Una aproximación al conocimiento geográfico

  • Àngel Cebollada

  • Esteve Dot

  • Ana Vera

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Introducción

En este módulo introductorio se hace una breve aproximación a la disciplina de la geografía para entender su papel dentro de la enseñanza y ver qué temas de estudio considera; también nos acercaremos a su aplicabilidad práctica para el ejercicio de la ciudadanía crítica y reflexiva.

Objetivos

Los diferentes objetivos que se trabajarán en este módulo serán principalmente tres:
  1. Identificar las diferentes disciplinas asociadas a la geografía.

  2. Reflexionar sobre la enseñanza de la geografía.

  3. Mostrar la relación entre los temas de actualidad y la disciplina geográfica.

1.Una aproximación al conocimiento geográfico

1.1.¿Qué es la geografía?

La geografía es una disciplina científica que tiene un pasado muy lejano. Se puede decir, desde una perspectiva eurocéntrica, que los orígenes datan de hace más de 3.000 años. En la antigua Grecia ya se desarrolló el estudio del territorio cuando algunas personas se fijaron en el lugar donde vivían y se preguntaron sobre la localización y la distribución de los fenómenos en la superficie de la Tierra. El hecho no respondía solo a una curiosidad más o menos científica, sino también a la necesidad de dominar el entorno. Desde entonces, los temas de estudio y de análisis han variado con el paso del tiempo, así como también ha ido cambiado el enfoque filosófico.
Para responder a la pregunta ¿qué es la geografía?, se puede considerar la definición que hace el Diccionari de la llengua catalana del Institut d’Estudis Catalans:

«Ciencia que describe y estudia la superficie de la Tierra y la distribución espacial de los diferentes fenómenos, sobre todo los relacionados con la presencia y la actividad humanas».

Diferencia entre la geografía física, la política, la económica y la humana. Con esta definición se observa la voluntad de sintetizar (el estudio, la descripción y la representación) lo que configura la distribución espacial de distintos fenómenos, especialmente cuando se relacionan con la presencia y la actividad humanas en la Tierra.
La geografía se presenta como una mirada para responder por qué y cómo «las cosas» están en el espacio, y cómo estas han cambiado a lo largo del tiempo. Es decir, tiene la finalidad de responder a diferentes preguntas relacionadas con los intereses políticos, sociales y económicos: ¿el paisaje terrestre resultante se debe a un momento político determinado?, ¿a la historia?, ¿a unas condiciones físicas determinadas? El núcleo temático de la disciplina es, por tanto, la superficie terrestre que se ve pero que sobre todo se observa para examinarla.
La idea de superficie terrestre que va apareciendo en la definición de lo que es la geografía se puede expresar con diferentes términos, como espacio, territorio, medio, lugar o paisaje. Los diferentes geógrafos y geógrafas han elaborado históricamente la concepción y la definición más oportuna para diferentes momentos. Se trata de diferentes puntos de vista que ha recibido el análisis geográfico.
Así, por ejemplo, la escuela francesa del regionalismo de principios del siglo XX encontraba que la mejor definición era la de «ciencia de los lugares»: cada lugar sería un espacio concreto del planeta, donde se dan combinaciones únicas de relación entre sociedad humana y medio natural. En cambio, para muchos geógrafos y geógrafas americanos de la década de 1950, se debía conseguir una abstracción absoluta en términos geométricos y matemáticos para simplificar (y explicar) de manera abstracta la realidad de estos lugares. En otras escuelas, los análisis ponen énfasis en los condicionantes deterministas de tipo ambiental o en el impacto humano sobre el planeta, y prefieren referirse al estudio de los medios.
Además del núcleo central de la disciplina geográfica que es la superficie terrestre y de sus diferentes expresiones a lo largo del tiempo, otro elemento clave es la escala territorial. Los enseñantes de geografía saben perfectamente que hay que avanzar en círculos concéntricos cuando se trata de explicar la dimensión territorial de los fenómenos, empezando por el más cercano para ir hacia el más lejano. En este sentido, la geografía ha considerado crucial el cambio de escalas, lo que se conoce también como el efecto zoom.

