Desarrollo psicobiológico
Índice
- Introducción
- Objetivos
- 1.Desarrollo prenatal
- 2.El desarrollo neonatal
- 3.Desarrollo perceptivo
- 3.1.Introducción. El nuevo panorama del desarrollo perceptivo
- 3.2.El desarrollo de la percepción: aspectos generales y métodos de estudio
- 3.3.El desarrollo de la percepción visual
- 3.4.El desarrollo de la percepción auditiva
- 3.5.El desarrollo de la percepción háptica
- 3.6.El desarrollo de las percepciones olfativa y gustativa
- 3.7.La coordinación perceptiva intersensorial
- 3.8.La percepción social
- 4.Desarrollo y coordinación del movimiento
- 4.1.Psiquismo y movimiento
- 4.2.Preliminares al estudio del desarrollo del movimiento
- 4.3.Las escuelas de estudio del desarrollo del movimiento
- 4.4.El desarrollo sensoriopsicomotor
- 4.4.1.Fase homolateral
- 4.4.2.Fase bilateral
- 4.4.3.Fase contralateral
- 4.4.4.La lateralidad
- 4.5.La coordinación y regulación del movimiento según Bernstein
- 5.La acción y los orígenes del conocimiento. La teoría de Piaget del desarrollo sensoriomotor
- 6.Sistemas de representación y los orígenes del conocimiento
- Actividades
- Bibliografía
Introducción
Objetivos
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Tener una visión general sobre el desarrollo durante los dos primeros años de vida.
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Conocer los procesos subyacentes al desarrollo que tienen naturaleza biológica: neuromusculares y perceptivos.
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Disponer de elementos para establecer relaciones entre los procesos perceptivos, motrices y de conocimiento.
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Analizar de manera crítica y comprensiva algunos modelos explicativos del desarrollo humano en relación con la coordinación del movimiento y el origen del conocimiento.
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Hacer una lectura sistémica de los temas que se tratan en el módulo.
1.Desarrollo prenatal
1.1.Del zigoto al organismo humano
1.2.Las primeras conductas. La emergencia de la psique
1.3.La sensorialidad del feto
1.4.El entorno materno. El embarazo
2.El desarrollo neonatal
2.1.El parto
2.2.La relación de la madre con el recién nacido
Winberg y De Château, después de una experiencia con madres –a unas se le dieron los cuidados habituales y a otras se les proporcionó el contacto "intensivo"– concluyen que este último determina pequeñas –pero significativas– diferencias en la manera como la mamá y la criatura se adaptan mutuamente en los primeros meses de vida. Nuestros autores suponen que en esos momentos en que el pequeñín yace desnudo sobre el cuerpo también desnudo de su madre, es abrazado por ella, escucha su voz cariñosa y hay un encuentro de miradas (las del niño aún muy difusas), se produce un intercambio de señales primerizas que van a desencadenar en la madre el complejo de conductas de crianza que se sincronizarán exquisitamente con los requerimientos del niño. La lanzadera que teje la relación madre-hijo comienza su vaivén en condiciones óptimas. ¿Es entonces necesario este plus de contacto entre madre y recién nacido para conseguir un mejor primer desarrollo? La investigación de Winberg y De Château nos dice que las diferencias que habían constatado al comienzo en los niños no eran ya perceptibles al cumplir los 3 años. Un contacto intensificado (piel a piel) facilita, pero no es conditio sine qua non para que se establezca una excelente relación entre una madre y su bebé.
2.3.El recién nacido como organismo adaptado
"Muchos psicólogos están dispuestos a reconocer, en teoría, la importancia de la perspectiva evolucionista pero muy a menudo se limitan a considerar al niño como un ser en desarrollo que dará un organismo plenamente adaptado (el adulto). Esto último es cierto pero ello no es óbice para que releguemos a un segundo plano el hecho de que cualquier niño es, ante todo y en cada instante de su desarrollo, un organismo adaptado. Sobrevive y al mismo tiempo se desarrolla. Como en muchos pueblos técnicamente poco desarrollados, la mortalidad en los niños bosquimanos es muy alta en los cinco primeros años de su vida. Esto quiere decir que las presiones selectivas durante la infancia deben ser muy intensas aunque no las conozcamos bien. Es como si la selección actuase inquiriendo: 'Probemos si este niño es apto para sobrevivir'. Y no: ¿Cómo llegará a ser cuando crezca?'" (Konner, 1972).
