Globalización y geografía política

  • Àngel Cebollada

  • Esteve Dot

  • Ana Vera

PID_00236503
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada, reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste eléctrico, químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita de los titulares del copyright.

Índice

Introducción

La globalización es un fenómeno que ha afectado a las estructuras geográficas y que las está transformando profundamente: de ahí la importancia de estudiar los orígenes del proceso, las transformaciones y las nuevas formas que toman los territorios a principios del tercer milenio.
El módulo se divide en dos apartados. El primero se centra en la comprensión de la globalización como fenómeno integral. Para ello se analiza el debate sobre los orígenes de la globalización a partir de las aportaciones que han realizado diferentes autores sobre este tema, las posiciones de los agentes frente a este hecho y el conocimiento de sus características básicas. Pero a pesar de que a menudo se puede pensar que la globalización homogeneiza el territorio, lo cierto es que las desigualdades territoriales continúan siendo muy profundas y el mundo continúa dividido en unos centros territoriales donde se concentran las capacidades directivas del mundo, y unos territorios que tienen un papel subalterno. Estas desigualdades se reflejan en diferentes ámbitos de manera muy clara, como es en la reorganización de las actividades productivas en el mundo, puesto que la globalización ha supuesto la revisión de los roles de cada territorio en el marco del nuevo orden mundial: fábricas que cierran muy cerca de nuestra casa para cambiar el proceso manufacturero y esparcir las unidades productivas por diferentes países, en un impacto real y cotidiano que desde hace unos años hasta ahora afecta a nuestra cotidianidad.
El segundo apartado hace referencia a las transformaciones del ejercicio del poder en el territorio. Nadie ha quedado inmune a los profundos cambios que ha supuesto la globalización, y esto empezando por la unidad política que durante siglos gobierna la vida de la ciudadanía, como son los propios estados políticos. También estas instituciones se transforman para adaptarse a las nuevas realidades socioterritoriales. Pero no solo ha afectado a los estados desde un punto de vista interno: también las formas de relacionarse entre ellos y las relaciones de estos con una sociedad cada vez más global. Los conflictos y las guerras se mueven también en unas coordenadas desconocidas hasta hace muy pocos años, mientras se extienden y se difunden en nuevas formas cada vez más en todos los lugares del planeta.

Objetivos

Los objetivos principales que hay que alcanzar son estos:
  1. Comprender la globalización como fenómeno multifacético y multiescalar e inacabado.

  2. Conocer las diferentes interpretaciones existentes, desde las ciencias sociales en general y la geografía en particular, en torno a la globalización.

  3. Conocer las nuevas formas de poder que emergen en el mundo y, en concreto, el papel de China en el siglo XXI.

  4. Comprender las nuevas lógicas de organización territorial de las actividades económicas.

  5. Saber interpretar los procesos de reestructuración politicoadministrativa del territorio.

  6. Conocer las aportaciones teóricas de geografía política y relacionarlas con los acontecimientos geopolíticos más relevantes de los siglos XX y XXI.

  7. Situar los conflictos en el mundo en los principales ejes geopolíticos.

1.Globalización

1.1.Orígenes y conceptualización de la globalización

La globalización es un proceso inacabado y es el nombre que damos a la última forma de organización del mundo y que actualmente alcanza la práctica totalidad del planeta. En catalán, empleamos este término a partir de la denominación inglesa globalization y no del término francés mondialization, a pesar de que, según el diccionario del Institut d’Estudis Catalans, globalización y mundialización son sinónimos.
Figura 1. Esferas de la globalización
Fuente: Elaboración propia.
Fuente: Elaboración propia.
A pesar de las diferentes aproximaciones y definiciones que se pueden encontrar en torno a este tema, una de las características en la que coinciden los diferentes autores es en considerar la globalización como un proceso multifacético porque implica diferentes esferas de la sociedad. Evidentemente encontramos la económica, pero también la política, la cultural y la social. A la hora de poner una fecha de inicio de este proceso, no hay consenso y podemos encontrar diferentes posicionamientos.
Hay autores, como el geógrafo francés Jacques Lévy, que ponen el punto de arranque en las primeras migraciones, hecho que permitió la colonización de todo el mundo por parte del Homo sapiens sapiens. Esta especie comenzó un proceso migratorio en todo el planeta que empezó hace cien mil años y que se extendió hasta que se consiguió un hito trascendental: por primera vez, una misma especie de seres humanos habitaba el conjunto del planeta. El Homo sapiens sapiens fue ocupando gradualmente el Creciente Fértil (100.000 años), el Sudeste asiático (70.000 años), Australia (45.000 años), Europa (30.000 años), Siberia (30.000), y empezó la colonización del continente americano hace 12.000 años después de cruzar el estrecho de Bering.
Figura 2. La dispersión mundial del Homo sapiens sapiens desde África
La dispersión del ser humano moderno desde África hacia el resto del planeta con fechas aproximadas. Parece que el Homo sapiens abandonó África hace aproximadamente 50.000 años, y viajó primero a Australia y Asia central.
Fuente: W. M. Marsh; J. Grossa (2005, pág. 93).
La dispersión del ser humano moderno desde África hacia el resto del planeta con fechas aproximadas. Parece que el Homo sapiens abandonó África hace aproximadamente 50.000 años, y viajó primero a Australia y Asia central.
Fuente: W. M. Marsh; J. Grossa (2005, pág. 93).
Otros autores, en cambio, sitúan estos inicios mucho más cercanos en el tiempo. El economista Manuel Castells, por ejemplo, lo relaciona con la crisis del petróleo de los años setenta del siglo XX y, sobre todo, con la capacidad reorganizativa de la sociedad que han tenido las nuevas tecnologías digitales; no en vano, este autor escribió The Information Age en 1996, una obra de referencia para entender las nuevas organizaciones sociales del mundo global. En este caso, hay un hito que marca claramente un antes y un después: la creación y la extensión de la red de internet. Es en los años 1990 cuando internet se empieza a generalizar en los países del Norte Global, y la sociedad inicia una nueva forma de comunicarse y relacionarse.
Finalmente, encontramos autores que se sitúan en un punto intermedio. El sociólogo norteamericano Immanuel Wallerstein, autor de la obra The Modern World-System (1974), sitúa el punto de arranque del proceso de globalización en el siglo XVI con la formación de un sistema-mundo, plasmado en las formas de organización capitalista que, a lo largo de estos quinientos años, se ha ido expandiendo territorialmente.
1.1.1.Posicionamientos frente al proceso de la globalización
Al tratarse de un proceso complejo y multiforme que afecta a la mayor parte de las esferas sociales y económicas de nuestras vidas, encontramos diferentes posiciones frente a este acontecimiento. Peter Dicken, en su libro Global Shift (2007), describe tres.
  • Los hipers. Bajo esta denominación agrupa aquellos colectivos que consideran que la globalización ha supuesto un nuevo orden económico, político y cultural, en el que las diferencias culturales y sociales desaparecen y son homogeneizadas, y la demanda se satisface por medio del abastecimiento de productos estandarizados globales hechos por transnacionales sin «patria». De entre los hipers, se pueden distinguir:
    • Proglobalizadores, que destacan las virtudes del proceso y creen que la globalización es un proyecto político y económico (basado en el neoliberalismo económico), que aportará el mayor beneficio para una gran mayoría de la población.

    • Antiglobalizadores, que asocian estos procesos a la economía neoliberal. Por eso consideran que este proyecto de globalización, en el que el mercado tiene un papel central, lejos de reducir las desigualdades, las mantiene y las aumenta.

  • Escépticos. Consideran que la globalización no es un elemento tan nuevo como creen los del grupo anterior, puesto que la integración mundial, en diferentes aspectos, se produce desde hace mucho tiempo. La extensión del Homo sapiens sapiens, la colonización europea de gran parte del mundo o los datos de la intensidad del comercio internacional antes de la Primera Guerra Mundial (entre los años 1870 y 1913), entre otros ejemplos, así lo demuestran. Como muestra El manifiesto comunista, escrito por Karl Marx y Friedrich Engels y publicado por primera vez en 1848 en alemán, ya describe un proceso que hoy se podría denominar globalización.

Proceso de integración mundial descrito en El manifiesto comunista

La burguesía, con la explotación del mercado mundial, ha convertido en cosmopolitas la producción y el consumo de todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha arrancado a la industria su base nacional. Las antiquísimas industrias nacionales han sido destruidas y todavía son destruidas diariamente. Son arrinconadas por nuevas industrias cuya introducción representa una cuestión de vida o muerte para todas las naciones industrializadas, y por industrias que ya no elaboran materias primas autóctonas, sino materias primas pertenecientes a los países más remotos; los productos de estas industrias no serán consumidos solamente en el propio país, sino simultáneamente en todos los continentes del mundo. En el lugar de las viejas necesidades, satisfechas con productos de cada país, surgen nuevas que, para su satisfacción, exigen los productos de los países y los climas más lejanos. En el lugar de los antiguos aislamiento y autosuficiencia locales y nacionales, surge un intercambio universal, una dependencia universal de todas las naciones entre ellas. Y como en la producción material, así también en la intelectual. Los productos intelectuales de cada una de las naciones se convierten en un patrimonio común de todas ellas. La estrechez y el exclusivismo nacionales se hacen cada día más imposibles, y de las muchas literaturas nacionales y locales se forma una literatura universal.

Marx; Engels (1847). El manifest comunista. Fundació Engels (traducción de Jordi Moners y Sinyol; versión electrónica 1998).

  • Groundings. Este grupo adopta una postura intermedia entre las dos anteriores. Consideran que la importancia radica en los términos cualitativos del proceso y no tanto en los cuantitativos. Consideran que el mundo se encuentra ante una nueva geografía de la producción, distribución y consumo, dada la profunda integración y la compleja producción transnacional. Dan más importancia a la composición del comercio internacional que al volumen total de intercambios: este comercio se caracteriza hoy por la importancia de los intercambios intraempresa.

1.1.2.Algunos de los rasgos definidores de la globalización
El proceso de la globalización alcanza las diferentes esferas de la organización social.
Como se acaba de ver, la esfera económica a menudo polariza el debate en torno a la globalización, debido al proceso continuo de integración más estrecha del sistema económico mundial. Los intercambios comerciales, la ya mencionada importancia del comercio intraempresa, la nueva división internacional del trabajo, el dominio de la economía mundial que tienen las grandes corporaciones transnacionales establecidas por los diferentes continentes habitados de la Tierra, o la importancia del capital financiero en el mundo de hoy serían los rasgos definidores de la economía de la globalización.
Otro rasgo definidor del proceso de globalización es el que hace referencia a la tecnología y al transporte. Las constantes mejoras en el transporte han permitido poner al alcance la práctica totalidad del planeta. Hoy las posibilidades de viajar y, sobre todo, de desplazarnos a más distancia física son mucho más altas. Lo cierto es que la revolución de los transportes se inicia en el siglo XVIII con la propia Revolución Industrial, cuando se incorpora la máquina de vapor a barcos y ferrocarriles. Pero las posibilidades de ir más lejos con el mismo tiempo en el siglo XX se amplían con el motor de explosión y con la aparición de la aviación. El paso de las hélices al jet aumenta todavía más estas posibilidades. De este modo, el mundo, medido en unidades de tiempo, se empequeñece; para las personas, en cambio, se agranda, puesto que ahora el desplazamiento puede ser más lejos.
Figura 3. La constricción del mundo con la innovación en el transporte
Reducción global: el efecto de las tecnologías de transporte en cambio constante en distancias «reales».Fuente: P. Dicken (2007, pág. 49).
Reducción global: el efecto de las tecnologías de transporte en cambio constante en distancias «reales».
Fuente: P. Dicken (2007, pág. 49).
Pero en este proceso de aceleración de la mayor integración mundial, la tecnología ha permitido la creación de una red de comunicación de nivel global. Esta red puede emplearse tanto para desplazar el capital de una bolsa a otra, invertir y desinvertir en el momento, como para organizar protestas altermundistas. Asimismo, muchas empresas aprovechan las posibilidades de internet para organizar un proceso productivo que no se para a lo largo de todo el día: la elaboración y mejoras del software de un artefacto electrónico como un iPod se reparte entre Oxford (Reino Unido), donde se hace el diseño básico del chip, Kirkland y San José (ambos en Estados Unidos) y Hyderabad (India), donde se realiza el código interno. De modo que les permite trabajar veinticuatro horas al día.
En relación con la tecnología, encontramos los sistemas de telecomunicación y la comunicación global. Los autores se remontan a la creación y difusión de la televisión como uno de los primeros elementos que permitieron la creación de una globalización. Desde su existencia, la humanidad ha podido asistir en directo a acontecimientos globales, ya sean en el ámbito deportivo, como mundiales de fútbol, o acontecimientos políticos y sociales trascendentales: se suele situar la difusión de la guerra de Vietnam como uno de los primeros acontecimientos mundializados. En estos primeros decenios del milenio, además de las posibilidades de acceder a la información de forma inmediata y descentralizada, las nuevas tecnologías de la información permiten también difundirla e incluso crearla.
Todo ello tiene un impacto importante en la sociedad. Jacques Lévy considera que el punto final de la globalización será la creación de una sociedad-mundo única. Diferentes autores apuntan en este sentido. Los rasgos más relevantes son los siguientes:
  • La creación de una opinión pública mundial que se preocupa no solo por su entorno inmediato, sino por situaciones y acontecimientos que pueden pasar en cualquier lugar del planeta. Las manifestaciones en varias ciudades del mundo de manera simultánea en la segunda guerra del Golfo, o las convocatorias para la defensa del medio ambiente serían una muestra de ello.

