Desarrollo social, afectivo y comunicativo
Índice
- Introducción
- Objetivos
- 1.El nicho ecológico-social de la primera infancia
- 2.La comunicación preverbal
- 3.La emergencia del significado en la mente infantil. Los orígenes del conocimiento social
- 4.La adquisición del lenguaje
- 5.Aprendiendo a hablar. Los aspectos comunicativos del lenguaje
- Actividades
- Bibliografía
Introducción
Objetivos
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Tener una visión general sobre el desarrollo durante los dos primeros años de vida.
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Conocer los procesos subyacentes al desarrollo que tienen naturaleza biológica: neuromusculares y perceptivos.
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Disponer de elementos para establecer relaciones entre los procesos perceptivos, motrices y de conocimiento.
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Analizar de manera crítica y comprensiva algunos modelos explicativos del desarrollo humano en relación con la coordinación del movimiento y el origen del conocimiento.
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Hacer una lectura sistémica de los temas que se tratan en el módulo.
1.El nicho ecológico-social de la primera infancia
1.1.Introducción
1.2.La relación social primordial
1.3.Sociabilidad y socialización
1.4.El marco relacional-afectivo del desarrollo en la infancia
"Estos comienzos del ser humano por el estadio afectivo o emocional, que por otra parte responde tan bien a la incapacidad total y prolongada de su infancia, orienta sus primeras intuiciones hacia el otro y pone ante él en primer plano la sociabilidad" (Wallon, 1942).
1.5.El vínculo afectivo
1.6.El temperamento
1.7.Carencias afectivas y sus secuelas en el desarrollo
2.La comunicación preverbal
2.1.Introducción
Son ejemplos una conversación entre humanos, los gestos agresivos de dos animales que se disputan un territorio, las exhibiciones que efectúan un macho y una hembra previamente al acoplamiento sexual, etcétera.
2.2.En los albores de la comunicación del niño: los prerrequisitos biológicos de la comunicación
La realidad de esta comunicación (o transmisión/recepción de mensajes cenestésicos) la han constatado algunos antropólogos a quienes ha llamado la atención que los niños que permanecen en contacto corporal inmediato con sus madres (culturas en que los mantienen habitualmente en brazos o ligados a sus cuerpos) lloran o se quejan raras veces. La razón, dicen Whiting y Edwards (1988) que las criaturas emiten un conjunto variado y sutil de señales táctiles o vocales. Las madres aprenden a reconocerlas y responden con presteza, lo cual evita los llantos y chillidos. Al contrario sucede en nuestra cultura. Los niños pasan gran parte de su tiempo en la cuna o en el "parque" o en la alfombra, a cierta distancia de las madres o incluso fuera de su vista. Es lógico que pongan por obra procedimientos vocales (lloros, llamadas) para atraer la atención del adulto.
2.3.La intersubjetividad
"La rapidez con que, en intervalos de un segundo, madre y niño intercambian expresiones y gestos y la forma sistemática con que se engranan los comportamientos, demuestra la existencia de un impulso abierto, de un poder generador de compromiso emocional. Cada 'interlocutor' busca el mejor momento para 'colocar' su expresión en la trama de lo que el otro está haciendo".
2.4.La intersubjetividad y el conocimiento de las personas
2.5.Jalones en la comunicación preverbal
"A los 8 meses y 13 días, Jacqueline está mirando como su mamá agita con la mano un volante de tela delante de ella. Cuando el espectáculo se acaba, Jacqueline, en lugar de imitar ese gesto (cosa que hará poco después), comienza por buscar la mano de su madre, la coloca delante del volante y la empuja para que recomience la acción. [...] Dos meses más tarde, aplica este mismo procedimiento a otra nueva situación. Me coge la mano, me la aplica contra una muñeca que "canta" fuera de su alcance y ejerce presión sobre mi dedo índice para que haga lo necesario" (Piaget, 1936/ 1977, pág. 197, ed. francesa).
Extender el brazo con la mano abierta (pedir, mendigar), levantar el antebrazo con la mano a la altura del rostro y agitar la palma extendida o bien abrirla y cerrarla (¡Adiós!), cruzar el dedo índice verticalmente delante de los labios (¡Chiss!), etc. son gestos. Señalar extendiendo el brazo y el dedo índice es uno de los gestos más primitivos y también más universales.
3.La emergencia del significado en la mente infantil. Los orígenes del conocimiento social
3.1.Significado, cultura y socialización
3.2.La comunicación como base de la transmisión cultural de significados
3.3.La adquisición de los primeros significados
Un ejemplo de esto es cuando al niño o niña se les incita a "decir adiós" agitando la manita. Los pequeños enseguida pueden hacer bastante bien ese movimiento, pero es obvio a todos los presentes que no saben lo que hacen: no es un gesto de adiós. Otro caso más dramático es el de los niños disminuidos, por ejemplo los afectados por el síndrome de Down: sus movimientos carecen a menudo del ritmo y direccionalidad que los hace inteligibles, parecen erráticos; los adultos tienden a considerar las acciones de estos niños como desprovistas de sentido y, por tanto, les resulta difícil construir actividades conjuntas (Lalueza y Perinat, 1994).