He aquí una descripción condensada del protocolo de observación ideado por Brazelton. El pequeñín muestra mejor sus habilidades cuando está despierto y alerta. Se aconseja iniciarla en el intervalo entre dos comidas, cuando probablemente el niño/la niña está aún dormido. La persona se acerca al bebé y hace llegar a sus ojos cerrados unos leves parpadeos de luz; enseguida hace sonar una campanita o agita un sonajero. El niño debe poco a poco ir saliendo de su sueño y pasando al estado de vigilia. Luego se le descubre suavemente y con la punta de un lápiz afilado se le dan unos toquecitos en la planta del pie con lo que se aprecia una reacción y, al cabo de un momento, su habituación a ese estímulo. Se le desnuda luego completamente y se evalúa su reacción: se mira el color de su piel, su postura ante el cambio de temperatura, su tono muscular y también se aprovecha para comprobar algunos de sus reflejos. Se le viste y se le toma en brazos, se le coloca verticalmente y se le hace pasar delante de la vista un objeto brillante móvil que el bebé puede que siga con su mirada. Igualmente es capaz de volver su cabecita del lado de una campanilla que suena. Luego es la persona que lo sostiene quien hace de "estímulo" y el niño puede seguir con la mirada las distintas posiciones del rostro, atender al susurro de sus palabras. En la fase final, se hacen dos o tres operaciones que pueden resultar algo más fastidiosas para el bebé: una es, ya acostado, ponerle un paño sobre el rostro y ver cómo reacciona (la forma más adaptada será tratar de quitárselo de encima); otra es incorporarle un instante estirando de sus brazos y dejarle caer con lo que se apreciará una reacción de sobresalto (reflejo de Moro). Hay además otros detalles en los que no entraremos.
3.Desarrollo perceptivo
3.1.Introducción. El nuevo panorama del desarrollo perceptivo
"La percepción y la acción se complementan recíprocamente, son dos polos de un bucle en continua retroalimentación: el ciclo percepción-acción".
(Neisser, 1976)
3.2.El desarrollo de la percepción: aspectos generales y métodos de estudio
Un ejemplo sería la siguiente experiencia (hipotética). A un niño de 4 meses se le hace ver una pelotita que se desliza por encima de una mesa; al llegar al extremo, la pelotita cae el suelo. Se repite este fenómeno varias veces, incluso con pelotitas diferentes en tamaño o color, hasta que el niño "se habitúa" y disminuye su atención sobre este movimiento. Entonces se lanza otra pelotita y, mediante algún artificio, se hace que, al llegar al borde de la mesa, en lugar de caer al suelo suba hacia arriba. Si el niño muestra "sorpresa" (una mirada repentinamente más fija, un leve sobresalto u otra manifestación) es que ha detectado la diferencia.
3.3.El desarrollo de la percepción visual
James Gibson propugna que los organismos captan directa e inmediatamente cualidades elementales del entorno que les permiten situarse y actuar en él adaptativamente. Los organismos percibimos el espacio repleto de objetos, limitados por sus bordes respectivos, ocluyéndose unos a otros; percibimos la compacidad de los objetos, su tamaño constante (pese a sus cambios); percibimos la superficie por la que nos desplazamos como apta o no apta para caminar (lisa/rugosa, áspera/resbaladiza, sólida/líquida, etc.); percibimos los cambios o sucesos, especialmente los debidos al movimiento (ya sea el de los objetos ya sea el nuestro); etcétera. La perspectiva de Gibson es netamente ecológica. Existe un acoplamiento entre el organismo y su entorno de manera que la percepción no está ni en el haz luminoso ni en el aparato perceptor, cada uno por separado; sino que nace de la conjunción de los dos. Gibson concibe esta articulación organismo-entorno como un bucle en uno de cuyos polos está lo que la naturaleza ofrece como inmediatamente perceptible, y en el otro, acciones biológicamente primordiales (andar, ocultarse, asir, esquivar, etc.) del organismo. Este bucle lo denomina affordance; con respecto al cual dice que "se refiere, a la vez, al entorno y al animal con matices que ningún otro término de los ya existentes contiene. Implica la complementariedad entre el animal y su entorno" (Gibson, 1979). Ejemplos de affordances son: un objeto asible (una pelota, una liana, una estaca,...) que integra la adecuación de su tamaño y/o velocidad a la acción manual de asir; una oquedad o pasaje abierto en un obstáculo frontal (permite o no el paso). El bucle constituido por las affordances no sólo vincula al organismo con su entorno material sino también con el entorno social. El rostro cariñoso y la voz expresiva de las personas que rodean a las criaturas humanas son también affordances que impactan su percepción y desencadenan conductas típicamente adaptativas, como la sonrisa y los protodiálogos. Esta concepción relacional de la percepción suele trasladar en algunos principios a la teoría gibsoniana. Obviamente, el primero es que la percepción capta fundamentalmente relaciones: las que entrañan la posición de los cuerpos entre sí y con relación al perceptor (cerca/lejos, delante/ detrás, arriba/abajo,...); capta asimismo invariantes: el tamaño de los cuerpos, la posición relativa de unos y otros cuando se desplaza el observador; pero también capta sucesos en el tiempo, particularmente los derivados del movimiento. La teoría gibsoniana es controvertida. Los psicólogos que consideran la percepción como parte indisoluble del proceso cognitivo no creen necesario bucear en los orígenes ecológicos de la percepción; ponen en cambio el énfasis en el procesamiento de las señales dentro del sistema visuo-neural.