  • La aparición de organizaciones sociales globales. La proliferación de asociaciones con la etiqueta «sin fronteras», entidades ecologistas como Greenpeace o la Confederación Sindical Internacional son algunos ejemplos del camino hacia esta sociedad-mundo.

  • La homogeneización cultural. La difusión de modas y de hábitos de vida hace que muchas personas crean en la pérdida de las identidades culturales de los lugares. El debate está abierto: mientras los hay que consideran que la expansión, por ejemplo, de restaurantes McDonald’s por todos los países supone la desaparición de las culturas gastronómicas locales, otros enfatizan las adaptaciones regionales (modificando productos y gustos) que debe hacer esta empresa para conseguir el favor de los consumidores. Otros ámbitos serían las formas de vestirse o la difusión de ciertas tendencias musicales.

  • La difusión de los espectáculos de masas. Cada vez más el espectáculo global ocupa un espacio más importante en los entretenimientos de la población. Ciertos acontecimientos son seguidos por millones de personas en todo el mundo. El circuito de Fórmula 1 o el fútbol serían dos ejemplos muy claros de este fenómeno.

  • El surgimiento de una nueva organización política mundial, que cuestiona el rol tradicional de los estados políticos al mismo tiempo que aparecen embriones de nuevas estructuras administrativas políticas. Este aspecto se trabajará con más detalle en el apartado 2 (geografía política).

Figura 4. Seguidores israelíes celebrando un gol del Barça en la final de la Champions de 2009
Mientras miles de culés israelíes celebraban un gol del Barça cuando seguían el partido a través de pantallas instaladas en la playa de Tel Aviv, otros miles de palestinos hacían lo mismo.Fuente: La Vanguardia, 28 de mayo de 2008.
Mientras miles de culés israelíes celebraban un gol del Barça cuando seguían el partido a través de pantallas instaladas en la playa de Tel Aviv, otros miles de palestinos hacían lo mismo.
Fuente: La Vanguardia, 28 de mayo de 2008.
A pesar de este proceso de globalización descrito, las desigualdades en el mundo no han desaparecido e, incluso, en algunos casos han aumentado. El acceso a las ventajas de la globalización no están al alcance de todo el mundo, y muchas personas, especialmente los miembros de los colectivos vulnerables y empobrecidos del Sur Global, reciben las consecuencias negativas (pobreza, expulsión, descapitalización cultural, desarraigo, etc.) que constituyen los rasgos de los excluidos del nuevo milenio.

1.2.Centro y periferia

La globalización tampoco ha eliminado las diferencias territoriales: las ha transformado y, en muchas ocasiones, profundizado. Este apartado se centrará en el estudio de estas desigualdades territoriales y la existencia de un centro y de una periferia. Hay que tener presente, sin embargo, que en cada fase histórica de este sistema económico y social el territorio ha tenido un centro y una periferia, y no solo en la fase actual de la globalización.
En el centro encontramos los núcleos de poder. La identificación de los centros de poder se define a partir de la existencia de ciertos atributos que están presentes en unos territorios y ausentes en otros. Estos atributos son los que se relacionan con la capacidad de control del conjunto del territorio, allá donde se localizan las actividades con más valor añadido o donde se reparten los beneficios, entre otros.
Un factor clave en la constitución del centro es el control y la aplicación tecnológicas. Esto hace que a los territorios donde pasa les permite situarse en una posición ventajosa respecto al resto, y se establecen unas relaciones de dependencia entre la periferia y el centro. Es habitual que las innovaciones tecnológicas más punteras sean las de uso militar, hecho que otorga a aquellos territorios unas mayores capacidades de control sobre los demás. En este aspecto, es fácil de entender la gran centralidad que tiene Estados Unidos, gracias también a su ejército y a la superioridad tecnológica respecto a todos los otros: el uso de los drones con finalidades militares, el despliegue de su ejército en todas las regiones del planeta, la capacidad de intervenir en cualquier rincón del mundo en pocos días, así como la sofisticación de su armamento hacen que no tenga competidor actualmente.
Otro rasgo característico de los centros es su capacidad de controlar los flujos de información mundial. En el año 2014, se supo que la Agencia de Seguridad Nacional Norteamericana espió, desde el 2010, a 193 países del mundo, incluidos sus dirigentes. Otro ejemplo es el papel del ejército de China, que está detrás de numerosos ciberataques producidos desde el 2013, tanto de empresas de alta tecnología como de agencias públicas de numerosos países, incluido Estados Unidos.
La existencia de un centro (o centros) y de una periferia (periferias) es una constante en la organización del territorio. En este módulo se relaciona esta dicotomía territorial con el proceso histórico de formación de la globalización.
1.2.1.La organización espacial del capitalismo histórico: centros y periferias
A partir de las diferentes innovaciones tecnológicas que se producen en ciclos, los centros del sistema capitalista se han ido redefiniendo. Cada ciclo se divide en una fase ascendente, que es cuando se introduce una nueva tecnología, y una fase descendente, cuando la tecnología ya está madura. Después de esta fase, aparece una ascendente de un nuevo ciclo con la introducción de una nueva tecnología: quien controle esta tecnología (nueva y, por lo tanto, poco extendida) será el nuevo centro. Si realizamos un repaso histórico, se puede seguir esta evolución.
En el conocido capitalismo mercantil, en la Edad Moderna, el centro se localizó en los Países Bajos. El conocimiento de las técnicas de navegación permitió a las ciudades de los Países Bajos expandirse y controlar el comercio mundial. Los territorios incluidos en este sistema-mundo eran todavía reducidos: se limitaban a las regiones marítimas de la Europa mediterránea y del Báltico y a las colonias de América y del Índico, que constituían la periferia del sistema. Las relaciones que se establecían eran comerciales y los instrumentos de control eran las compañías mercantiles y sociedades financieras.
La etapa conocida como capitalismo industrial, que surge con la Revolución Industrial a finales del siglo XVIII, contiene dos ciclos u oleadas tecnológicas. La primera está marcada por la aparición de la máquina de vapor y la industria algodonera. El segundo ciclo de esta etapa, surgido a mediados del siglo XIX, se relaciona con el acero y los ferrocarriles y la incorporación del vapor en los barcos. Estos dos ciclos tienen como centro a Gran Bretaña y, de una manera muy especial, Londres. Con el capitalismo industrial, el territorio incluido en el sistema se ha ampliado de manera importante y alcanza un espacio más amplio, que constituye la nueva periferia. El resto de Europa, Estados Unidos, Rusia, Japón, las colonias en zonas templadas de América y Oceanía, y las colonias de explotación en áreas tropicales constituían la periferia del sistema. Las relaciones que se establecieron fueron explotar las materias primas y los alimentos de la periferia por parte del centro, mientras que desde Gran Bretaña se exportaban manufacturas y capitales. Los instrumentos con los que se establecían las relaciones eran las compañías ferroviarias, mercantiles, mineras y bancos que estaban establecidos en el centro, que era desde donde controlaban la periferia.
La etapa posterior es el llamado capitalismo monopolista. Esta etapa se compone también de dos ciclos. En todo caso, las innovaciones tecnológicas de este periodo se relacionan con el uso de la electricidad de forma masiva y del petróleo y del gas. Las industrias, en un primer momento, son las pesadas y de armamento, de productos químicos, eléctricas y del automóvil. En el segundo ciclo, continúa la industria del automóvil, las petroquímicas, la aeroespacial y la electrónica. Ahora el centro se encuentra en Estados Unidos y, más en concreto, en su costa este, en Nueva York. Esta etapa se caracteriza por una doble dinámica territorial: por un lado, se amplían los nuevos territorios que se integran en el sistema. Por otro lado, los territorios que estaban integrados en el sistema se desconectan; la Revolución rusa (1917), el advenimiento de la URSS y de su área de influencia, consolidada en gran medida después de la Segunda Guerra Mundial, supusieron un freno a la expansión territorial ininterrumpida del capitalismo. En esta etapa dominan las multinacionales, empresas que tienen la sede en el centro, con filiales en diferentes países, que actúan como réplica de la central y que tienen por función alcanzar el mercado nacional.
La última etapa es el capitalismo global. Se considera que surge en el último decenio del siglo XX y se caracteriza por las tecnologías de la información, la comunicación y la biotecnología como elementos más destacados. El centro se considera que se localiza en la llamada tríada, conformada por Estados Unidos, el núcleo central de la Unión Europea y Japón. Con la desaparición de la Unión Soviética, se ha ampliado la periferia del sistema hasta alcanzar la práctica totalidad del mundo. Pero hoy este centro está en cuestión. Probablemente nos encontramos en la fase descendente del ciclo y ya se intuye la posible emergencia de nuevos centros para el siguiente ciclo que ha de venir.
Tabla 1. Evolución de los centros en las diferentes etapas del capitalismo

Etapa

Centro

Áreas dependientes

Tipos de relaciones

Capitalismo mercantil

Norte de Italia / Países Bajos (Amberes, Ámsterdam, etc.)

Europa mediterránea

Europa central / Báltico

Colonias de América / Índico

Comercio ultramarino (productos de lujo, lana, trigo, tráfico de esclavos)

Compañías mercantiles y sociedades financieras

Capitalismo industrial

Gran Bretaña (Londres)

Resto de Europa, EE. UU., Japón, Rusia

Colonias de poblamiento en zonas templadas

Extracción de materias primas

Exportaciones de manufacturas y capitales

Compañías mercantiles, mineras, ferroviarias, bancos

Capitalismo monopolista

Estados Unidos (Nueva York)

Europa occidental, Japón, Australia y Nueva Zelanda

Desconexión de la URSS y área de influencia

América Latina, África y Asia

Empresas multinacionales

Flujos de mercancías, capitales y tecnología

Capitalismo global

Tríada (Estados Unidos, Japón, Unión Europea)