1.2.Las temáticas geográficas a partir de otras disciplinas científicas

Una vez identificados los núcleos conceptuales de la disciplina, es imprescindible ubicarla en relación con los demás ámbitos científicos. En la historia de la disciplina geográfica, la curiosidad y la necesidad de explicación han estado siempre íntimamente relacionadas con el conocimiento del terreno que esto requiere. Pero desde el momento en el que todos los fenómenos tienen una dimensión espacial (y son, por lo tanto, «geográficos»), la geografía se ha convertido en una disciplina fronteriza con otras muchas ciencias. Por lo tanto, se deduce que la geografía se encuentra necesariamente en la intersección de otras ciencias, pero que en todo caso se interesa por temáticas que le son más propias a partir de esta interrelación con las otras. Es decir, la geografía se alimenta y aprende de los contenidos y también de los métodos de otras disciplinas humanas y naturales, y posteriormente los reelabora para acabar dotándose de unos contenidos y de unos métodos propios.
La realidad es que los ámbitos científicos se superponen unos a otros y que el conocimiento científico de la realidad exige necesariamente una visión integradora. Una aproximación a esta interrelación de la geografía con otras ciencias nos la proporciona el gráfico elaborado por el geógrafo americano David L. Clawson, que permite observar la idea de que la geografía se encuentra con tres grandes conjuntos de disciplinas:
  • El ámbito de las ciencias humanas y sociales, que incluye la historia, las ciencias políticas, la economía, la demografía, la antropología, la sociología y la psicología. La relación se encuentra en el hecho de que cuando se contextualizan las ideas en un lugar concreto, afectan a la sociedad y se incluye la variación temporal, es cuando se incorpora la óptica de la geografía y, por lo tanto, ya no se hace historia sino geografía histórica, ya no se hace ni si quiera ciencias políticas sino geografía política.

  • El ámbito de las ciencias naturales, que hace referencia a las disciplinas más afines con los aspectos físicos como es la geología, la climatología y la biología.

  • Disciplinas de carácter instrumental aplicables a cualesquiera de los dos conjuntos anteriores.

El interés de la geografía por esta vertiente más técnica es más para tener una herramienta metodológica que haga posible analizar los diferentes fenómenos geográficos.
Figura 1. Los componentes de la geografía dentro de la disciplina y sus interrelaciones con otras ciencias
Fuente: David L. Clawson.
Fuente: David L. Clawson.
En resumen, la geografía es una actividad científica que interrelaciona aspectos de la sociedad humana con el medio físico. Esto quiere decir que las personas que tienen interés por aprender geografía han de ampliar sus conocimientos en las ciencias sociales, las ciencias naturales y las distintas metodologías de investigación.

1.3.La división de la geografía: humana y física (y regional)