3.4.Niveles de participación en la acción conjunta y adquisición de significados
En nuestros trabajos de investigación (Sadurní, 1993) hemos recopilado numerosos formatos de juego entre mamás y niños. Entendemos por "formato de juego" una serie de acciones con un objeto que la madre emprende y reitera sistemáticamente. La madre les da carácter de episodio (o cuento) con una situación e intervención de personajes. Por ejemplo, uno que hemos analizado intensivamente, fue el de "jugar a barcas". Pusimos a disposición de la mamá una serie de objetos sin forma determinada a fin de que ella inventase algún uso de los mismos. Entre ellos había una cajita en forma de artesa a la que la madre rápidamente asignó el nombre de "barca". En los primeros episodios, cuando el niño Jaime tenía entre 10 y 14 meses, la madre cogía la "barca" y la hacía deslizar por el suelo, onduladamente, acompañando su acción de un "Ssss". Decía al pequeño cosas como: "¡Mira la barca!" "¿Vamos de excursión?", etc. También empezó a servirse de unos muñequitos ("clics") como pasajeros de la barca. Más tarde, los episodios fueron complicándose. Aquellos muñecos recibían nombres, iban al Lago de Banyoles, se tiraban al agua y nadaban, la barca se paraba en una pradera (un abanico con flores) y los muñecos salían a merendar, etc.
3.5.Significados y símbolos
Por ejemplo, la función primera de un paño (para lo que fue inventado) es el vestido, pero ¿qué decir de una bandera? Las flores vistosas no tienen función alguna para nuestra subsistencia, pero ¿qué significa ofrendar un ramo de flores? Los colores existen en la naturaleza; tampoco tienen funciones especiales para nosotros. Los humanos los copiamos y los usamos en circunstancias muy definidas: ¿qué decir de su uso: el blanco o el negro, por ejemplo? Ciertos animales, como la serpiente, el león, el burro, etc. significan otras cosas independientemente de su naturaleza animal.
4.La adquisición del lenguaje
4.1.Introducción
4.2.A la búsqueda de una teoría explicativa de la adquisición del lenguaje
4.2.1.La avenida de la sintaxis
Por ejemplo, el que el niño adquiera muy pronto la capacidad de nombrar, sugiere que la noción de nombre sustantivo (común o propio) es parte de su competencia lingüística (todas las gramáticas poseen "eso" que llamamos nombre sustantivo). Igualmente, puede que sea parte de la misma competencia el principio de que toda frase se configura basándose en la relación entre un sujeto y un predicado. Lo que hemos denominado "parámetros" de cada lenguaje son las maneras como resuelve determinados problemas de expresión: la distinción de géneros, el orden de las partes gramaticales en la cláusula, los tiempos verbales, etc.
4.2.2.La avenida de la significación
El ejemplo más citado de Bloom es el enunciado "Mamá zapato" que profiere su hija en diversas ocasiones. No era lo mismo que lo hiciera en la calle mirando el escaparate de una zapatería, que en casa trayendo un zapato de mamá en la mano (o trayendo sus propios zapatos) al ver a su madre dispuesta a salir. En el primer caso puede que la niña quisiera decir algo como: "Mamá, mira ahí zapatos" (indicación de objeto y de lugar); en el segundo puede que fuera: "El zapato de mamá" (posesivo); en el tercero, un protoimperativo del tipo: "Ponme los zapatos".
4.2.3.La avenida de la comunicación
4.3.Nuevas orientaciones en el estudio de la adquisición del lenguaje
Los psicolingüistas infantiles adoptan la postura heurística de "introducirse en la mente" de una criatura de pocos meses y preguntarse (suponiendo que ella puede hacerlo): "¿Cómo me las arreglo para abrirme paso en la "selva amazónica" de los sonidos que oigo? Cuando la gente me habla, mira hacia fuera ¿guardan alguna relación los sonidos que profieren con aquello que miran?". La respuesta que van a dar es que el niño no es como los conquistadores que se abrían camino al andar... La inducción pura no lleva a ninguna parte. Por tanto, el niño debe portar en su equipaje mental un plano que dirija sus primeros pasos por "senderos" seguros. Son predisposiciones a procesar el flujo de sonidos "lingüísticamente" y a entender que ciertas "unidades sonoras" representan entidades del mundo. De ahí a caracterizar esas predisposiciones como formas de procesamiento modularizadas sólo media un paso.
Parece ser que fue el filósofo Quine el que lo planteó así. He aquí una traslación libre de su idea. La abuelita señala al gato que está en la alfombra dormitando y profiere la palabra gato. ¿Cómo sabe el niño que aquellos sonidos designan al gato y no sus bigotes, el color de su piel, su ronroneo o la alfombra sobre la que yace?