Pacífico frente a Atlántico

Australia y Nueva Zelanda

Rusia y Europa oriental

Este y sudeste asiático

América Latina, sur de Asia y China

África

Mundialización / globalización

Apertura / desregulación de mercados

Nueva división internacional del trabajo

Corporaciones / grupos transnacionales

1.2.2.¿Será China el nuevo centro?
En estos momentos, hay una serie de países que dan muestras de convertirse en nuevos centros, mientras que otros países y regiones pierden capacidad de continuar siendo los principales núcleos de control mundial. Sin duda, se trata de procesos largos y difíciles de analizar.
Entre los países emergentes destacan Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, conocidos con el acrónimo BRICS (la C corresponde a China, en inglés). Inicialmente fue el economista Jim O’Neill quien, en 2001, denominó así a las cuatro principales economías emergentes del planeta (no se incluía Sudáfrica) en el informe Building Better Global Economic BRICs. Más adelante, en 2009, estos países se organizaron como asociación con el nombre de BRIC. En 2011 se añadió Sudáfrica, con lo que se añadió la S. Ninguno de estos países es miembro de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa las principales economías del planeta, además de otros países semiperiféricos.
El BRICS tiene como objetivo la mejora de la relación y de los intercambios entre los cinco países miembros, pero también se debate y se quiere influir en la economía mundial, así como crear instituciones financieras internacionales que rivalicen con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM) y, por lo tanto, definir un nuevo orden mundial.
En conjunto, estos cinco países suman casi tres mil millones de personas, un 42 % de la población mundial. Asimismo, generan el equivalente al 20 % del producto interior bruto mundial (PIB).
Pero entre este grupo de países emergentes destaca China. Este es el país más poblado del mundo, con más de mil millones de personas, y que ha vivido un crecimiento económico en su transición de un régimen de economía planificada a una economía de mercado. A partir de 1979, cuando se lanzan las reformas económicas, el país ha ido hacia una economía de mercado, primero «abriendo» inicialmente algunas pocas ciudades costeras a la economía internacional, creando zonas francas para atraer inversiones directas del exterior desde donde poder exportar los productos, y abrazando lo que oficialmente es una «economía socialista de mercado» (1993) e integrándose en los flujos económicos de la globalización y en la Nueva División Internacional del Trabajo. Actualmente, China es conocida como la fábrica del mundo y exporta gran parte de su producción a todo el planeta. Evidentemente, China es también una gran importadora, en especial de recursos energéticos, lo que provoca que actualmente sea la segunda potencia comercial del mundo.
En los momentos iniciales de apertura económica de China, este país atrajo inversiones para ir convirtiéndose en el gran taller del mundo al manufacturar productos con poco valor añadido. Esta especialización va cambiando, y ya en los noventa del siglo XX las importaciones de productos que incorporan más tecnología van ganando peso, mientras que los sectores más banales, como la confección, el textil o el calzado lo pierden.
Figura 5. Exportaciones chinas de productos manufacturados, 1992-2005
Fuente: M. F. Durand y otros (2008, pág. 121).
Fuente: M. F. Durand y otros (2008, pág. 121).
China cada vez más aumenta la capacidad tecnológica y su producción se diversifica. Una muestra de esta capacidad potencial es su carrera espacial. En septiembre de 2013 llegó a la superficie de la Luna la nave china Chang’e-3. Asimismo, y como hemos explicado en el apartado anterior, el ejército chino está detrás de numerosos ciberataques, una muestra más de su dominio tecnológico.
La incorporación a la tecnología se refleja en su expansión militar. Cada vez es más un ejército tecnológico que reduce el número de efectivos humanos. Como potencia emergente que es, China reivindica un vasto territorio marítimo, tanto en el mar de la China oriental como en el meridional, que choca con los intereses de los países limítrofes: Japón, Filipinas o Vietnam. Además, la armada china se aventura a navegar más allá de la línea imaginaria unida por las islas que separan estos mares del Pacífico abierto como muestra de su poder creciente. También hay que tener en cuenta el interés de China por controlar el paso entre el mar de la China meridional y el océano Índico para garantizar la ruta de exportación de sus productos hacia el Oriente Medio, África y Europa por medio de una red de bases militares conocidas como el «collar de perlas».
Figura 6. Contexto geopolítico regional de China, 2008
Fuente: M. F. Durand y otros (2008, pág. 131).
Fuente: M. F. Durand y otros (2008, pág. 131).
Desde un punto de vista económico, China también tiene un comportamiento propio de un país central que se refleja en la internacionalización de las empresas chinas y en la inversión directa en el exterior. Si bien tiene mucha importancia el sector de las materias primas y de la energía (en el que destaca África), las compañías chinas también invierten en telecomunicaciones, informática, cosmética, automóvil o electrodomésticos.
A pesar de la rivalidad entre Estados Unidos y China, el economista e historiador británico Niall Ferguson y el economista alemán Moritz Schularick (2007) los han unido bajo un solo término, Chinamérica, para enfatizar la relación de ambos países, de rivalidad y de colaboración a la vez. Se considera que los dos países aventajan al otro en algún aspecto: mientras que la población de China es muy superior a la de Estados Unidos, este segundo dispone de una demografía más dinámica que le permitirá tener una población más joven; el PIB (absoluto y per cápita) norteamericano es muy superior al chino, pero en cambio el crecimiento de los últimos treinta años de la potencia asiática ha sido muy superior a la americana; el presupuesto de defensa de Estados Unidos es de más de 400.000 millones de dólares, mientras que el chino «solo» es de unos 100.000, a pesar de que se estima que en 2030 llegará a los 300.000 millones de dólares anuales.
1.2.3.Las relaciones entre el centro y la periferia: el intercambio desigual
Como ya hemos explicado, los territorios denominados como centro establecen una relación de poder con los países periféricos. Esta relación subalterna de los primeros respecto a los segundos la definió el economista Samir Amin (1973), que la denominó intercambio desigual. Esta relación de intercambio es muy favorable a los países centrales. De una manera sencilla, esta relación de intercambio consiste en que los países centrales venden a un precio más alto los productos que compran en los países periféricos, de modo que el empobrecimiento de los segundos va en aumento.
Principalmente, desde el centro se exportan hacia las periferias:
1) productos de alto valor y con tecnología asociada;
2) inversiones de capital y préstamos para el desarrollo;
3) información y pautas culturales;
4) turistas.
En sentido inverso, los centros importan de las periferias:
1) recursos naturales y manufacturas con poco valor añadido;
2) la devolución de los préstamos y sus intereses;
3) la repatriación de los beneficios obtenidos por las transnacionales;
4) mano de obra.
Figura 7. Las relaciones de intercambio desigual entre el centro y la periferia
Fuente: Méndez y Molinero (1998, pág. 58).
Fuente: Méndez y Molinero (1998, pág. 58).
Esta relación desigual ha contribuido, entre otras causas, a empujar a los países del Sur Global hacia un endeudamiento cada vez mayor. Es la conocida deuda externa. Esta deuda proviene de los préstamos que los países del sur pidieron para insertarse en la economía capitalista e iniciar su crecimiento económico. Mayoritariamente, los préstamos sirvieron para invertir en el sector primario (fuera en el sector agrícola o en la minería) para obtener unos productos que exportar y obtener unos beneficios que servirían para reinvertir en la modernización de su economía. La realidad, sin embargo, fue diferente. En primer lugar, porque para hacer esto se desplazó mucha población que ocupaba aquel territorio y sacaba provecho de él; por ejemplo, la expulsión de los agricultores que practicaban la agricultura tradicional para poder pasar a desarrollar una agricultura comercial de exportación. En segundo lugar, porque en muchas ocasiones los precios de los productos agrícolas han bajado (muchos de estos productos no son de primera necesidad, como por ejemplo el café o el cacao), mientras que los de los productos que hay que importar (productos manufacturados, tecnología, etc.) han ido aumentando. Este desequilibrio ha conducido a no poder hacer frente a la deuda y tener que pedir ayuda a los organismos financieros internacionales (como, por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional) para poder devolver la deuda. Estos, sin embargo, antes de conceder un nuevo préstamo, exigían una serie de condiciones en la política económica del país. Estas políticas son los planes de ajuste estructural, y básicamente suponen la privatización de empresas y recursos y el recorte en políticas sociales, que a su vez significa un empeoramiento de las condiciones de vida de la población. Esta situación ha llevado a un círculo de endeudamiento muy difícil de romper; por eso, economistas y activistas de todo el mundo piden la abolición de la deuda externa.
Figura 8. El círculo del endeudamiento
Fuente: A. Ortiz (coord.) (2011, pág. 44).
Fuente: A. Ortiz (coord.) (2011, pág. 44).

