El espíritu emprendedor y las actitudes hacia la actividad emprendedora

  • David Urbano

  • Nuria Toledano

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Introducción

Cuando necesitamos buscar información, la mayoría de los que estamos familiarizados con la Web hemos utilizado en algún momento el buscador Google. Google es hoy un referente en el mundo de los negocios, pero no podemos olvidar que este gran gigante empresarial empezó siendo una pequeña empresa. En general, podemos decir que todas las empresas que nos rodean, a lo largo de su existencia, fueron pequeñas en algún momento. Sobre todo, en el momento en el que se crearon.
Google
Google, un ejemplo de gran empresa de éxito en la actualidad
Google, un ejemplo de gran empresa de éxito en la actualidad
Google es un ejemplo de empresa de éxito en la actualidad pero comenzó su actividad contando únicamente con el trabajo de sus promotores. Poco a poco la idea de negocio fue desarrollando hasta que llegó a ser lo que todos conocemos hoy: un gran gigante empresarial.
A algunas empresas las hemos visto evolucionar hacia modelos de mayor tamaño. En cambio otras, la gran mayoría, han continuado siendo pequeñas. Lejos de ser un inconveniente, el reducido tamaño con el que se identifica a las pequeñas y medianas empresas (pymes), se ha convertido en la actualidad en una fuente de ventaja competitiva. En consecuencia, a este tipo de empresas se le atribuye hoy el papel protagonista en la incesante busca del progreso, el desarrollo y la riqueza.
En este módulo analizaremos los principales rasgos de las pequeñas y nuevas empresas, incidiendo de modo especial en el proceso que da lugar a la puesta en marcha de un nuevo proyecto empresarial. Conceptos como "espíritu empresarial" y "actitudes empresariales" serán analizados, así como las distintas alternativas o manifestaciones a las que puede dar lugar el fenómeno emprendedor.

Objetivos

El estudio de este módulo didáctico, centrado en el espíritu empresarial y las actitudes emprendedoras, permitirá al estudiante:
  1. Entender el concepto de espíritu empresarial y actitud emprendedora.

  2. Conocer la importancia de las pymes y las nuevas empresas en la actualidad.

  3. Identificar los principales rasgos que caracterizan a las pymes y las nuevas empresas, valorando así sus ventajas e inconvenientes.

  4. Conocer distintas alternativas y manifestaciones a las que puede dar lugar el fenómeno emprendedor.

  5. Conocer las fases que integran la planificación de la puesta en marcha de un nuevo proyecto empresarial.

1.El espíritu empresarial y las actitudes emprendedoras

Es habitual hoy en día oír hablar del espíritu empresarial y de las actitudes emprendedoras que llevan a cabo los emprendedores por medio de sus actividades, empresas y proyectos. En este apartado abordaremos estos dos pilares sobre los que se sustenta la iniciativa emprendedora y que a su vez requieren las sociedades para garantizar su progreso y desarrollo.

