El pensamiento sociológico (I). Los fundadores
© Antoni Estradé i Saltó
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© de esta edición, FUOC, 2019
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Índice
- Introducción
- Objetivos
- 1.Una nueva ciencia para una nueva sociedad y con un nuevo protagonista
- 2.El tiempo de los profetas: Auguste Comte y Karl Marx
- 3.La madurez de la sociología: Émile Durkheim y Max Weber
- Resumen
- Ejercicios de autoevaluación
- Solucionario
- Bibliografía
Introducción
Objetivos
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Señalar los profundos cambios sociales que acompañan la llegada de la sociedad moderna y que dan lugar a la nueva ciencia que se propone estudiarlos.
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Descubrir el cambio de orientación radical de esta nueva ciencia social al fijar la atención en el hombre corriente y su cotidianeidad.
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Conocer qué principios hubo tras los primeros pasos realizados por la sociología de la mano de Comte.
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Aproximar al estudiante a los contenidos más sociológicos de las aportaciones de Marx, como la concepción del materialismo histórico y el concepto de alienación.
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Seguir el primer intento serio de formalización del método sociológico que lleva a cabo Durkheim, así como su aplicación en el estudio sistemático de la sociedad moderna.
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Estudiar las características del proceso de racionalización según los criterios de objetividad y comprensión establecidos por Weber.
1.Una nueva ciencia para una nueva sociedad y con un nuevo protagonista
1.1.El advenimiento de la modernidad
1.2.La emergencia del "hombre común"
2.El tiempo de los profetas: Auguste Comte y Karl Marx
2.1.La teoría social de Comte: las maravillas de la ciencia
2.1.1.Positivismo y sociología
2.1.2.La ley de los tres estadios y la jerarquía de las ciencias
2.1.3.A modo de conclusión
2.2.La teoría social de Marx: la palanca del cambio social
2.2.1.El materialismo histórico
"Mis estudios me llevaron a la conclusión de que tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden ser comprendidas por ellas mismas ni por la denominada evolución general del espíritu humano, sino que están arraigadas en las condiciones materiales de la vida [...]. En Bruselas, donde tuve que trasladarme por la orden de expulsión dictada por el señor Guizot, continué mis estudios de economía política, que había empezado en París. El resultado general al que llegué y que, una vez alcanzado, sirvió de hilo conductor a mis estudios, se puede resumir así: en la producción social de su vida, los hombres entran en determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se erige la superestructura jurídica y política y a la cual corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material determina el carácter general de los procesos de la vida social, política y espiritual. No es la consciencia del hombre lo que determina su ser, sino al contrario, el ser social determina su consciencia. Al alcanzar una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad tropiezan con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desarrollado hasta entonces. Estas relaciones se convierten en las trabas de las formas de desarrollo de las fuerzas productivas. Se abre, entonces, un periodo de revolución social. Al cambiar la base económica, se transforma, más o menos rápidamente, toda la inmensa supraestructura erigida sobre ella. [...] así como no podemos juzgar a un individuo por lo que piensa de sí mismo, tampoco podemos juzgar estas épocas de revolución por su consciencia; al contrario: hay que explicar esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se hayan desarrollado todas las fuerzas productivas que caben en ella, y nunca aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción antes de que hayan madurado en el seno de la sociedad antigua las condiciones materiales de existencia. Por este motivo, la humanidad se propone siempre, únicamente, los objetivos que puede alcanzar, aunque, mirándolo bien, vemos que estos objetivos solo surgen cuando ya existen o, como mínimo, se están gestando las condiciones materiales para su realización. En líneas generales, podemos designar como épocas de progreso en la formación económica de la sociedad el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el burgués moderno. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica no en el sentido de antagonismo individual, sino de antagonismo que surge de las condiciones sociales de la vida de los individuos. Al mismo tiempo, las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa crean las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social concluye, por tanto, la prehistoria de la sociedad humana."