1.3.Localización y deslocalización de las actividades económicas

El sistema económico capitalista favorece determinadas estrategias espaciales y dificulta o imposibilita otras. Esta dinámica queda reflejada sobre el territorio. Desde el inicio de las prácticas capitalistas, determinados aspectos son permanentes, como por ejemplo la participación de múltiples actores con capacidad de decisión, la competencia y la preferencia del beneficio privado como motor del funcionamiento empresarial, la generación de excedentes y, por último, la intervención de las instituciones públicas. Al mismo tiempo, el capitalismo a lo largo de la historia ha experimentado un desarrollo en el que es posible identificar toda una serie de etapas cíclicas. En cada una de estas etapas del capitalismo, hay una expansión territorial, se produce la crisis y la desaparición o el declive de algunos elementos heredados del sistema anterior que eran poco funcionales, ante el surgimiento de otros nuevos.
Como se puede observar en la figura que hay a continuación, los cambios en el sistema capitalista van acompañados de una revolución tecnológica que, a grandes rasgos, tiene como consecuencia cambios en la organización de la producción y en el funcionamiento empresarial para ser más eficientes, así como cambios en la regulación y en la presencia del estado en el funcionamiento de la economía. Paralelamente, cada etapa implica un cambio en la localización de las empresas, cambios en los puestos de trabajo, cambios en los flujos de las redes y las relaciones espaciales (mano de obra, mercancías, información, etc.), que integra los diferentes territorios y también influye en los movimientos de la población, en los procesos de urbanización, etc.
Figura 9. Los diferentes capitalismos a lo largo de la historia
Fuente: Méndez (1997, pág. 42).
Fuente: Méndez (1997, pág. 42).
El proceso de ruptura con el sistema productivo, social, institucional y los cambios territoriales que preceden a las diferentes etapas del capitalismo se conocen como Revolución Industrial.
En el siglo XVI se inició la expansión europea a partir de los intereses económicos, como por ejemplo las expediciones para buscar oro, plata, esclavos o especias, y los intereses culturales fueron la base para la formación de los imperios coloniales en ultramar y la creación de las rutas marítimas estables. También se creó un sistema de intercambio desigual estable con centro en las ciudades mercantiles del mar del Norte, como Amberes, Brujas, Ámsterdam o Londres, que habían sustituido a las ciudades mercantiles del Mediterráneo. Wallerstein lo identificó como la economía-mundo (1974), y la definió a partir de las ventajas de Europa para obtener el control de la mayor parte de la economía del mundo. Europa fue el adalid en el desarrollo y en difundir la industrialización y la economía capitalista, y el resultado que se generó fue un desarrollo desigual.
La Primera Revolución Industrial que se produjo a finales del siglo XVIII supuso el primer gran cambio en muchos sentidos. La revolución tecnológica facilitó los intercambios a grandes distancias (ferrocarril, navegación a vapor y el telégrafo) y generó una creciente demanda de materias primas para alimentar la industria de los países que lideraban estos procesos, al tiempo que estableció áreas de mercado protegidas de la competencia. Estos fueron los detonantes que impulsaron a las grandes potencias a colonizar regiones de Asia, África y Oceanía, e imponer la dominación política y económica en los nuevos estados independizados de las colonias en América Latina. En este periodo se consolida el intercambio desigual entre los países del centro y los de la periferia. Mientras que el centro exportaba manufacturas, capital y tecnología, las periferias se especializaban en la explotación y la exportación de los recursos naturales y productos agrarios. En este periodo (1850-1914), hay fuertes oleadas migratorias desde Europa hacia los nuevos países como Estados Unidos o Australia, lo que dio lugar a la internacionalización de la economía y, por lo tanto, hizo crecer rápidamente el comercio de mercancías transfronterizas y especializó los territorios en un sector económico.
La Segunda Revolución Industrial, que tuvo lugar desde la primera década del siglo XX, densificó la red de relaciones a medida que fueron surgiendo nuevos medios técnicos, como el automóvil, el avión, el teléfono, la electricidad, los hidrocarburos, etc. La exigencia creciente por parte del cambio del sistema de producción en serie impulsaba una ampliación de los mercados de consumo y de trabajo. La independencia económica y política de alguna de las colonias dio lugar a la transnacionalización de la economía mundial.
Finalmente, a partir de la década de 1980, se inició un proceso de globalización que se distingue de las etapas anteriores. Todos los cambios han ido acompañados de ciclos económicos.
1.3.1.Los ciclos económicos de Kondratiev
Los ciclos económicos están basados en la idea de que el crecimiento tiene lugar en periodos de cincuenta años. El economista ruso Nikolai Kondratiev (1892-1938) definió en 1924 los ciclos económicos del periodo moderno, y sugirió que las principales causas de los cambios eran las transformaciones tecnológicas generadas en los periodos de crecimiento y prosperidad. La figura que hay a continuación muestra los cambios y las principales causas de estos ciclos.
Los ciclos, por definición, hacen referencia al periodo de tiempo en el que una serie de hechos van sucediendo hasta llegar al punto desde el cual vuelven a producirse en el mismo orden. Los ciclos económicos son los periodos de cuatro etapas que evolucionan en función de las grandes revoluciones tecnológicas. Los cuatro periodos son los siguientes:
1) expansión (o prosperidad),
2) crisis (o recesión),
3) depresión, y
4) recuperación.
Estas cuatro etapas suelen tener una intensidad y una duración variables en cada ciclo, pero se presentan siempre en el mismo orden. Cada ciclo o fluctuación tiene asociados cambios tecnológicos e innovación en producción, distribución y organización de la estructura empresarial y del producto. Para cada ciclo de Kondratiev, se ha identificado un tipo de tecnología específica, un sector industrial y un espacio territorial concreto donde se localizan.
Figura 10. Los ciclos económicos de Kondratiev
Fuente: Elaboración propia a partir de Ortiz (2011) y Dicken (2003).
Fuente: Elaboración propia a partir de Ortiz (2011) y Dicken (2003).
El primer ciclo de Kondratiev tiene el origen en los inicios de la industrialización (1780) hasta la década de 1830. Su localización está en las regiones de Gran Bretaña, Francia y Bélgica; el principal sector económico era la industria textil y del hierro y la extracción del agua. El segundo ciclo, de 1830 a 1880, fue el paso a la máquina de vapor y al ferrocarril. Los principales núcleos industriales se encontraban en Gran Bretaña (sur de Gales, noreste de Inglaterra, Escocia central), Alemania (Ruhr), Francia, Bélgica y Estados Unidos. El tercer ciclo, desde la década de 1880 hasta la década de 1930, estaba asociado a la aparición de la energía eléctrica, maquinaria eléctrica, ingeniería pesada y de armamento, industria química y los colorantes sintéticos. Las regiones centrales de este ciclo fueron Alemania (Hessen), Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Holanda y Suiza. El cuarto ciclo coincide con el periodo de posguerra (1930-1970) y se conoce a partir del sistema de producción fordista. El principal sector productivo del momento era la industria de la automoción (coches, camiones), aeronáutica, petroquímica y materiales sintéticos. Los principales centros productivos de este ciclo fueron Estados Unidos, Alemania, Suiza, Suecia (entre otros países europeos), Japón, Canadá y Australia.
El quinto ciclo, desde la década de 1970 hasta la crisis de la década del 2010, también se conoce con el nombre de posfordista. Se basa principalmente en la era de la información y el conocimiento, softwares de telecomunicaciones, fibra óptica, robótica y biotecnología. La tecnología es la clave de este ciclo. Los principales centros de este ciclo son Estados Unidos (Silicon Valley), Europa y Japón; también se deben incluir las regiones emergentes como Taiwán y Corea. Actualmente se está viviendo un periodo de traspaso, en el que algunos economistas y científicos sociales afirman que se está iniciando un nuevo ciclo económico en el que el principal elemento tecnológico es la innovación en el conocimiento. La extensión de los ciclos ya no se concentra en un territorio, sino que abarca todo el planeta.
1.3.2.El ciclo de vida del producto
La evolución de los ciclos económicos se relaciona directamente con el desarrollo del ciclo de vida del producto. Tal como se observa en la figura que hay a continuación, el ciclo de vida del producto, utilizado por primera vez por el economista Theodore Levitt (1965), se explica a partir de cinco fases, que van desde la introducción del producto en el mercado hasta el momento de su declive. Cada estado del producto está asociado a un modelo de localización territorial diferente, en función de las necesidades tecnológicas y de la mano de obra. Por ejemplo, cuando se introduce un nuevo producto en el mercado, es el resultado de un proceso de innovación, la localización de la empresa se encuentra en un centro de investigación y desarrollo, cercano a una gran aglomeración urbana, con mano de obra altamente cualificada. No hay ninguna otra empresa que haga esta producción, por lo tanto, hay un monopolio. A medida que el producto va madurando, las necesidades tecnológicas se van reduciendo, hay otros productos en el mercado con características similares, por lo que es posible abaratar los costes de producción en mano de obra, tecnología y transporte a partir de la deslocalización de la empresa a una zona periférica. Finalmente, el mercado está cubierto, hay exceso de presión para minimizar costes y se hace necesario reducir o finalizar la producción. Paralelamente, cuando se llega a la maduración del producto y el mercado empieza a estar saturado, se empieza a pensar en un nuevo producto que mejore al anterior y lo sustituya; en este momento se inicia un nuevo ciclo con otro producto.
Figura 11. La introducción de un producto nuevo o de una técnica nueva en el mercado
Fuente: C. Stoffaës (1991, pág. 330).
Fuente: C. Stoffaës (1991, pág. 330).
1.3.3.El proceso de deslocalización de las empresas
Los ciclos económicos y el ciclo de vida del producto son dos elementos que han condicionado la localización de la actividad en el territorio. Poder conseguir los máximos beneficios es el principal motivo por el que las empresas se deslocalizan.
La desindustrialización es la disminución de la actividad y la capacidad industrial, especialmente en el proceso de manufactura de la producción. Este declive puede implicar una total y/o parcial reducción de la producción industrial, de la ocupación y de los medios de producción. Estos cambios forman parte de los ciclos económicos. Desde la década de 1980, se ha producido de manera frecuente el proceso denominado deslocalización económica (en un sentido genérico) o deslocalización industrial (para hacer mención del sector productivo más afectado). Este es un proceso que ha adquirido unas dimensiones cada vez mayores para la gente y los territorios directamente implicados. La deslocalización es un fenómeno inherente a cualquier economía industrializada que se mueve en términos de competencia internacional, y que consiste en trasladar de manera voluntaria toda o una parte de la producción a otros países con el objetivo de intentar optimizar la rentabilidad de las inversiones realizadas, a base de conseguir en el país de destino unos menores costes de mano de obra, de suelo industrial, más beneficios fiscales, así como también beneficiarse de legislaciones sociolaborales y medioambientales menos exigentes, tanto desde el punto de vista de la protección social como de los derechos sindicales. En un entorno productivo cada vez más complejo, las regiones se posicionan a partir de sus ventajas competitivas con el objetivo de maximizar beneficios y minimizar costes.
Figura 12. Localización y deslocalización en el mundo
Fuente: El Orden Mundial (2013). https://elordenmundial.files.wordpress.com/2014/01/deslocalizacion.pdf.
1.3.4.Las diferentes actividades económicas por sectores
Para entender las diferencias y las semejanzas de la actividad económica que hay entre las diferentes regiones, es necesario identificar el tipo de actividad que se desarrolla en cada una. Generalmente, la división del tipo de actividad económica es de cuatro amplias categorías o sectores. En primer lugar, el sector primario, que incluye todas las actividades productivas que están relacionadas con la extracción de los recursos de la Tierra. Se trata de productos que no se han elaborado ni se han transformado industrialmente. La base del sector primario la constituyen la agricultura y la ganadería, la caza, la pesca, la explotación forestal y la extracción de minerales y petróleo.
En segundo lugar, el sector secundario hace referencia a las actividades que procesan las materias primas que han sido extraídas a partir del sector primario, en las que se da un proceso de transformación de la materia prima, convirtiéndola en un bien de equipamiento o de consumo. Por ejemplo, el mineral se transforma en acero, los troncos en madera, o el pescado se procesa y se enlata, además de otras actividades relacionadas con la energía y la construcción. Las industrias del sector secundario generalmente se denominan industrias manufactureras. Las actividades manufactureras están distribuidas en todo el mundo, pero como se verá posteriormente, las empresas tienden a concentrarse en aquellas zonas donde hay ventajas comparativas, como por ejemplo la energía o mano de obra disponible. Las regiones donde se localizan no son autosuficientes para producir todo lo que se necesita. De este modo, surge la necesidad de crear mercados más amplios de ámbito nacional o internacional para poder comprar y vender. Aunque parezca que hay otros sectores en crecimiento, en la sociedad actual, la industria, en general, y el crecimiento industrial, en particular, continúan siendo unos de los factores que indican cuál es el grado de riqueza y el nivel de desarrollo de un país o de una región. Su importancia se mide a partir de la contribución de este desarrollo en cada país.
En tercer lugar, el sector terciario, que también se conoce como el sector servicios, está formado por un conjunto de actividades que no utilizan materias primas ni producen bienes, sino que ofrecen servicios para satisfacer las necesidades de la sociedad. El bien se define como un objeto físico, generalmente transportable, con posibilidades de almacenamiento, que dura un cierto tiempo después de haberse acabado el trabajo de elaboración. El servicio, en cambio, es una prestación de trabajo o de uso de las instalaciones especializadas. Los servicios son la actividad que se lleva a cabo para satisfacer la necesidad de otro. Hay una gran diversidad de servicios, por lo que para los geógrafos resulta útil distinguirlos en tres tipos:
1) los servicios de transportes y comunicaciones;
2) los servicios (que hacen referencia a los servicios en la producción y se localizan cerca de los centros productores); y
3) los servicios a las personas (que van dirigidos al consumidor final y se localizan cerca del consumidor).
Finalmente, a pesar de que tradicionalmente el sector terciario incluye por su definición todas las actividades relacionadas con el conocimiento, está el cuarto sector, que hace referencia a las actividades intensivas en conocimiento.
El geógrafo francés Paul Claval (1993) ya constató una reorientación de la población activa por sectores. Desde la Revolución Industrial, las mejoras tecnológicas progresivas han hecho aumentar la producción de productos agrícolas e industriales, han reducido el número de trabajadores y han liberado mano de obra. En los países con una actividad productiva más desarrollada, esta mano de obra se ha orientado hacia el sector servicios, que progresivamente ha ido creciendo en importancia, tanto en número de trabajadores como por la actividad que genera. Progresivamente, las actividades terciarias, como el turismo o el comercio, van adquiriendo peso en el crecimiento económico de los países, sea cual sea el grado de desarrollo. La figura que hay a continuación muestra este cambio de tendencia.
Figura 13. Evolución de la población activa por sector desde la Revolución hasta principios del siglo XXI
Fuente: P. Claval (1993). Initiation à la géographie régionale. París: Nathan.
Fuente: P. Claval (1993). Initiation à la géographie régionale. París: Nathan.
El crecimiento del sector servicios se denomina terciarización. El capitalismo contemporáneo indica que las actividades de servicios ocupan cada vez más una proporción más elevada de población económicamente activa y producen un porcentaje creciente de bienes y servicios.
1.3.5.Las teorías de localización
A lo largo del tiempo, el territorio ha sido testigo activo de los diferentes modelos de localización que han cambiado en función de la perspectiva empresarial, social e institucional. Desde la geografía económica, se han estudiado estos cambios a partir de las teorías de localización. El principal objetivo de estas es predecir dónde se debería localizar una empresa para maximizar los beneficios. Hay tres aspectos que cabe tener en cuenta:
1) minimizar el coste del producto;
2) minimizar la distancia entre los mercados y los centros productivos, y
3) considerar las características del territorio que favorecen la localización de un determinado número de empresas.
De acuerdo con las variables anteriores, desde la geografía se introduce la relación de dos factores importantes para poder representar adecuadamente el espacio económico; se trata del espacio y del tiempo. El grado de implicación del espacio y el tiempo para la localización de una empresa hace posible una división de las teorías de localización en dos: las teorías microgeográficas y las teorías macrogeográficas. Las teorías microgeográficas presentan unos niveles muy bajos de relaciones espaciales y temporales para la localización de una empresa. Las más influyentes son, en primer lugar, la teoría clásica del mínimo coste, elaborada por el economista y sociólogo alemán Alfred Weber (1909), que define la localización de una empresa en función del coste de transporte y de las primeras materias que la industria necesita, con el objetivo de minimizar el coste de transporte en el suministro de los productos intermedios y del producto final al mercado para maximizar los beneficios de producción; en segundo lugar, la teoría económica neoclásica de los modelos duopolistas, desarrollada por el matemático Harold Hotelling (1929). La finalidad de este era conseguir una distribución equilibrada de las empresas de un sector en concreto sobre el territorio a partir de la concentración espacial, con la intervención de poderes públicos a través de políticas con capacidad para modificar las decisiones privadas en beneficio de los consumidores, y las economías externas, que son los efectos secundarios producidos por una actividad que no se refleja ni en los costes ni en el precio de la empresa. Y, finalmente, la teoría de la localidad central del geógrafo alemán Walter Christaller (1933). En este caso, el objetivo de la empresa era conseguir el máximo beneficio, por lo que su localización no dependía del mínimo coste de transporte, sino de la relación entre los costes de producción y el área de mercado controlada por la empresa.
Por otro lado, las teorías macrogeográficas son las que consideran que el espacio es una entidad estructurada mediante procesos de interacción entre variables económicas, sociales e institucionales, que participan en el proceso de localización. En este caso destacamos los distritos industriales, definidos por el economista inglés Alfred Marshall (1923), que se caracterizan por la concentración de la actividad industrial en un área donde se cubren todas las fases de la cadena de producción; así, se aprovechan las economías externas de la empresa. Posteriormente, economistas y geógrafos italianos redefinen y actualizan este concepto a partir de la especialización de la producción. El otro modelo es el Milieux Innovateur; los impulsores de este modelo fueron un grupo de geógrafos, economistas, sociólogos y políticos franceses, italianos, anglosajones y austríacos que formaron el Groupe de Recherche Européen sur las Milieux Innovateurs (GREMI) (1986). El objetivo del grupo era desarrollar una teoría común para el estudio del comportamiento innovador de la red empresarial y del saber hacer de las instituciones económicas, sociales y de conocimiento, y a partir de esta relación determinar el éxito de las áreas industriales. Y el embeddedness model (modelo de incrustación), ideado por el antropólogo y economista austríaco Karl Polanyi (1944) y el sociólogo norteamericano Mark Granovetter (1985). Estos potencian el resurgimiento de las relaciones económicas dentro de la estructura social de un lugar y determinan que las interrelaciones del capital humano, del capital social y del capital económico generan una red propicia para el desarrollo de la actividad económica.