1.1.El espíritu empresarial

Es comúnmente aceptada en la actualidad la importancia que tiene el espíritu emprendedor para el desarrollo de la economía y la sociedad en general, pero, ¿qué entendemos por espíritu empresarial?, ¿sabemos realmente por qué es tan relevante? A estas preguntas trataremos de dar respuesta en las próximas páginas.
1.1.1.El espíritu empresarial: concepto
Aunque todos podríamos afirmar que sabemos lo que significa "espíritu empresarial (1) ", cuando intentamos dar una definición con cierto rigor académico o científico, de lo primero de lo que nos percatamos es de que se trata de un concepto esquivo y amplio, y que, por lo tanto, cuesta bastante definir y estudiar.
Prueba de lo mencionado anteriormente es la consideración que realiza la Unión Europea sobre la pluridimensionalidad que caracteriza el concepto en cuestión. De acuerdo con ello, no nos cabe ninguna duda de que dicho concepto podría definirse adecuadamente de maneras muy diferentes, dependiendo de la dimensión en la que nos fijemos o queramos resaltar, y de la exactitud o precisión con la que queramos dotar a la definición.
En general, el espíritu empresarial se ha definido en numerosas ocasiones como una capacidad, cualidad o habilidad para concebir y hacer realidad una oportunidad de negocio. Algunas definiciones, además, subrayan específicamente un tipo de cualidades o habilidades –cualidades personales, habilidades sociales y habilidades directivas–, específicas. Organismos públicos, por ejemplo, suelen emplear este tipo de definiciones acentuando la posibilidad que existe de promover estas cualidades y habilidades mediante la formación, desde los niveles inferiores en la escuela, hasta los niveles superiores en la universidad.
Una definición más amplia de espíritu empresarial es la siguiente:
El espíritu empresarial es un modo de pensar, razonar y actuar vinculado y suscitado por la busca de una oportunidad de negocio. Su resultado es la creación, mejora, realización y renovación de valor en el sentido más amplio del término, es decir, no sólo valor económico, sino también social, y no sólo para sus propietarios (los empresarios), sino también para todos los grupos de interés vinculados con ellos (empleados, clientes, proveedores, etc.).
Así pues, en el núcleo del espíritu empresarial se encuentra un proceso incesante de busca y/o reconocimiento de oportunidades de negocio, además de la intención de actuar de tal manera que permita aprovechar dichas oportunidades.
De este modo, el espíritu empresarial es, sobre todo, una actitud en la que se refleja la motivación y la capacidad de las personas a la hora de identificar, perseguir y explotar una oportunidad de negocio para obtener algún producto/servicio, y que a su vez proporciona valor añadido en relación con los productos/servicios existentes.
Dado que en los próximos módulos nos dedicaremos a estudiar con detenimiento las capacidades y habilidades emprendedoras y la oportunidad de negocio, dedicaremos el resto del apartado a analizar las actitudes empresariales.
1.1.2.La importancia del espíritu empresarial en la actualidad
Desde el punto de vista institucional, en los últimos años la Unión Europea, consciente de que padece un déficit empresarial en comparación con Estados Unidos, ha aumentado su interés por fomentar el espíritu empresarial de sus ciudadanos, en especial mediante la formación. En este sentido, la Carta Europea de las pequeñas empresas sugirió explícitamente a los países miembros potenciar el espíritu emprendedor.

"Europa educará el espíritu empresarial y las nuevas habilidades desde una edad temprana. Debe transmitirse en todos los niveles escolares un conocimiento general sobre la actividad y el espíritu empresariales. Deben crearse módulos específicos sobre temas empresariales, que constituyan un elemento fundamental de los programas educativos de la enseñanza secundaria y superior. Alentaremos y fomentaremos los empeños empresariales de los jóvenes y desarrollaremos programas de formación adecuados para directivos de pequeñas empresas".

Carta Europea de las pequeñas empresas, Unión Europea, 2000.

Más recientemente, en el 2003, la Comisión Europea publicó un Libro verde titulado El espíritu empresarial en Europa, en el que acentuaba la importancia del espíritu empresarial para el progreso de Europa debido, sobre todo, a su positiva repercusión en el empleo, la competitividad, el desarrollo de las personas y el bienestar de la sociedad.
Esquema
Efectos del espíritu empresarial
Concretamente, los datos en materia de empleo ponen de manifiesto que la creación de puestos de trabajo se concentra cada vez más en las empresas nuevas y pequeñas, y que los países que presentan un mayor aumento en los índices de iniciativa empresarial tienden a mayores reducciones de las tasas de desempleo. Pero además, como ya hemos comentado en alguna ocasión, la Unión Europea señala también la importancia que las iniciativas empresariales tienen de cara a la integración de colectivos desfavorecidos y personas desempleadas.
Por otra parte, la contribución del espíritu empresarial a la competitividad de un país se deriva del impulso a la productividad que genera la existencia de un mayor número de empresas. Dicho de otro modo, en términos generales si hay un mayor número de iniciativas empresariales, existe mayor competencia entre las empresas, lo que las obliga a reaccionar mejorando su eficacia e innovando; el aumento de la eficacia e innovación, a su vez, mejora la fuerza competitiva de la economía en su conjunto. Asimismo, este proceso supone un aumento en la oferta y, por ello, reducciones en los precios de los productos/servicios, lo que beneficia a los consumidores.
Esquema
Contribución del espíritu empresarial a la competitividad de un país
En cuanto al desarrollo personal, se ha demostrado que por medio del espíritu empresarial se facilita la satisfacción de las denominadas "necesidades superiores", como la realización personal y la independencia. Además, varios estudios han revelado que el trabajo produce una mayor satisfacción entre los empresarios que entre los empleados.
Finalmente, la significación del espíritu empresarial ha sido subrayada por el papel que las nuevas iniciativas pueden desempeñar en la prestación de servicios de interés para la comunidad, tales como los servicios sanitarios, educativos o de bienestar. Por ejemplo, empresas de economía social pueden mejorar la prestación de tales servicios propiciando la innovación y la orientación al cliente.
Subsectores en la economía social
La economía social designa a una parte de la realidad social diferenciada tanto del ámbito de la economía estatal del sector público, como de la economía privada de naturaleza capitalista. La economía social está integrada por dos subsectores: 1) el subsector de mercado, integrado por las empresas con organización democrática (una persona, un voto) y con distribución de beneficios no vinculada al capital aportado por el socio (cooperativas, sociedades laborales, sociedades agrarias de transformación, empresas mercantiles no financieras controladas por agentes de la economía social, cooperativas de crédito y secciones de crédito de las cooperativas, cajas de ahorro, mutuas de seguros y mutualidades de previsión social), y 2) el subsector de no mercado, que integraría a las instituciones privadas sin ánimo de lucro al servicio de la sociedad (asociaciones y fundaciones, principalmente).
En definitiva, y después de lo apuntado, resulta evidente que el espíritu empresarial formará parte de nuestras vidas en los próximos años.