Un ejemplo de invariante de orden superior es el tamaño de los objetos. Cualquier objeto sólido, en diversas posiciones, en reposo o movimiento, distancia e iluminación variables, oclusión parcial, etc. es percibido como poseyendo el mismo tamaño. Otro invariante de orden superior es la locomoción humana. Experiencias realizadas por psicólogos evidencian que el perfil y ritmo del andar es inmediatamente reconocible a partir de unos pocos puntos (corporales) que se desplazan sincrónicamente sobre una pantalla. En el habla manejamos constantemente invariantes de orden superior. Por ejemplo, la percepción de la vocal a es la misma sea cual fuere el tono y el timbre de voz de la persona que la profiere. Más aún, la percepción de la a resulta del solapamiento del sonido y de la configuración bucofacial que la acompaña.
3.4.El desarrollo de la percepción auditiva
"Las implicaciones del experimento de Eimas llegaban muy lejos. Antes de estas fechas (1971) se creía que la percepción categorial de los sonidos del habla –y, en general, cualquier modo de procesamiento de sonidos procedentes de la misma fuente– era el resultado de una experiencia lingüística prolongada. El descubrimiento de Eimas venía a afirmar que tal experiencia no era necesaria; que los niños están biológicamente preparados para percibir el fenómeno del habla en toda su especificidad. Tal interpretación estaba muy de acuerdo con la idea, popularizada por Chomsky, de que existe un mecanismo innato de adquisición del lenguaje que es peculiar a nuestra especie". (Burhham, Earnshaw y Quinn, 1987)
3.5.El desarrollo de la percepción háptica
3.6.El desarrollo de las percepciones olfativa y gustativa
3.7.La coordinación perceptiva intersensorial
Hay un sinnúmero de experiencias más sofisticadas que certifican que los niños poseen una percepción intersensorial notable. Una de ellas interesa al tacto bucal y a la vista. Se les introduce en la boca o bien un chupete que tiene pequeños salientes en la tetina o bien un chupete liso. Luego se les presentan ambos objetos visualmente: los niños de un mes miran más rato el chupete que han tenido en la boca, aunque ambos son prácticamente iguales a la vista (Meltzoff y Borton, 1979). Otra experiencia consistió en presentar a niños de 4 meses la imagen de dos personajes hablando, cada uno en una pantalla de vídeo. En medio de ambas pantallas había un altavoz emitiendo lo que decía uno u otro de los dos personajes. Los niños se quedaban mirando al personaje cuyos movimientos de labios estaban sincronizados con las palabras que emitía el altavoz (Kuhl y Meltzoff, 1982).
3.8.La percepción social
4.Desarrollo y coordinación del movimiento
4.1.Psiquismo y movimiento
4.2.Preliminares al estudio del desarrollo del movimiento
4.3.Las escuelas de estudio del desarrollo del movimiento
4.3.1.La escuela americana: Arnold Gesell
4.3.2.La escuela francesa: la psicomotricidad
4.4.El desarrollo sensoriopsicomotor
4.4.1.Fase homolateral
4.4.2.Fase bilateral
4.4.3.Fase contralateral
4.4.4.La lateralidad
4.5.La coordinación y regulación del movimiento según Bernstein
5.La acción y los orígenes del conocimiento. La teoría de Piaget del desarrollo sensoriomotor
5.1.Introducción
5.2.El período del desarrollo sensoriomotor
Entre los episodios que trae Piaget a colación es célebre el que protagoniza su hija Lucienne cuando trata de sacar una cadenita por la ranura de una caja de cerillas ligeramente entreabierta [Obs. 180]. La niña lo intenta volcando la cajita y luego tratando de introducir sus deditos por la ranura. Fracaso. Sigue una pausa y Lucienne, sin dejar de mirar a la cajita, abre de pronto la boca varias veces; un instante después, haciendo palanca con un solo dedo, agranda la ranura y se apodera de la cadena. Piaget ve aquí la potencia de la representación mental (que él atribuye a la niña) a la hora de solucionar el problema: la boca abriéndose es la representación (en sentido teatral, como un mimo) de la hendidura a agrandar... A lo largo de las páginas que siguen, sostiene que este episodio "da fe de las combinaciones representativas que Lucienne está realizando" [337].