2.Geografía política

2.1.Un mundo organizado en estados

En el mundo, en noviembre de 2015, hay ciento noventa y tres países miembros de la Organización de las Naciones Unidas, que significa que son los estados independientes aceptados por la comunidad internacional (a estos habría que añadir la Ciudad del Vaticano y Palestina, que son observadores permanentes con la categoría de estados no miembros). Estos estados constituyen la organización administrativa básica del mundo.
Evidentemente, el mapamundi político no ha sido siempre igual y, de hecho, el número de estados políticos independientes ha ido en aumento con el paso del tiempo. Si bien es cierto que en el siglo XIX había países que estaban divididos en numerosos estados (los casos de Alemania o Italia), también existían grandes imperios en Europa y numerosas colonias en los actuales países del Sur Global.
Desde el siglo XIX, se pueden distinguir diferentes etapas de creación de los estados:
  • El proceso de independencia de las colonias latinoamericanas respecto a España y Portugal, datado entre los años 1810 y 1825.

  • El proceso de creación de estados europeos a lo largo del siglo XIX y hasta el final de la Primera Guerra Mundial en el marco del romanticismo. De esta etapa son la unificación italiana (culminada con la conquista de Roma en 1871), así como la creación de los estados de Polonia, Austria, Hungría, Albania o Turquía, entre otros, y la desaparición de los imperios austrohúngaro y otomano.

  • Los procesos de emancipación surgidos en la etapa de la descolonización de África, Asia y de los microestados de Oceanía (habría que añadir también Surinam y Guyana en América del Sur) respecto de las metrópolis europeas, y que significó un cambio muy sustancial en el mapamundi político y la desaparición del imperio británico.

  • La última gran etapa de procesos de independencia se ha dado en el marco de la descomposición del bloque soviético. Esta última etapa ha modificado de una manera muy especial el mapa de la Europa central y oriental, así como el centro de Asia. Entre estos nuevos estados encontramos la Alemania reunificada y los surgidos de la desintegración de Yugoslavia y las repúblicas que formaban la URSS, que accedieron a la independencia en 1991. En total, serían veintiséis nuevos estados en lugar de los siete existentes hasta 1990 (República Federal de Alemania, República Democrática de Alemania, Checoslovaquia, Yugoslavia, URSS, República Árabe de Yemen y República Popular del Yemen del Sur).

2.1.1.El surgimiento de los estados modernos
En el marco de la Paz de Westfalia de 1648 se establecen las bases de los estados modernos. La Paz de Westfalia se compone de varios tratados que pusieron fin a una serie de largos conflictos europeos, como por ejemplo la guerra de los Treinta Años y la guerra de los Ochenta Años, que reconocieron la independencia de las Provincias Unidas Holandesas y la Confederación Helvética. Hay autores que también incluyen en la Paz de Westfalia el Tratado de los Pirineos de 1659, que dividió el Principado de Cataluña entre los reinos de Francia (norte) y de España (sur).
La Paz de Westfalia establece la soberanía territorial de los estados y los principios de integridad y de no injerencia. En otras palabras: se reconoce que cada estado es soberano en su territorio. A partir de aquel momento, el soberano no será aquel que acumule más tierras fruto de la combinación de guerras, matrimonios y herencias. Hasta entonces, había soberanos de tierras sin continuidad física; un buen ejemplo de esto sería Habsburgo, que tenía tierras en lugares tan alejados como, por ejemplo, España, Borgoña o Austria. Así, la Paz de Westfalia supone para la organización estatal europea:
  • El reconocimiento de la soberanía del estado en un territorio concreto por parte de los otros estados.

  • La no injerencia en el territorios de los otros estados.

  • La continuidad territorial de los estados.

Con la aparición del concepto moderno de estado, también se da un nuevo sentido al término frontera. La frontera será la delimitación que sirve para distinguir el «dentro» del «fuera», los asuntos internos (o si se quiere, nacionales) de los externos (o internacionales). Es entonces cuando aparecen las cancillerías dedicadas a tratar los temas de fuera de las fronteras del estado. Las fronteras, a partir de aquel momento, también empezarán a desarrollar un nuevo papel, el de separar dos realidades políticas, y darán lugar a un paisaje específico formado por vallas, fosos, garitas, aduanas, que nos recuerdan la existencia de dos territorios diferentes.
Todo ello nos conduce a la vinculación inequívoca de la territorialidad de los estados: sin territorio no hay ni estado ni soberanía. La soberanía hay que entenderla como la exclusividad del estado a gestionar la política, la economía y la ideología de una sociedad circunscrita en un territorio delimitado por una frontera que está controlada por este mismo estado.
2.1.2.El reconocimiento internacional y la legitimidad de la soberanía
Con el territorio no es suficiente para tener soberanía; se requiere que el sistema interestatal, que la comunidad internacional, se la reconozca. Así, la soberanía existe cuando, además de territorio, hay un reconocimiento por parte de los otros estados. El reconocimiento internacional de la soberanía es lo que da legitimidad a ejercer el control sobre un territorio y su integridad. Pero no siempre que se tiene legitimidad se puede controlar el territorio y, de hecho, existen numerosos territorios que de facto actúan como estados, pero están faltos de legitimidad debido al no reconocimiento internacional mayoritario. Estos territorios pueden:
  • no estar reconocidos por ningún estado, como es el caso de Somalilandia;

  • por pocos países, como es el caso de algunos territorios «desconectados» de los nuevos estados surgidos después de la desintegración soviética (Abkhazia y Osetia del Sur en Georgia, Transnistia en Moldavia, Nagorno Karabaj en Azerbaiyán o Donestk y Lugansk en Ucrania) u otros fruto de conflictos regionales, como la República Turca de Chipre, la República de China (Taiwán) o la República Saharaui Democrática.

Y todavía hay estados que no tienen el reconocimiento unánime de la comunidad internacional a pesar de que en ocasiones son miembros de la ONU. Entre estos estados encontramos la República Popular de China, Palestina, Israel o Kosovo. Evidentemente, también se puede hacer la lectura inversa de lo que se acaba de exponer: hay estados soberanos legitimados por el reconocimiento internacional que no tienen la capacidad para imponer el control en su territorio, y es entonces cuando aparecen nuevas propuestas de estados no reconocidos.
Como se puede comprobar dando un vistazo a un mapamundi político, en el mundo no hay cabida para territorios donde ningún estado, de una forma reconocida legalmente por la comunidad internacional, ejerce su soberanía y, por lo tanto, su poder. Solo la Antártida (a pesar de que siete estados tienen reclamaciones territoriales sobre el continente) y las zonas marinas más alejadas de las costas quedan fuera del control de los estados. Cuando han existido territorios sin un estado soberano que ejerciera su control, los estados existentes han tenido el control de integrarlos. Esto ha sucedido con espacios físicamente continuos con el territorio estatal. Así, la inexistencia de un estado ha permitido la ampliación territorial, a pesar de suponer la desaparición de las tierras de comunidades indígenas, puesto que estas nunca fueron actores legítimos en el sistema interestatal.

2.2.La crisis de los estados en la globalización

La globalización ha supuesto un cambio de coordenadas en la organización del mundo. Viejas fórmulas de funcionamiento que eran válidas hasta el advenimiento de la globalización muestran síntomas de agotamiento e ineficacia: uno de estos casos es el de los estados surgidos de la Paz de Westfalia.
Como ya se ha visto, la globalización se caracteriza por una creciente interconexión mundial, un incremento y una aceleración de los intercambios, ya sean de bienes materiales como de información y capitales, y una creciente interdependencia. En este marco, parece que los estados no tienen la capacidad ni para resolver satisfactoriamente los retos ni para posicionarse como potencias mundiales. En palabras del geógrafo Oriol Nel·lo (2013, pág. 50):

«la integración de la economía mundial, la interrelación de las redes, el surgimiento de sujetos que comparten intereses subjetivos y objetivos sin residir en el mismo territorio ha provocado tanto la crisis del Estado-nación tradicional, como la crisis de las formas de representación y análisis de las configuraciones espaciales».

Frente a esta nueva situación, los estados han reestructurado funciones, cedido competencias y han aparecido nuevos actores políticos.
2.2.1.Los nuevos actores políticos supraestatales
Una de las respuestas, por parte del estado, ha sido la cesión de competencias que en principio eran exclusivas de los estados a nuevas entidades políticas superiores. Es lo que algunos autores denominan la regionalización del mundo.
Figura 14. Principales procesos de integración regional, 2007
Fuente: M. F. Durand y otros (2008, pág. 41).
Fuente: M. F. Durand y otros (2008, pág. 41).
Se asiste a diferentes asociaciones entre estados en todos los rincones del planeta, que, a pesar de los diferentes objetivos y, sobre todo, profundidad, tienen como objetivo una mayor integración regional, cediendo algunas de sus competencias hacia estas instituciones supraestatales. En gran parte, tienen un carácter marcadamente económico y quieren facilitar y aumentar los procesos de intercambio económico entre ellos, a pesar de que pueden ir acompañados por otros programas de intercambio. De todas estas asociaciones, destaca la Unión Europea por su mayor grado de integración y por la dimensión de la cesión de competencias propias de los estados-westfalianos.
La Unión Europea es una asociación económica y política compuesta por veintiocho estados del continente. Es la culminación momentánea de un proceso iniciado después de la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de impulsar la cooperación económica. En un primer momento, condujo a la creación de la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1958, compuesta por seis países. Con los años, esta unión económica evolucionó hasta la actual unión política: de ahí el cambio de nombre en 1993 para ser la Unión Europea (UE). La UE asume una amplia diversidad de políticas que se despliegan en tratados, que son reglas fundamentales en toda la UE, y por toda una serie de directrices de obligado cumplimiento por parte de los diferentes estados miembros, que desarrollan los principios y objetivos de los tratados. Asimismo, se dota de un Parlamento, elegido por sufragio universal, y de la Comisión Europea, que regenta el poder ejecutivo. Con todo, en la UE conviven estos organismos supranacionales con otros intergubernamentales (es decir, conformados por los gobiernos de los estados miembros), como sería el Consejo de la Unión Europea.
La cesión de las competencias a favor de la UE, sea en carácter exclusivo sea compartido, supone la renuncia de los estados a ejercer su soberanía en aspectos que han sido el núcleo central del ejercicio de la soberanía de los estados westfalianos.
Hay que destacar:
Figura 15. La Unión Europea, estados miembros y año de ingreso
Fuente: Wikipedia (https://en.wikipedia.org/wiki/european_union) [consultado el 24 de noviembre de 2015].
Fuente: Wikipedia (https://en.wikipedia.org/wiki/european_union) [consultado el 24 de noviembre de 2015].
  • Supresión de fronteras. Hace referencia a la supresión de las fronteras en el interior del territorio de la Unión, acordada en el Acuerdo de Schengen, del cual participa todo el territorio de la Unión Europea excepto Bulgaria, Croacia, Irlanda, Rumanía, el Reino Unido y Chipre. Esto significa que personas, mercancías y capital circulan libremente por un vasto territorio interestatal. El control de las fronteras por parte de los estados solo se hace en el marco de acontecimientos excepcionales, como por ejemplo las grandes cumbres internacionales o situaciones de emergencia como en los atentados de noviembre de 2015 en París. Ahora, las fronteras realmente existentes son las exteriores a la Unión Europea, de ahí su importancia y, en este caso sí, la existencia de muros, vallas y extrema vigilancia al acceso hacia Europa. En estas fronteras, el estado que las controla no solo lo hace en el acceso a su país, sino en el conjunto de la Unión. A pesar de que las competencias de las fronteras son de los estados, la Unión Europea se ha dotado de una Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados Miembros de la Unión Europea (conocida como Frontex, del francés frontières extérieurs), con el objetivo de coordinar y apoyar a los países miembros en la vigilancia de las fronteras.

  • Unión monetaria. La Unión Europa cuenta con una moneda común: el euro. Sin duda, se trata de otro caso de cesión de competencia de los estados de manera muy relevante, la renuncia a las monedas propias y la posibilidad de hacer políticas monetarias, como por ejemplo la devaluación (una salida corriente en muchas situaciones de crisis) o emisión de más moneda. La moneda única, sin embargo, en el año 2015 no está establecida en el conjunto de los países de la Unión. Para formar parte de ella, hay que cumplir con los criterios de convergencia que se establecieron en 1992 en el Tratado de Maastricht. Actualmente es la moneda común de diecinueve de los estados, más cuatro microestados europeos (enclavados en el territorio de la Unión con un acuerdo para emplearla), y dos países más que la usan sin ningún tipo de acuerdo (Montenegro y Kosovo). Los estados de la Unión que tienen el euro como moneda constituyen la eurozona. Del resto de países, se pueden distinguir dos grupos. Los primeros son los que tienen la voluntad de formar parte de ella, pero todavía no cumplen los criterios de convergencia, y están constituidos en gran parte por los últimos estados que ingresaron procedentes de la antigua área de influencia soviética. El segundo grupo está formado por el Reino Unido y Dinamarca, que negociaron una cláusula para permanecer voluntariamente fuera de la eurozona. Finalmente, Suecia, a pesar de cumplir los objetivos de convergencia, no se ha incorporado a la eurozona.