La división de la geografía en una geografía humana y una geografía física no es más que una división necesaria de contenidos y temáticas para facilitar el aprendizaje y profundizar en la investigación. La geografía humana (interesada especialmente por los contenidos propios de la sociología, la economía, la demografía, el derecho, la política, la antropología y la historia, entre otras) necesita la aportación de la geografía física si quiere profundizar en muchas de sus realidades. Igualmente, la geografía física (que engloba a la geología, la meteorología y la biología, entre otras) no se entiende sin su vocación de resolver mejor las relaciones de las sociedades humanas con el medio natural.
De este modo, la geografía se divide temáticamente. Así, se habla a menudo de geografía económica cuando el análisis se aproxima a la economía; de geografía política, cuando se acerca a la política; de geografía social, si está cerca de los intereses de la sociología; de geografía de la población, pero también de demogeografía, cuando se analizan cuestiones relacionadas con la demografía y con la distribución de la población. Otras veces la geografía se acompaña de un adjetivo basado en un ámbito territorial de análisis.
Por ejemplo, es común hablar de geografía rural en oposición a geografía urbana; se habla de una geografía del litoral o de la montaña.
Finalmente, la llamada geografía regional es la que presenta un estudio integrado de un determinado territorio. A escalas diferentes se tiene entonces una geografía de Asia, de Europa, de Oceanía o de Cataluña. Aparte de las escalas, el ámbito puede ser un conjunto basado tanto en un medio natural, como en una comunidad cultural, o bien una división administrativa o política.
Algunos ejemplos de escalas diferentes serían la Unión Europea, el área Metropolitana de Barcelona y la comarca de Osona.
Las técnicas metodológicas que se utilizan en el conjunto de los ámbitos temáticos de la disciplina son de dos tipos: por un lado, las metodologías cualitativas y, por otro, las metodologías cuantitativas. Cada una de las metodologías responde a la manera como el geógrafo interpreta y entiende la geografía. Las metodologías cualitativas siempre han estado presentes en la historia de la geografía (los griegos ya las utilizaban en sus escritos). Pero no fue hasta la década de 1990, con la corriente de pensamiento humanista y posteriormente las nuevas geografías posmodernas, cuando se empezaron a usar de nuevo metodologías cualitativas, que se basaban en la búsqueda de datos descriptivos para la posterior interpretación de las palabras de las personas.
Un ejemplo de ello son las entrevistas con los diferentes individuos que se quieren analizar para un tema en concreto; otro tipo de metodología cualitativa son los grupos de discusión con expertos, la observación de un espacio o la búsqueda bibliográfica. La investigación en geografía y el género, la geografía social y la geografía histórica utilizan mucho este tipo de metodologías.
Por otro lado, las metodologías cuantitativas también han estado presentes en la disciplina desde sus inicios. Desde la antigua Grecia, la principal preocupación era estudiar las características de la Tierra, y la cartografía ha estado siempre presente. A partir de la década de 1960, con el neopositivismo, hay una explosión en el uso de modelos para explicar los fenómenos geográficos. Los principales métodos utilizados son la cartografía, para representar los diferentes fenómenos geográficos; los sistemas de información geográfica, para el análisis espacial; la teledetección, y la estadística. De las diferentes investigaciones que utilizan estas metodologías, encontramos la geografía económica, la geografía de la población y los estudios sobre el paisaje ambiental.
El uso y abuso de las diferentes metodologías ha sido un elemento de discusión entre los geógrafos. Hay un debate abierto sobre el uso de las metodologías cuantitativas, especialmente los sistemas de información geográfica (SIG), sobre si son una herramienta o una técnica. Los geógrafos Anna Badia y Francesc X. Camps (1998), en un artículo publicado en la revista Treballs de la Societat Catalana de Geografia, presentan este debate y exponen los argumentos a favor de los SIG como herramienta o como ciencia.
El SIG como herramienta (Badia y Camps, 1998, pág. 7):
  • «Los SIG son una herramienta, una tecnología, un entorno para resolver problemas (Skelly, 1993).

  • Los SIG serán una ciencia cuando se divorcien de la geografía. Si los SIG son una ciencia, el hardware estadístico y su uso son ciencia. El conocimiento teórico que fundamenta el diseño de un modelo es ciencia, y no lo es el conocimiento de cómo funciona un hardware. Por lo tanto, la geografía es una ciencia, no los SIG (Crepeau, 1993).

  • Hay quien entiende los fenómenos espaciales a través de la utilización de los SIG. Los SIG son una herramienta utilizada por los científicos (McCauley, 1993).

  • Los SIG son la aplicación de la ciencia espacial para estudiar los objetos localizados en el espacio (Halls, 1993).

  • Los SIG son un área de aplicación que combina elementos de la informática y de la geografía, no una ciencia por sí misma (Feldman, 1993)».

Mientras que los argumentos de los SIG como ciencia son (Badia y Camps, 1998, pág. 7):
  • «Los aspectos que hacen considerar a los SIG como ciencia incluyen el estudio de la incertidumbre y de los errores de los datos espaciales, los linajes de los datos y la manera como los SIG son adoptados por las agencias (Wright, 1993).

  • La teoría de los SIG es ciencia, asumiendo que el desarrollo de algoritmos y la metodología apropiada es ciencia (Brenner, 1993).

  • ¿Los que investigan nuevas vías para analizar datos no están haciendo ciencia?

  • Este hecho incluiría el desarrollo de teorías por entidades como, por ejemplo, fenómenos espaciales y temporales. Para los científicos que la utilizan, es una herramienta; para los productores de SIG, es la ingeniería de una herramienta; para los científicos que desarrollan los SIG, es una ciencia (Sandhu, 1993).