1.2.Las actitudes emprendedoras

¿Es positivo o negativo que una persona sea arriesgada? ¿Es positivo o negativo que una persona se enriquezca por medio de la actividad empresarial? ¿Es positivo o negativo dedicar muchas horas al trabajo?
Las respuestas a estas preguntas tienen que ver con los valores que poseen las personas, y éstos, a su vez, son importantes porque tienden los cimientos de sus actitudes y comportamientos. Así pues, dado que tanto el riesgo como las ganancias económicas, el sacrificio o la dedicación, han sido rasgos atribuidos al ejercicio de la actividad empresarial, y por tanto al empresario, las respuestas a las cuestiones anteriores determinarán, en parte, las actitudes de las personas hacia la actividad empresarial o, dicho de otro modo, sus actitudes emprendedoras.
1.2.1.Los valores
Los valores son convicciones básicas con respecto al hecho de que un modo de comportamiento concreto, o un estado final del comportamiento, es preferible, desde el punto de vista personal o social, a su modo opuesto o contrario. Contienen un elemento de juicio porque incorporan las ideas personales sobre el bien, lo correcto y lo deseable.
Los valores tienen atributos de contenido y de intensidad. El atributo de contenido asevera que un comportamiento concreto, o su resultado, son importantes, mientras que el atributo de intensidad especifica el grado de importancia. Cuando clasificamos los valores de una persona por su intensidad, obtenemos su sistema de valores. Todos tenemos una jerarquía que forma nuestro sistema de valores, sistema que se identifica por la importancia relativa que asignamos a valores como la libertad, el placer, el respeto a uno mismo, la honestidad, la responsabilidad o la justicia.
¿Los valores se pueden modificar? ¿son inestables o flexibles?
En términos generales, se puede decir que los valores son relativamente estables y duraderos, lo cual complica su modificación. Una buena parte de los valores que tenemos los adoptamos en los primeros años de vida durante nuestro proceso de socialización primario y, por lo tanto, se encuentran condicionados por los valores que posean sobre todo nuestros padres y maestros. De niños, nos decían que ciertos comportamientos o resultados son siempre deseables y otros siempre indeseables. Hay pocos espacios intermedios. Por ejemplo, nos decían que debíamos ser honestos y responsables y, en cambio, nunca nos enseñaron a ser un poco honestos o algo responsables. Este aprendizaje absoluto, en blanco y negro, de los valores, es lo que garantiza más o menos su fijeza y permanencia. Desde luego, cuestionar nuestros valores puede dar lugar a algún cambio. Quizá decidimos que estas convicciones fundamentales ya no son aceptables, pero lo más frecuente es que nuestras dudas acaben por reforzar los valores que poseemos. Por otro lado, la asimilación de valores se complementa en el proceso de socialización secundario, básicamente con la entrada en el mundo laboral y el contacto con instituciones externas a la familia.
Nuestros valores, en definitiva, se encuentran subyacentes en nuestros comportamientos y, por tanto, explican en parte cualquier actitud que adoptemos. Por lo que aquí nos interesa, hemos de resaltar que los valores condicionan, en gran parte, nuestra actitud emprendedora.
1.2.2.Las actitudes
Las actitudes son juicios evaluativos, favorables o desfavorables sobre objetos, personas o acontecimientos.
Las actitudes manifiestan la opinión de quien habla acerca de algo. Si decimos "me gusta mi trabajo", estamos expresando nuestra actitud hacia nuestro trabajo.
Las actitudes, como hemos comentado anteriormente, se relacionan con los valores, aunque no son lo mismo. Esto se comprende mejor si atendemos a los tres componentes de las actitudes: cognición, afecto y comportamiento.