La política monetaria se dirige desde el Banco Central Europeo, con sede en la ciudad alemana de Fráncfort. Con todo, la política monetaria común no ha ido acompañada de la cesión de otras políticas económicas, como por ejemplo la emisión de deuda pública. Este hecho puso serias trabas a la resolución de la crisis de la deuda que afectó gravemente a algunos países de la Unión (básicamente los de las penínsulas meridionales del continente).
  • Legislativo: la Unión Europea tiene competencia sobre un amplio abanico de temas, en ocasiones exclusivos y en otras, de manera compartida con los estados miembros. La competencia monetaria, que se ha explicado anteriormente, es de carácter exclusivo. En el control de fronteras externas, en cambio, la Unión apoya a los estados miembros. Entre otras cesiones competenciales hacia la Unión encontramos, por ejemplo, la política pesquera comunitaria y/o la medioambiental. En cuanto a la pesca, la Unión Europea decide las políticas en torno a este tema, estableciendo cuotas, épocas de veda y firmando acuerdos de pesca fuera de las aguas territoriales de los estados miembros, y tiene las competencias exclusivas en la conservación de los recursos biológicos marinos. En cuanto a la política comunitaria medioambiental, la Unión Europea ha establecido, por ejemplo, una red de espacios naturales protegidos llamada Natura 2000, que alcanza el 20 % de la superficie de su territorio y supone casi 26.000 zonas. La inclusión de los espacios en esta red significa que se deben ordenar y gestionar de acuerdo con las directrices que emanan de la Unión.

  • Judicial: la Unión Europea se ha dotado de un Tribunal de Justicia que vela por que el derecho comunitario europeo se aplique de manera coherente e igual a todos los habitantes de los estados miembros. Así, se garantiza que no se legisla o actúa en contra de la normativa europea. Por ejemplo, si un estado miembro quisiera desarrollar un plan en un territorio de la red Natura 2000 que fuera contrario a la normativa que la Unión ha establecido para la protección de estos espacios, a partir de una denuncia, este tribunal puede parar el plan.

Este proceso de pérdida de competencias de los estados no está exenta de resistencias, que son muy variadas e ideológicamente contradictorias. Estas resistencias son mayores y más visibles en momentos de crisis profundas, como la de este comienzo de siglo. Las resistencias provienen de dos ámbitos políticos muy diferenciados. Por un lado, está el bloque de fuerzas que reclaman el regreso a la soberanía nacional, que defienden que el estado reasuma funciones que ha delegado a los nuevos actores supraestatales y que habitualmente van acompañados de ideología xenófoba y miedo a lo que es extranjero. Reclaman, ante todo, el regreso del control de las fronteras. Estas fuerzas creen en peligro los principios «nacionales» del estado, que lo entienden muchas veces desde una vertiente étnica. Su presencia varía de estado a estado en la Unión Europea, pero son fuerzas políticas importantes: en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, llegaron a ser la fuerza más votada en el Reino Unido (26,8 % de los votos emitidos para el Partido para la Independencia del Reino Unido, UKIP en sus siglas en inglés) y en Francia (24,9 % de los votos para el Frente Nacional).
Desde otra vertiente, no tanto con la voluntad de liquidar la Unión Europea sino de transformarla, está el bloque de fuerzas que reivindican la soberanía popular por encima de la soberanía estatal, que consideran al servicio del sistema económico culpable de los recortes en inversión social en los primeros decenios del siglo XXI. Consideran que las decisiones se toman de manera demasiado alejada de la ciudadanía y según los dictados de las grandes empresas y organismos económicos neoliberales. En su momento, Syriza, ganador de las elecciones al Parlamento Europeo de 2014 en Grecia (26,6 % de los votos) y ganadora en las elecciones estatales de 2015, ha sido el partido más exitoso.
2.2.2.Los nuevos actores políticos infraestatales
Una segunda forma de pérdida de soberanía por parte de los estados ha sido la cesión de competencias que le eran propias hacia nuevos actores territoriales inferiores. En este caso, se trata de planificar y gestionar toda una serie de servicios tan cercanos de la ciudadanía como sea posible. Se trata del principio de subsidiariedad, que queda incluso recogido en el Tratado de Maastricht de la Unión Europea.
Con la erosión de las capacidades de los estados para responder eficazmente a sus funciones, los estados han ido regionalizando sus políticas a la vez que dotaban de más o menos poder político a estos territorios infraestatales. También en este caso encontramos diferencias entre los distintos países sobre la capacidad de autonomía política de estas regiones.
Por un lado, existen estados que han cedido numerosas competencias en favor de los territorios autónomos. Un caso sería el del Reino Unido, que en 1998 aprobó lo que se conoce como las Devolution Acts para Escocia, Gales e Irlanda del Norte, según las cuales se devolvieron a estos territorios toda una serie de competencias que van desde la agricultura o el medio ambiente hasta salud, vivienda o transporte. Para poder ceder estas competencias, estos territorios recuperaron sus parlamentos y gobiernos. Aun así, el Reino Unido no puede considerarse un estado federal (como sería el caso de Alemania) porque, en última instancia, las competencias transferidas residen en el Gobierno central.
Por otro lado, se han dado también descentralizaciones administrativas sin tanta capacidad de autonomía política. Sin embargo, como en el caso de Francia, las regiones han ido aumentando competencias en el proceso de la gradual descentralización administrativa de la república. Actualmente, el Conseil Régional es la asamblea (parlamento) de las regiones y son elegidas por sufragio universal.
En España, el proceso de descentralización administrativa se ha llevado a cabo por medio de la implantación de las comunidades autónomas. Estas legislan y gestionan numerosas competencias que afectan de una manera importante a la ciudadanía. Surgidas de la Constitución de 1978, suponen un punto intermedio entre algunos territorios con fuertes demandas de autonomía política (como fue el caso de Cataluña), y que los dejó con una insatisfacción por no cumplir con las expectativas de una mayor autonomía, respecto a otros con pocas o prácticamente nulas reivindicaciones de descentralización.
En cualquier caso, el proceso de cesión de competencias hacia estos entes territoriales no está concluido y no está exento de tensiones, tanto hacia una mayor autonomía como hacia un repliegue hacia el poder central. Además, en este proceso se encuentran territorios que tienen una fuerte personalidad, incluso nacional, que más que descentralizaciones administrativas reclaman una amplia autonomía política (o hasta la independencia), con otros sin esta personalidad tan diferenciada respecto de la identidad nacional oficial del Estado. En España, por ejemplo, conviven autonomías de ambos tipos. En cambio, la autonomía política de Escocia, Gales e Irlanda del Norte es un reconocimiento a la diversidad nacional británica más allá de la inglesa.
2.2.3.Los nuevos actores interestatales: ¿embrión de algo?
La crisis de los estados y la desaparición de las fronteras ha posibilitado la creación de espacios de relación transfronterizos y de nuevas regiones con un mínimo reconocimiento institucional, aunque de poca importancia dada la falta de competencias, y con la aparente poca posibilidad de ir más allá. Siguiendo con el ejemplo de la Unión Europea, son las llamadas eurorregiones, territorios interestatales que coordinan políticas regionales de desarrollo sin capacidad legislativa ni poder político. El potencial de estas eurorregiones consiste en la unión de dos elementos:
  • La existencia de áreas con dinámicas territoriales y de desarrollo comunes.

  • La existencia, en muchas ocasiones, de elementos históricos y culturales compartidos.

Esto posibilita que viejas comunidades nacionales fragmentadas entre varios estados tengan, por primera vez en muchos años, estructuras administrativas conjuntas y, con ello, un cierto redescubrimiento de estas antiguas realidades culturales históricas.
Cataluña forma parte de la eurorregión Pirineo Mediterránea, junto con las Islas Baleares y las regiones francesas del Mediodía Pirineo y Languedoc-Rosselló.
2.2.4.Las instituciones globales
A una escala global, también se encuentran organismos que erosionan la soberanía de los estados. En ocasiones se trata de una manera muy débil y, en cambio, otras veces esta erosión de la soberanía se realiza de manera más agresiva.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), vista por algunos como un posible embrión de un gobierno mundial, está muy lejos de esto y actualmente es el inicio de un espacio político común del conjunto del planeta, un punto de encuentro y portavoz de la comunidad internacional.
La ONU se fundó en 1945 en la conferencia de San Francisco (EE. UU.) con cincuenta estados miembros. Los precedentes eran la Sociedad de Naciones, creada en la época de entreguerras y que no pudo parar el conflicto bélico de la Segunda Guerra Mundial. Desde su fundación, la ONU no ha parado de crecer, y actualmente llega casi a los doscientos estados miembros.
La ONU se organiza a partir de los siguientes organismos:
  • La Asamblea General, que es su principal ámbito de discusión y donde están presentes todos los estados miembros.

  • El Consejo de Seguridad, formado por cinco miembros permanentes y diez elegidos cada dos años por la Asamblea. Los miembros permanentes (Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Rusia y China) tienen derecho de veto sobre cualquier decisión tomada por el Consejo.

  • La Secretaría, que se responsabiliza de la administración de la ONU. El secretario general se elige cada cinco años a propuesta del Consejo de Seguridad.

  • El Consejo Económico y Social, que se organiza en comisiones y coordina las actividades económicas y sociales de la ONU y de las instituciones especializadas.

  • Las instituciones especializadas, que disponen de autonomía dentro de las Naciones Unidas. Tienen funciones importantes y algunas establecen las normas económicas del mundo, como por ejemplo el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Además, también está la Organización Mundial del Trabajo (OIT), la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre las más importantes.

  • Los organismos específicos, constituidos por un conjunto de organismos con un impacto cada vez más importante en la política internacional. Entre ellos encontramos el Fondo Internacional de las Naciones Unidas para Actividades en Materias de Población (FNUAP), el Fondo Internacional de las Naciones Unidas de Auxilio a la Infancia (UNICEF) o el Programa Mundial de los Alimentos (PAM).

  • El Tribunal Penal Internacional, órgano jurídico y del que se hablará más adelante.

De estos organismos dependientes de la ONU cabe mencionar algunos con más detalle por el impacto que tienen en el ejercicio de la soberanía de los estados. Tres son instituciones que intervienen en la configuración de las normas económicas mundiales (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio), y la cuarta, en la manera de tratar la violación de los derechos humanos (Tribunal Penal Internacional).
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se creó en 1945 a partir de los Acuerdos de Bretton Woods de 1944. Se trata de unos acuerdos económicos que se tomaron para establecer las grandes líneas de la economía mundial para después de la Segunda Guerra Mundial, que tomaron representantes de cuarenta y cuatro estados aliados. Actualmente el FMI forma parte de los organismos especializados de las Naciones Unidas y cuenta con 187 miembros. Tiene como objetivo velar por el buen funcionamiento de la economía capitalista con la regulación del sistema financiero internacional a partir de principios como la liberalización de los mercados, la austeridad fiscal y la reducción del sector público. Su misión es apoyar a los países que experimentan dificultades económicas. En esta situación, el FMI otorga créditos a los países con problemas para que puedan hacer frente a ellos, pero a cambio impone una serie de condiciones. Por un lado, los préstamos se deben devolver en un periodo de tiempo corto; por otro lado, los países han de presentar unos planes de ajuste para superar las condiciones que los han conducido a la situación de quiebra económica. Para poder aprobar el préstamo, es necesaria la aceptación de estos planes de ajuste, que, de hecho, son una forma de intervención de la soberanía estatal en cuanto que suponen la imposición de políticas económicas a países terceros. Los planes de ajuste hay que realizarlos según los criterios siguientes:
  • Creación de superávit fiscal para cumplir con la deuda externa.

  • Privatización de servicios públicos en cuanto que ciertas prestaciones dejan de ser consideradas derechos (sanidad o educación, por ejemplo) para pasar a ser servicios.

  • Reestructuración del sistema impositivo. Generalmente supone la implementación de impuestos regresivos, como por ejemplo el impuesto de valor añadido (IVA).

  • Recorte del gasto público.

  • Introducir mayor flexibilidad en el mercado laboral.

  • Los nuevos reembolsos estarán sujetos a los cumplimientos antes mencionados.

