La sociedad (I). El proceso de socialización
© Esther Fernández Mostaza
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© de esta edición, FUOC, 2019
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Realización editorial: FUOC
Índice
Introducción
Objetivos
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Describir la socialización como un proceso abierto y, por consiguiente, con estadios y nunca finito, que dura toda la vida.
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Comprender que sociedad e individuo son como las dos caras de una misma moneda: no puede haber sociedad sin individuos y el ser humano necesita la sociedad para convertirse en ser social.
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Relacionar las dos funciones de la socialización: aculturadora (hacer del ser humano un ser social) y personalizadora (hacer del ser humano un individuo).
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Analizar la función del lenguaje en la acción aculturadora y personalizadora de la socialización.
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Entender cuándo y por qué hablamos de agentes socializadores, y reflexionar sobre algunos aspectos concretos de los agentes más importantes (la familia, la escuela, la televisión y el grupo de pares).
1.El proceso de socialización
1.1.Definición
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el proceso de adquisición de la cultura,
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la integración de la cultura en la personalidad, y
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la adaptación del individuo al entorno social.
1.2.Los protagonistas del proceso socializador
1.2.1.Los otros significativos
Berger y Luckmann lo expresan de esta manera:
"La sociedad presenta al candidato a la socialización ante un grupo predefinido de otros significantes a los que debe aceptar en cuanto tales, sin posibilidad de optar por otro arreglo. […] Hay que aceptar a los padres que el destino nos ha deparado. Esta desventaja injusta inherente a la situación de hijo tiene la consecuencia obvia de que, aunque el niño no sea un simple espectador pasivo en el proceso de su socialización, son los adultos quienes disponen las reglas del juego. El niño puede intervenir en el juego con entusiasmo o con hosca resistencia, pero por desgracia no existe ningún otro juego a mano. Esto tiene un corolario importante. Como el niño no interviene en la elección de los otros significantes, se identifica con ellos casi automáticamente."
Peter L. Berger; Thomas Luckmann (1968, pág. 170 y sig.).
1.2.2.El otro generalizado
1.3.Los estadios del proceso socializador
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La socialización primaria, es decir, el estadio de la socialización que tiene lugar durante los primeros años de vida (y que, recordémoslo, cuenta con la presencia de los otros significativos).
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Las socializaciones secundarias, es decir, los procesos de socialización ulteriores que inducen al individuo a participar de mundos sociales específicos (y que viene marcada por el paso de los otros significativos al otro generalizado).
1.3.1.Socialización primaria
1.3.2.Socializaciones secundarias
1.4.La resocialización
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Por una parte, provocar el cambio y mantenerlo.
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Por otra parte, reproducir aquella fuerte identificación afectiva con los otros significativos, característica propia de la primera infancia.
1.5.La desviación social
"[...] Las fronteras entre lo que es y lo que no es una desviación social, precisamente porque no están muy claras, son arbitrarias; y, por otra parte, esta misma arbitrariedad es la que hace de las definiciones oficiales unas definiciones sumamente precarias, lo cual explica que se las quiera defender a capa y espada. En último término, la teoría de la "desviación social" tiene una doble funcionalidad bastante clara: en primer lugar, protege las regulaciones morales de nuestra sociedad, nos indica qué es correcto e incorrecto, lo que está bien y lo que está mal, en un terreno donde faltan elementos objetivos de discriminación. Y, en segundo lugar –y sobre todo– la teoría de la "desviación social" nos permitirá proteger y defender nuestra percepción de la realidad, manteniendo la credibilidad y el carácter plausible de las estructuras sociales en las que nos movemos, reforzando incluso la cohesión."
Salvador Cardús; Joan Estruch (1981, pág. 29), nuestra traducción.
2.Lenguaje y socialización
La objetividad de la lengua materna es particularmente poderosaJean Piaget, el psicólogo infantil suizo, explica el caso de un niño pequeño a quien se le preguntó si el sol se podía llamar de una manera que no fuese "sol". El niño respondió de inmediato que no. "¿Cómo puedes estar tan seguro?", le preguntaron, y esta pregunta lo desorientó unos instantes hasta que, señalando con un dedo al sol, respondió: "Bueno, míralo".
Anécdota extraída de Peter L. Berger; Brigitte Berger (1972, pág. 72).
2.1.Hacerse "social"
2.2.Hacerse "persona"
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el lenguaje hablado, y
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los significados sociales
3.Los agentes de socialización
3.1.Definición y criterios de clasificación
3.2.Familia
"Es engañoso referirse a esta socialización como un ‘intento', porque mis alumnos eran muy buenos maestros, y sus técnicas, muy eficaces. Los métodos que usaban para socializarme incluían cosas tales como responder lenta y perezosamente a mis indicaciones, ignorar mis comentarios (no ‘escuchándolos' o a veces tapándose los oídos), imitar mis palabras y acciones, pedirme constantemente permiso para abandonar la clase e ir a los servicios y convertirme en blanco de sus alusiones habladas o escritas. Como muestra, he aquí la siguiente nota escrita para mí durante el tiempo destinado a redacción por un chico de doce años, el día después de que yo le cogiera una manzana ya mordida e inadvertidamente olvidara devolvérsela:"
"Estábamos cogiendo leña ayer, yo y Raymond estábamos cogiendo leña. Oh, pequeño mono, sinvergüenza que te llevaste mi manzana, por qué no piensas en tus asuntos, piensas, tú pequeño sinvergüenza. Adiós, esto es todo lo que puedo decir ahora. Adiós, no escribo más porque tú tiraste mi manzana."