"La postura frente al innatismo [lingüístico] está cambiando en los últimos tiempos. Hay un consenso, cada vez más firme, en que los principios que guían el desarrollo del lenguaje se activan al momento del propio desarrollo, son un producto del mismo, al mismo tiempo que contribuyen al proceso. En otras palabras, los principios tienen su propia ontogénesis. No son algo estático, sino que aparecen sucesivamente y cambian con el tiempo" (Bloom, 1993).
4.4.Los inicios del lenguaje en el niño
R. Brown (citando a Lewis, un autor de 1936) trae el caso de un niño que se hace con el concepto y palabra flores. Primero fue un ramo de narcisos en el florero de casa; luego otro día un ramo parecido, luego otras flores en el mismo florero y por fin flores de todo tipo y en todos los lugares, incluso las dibujadas en los libros de cuentos... (Brown, 1965).
En la película, El milagro de Ana Sullivan se narran los primeros años de Hellen Keller, una niña ciega, sorda y muda de nacimiento que fue "extraída de las tinieblas" por su preceptora y maestra Ana Sullivan. Cuando Hellen tiene unos 5 ó 6 años, se describe en la película –una soberbia escena cinematográfica– la gran revelación para la niña de que todo tiene nombre. Hellen está en el pozo del jardín accionando la bomba mecánica del agua que chorrea sobre su mano abierta. La preceptora traza sobre la palma de su mano el signo táctil agua, agua,... De repente viene la iluminación. La mente de la niña capta instantáneamente que aquello que interesa a su tacto tiene un signo asociado... Y se la ve correr alocadamente por los alrededores, perseguida por Ana Sullivan, tocando y asimilando el signo correspondiente a árbol, puerta, yerba,... Hellen Keller llegó a ser, de mayor, una escritora famosa en Estados Unidos.
4.5.Conceptos, categorías y palabras
5.Aprendiendo a hablar. Los aspectos comunicativos del lenguaje
5.1.Introducción: el enunciado y el contexto
"¿Para qué sirve el lenguaje? ¿Qué función objetiva cumple en la existencia humana? La respuesta no es difícil de encontrar: el lenguaje es el gran medio por el cual se ha llevado a cabo la cooperación humana. [...] Los hombres no sólo hablan para expresar ideas y sentimientos, sino para suscitar respuestas en sus semejantes y para influenciar sus actitudes y sus acciones". (De Laguna, 1927)
5.2.Los enunciados de los niños como ''actos de habla''
5.3.La referencia
"Iba por una calle repleta de gente y bastante ruidosa llevando al niño en su sillita. En un momento vio pasar un coche "mini" y comenzó a chillar: "¡Mini!". Con el ruido y la muchedumbre opté por no hacer caso. El siguió chillando "¡Mini!" y apuntando con el dedo. En una pausa finalmente le contesté: "Sí, un Mini". A lo cual inmediatamente respondió "Coche". Lo interesante es que cada vez que había dicho "¡Mini!" aquello sonaba como algo urgente que requería atención mientras que al proferir "Coche" lo hizo con tono más bajo y a la manera de una afirmación (statement). Otro día, en casa, se acercó a mí sosteniendo un cochecito en las manos y diciendo: "Coche". Como no le contesté nada, insistió varias veces: "Coche". Hasta que yo dije: "Sí, coche". El repuso: "Roto", haciéndome caer en la cuenta de lo que pasaba. Lo que ambos ejemplos (y otros muchos) parecen demostrar es que el niño está usando el nombre del objeto y los recursos paralingüísticos para asegurarse de que el adulto atiende a lo que le interesa. Enseguida dice algo ("predica") sobre el objeto en cuestión" (Atkinson, 1979).
He aquí un ejemplo ficticio. Un amigo me está narrando una peripecia en los términos siguientes: "Yo iba conduciendo tranquilamente por aquella carretera y su coche salió repentinamente de una curva...". Los términos subrayados hacen referencia evidentemente a determinada carretera y determinada persona de la que ya ha hablado anteriormente en la misma conversación. (Si en lugar de aquella y su, hubiese empleado los artículos indeterminados una, un la referencia sería otra).
5.4.Los requisitos psicológicos del diálogo y la conversación
Dos niñas, Michèle (3,8) y Lisa (3,9), se disponen a jugar en la casita que hay en un rincón de la guardería. Fred (4,2), un niño, se une a ellas diciendo: "Yo haré de papá, ¿vale?". Michèle consiente: "Tu haces de papá". Y volviéndose a Lis: "Nosotras haremos de mamás".
Es llamativo que un niño o niña, a los 3 y medio o 4 años, ya sabe cómo "dirigirse a" las diversas personas con quien entabla conversación. Por ejemplo, se dirige a un bebé de manera distinta a como se dirigirá a un adulto. Luego vendrán los términos de cortesía según el grado de familiaridad (tú/vd.), el de respeto (fulano o título de parentesco versus "señor", "señora"). La influencia de los padres es aquí considerable. Los padres son modelos, pues la manera como tratan a sus interlocutores en encuentros casuales (acompañados del niño o niña) está claramente diferenciada. También los padres a veces introducen al niño o niña en la conversación indicándole que "salude a..." y aprovechando para confirmar o enmendar la manera como el pequeño se ha desenvuelto.