  • Aspectos como la investigación del papel de la escala en los SIG, la importancia de la integridad espacial cuando todas las capas de información provienen de la misma base, etc., ¿no son garantía de ciencia? ¿Estas respuestas son posibles desde otra ciencia? (Carlson, 1993)».

Independientemente del debate sobre si los SIG son herramienta o ciencia, la geografía se ha desarrollado conceptual y metodológicamente junto a otras ciencias que parecen tener unos fundamentos aceptados por la mayoría de la comunidad científica, pero a diferencia de estas debe continuar defendiendo o justificando la mayoría de los ámbitos de estudio de su interés como propios. La implantación de los SIG puede influir de manera positiva hacia un cambio dentro de este posicionamiento de la geografía en el mundo científico. El potencial de los SIG, dejando de lado la capacidad del hardware o la eficiencia del software, ha significado para la geografía mucho más: estar ante esta herramienta o disciplina transversal, aplicable y eficaz a la mayoría de las disciplinas que estudian la relación sociedad-medio (Badia y Camps, 1998, pág. 11).

1.4.El conocimiento de la geografía para el estudio del mundo del siglo XXI

La mirada geográfica permite al estudiante (y al ciudadano en general) el estudio del momento histórico contemporáneo para la comprensión del mundo del siglo XXI, con la especificidad de que explica la organización espacial de las sociedades humanas. Es decir, como ya se ha apuntado anteriormente, las relaciones sociales transforman el territorio a lo largo del tiempo y, a la vez, la configuración espacial de un territorio está influida por las estructuras sociales.
En la actualidad, la disciplina tiene como objetivo que los estudiantes construyan conceptos espaciales básicos que les sirvan para conocer e interpretar de manera aplicada e integrada el mundo en el que viven. Atrás queda la geografía identificada como una asignatura escolar memorística. Las clases de geografía eran a menudo una lista de nombres de entidades administrativas (por ejemplo, las comarcas de Cataluña y las capitales correspondientes), de orografía y de accidentes geográficos (por ejemplo, los ríos de España incluyendo el ranquin de extensión, las cordilleras montañosas con las cumbres más elevadas, la lista de los reyes godos o de las principales producciones de agricultura y de industria). Con esta manera de interpretar el mundo, podía dar la impresión de que todo siempre había sido igual en la Tierra y que nunca había habido transformaciones.
Afortunadamente, la enseñanza que se lleva a cabo y también el trabajo de los profesionales para el estudio y la comprensión del mundo en el siglo XXI se ha renovado, y se ha puesto énfasis en la formación de valores y actitudes para plantear, trabajar y debatir problemas relevantes. Al mismo tiempo, se buscan propuestas alternativas de conciencia espacial, de justicia social, de equilibrio ambiental, de identidad cultural y de solidaridad planetaria. Es una manera de interpretación crítica que responde al consenso para decir que la sociedad del siglo XXI se rige por factores y decisiones de ámbito global o mundial. Por lo tanto, en cuanto a los problemas ambientales de la Tierra, las desigualdades sociales y las dificultades de acceso a los bienes económicos, existe la certeza de que hay que abordarlos de manera conjunta e integrada. A pesar de las críticas por el énfasis que pusieron en la descripción más que en la explicación de los estudios regionales (o comarcales o locales), que durante mucho tiempo fueron el objetivo prioritario de los geógrafos, la descripción geográfica continúa siendo muy necesaria; una buena descripción (globalizadora y que incluya las interrelaciones medio-sociedad) todavía puede ser una herramienta muy eficaz para entender la diferenciación del espacio.
Tan solo hay que poner ejemplos prácticos para ver que trabajamos y vivimos en un espacio global. Las dos primeras décadas del siglo XXI dan un nuevo marco que hace necesarias nuevas propuestas de acción como respuesta a nuevas variables físicas, económicas, políticas, sociales y culturales. La geografía (académica y profesional) hace frente a los desafíos del siglo XXI generados por la complejidad social, los conflictos ambientales y las incertidumbres de la crisis financiera y económica del año 2007 en adelante.