"Los comentarios más directos y expresivos eran los que me identificaban como ‘hombre blanco', el forastero, o los que señalaban nuestros orígenes culturales diferentes: ‘Eres como un hombre blanco', ‘Ése es el problema con vosotros, mamarrachos blancos'. Dos veces durante el año me espetaron en la cara: ‘¿Qué pasa, es que nunca has visto a un indio'? Cuando me dirigían comentarios tales como ‘No tenemos nada que decirte' me sentía perdido, no sabía si mi atributo distintivo era que yo era blanco, que era el maestro, que era un adulto chiflado o todo a la vez."
H.F. Wolcott, "El maestro como enemigo". En: Velasco Maillo, M. Honorio y otros, Lecturas de antropología para educadoras (pág. 249, 2003).
"La Sociología de la Familia intenta explicar cómo la estructura de las familias va a depender más que de las ‘ideas', de las condiciones sociales en las que viven estas y particularmente de las formas de reproducción social dominantes. El proceso de salarización, por ejemplo, introdujo notables modificaciones en la estructura de parentesco. Cuando el individuo no depende de la herencia ni de las redes sociales, sino de que él encuentre su propio trabajo para vivir de su salario, va a tender a organizar su familia como forma de vida propia e independiente, mucho más individualizada. La generalización del salario supone una transformación general en las condiciones de existencia y de reproducción social de las familias. Podemos considerar como especialmente importantes las transformaciones que en los últimos siglos van ligadas a la constitución de los estados y mercados nacionales y, en concreto, a la creciente importancia de los métodos burocráticos de formación (escuela) y selección de la fuerza de trabajo. La constitución de estados fuertes junto a la mayor complejidad de las configuraciones sociales han supuesto una disminución de la importancia de las redes de parentesco extenso, junto a una mayor importancia de las cualidades de autocontrol y constancia en las personas (que introducen la concepción de la constancia del afecto en la relación entre cónyuges) y de la inculcación de estas cualidades en los hijos, convirtiendo su educación en un proceso problemático de disciplina que ya no puede realizarse simplemente dejándoles ‘espabilarse' en las redes de la sociabilidad adulta."
"De ahí la importancia cada vez mayor de la escuela y el desarrollo de una nueva concepción de la ‘infancia' como etapa de la vida que tiene como sentido el moldeamiento del niño y su preparación a través del encierro escolar para su futuro adulto."
F. Fernández Palomares (coord.), Sociología de la educación (pág. 217, 2003), Madrid: Pearson Educación.
3.3.Escuela
"Se espera que los niños aprendan a estar callados en clase, que lleguen puntuales a clase y que respeten las reglas de la disciplina escolar. Se les exige que acepten y respondan a la autoridad del personal docente. Las reacciones de los profesores también afectan a las expectativas que los niños tienen de sí mismos. Estas se enlazan, con el tiempo, con sus experiencias laborales cuando terminan la escuela."
A. Giddens, Sociología (pág. 111, 1991). Madrid: Alianza Editorial Textos.
La escolarización como transmisión cultural"[...] La conceptualización de la escolarización como transmisión cultural está en oposición directa a la concepción de la escuela que comparten muchos estudiosos de la educación, administradores de la enseñanza, profesores y público en general, según la cual la escuela se ve como un instrumento de reforma y de cambio. La visión dominante de la escolarización dentro de la cultura es la de una institución que existe para mejorar la sociedad, no para reproducirla más o menos como es. Una gran parte del trabajo etnográfico contribuye a poner en tela de juicio esta forma acostumbrada de pensar sobre la escuela."
"Las escuelas se han considerado reproductoras o transmisoras de la cultura de una generación a la siguiente según formas muy variadas. La concepción nativa común de lo que se transmite en las escuelas es el contenido del currículum: un cuerpo de habilidades académicas sobre las cuales existe el acuerdo de que deben ser transmitidas en la escuela. Los etnógrafos, sin embargo, han dirigido sus estudios hacia lo que se ha llamado ‘currículum oculto', es decir, aquello que se enseña implícitamente, y no explícitamente. Este enfoque implica una visión que concibe al personal docente como un conjunto de seres culturales activos, imbuidos de las orientaciones de la cultura, más que como distribuidores neutrales de una información que versa sobre la lectura, la escritura y la aritmética."
"Se piensa que la transmisión de lo que está implícito en la cultura incluye un grupo de habilidades diferentes a las que se imparten en el currículum formal, como los valores, las estrategias motivacionales y las metas, las imágenes de sí mismo, las relacionas con las autoridades y con los iguales, etc. [...]."