Estas intervenciones y, especialmente, las condiciones impuestas han sido objeto de numerosas críticas por parte de muchos sectores, ya que no solo las consideran una promoción de un modelo económico y social basado en el liberalismo, sino que las hacen responsables de la mala situación económica y social de muchos de los países donde ha intervenido para ayudar a mejorar y estabilizar la economía.
El Banco Mundial es una institución financiera pública internacional que trabaja junto con el Fondo Monetario Internacional. Ambas instituciones fueron creadas en los Acuerdos de Bretton Woods y también forman parte de los organismos de la ONU. El Banco Mundial proporciona préstamos a los países del Sur Global para financiar proyectos que les permitan su desarrollo y con el objetivo de erradicar la pobreza.
Con todo, el Banco Mundial relaciona su política de préstamos con la desregulación de la economía, lo que significa ignorar aspectos como los de la equidad social, el impacto ambiental o los derechos humanos. Además, a pesar de que 188 países forman parte del Banco, este está dirigido por los países del centro, que eligen a su presidente y dictan su política. Todos estos elementos, junto con el hecho de que los países del Sur Global no salen de las relaciones de dependencia respecto de los países centrales, provocan que se sucedan las protestas cuando se celebran las conferencias anuales del Banco.
Figura 16. Protestas contra la conferencia anual del Banco Mundial del 2002 celebrada en Oslo
Fuente: Wikipedia (https://en.wikipedia.org/wiki/world_bank_oslo_2002_Protests) [consultado el 26 de noviembre de 2015].
Fuente: Wikipedia (https://en.wikipedia.org/wiki/world_bank_oslo_2002_Protests) [consultado el 26 de noviembre de 2015].
La tercera de las instituciones globales que asumen un papel clave en el marco de la globalización y que erosionan la soberanía de los estados es la Organización Mundial del Comercio. Esta organización es la sucesora del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT en sus siglas en inglés) y tiene por objetivo eliminar las barreras internacionales al comercio. Como el FMI y el Banco Mundial, es la tercera gran institución que fija las reglas económicas del capitalismo global y que, según sus críticos, perpetúa las relaciones de dependencia de los países del sur respecto a los del norte. Actualmente, la OMC tiene 153 miembros y sus funciones son las siguientes:
  • Ser el foro de negociación para las discusiones de las reglas de comercio internacionales.

  • Ser árbitro y aportar soluciones en caso de disputas comerciales entre sus miembros.

Desde un punto de vista jurídico, existe el Tribunal Penal Internacional (TPI) o Corte Penal Internacional, que fue creado en 1998 por iniciativa de la ONU. Se trata del primer tribunal de carácter internacional, encargado de juzgar a los responsables de crímenes contra la humanidad, genocidio y crímenes de guerra. 122 países han ratificado el Estatuto de Roma, documento que da lugar al TPI. Anteriormente, y con carácter excepcional, un tribunal internacional había juzgado los crímenes de guerra y genocidio de la Segunda Guerra Mundial (Nuremberg y Tokio), y en los noventa, los crímenes cometidos por las guerras de la antigua Yugoslavia y Ruanda. Según se establece en el estatuto, nadie queda exento de responsabilidad y se puede juzgar a cualquier persona con independencia de su rango, incluidos jefes de Estado y de Gobierno, miembros del Parlamento y funcionarios.
Figura 17. Países que reconocen el TPI (en verde los que han firmado el tratado y lo han ratificado, y en amarillo los que no han hecho esto último)
Fuente: Wikipedia (https://ca.wikipedia.org/wiki/Cort_Penal_Internacional) [consultado el 27 de noviembre de 2015].
Fuente: Wikipedia (https://ca.wikipedia.org/wiki/Cort_Penal_Internacional) [consultado el 27 de noviembre de 2015].
El TPI es fruto de la universalización de los derechos humanos y del reconocimiento de que estos no se pueden vulnerar tras la soberanía de un estado.

2.3.Las principales teorías de geografía política

2.3.1.Friedrich Ratzel: fundador de la geografía política
Se considera que Friedrich Ratzel fue el fundador de la geografía política. Este autor hace sus aportaciones a partir de su obra Anthropogeographie (1882-1891), en la que aparecen conceptos que desarrollará con más detalle en años posteriores en el artículo «Las leyes del crecimiento espacial de los Estados», publicado en 1896. Su aportación principal en este ámbito es la obra Geografía política (1897). Posteriormente, complementa sus aportaciones con otros estudios menores.
Para comprender las aportaciones de Ratzel a la geografía política, hay que tener presente:
  • La importancia del pensamiento positivista en el que se encuentra inmerso. En este marco de pensamiento dominante, se produce una transferencia de conceptos y teorías desde las ciencias naturales hasta las ciencias humanas. De ahí la incorporación de las analogías organicistas a su teoría de los estados.

  • El contexto histórico lo sitúa en la Alemania bismarckiana que acaba de realizar su unificación. Asimismo, en el resto de Europa se extienden los sentimientos nacionalistas y los intereses imperialistas, que conducen a la colonización de la práctica totalidad de África, Asia meridional y oriental y Oceanía.

A partir del análisis de la evolución, pretérita y presente, de los imperios, Ratzel sintetiza en siete leyes la teoría explicativa del crecimiento de los estados, que Méndez y Molinero (1984) resumen así:

«1) El tamaño del estado aumenta con su nivel de cultura.

2) El crecimiento de los estados sigue a otras manifestaciones del crecimiento de los pueblos, que necesariamente preceden al estatal.

3) El crecimiento del estado se produce por anexión de miembros más pequeños.

4) La frontera es el órgano periférico del estado y toma parte en todas las transformaciones del organismo estatal.

5) En su crecimiento, el estado se refuerza para alcanzar territorios políticamente valiosos.

6) Los primeros estímulos al crecimiento espacial llegan al estado desde el exterior.

7) La tendencia general a la anexión territorial se transmite de estado a estado y aumenta continuamente en intensidad».

Por lo tanto, Ratzel tiene una concepción dinámica del organismo estatal y entiende los procesos de integración y desintegración como claves en el devenir histórico. Siguiendo su visión organicista por influencia directa de la biología evolucionista, efectúa un paralelismo entre las funciones de los seres vivos (nacer, crecer y morir) y los estados, los cuales están en lucha constante por su supervivencia, siguiendo las reglas de la selección natural.
Acuña el concepto de espacio vital, por el que el estado intenta permanentemente ampliar su territorio, quitándoselo a los estados vecinos. Por eso las zonas de frontera son foco de tensión y conflicto. Así, los estados grandes irán creciendo gradualmente a expensas de los pequeños, y finalmente la Tierra quedará dividida en unos pocos estados de grandes dimensiones.
2.3.2.Las aportaciones de Mackinder a la geografía política
Junto con Ratzel, se considera que el británico Halford Mackinder es el otro pilar de la geografía política contemporánea. Para entender las aportaciones de este autor, también influido por el positivismo, hay que conocer su doble condición de geógrafo y parlamentario. Por lo tanto, Mackinder, además de los conocimientos de la disciplina, también hace suyos los intereses político-militares del Imperio británico.
En una primera obra publicada en 1902, titulada Britain and the British Seas, defiende la importancia que tiene el poder naval para conseguir la hegemonía del mundo. Desde un punto de vista operativo, incluye una consideración sobre la localización de las bases navales británicas para garantizarse el control de los océanos y de las comunicaciones internacionales. El Imperio británico se basaba, en gran parte, en su hegemonía en los océanos y su obra tuvo una fuerte influencia en la política de este país.
Pero su principal contribución surge de una conferencia pronunciada en la Royal Geographical Society de Londres, y publicada en 1904 con el título de The geographical pivot of the History. Mackinder expone que la Tierra, con el declive del poder marítimo, el control de lo que él denomina «área pívot o central», será la que dominará el mundo. Su propuesta se basa en una representación cartográfica de la Tierra a partir de un gran continente central, la «isla mundo», constituida por Eurasia y África, y las Américas y Oceanía como periferias. En esta isla mundo, Mackinder dibuja un espacio central que ocupa gran parte de Rusia y de las repúblicas centroasiáticas. A su alrededor aparece un cinturón o «media luna o creciente interior», que abarca un territorio que va desde la Europa occidental hasta la India y China (pasando por Turquía). Y más allá traza otro cinturón, o «media luna o creciente exterior», del que forma parte Gran Bretaña, Canadá, los Estados Unidos de América, Sudáfrica y Australia. Según Mackinder, el dominio de esta tierra central (Heartland) posibilitará el dominio del mundo.
Figura 18. El Heartland de Mackinder
«Quien domina Europa central domina la tierra central (Heartland). Quien domina la tierra central domina la isla mundial (Eurasia y África). Quien domina la isla mundial domina el mundo».
«Quien domina Europa central domina la tierra central (Heartland). Quien domina la tierra central domina la isla mundial (Eurasia y África). Quien domina la isla mundial domina el mundo».
2.3.3.La geografía política después de la Segunda Guerra Mundial
La utilización de conceptos de Ratzel como espacio vital por parte de la Alemana nazi, así como el ataque de Alemania a la Unión Soviética con la intención de controlar el Heartland propuesto por Mackinder, hizo que la geografía política, como disciplina, quedara prácticamente proscrita en casi todo el mundo.
A partir de 1945, la geopolítica se definía por el enfrentamiento de las dos potencias hegemónicas: Estados Unidos y la Unión Soviética. En el marco de esta rivalidad y lucha para ganar influencia y aliados y, especialmente, no perder frente al adversario, Estados Unidos desplegó una estrategia geopolítica conocida como teoría dominó, que consideraba que si un modelo socioeconómico se instauraba en un país, este se expandiría por los países vecinos como una ficha de dominó hace caer las de su lado cuando esta se cae.
Con esta premisa, se orientó la política exterior de Estados Unidos. Justo después de la Segunda Guerra Mundial, este país norteamericano pone en funcionamiento el conocido Plan Marshall (oficialmente European Recovery Program), con el objetivo de rehacer las economías europeas destrozadas por la contienda mundial, y evitar así que en alguno de los países aliados de la Europa occidental se instaurara un régimen socialista. También dentro de esta lógica cabe enmarcar las intervenciones de Estados Unidos en diferentes países del mundo, aparentemente alejados de sus intereses, puesto que era un modo de evitar este «efecto contagio».
Con la caída del bloque soviético y el fin de la Guerra Fría, las coordenadas de la geopolítica mundial volvieron a cambiar. En un primer momento, sin la existencia del adversario soviético, algunos autores conservadores proclamaron el fin de la historia, y, en el marco de la globalización y de una supuesta homogeneización de los territorios, también el fin de la geografía. Estados Unidos emergía como la gran potencia capaz de extender el poder a todo el planeta. La estrategia parece haber vuelto al control puro y duro de los yacimientos de los recursos naturales y energéticos (y de una manera especial del petróleo). En un primer momento se construyó de multilateralidad (la primera guerra del Golfo enfrentó a Irak contra una coalición formada por 34 países), pero más adelante, después de los atentados de Nueva York del 11 de septiembre de 2001, llevó a las acciones unilaterales de Estados Unidos (en la segunda guerra del Golfo, del año 2003, este país árabe se enfrentó a una coalición de ocho países en una Europa profundamente dividida sobre la invasión de Irak).
En la era de la globalización, además de las nuevas lógicas y formas que toman las guerras (tal como se explica en el apartado posterior), el fenómeno del terrorismo (unido a los conflictos bélicos existentes) conduce a nuevos escenarios geopolíticos al llevar al corazón de las sociedades del Norte Global atentados que suponen la extensión de la percepción de inseguridad, la prueba de que las estructuras armadas tradicionales (como, por ejemplo, el ejército) son poco efectivas ante este fenómeno y, finalmente, la excusa para la implantación de políticas de seguridad que pueden estar en contradicción con el régimen de libertades y derechos civiles que ha sido el eje de los regímenes occidentales.