5.3.La aprehensión del objeto y la concepción del espacio
Lucienne (1 año y 3 meses) jugaba allí cuando entró Piaget. La niña vio a su padre y le sonrió alegremente. Al hacer la madre la consabida pregunta, "¿Dónde está papá?", Lucienne volvió la vista a la ventana del despacho de trabajo donde habitualmente veía, desde el jardín, a su padre escribir. Piaget comenta a este propósito "Cuando Lucienne me busca en la ventana viéndome a su lado, hay claramente dos conductas en juego: 'papá-en-su-ventana' y 'papá-delante-de-sí'; y si bien para Lucienne no hay dos papás sino un solo y único personaje, no llega, sin embargo, a abstraer este personaje de los cuadros (tableaux) a los que está vinculado".
"Sólo en la medida en que se opera en el niño este paso de un egocentrismo integral e inconsciente de los primeros estadios a la localización de su propio cuerpo en un universo exterior, se constituyen los objetos. En la medida que las cosas se desprenden de su acción propia y que ésta se sitúa dentro de la serie de sucesos circunstanciales, el sujeto se ve forzado a construir un sistema de relaciones para entender estas series y entenderse a sí mismo con relación a ellas. Ahora bien, organizar estas series es construir simultáneamente una trama espacio-temporal y un sistema de sustancias y de relaciones causa-efecto".
5.4.Nuevos horizontes sobre la concepción del objeto
6.Sistemas de representación y los orígenes del conocimiento
6.1.Introducción
6.2.La representación mental en la teoría de Piaget
Entre los varios casos de imitación diferida que registra Piaget, el más notable es la anécdota del vecinito que, delante de Jacqueline, tuvo una rabieta que al día siguiente la niña imitó con notable exactitud. En la imitación de modelos complejos alude a ciertas acciones algo extravagantes, como llevarse los dos brazos al torso golpeándolo. La imitación de objetos materiales la ilustra con estas dos anécdotas. Estando junto a Lucienne (la niña sentada en la cuna) y con la bicicleta al lado, imprimió un movimiento de vaivén a ésta. La pequeña comenzó por erguirse e impulsar la bici por el sillín (como su padre) y luego siguió balanceándose ella misma. Sin embargo, el caso más celebrado es el que narra en El nacimiento de la inteligencia (Obs. 180 ) y que también tiene como protagonista a Lucienne. Tratando de abrir la niña una cajita de cerillas metiendo la mano por la ranura, se quedó un momento en suspenso mirando la cajita y abrió sucesivamente la boca varias veces. La interpretación de Piaget es que "la nena, trataba de representarse la manera de agrandar la cavidad de la caja y utilizó, a la manera de símbolo representativo, su propia boca".
6.3.Los orígenes de la representación mental en la versión de la psicología cognitiva
Todos los humanos sabemos hablar pero ¿cómo producimos frases, cláusulas, el discurso? La humanidad ha recurrido desde remotos tiempos a la virtud curativa de las plantas; otra cosa es conocer en qué consiste el proceso curativo, cuáles son sus fundamentos tal como los describe la química. Un deportista puede realizar una jugada magistral que exige una finísima coordinación perceptivo-motora pero es incapaz de explicar cómo lo ha logrado. La distinción que venimos comentando puede extenderse a la psicología del hombre de la calle que sabe "situarse" y actuar con la gente, pero sería incapaz de decir cómo lo logra. La psicología científica trata, en cambio, de explicar esas actuaciones.
"La presuposición de que los niños viven una vida puramente sensoriomotora está profundamente arraigada en la comunidad de psicólogos del desarrollo. Aceptamos que las criaturas llegan a reconocer y manipular los objetos pero, obedeciendo al tópico, creemos que no tienen capacidad de representárselos conceptualmente. Muchos de nosotros nos hemos quedado sorprendidos ante la evidencia de lo contrario; pero no hemos ido a confirmarla en los laboratorios porque estábamos convencidos de que era inútil" (Mandler, 1992a).
Mandler cita el caso de una niña que solía jugar con unas cintas que quedaban guardadas en el cajón de una cómoda. Un día su madre las trasladó a otro cajón superior. La niña revisó todos los cajones hasta encontrarlas. Al día siguiente fue directamente al cajón superior. Meltzoff en un experimento sobre imitaciones infantiles ulterior al ya citado ha mostrado que niños de 9 meses son capaces de imitar, 24 horas más tarde, acciones sencillas realizas delante de ellos. Esto es la imitación diferida a que alude Piaget en el sexto estadio (Meltzoff, 1988).
6.4.Sistemas de representación y conceptos primitivos
La cuestión no es si, por ejemplo, una criatura de pocos meses distingue los perros de los coches (que normalmente los distingue) sino si es capaz de pasar por encima de todas las diferencias peculiares entre ejemplares de perros o de coches (no son iguales entre sí un pastor alemán, un foxterrier y un bóxer como tampoco un Volkswagen, un Renault 5 y un Volvo) y agruparlos en clases o categorías globales: la categoría perros y la categoría coche.