Karl Marx (1967, pág. 73-75); nuestra traducción.
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Las fuerzas de producción o fuerzas productivas están conformadas por el conjunto de las capacidades científicas, técnicas, organizativas, financieras, laborales, etc. que intervienen de manera decisiva en el proceso productivo. En este terreno, Marx cree que el progreso ha sido constante en el transcurso de la historia y para referirse a esto habla del desarrollo de las fuerzas productivas.
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Por otra parte, las relaciones de producción son las relaciones que se generan entre los agentes sociales que participan en este proceso de producción. Al hablar de las relaciones de producción, Marx tiene en mente el tipo de vínculo social que se establece entre los que en efecto trabajan y los que hacen trabajar.
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la burguesía, o clase propietaria de los medios de producción (maquinaria, instalaciones, fábricas, etc., además del capital);
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el proletariado, o clase desposeída que tiene que vender su fuerza de trabajo para ganarse la vida.
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la de formar parte de una misma clase social, oprimida y explotada por la burguesía;
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la de sus intereses específicos como clase proletaria y antagónicos respecto de los de la burguesía;
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la de la imposibilidad de alcanzar sus objetivos por cualquier otra vía que no sea la de poner fin al sistema capitalista de producción y a todo el entramado político e ideológico que lo sustenta.
2.2.2.El concepto de alienación
2.2.3.A modo de conclusión
3.La madurez de la sociología: Émile Durkheim y Max Weber
3.1.Durkheim y el encanto de la sociología
3.1.1.La división del trabajo y los cambios en las formas de la solidaridad
3.1.2.La anomia de las sociedades modernas
3.1.3.Un método para la sociología
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el criterio generalizado,
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el criterio de externalidad,
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el criterio de coerción moral.
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Por un lado, parecía que se tratase de un acto estrictamente individual, fruto de la voluntad deliberada del suicidio, y que los factores de orden social no tenía demasiado que ver con ello.
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Por otro lado, casi todas las explicaciones que hasta entonces se habían dado de los suicidios eran de tipo biológico, psicológico y ambiental. Era una conducta que se vinculaba a determinadas enfermedades físicas o mentales, o bien a factores como la herencia biológica, el clima, el periodo del año (se hablaba de la primavera como la estación que más lo propiciaba).
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Para acabar de complicar el asunto, tampoco parecía que el suicidio satisficiera todos los criterios de definición de un hecho social establecidos por Durkheim: ¿en qué sentido se podía decir, por ejemplo, que era un hecho "exterior" al individuo?
3.2.Weber y la sociología del desencanto
3.2.1.Una nueva concepción de la ciencia social
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Los motivos de la acción (es decir, de la intención con que el actor la emprende), que trataremos de comprender en la medida de nuestras posibilidades. El momento de la comprensión es esencial para entender el sentido subjetivo que la persona atribuye a sus acciones.
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Las causas y las consecuencias reales de la acción, que tendremos que explicar. El momento de la "explicación" es igualmente importante si queremos entender las razones objetivas que llevan a la persona a actuar como actúa y las repercusiones que comporta su acción.
3.2.2.El proceso de racionalización
3.2.3.El desencanto del mundo: una modernidad problemática
Resumen
Ejercicios de autoevaluación
Solucionario
b) Hay que distinguir, en toda sociedad, entre la infraestructura (fuerzas y relaciones de producción) y la superestructura (instituciones legales, pensamiento, arte, religión, etc.).
c) La palanca del cambio social es la contradicción entre un determinado grado de desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción establecidas.
d) Este conflicto se traduce en revoluciones transformadoras en las que los dominados se imponen sobre los hasta entonces dominadores.
e) La revolución solo es posible cuando se dan unas condiciones materiales objetivas y unas conciencias subjetivas adecuadas.
f) La transformación del sistema productivo marca los diferentes periodos de la historia de la humanidad, según el modo de producción dominante.