2.4.Las nuevas guerras de la globalización

Los conflictos violentos para garantizarse el control de los recursos se han convertido en una constante de las sociedades humanas desde los inicios de la aparición del Homo sapiens sapiens en la Tierra. En este aspecto, la sociedad global del siglo XXI no es una excepción y la existencia de guerras continúa muy presente. Según la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, en el año 2015 había hasta 35 conflictos armados activos en el mundo y más de 70 situaciones de tensión y 31 procesos de paz emprendidos.
2.4.1.De la inseguridad controlada al desorden generalizado
Si bien en el marco de la globalización, las guerras y conflictos armados no han desaparecido, sí que se han modificado sustancialmente las coordenadas y las formas en las que se dan.
En la geopolítica, se encuentra una clara división entre el antes y el después de 1989, año de la caída del muro de Berlín e inicio de la caída del bloque soviético y, por lo tanto, de la Guerra Fría. La Guerra Fría se caracterizaba por un enfrentamiento entre dos modelos sociales y políticos contrapuestos, liderados respectivamente por los Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, con un peligro de guerra nuclear globalizada. Esta situación era denominada por diferentes autores como «inseguridad controlada», puesto que estaba muy claro quién tenía la capacidad de provocar o evitar tanto el conflicto generalizado como las guerras regionales que se produjeron en sus áreas de fricción (es decir, allá donde topaban los territorios de las dos superpotencias).
A partir de aquel momento, las coordenadas para entender los conflictos bélicos se modifican totalmente y hay que buscar un nuevo marco interpretativo. De la lógica bipolar (enfrentamiento de dos bloques), se pasa a un escenario de confusión, de desorden general, con multitud de actores, causas y motivos que dificultan enormemente la tarea de establecer una clasificación de los conflictos. A continuación, se enumeran varias propuestas de clasificación:
  • Según la conformación del estado. Siguiendo este criterio existen:

    • conflictos por el control del estado,

    • conflictos que tienen como finalidad crear uno nuevo, y

    • conflictos que se producen por la falta de estado.

  • Según el detonante del conflicto. Siguiendo este criterio, encontramos:

    • guerras coloniales, ya sea por la modificación de una frontera o por el control de tierras,

    • conflictos heredados de la Guerra Fría,

    • conflictos de carácter religioso,

    • conflictos de carácter socioeconómico, y

    • conflictos por el fracaso en la creación del estado.

  • Según el marco sociopolítico en el que se produce. Con esta perspectiva, existen:

    • conflictos de legitimidad que se producen en un marco de ausencia de participación política y de redistribución de la riqueza,

    • conflictos de transición cuando diferentes grupos de interés luchan en el marco de procesos de cambio político,

    • conflictos de identidad surgidos en la búsqueda de protección de una identidad propia definida por criterios étnicos, lingüísticos, etc., y

    • conflictos de desarrollo ocasionados por las grandes polarizaciones entre ricos y pobres.

A continuación se expondrá una organización temática y territorial de los conflictos a partir de la propuesta que se hace en el libro Visions geogràfiques del món, editado por el Servei de Publicacions de la Universitat Autònoma de Barcelona en el 2011 (Ortiz, 2011).
Hasta el fin de la Guerra Fría, los conflictos se articulaban a partir de dos grandes ejes geopolíticos: la ya mencionada Guerra Fría y el conflicto árabe-israelí.
En el marco de la Guerra Fría, que duró 45 años, se produjeron:
  • Crisis mayores (que por lo tanto no llegaron a conflicto armado) como, por ejemplo, la construcción del muro de Berlín en 1961 o la crisis de los misiles de Cuba en 1962.

  • Guerras regionales. Las más importantes son las guerras de Corea de 1950 a 1953, la de Vietnam de 1965 a 1974 o la de Afganistán de 1979 a 1989.

Desde un punto de vista territorial, las regiones implicadas se concentran inicialmente en Europa. La guerra civil griega, entre los años 1946 y 1949, se considera el primer conflicto armado de la Guerra Fría. Rápidamente, sin embargo, los conflictos se extienden por el resto del planeta, inicialmente a Asia (a los límites surorientales de la Unión Soviética), pero después a América Latina, el Caribe y África.
Figura 19. Esquema de las continuidades y rupturas en la geopolítica mundial
Fuente: Elaboración propia a partir de Ortiz (2011, pág. 140).
Fuente: Elaboración propia a partir de Ortiz (2011, pág. 140).
El otro gran eje geopolítico, tal como se ha mencionado, es el protagonizado por el conflicto arabe-israelí, que tiene un carácter multiescalar. Ya desde la proclamación de la fundación del estado de Israel en 1948, el conflicto todavía irresuelto ha supuesto seis guerras y numerosos atentados y acciones que han afectado a diferentes continentes, además de los disturbios debidos a la insurrección popular (intifadas).
Con el fin de la Guerra Fría, surgen una multiplicidad de pequeños marcos de interpretación de los acontecimientos geopolíticos que aparecen a raíz de la derrota del gran eje interpretativo del enfrentamiento entre los dos bloques antagónicos surgidos después de la Segunda Guerra Mundial.
En primer lugar, el conflicto arabe-israelí continúa activo. Este ya largo conflicto tiene un punto de inflexión con los Acuerdos de Oslo, a principios de los años noventa del siglo XX, en los que las dos partes implicadas pusieron las bases para una resolución del contencioso. A pesar de los avances realizados con la creación de la Autoridad Nacional Palestina y el reconocimiento mutuo de la existencia del contrario, toda una serie de escollos continúan sin resolverse: la cuestión del estatus de Jerusalén, el futuro de los refugiados palestinos y la política de asentamientos en los territorios ocupados serían los principales de ellos.
El conflicto coreano, si bien congelado, es el principal heredero directo de la confrontación de bloques. Actualmente, además de las dos repúblicas enfrentadas, intervienen también Estados Unidos y China. La posesión de armamento nuclear por parte de Corea del Norte hace que las implicaciones, en caso de conflicto armado abierto, vayan más allá de la estricta península coreana.
El islamismo es uno de los conflictos que más atención mediática ocupa actualmente. Aunque con lógica propia, sus raíces se hunden en los ejes geopolíticos anteriores, tanto en el conflicto árabe-israelí con la ocupación y partición de Palestina como en la Guerra Fría, concretamente en la primera guerra de Afganistán, iniciada en 1980 con la intervención soviética en el país y el aliento, por parte de Estados Unidos, de una resistencia islamista. Actualmente, las guerras relacionadas con el islamismo están presentes en diferentes lugares del mundo, en especial en Oriente Medio (Siria, Irak, Afganistán y Pakistán), y en la mitad norte de África. Sin duda, la existencia de importantes yacimientos petroleros alimenta el conflicto, ya sea por la lucha por su control (y en este caso, las grandes potencias con Estados Unidos al frente son sus protagonistas), ya sea por la posibilidad de financiación de las partes implicadas, como es el caso del autoproclamado Estado Islámico.
La desintegración de la Unión Soviética y la creación de nuevos estados en los territorios que componían la URSS generó toda una serie de conflictos armados, que en el 2015 continúan vigentes y sin resolverse. Los focos de más conflictividad se han localizado en el entorno del Cáucaso, tanto en el norte (guerra de Chechenia) como en el sur, en Georgia y en Azerbaiyán y en la orilla norte del mar Negro, y afectan a territorios de Moldavia y Ucrania.
Las guerras también han atacado al corazón de Europa después del fin de la Guerra Fría. La República Federal Socialista de Yugoslavia vivió un proceso de desintegración que dio lugar a varias guerras: Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo. La de Bosnia-Herzegovina se alargó durante tres años y causó más de cien mil muertos. En estas guerras, la OTAN hizo su primera intervención armada bombardeando puntos estratégicos de las fuerzas serbias. Si bien en el 2015 no había conflicto armado, todavía existen importantes tensiones hasta el punto de que los Cascos Azules de la ONU mantienen su presencia en Kosovo.
Otro foco con una serie de conflictos armados es el África subsahariana. En este caso, las lógicas de los conflictos responden a la lucha por el control de los recursos, el islamismo y la herencia de la descolonización con la creación de fronteras ajenas a las realidades culturales. De una manera general, se pueden localizar tres áreas con concentración de conflictos en los últimos dos decenios: el golfo de Guinea (guerras civiles de Sierra Leona, Liberia y Costa de Marfil, además del conflicto del delta del Níger), África central (el conflicto de los Grandes Lagos, Ruanda y los conflictos de la República Democrática del Congo) y el Cuerno de África (guerra civil de Somalia y el proceso de independencia de Eritrea).
2.4.2.Las guerras de hoy
También las formas en que se desarrollan los conflictos armados han variado sustancialmente en los últimos decenios. Actualmente existen conflictos con características muy diferentes; con todo, la gran mayoría presenta unos rasgos comunes:
  • Disminución de las «guerras clásicas». La guerra entendida como aquel conflicto armado protagonizado por dos estados (o dos bandos conformados por varios estados aliados) que luchan con los respectivos ejércitos regulares es la que disminuye. Si nos fijamos en la gran mayoría de los conflictos, escasean las guerras con estas características. En cambio, los conflictos de hoy se caracterizan por la participación de actores no estatales, bandas paramilitares, clanes, mafias, etc. Estos grupos se nutren de jóvenes empobrecidos, excluidos de sus sociedades; todos ellos forman estos ejércitos sin adscripción y de difícil identificación.

  • La vulneración de los derechos humanos y de las convenciones de Ginebra. Si bien es difícil hablar de derechos humanos en una guerra, estas se regían por algunas normas. El primer convenio se firma en 1864 y el último en 1949. Sin embargo, los cuatro han tenido modificaciones. La última es el protocolo firmado en el año 2005. El objeto de las convenciones es garantizar los derechos a las víctimas de la guerra, desde los soldados heridos, los militares prisioneros hasta la protección de la población civil atrapada en la contienda. En las guerras del mundo de la globalización, todos los métodos son considerados válidos para conseguir la victoria: de ahí la difusión de acciones como secuestros, pillajes y violaciones como arma de guerra. Estas acciones tienen el objetivo de difundir el terror al enemigo, de visibilizar la propia existencia o como forma de canalización de la rabia y las frustraciones.

  • La limpieza étnica. Es una nueva característica de las guerras actuales. Se busca la eliminación física del supuesto adversario y no solo la victoria en el ámbito militar. Las diferencias de etnia, cultura o religión llevan al genocidio de determinados colectivos.

  • El uso de la población civil como objetivo militar. A pesar de que las matanzas de civiles no son una práctica nueva, puesto que desde hace años se bombardean ciudades con la única finalidad de matar a la población civil, actualmente se ha llegado a su cenit. En la Primera Guerra Mundial, el 17 % de los muertos fueron civiles; en los conflictos de principios de siglo XXI, este porcentaje ha llegado al 90 %.

Las nuevas formas de la guerra han supuesto que el conjunto de la población esté involucrado, aunque de manera involuntaria, y sea la principal víctima sobre todo por la existencia de unos bandos difusos y multiformes que se escapan de la lógica de las trincheras de las guerras «clásicas», que separaban el territorio enemigo del territorio aliado.

Actividades

1. La actividad tiene por objetivo la construcción de un diagrama triangular para representar los sectores económicos de un territorio (en esta práctica se utiliza el caso español). El diagrama triangular es un tipo de gráfico baricéntrico que sirve para representar tres variables que en su conjunto suman un valor constante. Los valores suelen estar indicados de forma porcentual y la constante se suele representar como 1,0 o 100 %.
A través de la Encuesta de población activa del Instituto Nacional de Estadística (http://www.ine.es/), se pueden obtener los valores de los subsectores económicos de la provincia de Barcelona y de una segunda provincia española, del año 2014. Para hacerlo, se eligen los valores referentes a la población ocupada. La segunda provincia elegida debería servir como caso que se contrapone lo más posible a los resultados de Barcelona. Además, para ambas provincias habría que representar también los valores de población ocupada por un año anterior, como por ejemplo en el 2008. Una vez representado de manera gráfica, se acaba el ejercicio haciendo un pequeño análisis de los resultados.
Diagrama triangular
Diagrama triangular

Bibliografía

Denis, J. P.; Greilsamer, L. (2011). El atlas de las mundializaciones. Valencia: Fundació Mondiplo / UNED.
Dicken, P. (2007). Global Shift. Londres: SAGE.
Durand, M. F. y otros (2008). Atlas de la globalización. Comprender el espacio mundial contemporáneo. Valencia: Publicacions de la Universitat de València.
Levy, J. (dir.) (2008). L’invention du Monde. Une géographie de la mondialisation. París: Presses de Sciences Po.
Marsh, W. M.; Grossa, J. (2005). Enviromental Geography. Science, Land Use, and Earth Systems. Danvers: John Wiley & Sons.
Méndez, R.; Molinero, F. (1984). Geografía y Estado. Introducción a la geografía política. Madrid: Cincel.
Méndez, R.; Molinero, F. (1998). Espacios y sociedades. Barcelona: Ariel.
Méndez, R. (1997). Geografía económica. La lógica espacial del capitalismo global. Barcelona: Ariel.
Nel·lo, O. (2013). «La crisis catalana: orígenes y alternativas». En: Gómez Mendoza, Lois González, Nel·lo Colom (eds.). Repensar el estado. Crisis económica, conflictos territoriales e identidades políticas en España. Santiago: Universidade de Santiago de Compostela.
Ortiz, A. (coord.) (2011). Visions geogràfiques del món. Bellaterra: Servei de Publicacions de la UAB.
Stoffaës, C. (1991). A crise da economia mundial. Lisboa: Dom Quixote.