cuanto a los sistemas de producción, la prioridad de las cooperativas es la inversión en maquinaria de menor consumo energético o la utilización de materiales respetuosos con el medio ambiente.
5.2.4.Certificaciones ambientales
El 25% de las cooperativas que incorporan sistemas de gestión basadas en la RSC han avanzado hacia la obtención de certificaciones medioambientales como es la ISO 14001 o EMAS.
5.2.5.Formación y sensibilización en materia ambiental
Destinadas tanto a las personas trabajadoras como a los diferentes grupos de interés: proveedores, comunidad, etc.
5.2.6.Incorporación de criterios ambientales en la selección de proveedores
A pesar de que es un campo con mucho recorrido, hasta un 12,5% de las cooperativas aseguran que tienen en cuenta criterios ambientales en la selección de sus proveedores.

5.3.Ámbito social

5.3.1.Formación
En la línea de su compromiso con el desarrollo personal y profesional de las personas que forman parte de las empresas, el 85,7% de las cooperativas aseguran que realizan acciones formativas destinadas a las personas trabajadoras y el 66,7% de las cooperativas cuentan con un plan de formación específico, diseñado a partir de la identificación de necesidades concretas de formación de sus personas.
Las acciones formativas más habituales son: profesionalización de los cargos de responsabilidad; liderazgo; habilidades personales; habilidades directivas; la estrategia o la gestión empresarial; formación técnica, ya sea para la adquisición de nuevos conocimientos o para el reciclaje.
5.3.2.Igualdad de oportunidades
Comprometidas con unas relaciones laborales basadas en la calidad, las cooperativas impulsan las acciones destinadas a conseguir una mayor igualdad de oportunidades para todas las personas:
  • Planes de igualdad de oportunidades.

  • Sellos de calidad o certificación específica en materia de igualdad de oportunidades.

  • Comités de igualdad de oportunidades.

  • Planes de prevención del acoso sexual.

5.3.3.Conciliación de la vida profesional y personal
La segunda actuación más desarrollada en materia sociolaboral por las cooperativas son las medidas destinadas a facilitar la conciliación: elaboración de planes de conciliación, creación de comités específicos para socializar las medidas concretas, trabajos específicos de ordenación del tiempo de trabajo, o gestión del tiempo, etc.
Figura 6
La segunda actuación más desarrollada en materia sociolaboral por las cooperativas son las medidas destinadas a facilitar la conciliación.
La segunda actuación más desarrollada en materia sociolaboral por las cooperativas son las medidas destinadas a facilitar la conciliación.
5.3.4.Participación
Las cooperativas impulsan medidas concretas de potenciación de la participación interna de las personas. El 41,2% de las cooperativas aseguran que tienen comisiones y equipos de trabajo para desarrollar los diferentes proyectos internos, y cerca del 30% apuestan por la transparencia informativa de su sistema de gestión, socializando de este modo tanto los objetivos empresariales como el seguimiento de los indicadores asociados. Finalmente, el 11,8% de estas entidades cuentan con un plan específico para fomentar la participación interna, destinado tanto para las personas socias como para las que todavía no lo son.