H.F. Wolcott. "El maestro como enemigo". En: Velasco Maillo, M. Honorio y otros, Lecturas de antropología para educadoras (pág. 102-103, 2003). Madrid: Trotta.
3.4.Televisión
"‘Masa' es un concepto que habitualmente se entiende de modo peyorativo en contraposición al de ‘individuo', que representaría uno de los valores centrales de la modernidad. Significaría conglomerado, rebaño, indiferenciación, carencia de criterios y de responsabilidad individual. La cultura de masas sería la dirigida a la masa y producida para ella sobre todo con fines de evasión y de manipulación. Implica poca calidad, alienación, conformismo, irracionalidad y escasos valores estéticos y artísticos, y se contrapone a la ‘cultura culta', tal vez la académica o de elites, que vendría a ser el polo positivo de la otra. Los medios de comunicación de masas serían los que, aunque tengan también otras funciones (informar y aportar los conocimientos de los que dependen muchas de nuestras actividades sociales, como la política, etc.), la fundamental sería difundir esta cultura, y entre ellos la televisión ocupa un lugar central."
"Los conceptos de medios de comunicación y cultura de masas son susceptibles de una interpretación no tan peyorativa, sino como fenómenos sociales que caracterizan la sociedad actual. Por ejemplo, podemos considerar, junto al concepto de cultura de masas, y dado que el multiculturalismo es central en la actualidad, el de cultura popular (la que generan en sus modos de vida las clases populares y que incluye valores, normas, concepciones, etc., que son propias, y que abarcan el mundo de la convivencia doméstica, el trabajo e incluso gustos y valores estéticos específicos). Un ejemplo de cultura popular serían las manifestaciones culturales del ‘carnaval' en lo que tienen de crítica y denuncia por el pueblo de sus condicionas de vida; un ejemplo de cultura de masas sería la denominada ‘telebasura'. El término ‘sociedad de masas' puede también significar una sociedad más democrática donde todas las personas satisfacen sus derechos básicos (educación, sanidad, trabajo, etc.), en contraposición a las ‘sociedades de elite', caracterizadas por la desigualdad y la existencia de una minoría privilegiada."
"Los medios de comunicación de masas más importantes de los que hoy disponemos son la prensa, la radio, la televisión e Internet. También se consideran como tal el cine, la producción musical, los videojuegos, etc."
F. Fernández Palomares (coord.), Sociología de la educación (pág. 216, 2003), Madrid: Pearson Educación.
"Mientras que el aula es un lugar de interacción social, el espacio delante del televisor es un coto privado. Si en un aula se puede preguntar al profesor o poner cara de no entender, el televisor, en cambio, nunca responde. Mientras que la escuela se centra en el desarrollo del lenguaje, la televisión exige prestar atención a las imágenes. Mientras que ir a la escuela es una exigencia legal, mirar la televisión es un acto voluntario. Mientras que en la escuela no prestar atención al profesor puede representar un castigo, no hay castigos si no se hace caso del televisor. Si en la escuela ‘comportarse' quiere decir observar las normas de corrección pública, el hecho de ver televisión no exige nada de todo eso, el niño puede ver tanta televisión como quiera. Mientras que en el aula la diversión no es más que un medio para un fin, en la televisión la diversión es la finalidad."
Neil Postman, Divirtámonos hasta morir. El discurso público en la época del "show-business" (pág. 180, 1985/1990), Barcelona: Libros del índice.
3.5.Grupo de pares
"Solo hay un modo de conseguir que un preescolar aprenda a degustar un alimento que rechaza: sentarlo a una mesa con un grupo de niños a los que sí les guste y servírselo a todos. Los modelos preferidos de los preescolares son los otros niños. A la edad de tres o cuatro años ya han empezado a amoldar su propia conducta a la de los compañeros de parvulario y, lo que es más importante, han comenzado a trasladar esa conducta desde la escuela a casa."
J.E. Harris, El mito de la educación (pág. 213, 1999), Barcelona: Grijalbo.
Como apunta Jordi Guiu:
"Estos conjuntos significativos mantienen un carácter ambiguo: por un lado, son respuesta creativa –diferente de la norma social– a las propias condiciones específicas, y, por el otro, confirmación de esta especificidad. Ejemplos: el joven punk que protesta por su marginación, pero que, a la vez, se complace en la marginalidad y la cultiva hasta hacer de ella un signo distintivo; el joven de clase acomodada que exhibe ciertos productos ‘de marca' se distingue de los otros compañeros de edad y se confirma como perteneciente a una determinada ‘elite'; el joven de clase media, que consume las marcas ya gastadas por el anterior queriendo situarse a su nivel y quedando relegado a un lugar de ‘segunda', tal como corresponde a su origen social, etc."
Jordi Guiu, "El proceso de socialización", en: Josep M.ª Rotger (coord.), Sociología de la educación (pág. 50, 1990), Universidad de Barcelona/Universitat Autònoma de Barcelona/Estudis Universitaris de Vic.