La Tierra y las relaciones humanas que se dan en este periodo se pueden estructurar en tres elementos.
Figura 2. Elementos estructuradores de la sociedad del siglo XXI
Fuente: Elaboración propia.
Fuente: Elaboración propia.
El primer aspecto que se debe tener en cuenta es la globalización. El segundo aspecto está relacionado con las tensiones generadas por el encuentro entre las fuerzas globales y las características locales; la globalización no implica la consolidación de empresas y espacios homogéneos, y así, la interacción entre el espacio local y las fuerzas globales, como los flujos financieros globales o las instituciones políticas y económicas a una escala macro, hacen surgir las peculiaridades de cada ciudad, región o país. Con la globalización, se erosionan las fronteras territoriales, lo cual provoca enfrentamientos relacionados con la cultura y la identidad.
Un buen ejemplo de estas tensiones es lo que sucede en muchos territorios europeos con particulares identidades históricas, económicas, culturales y políticas en el marco de la Unión Europea.
El tercer aspecto que estructura la manera como se interpreta la geografía actual es el flujo de la migración global, que ha transformado nuestra sociedad por medio de su multiculturalismo, multilingüismo y multirreligión. La diversidad es evidente en casi todo, y las diferencias son cada vez más profundas a medida que pasa el tiempo, donde las ciudades y los pueblos presentan un mosaico cultural y étnico impensable hace tan solo unas décadas.
La pluralidad es la esencia de un mundo dinámico. La aparición de estas nuevas geografías crea retos nuevos para los enseñantes de la geografía. Solo hay que mencionar algún estudio de caso para comprender este cambio. Las revueltas de los países árabes del norte de África (conocidas también como Primavera Árabe) de finales del año 2010 y principios de 2011 sirven para ilustrarlo. El análisis territorial se articula desde una perspectiva geopolítica. La geografía permite definir el territorio y los países involucrados a través de la cartografía, para así estudiar los aspectos políticos, económicos y geoestratégicos del área. Del mismo modo, también se pueden analizar las tendencias demográficas, las estadísticas de inmigración, así como las características sociales de estas poblaciones. Sin olvidar todo aquello que tiene que ver con las características principales de la colonización y la descolonización, y sobre la independencia y la construcción de estos estados del norte de África, haciendo énfasis en las relaciones particulares que se establecen entre las antiguas potencias coloniales y los nuevos gobiernos. Además de la geografía humana, se necesita también la explicación que proporcionan las ciencias naturales sobre la cuestión de los recursos y, en particular, las materias primas como gran valor estratégico (petróleo y gas), o la disponibilidad de recursos críticos como el agua y su uso y control.
Otro ejemplo del trabajo transdisciplinario es el caso de las inundaciones en Brasil y Australia que se produjeron a finales del año 2010. Es un caso de estudio que conecta los aspectos ambientales y geosociales, y, en consecuencia, ilustra los efectos muy diferentes si suceden en un lugar u otro del mundo. Los resultados fueron diametralmente opuestos en los dos países en relación con la afectación del desastre natural.

Bibliografía

Badia, Anna; Camps, Francesc X. (1998). «Els Sistemes d’Informació Geogràfica: eina o ciència?» (vol. XIII, núm. 47, págs. 5-15). Treballs de la Societat Catalana de Geografia. Barcelona: Societat Catalana de Geografia / Diputació de Barcelona.
Ortiz, Anna (coord.); Badia, Anna; Cebollada, Àngel; Mendizàbal, Enric; Solana, Miguel; Vera, Ana (2011). «Què és la geografia? Una pregunta amb múltiples respostes». En: Visions geogràfiques del món (págs. 15-24). Bellaterra: Servei de Publicacions de la Universitat Autònoma de Barcelona («Col·lecció Materials», 222).
Riudor, Lluís (1996, abril). «Una geografia per entendre la casa comuna de la humanitat». Escola Catalana. Publicación de Òmnium Cultural / Delegació d’Ensenyament Català (año XXXI, núm. 329, págs. 11-13).
Romero, Juan (coord.) (2007). Geografía humana. Procesos, riesgos e incertidumbres en un mundo globalizado. Barcelona: Ariel.
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