Por ejemplo, la convicción que existe en los últimos años sobre el hecho de que "ser empresario es bueno" es un enunciado de valor. Tal opinión es el componente cognoscitivo de una actitud y prepara el contexto para la parte crucial de la actitud, su componente afectivo, su parte emocional o sentimental, como se aprecia en la declaración "aprecio a Juan porque es un empresario".
Por otra parte, el afecto tiene resultados conductuales. El componente conductual de una actitud remite a la intención de actuar de cierta manera con alguien o algo.
Contemplar las actitudes en sus tres componentes, cognición, afecto y conducta, es útil para entender su complejidad y su relación potencial con el comportamiento. En este sentido, es importante recordar que el término actitud se refiere esencialmente a la parte afectiva de los tres componentes. Asimismo, conviene acentuar que las actitudes, a diferencia de los valores, son menos estables.
1.2.3.Las actitudes emprendedoras en la práctica
¿Cómo piensan los empresarios exitosos? ¿Qué sensaciones les produce la actividad emprendedora? ¿Cómo son, cómo actúan y cómo se enfrentan a la vida?
Intentar buscar una respuesta única para todas estas preguntas es una misión imposible, pues, como bien podemos intuir, no hay una personalidad única e ideal del empresario, ni existe una única manera de llevar a cabo una actividad emprendedora. Lo más lógico, por tanto, es que encontremos empresarios destacados con estilos muy variados, y que –dentro del mismo grupo– podamos identificar a personas analíticas o intuitivas, carismáticas o aburridas, buenas en los detalles u horribles, delegadoras o controladoras fanáticas.
No obstante, podríamos decir que, en general, casi todos los emprendedores comparten ciertas actitudes y comportamientos.
Por ejemplo, suelen trabajar duro, son perseverantes y se caracterizan por su intenso compromiso con el proyecto o empresa. También suelen ser las típicas personas que ven el vaso medio lleno en lugar de medio vacío. Se esfuerzan por la integridad y luchan por el deseo de lograr lo que se proponen. Con frecuencia, se muestran insatisfechos con el estado actual de las cosas y buscan oportunidades para mejorar cualquier situación con la que topan. Usan el fracaso como un instrumento para aprender y evitan la perfección en favor de la eficiencia (hacer las cosas utilizando los mínimos recursos posibles) y eficacia (hacerlas con la mayor calidad posible).
Por último, es importante acentuar que los empresarios exitosos no sólo poseen una actitud creativa y optimista, sino también sólidas destrezas de gestión, un "saber hacer" y suficientes contactos. A todo ello nos referiremos en los próximos módulos.

2.Las pymes y las nuevas empresas en la economía

En el ámbito de las actitudes empresariales y la actividad emprendora, las pymes y las nuevas empresas ocupan un lugar esencial, ya que son en la mayoría de las ocasiones el resultado más visible. En este apartado abordaremos sus principales características y la importancia que este tipo de empresas tiene para la economía actual.

2.1.Concepto de pyme

¿Qué es una pyme? Quizá el punto de partida sea el de reconocer que todos tenemos en la mente una idea sobre lo que es una pyme. La librería en la que solemos comprar nuestras novelas preferidas, la tienda de ropa en la que cambiamos nuestro vestuario más o menos cada temporada, nuestra peluquería habitual, etc.
Precisamente, por la gran variedad de pymes que nos acompañan en nuestra vida diaria es necesario delimitar conceptualmente qué entendemos por pyme, lo que nos lleva en primer lugar a considerar, con cierto rigor académico, qué es una empresa.
Según la Comisión Europea (2006), una empresa es

"una entidad que ejerce una actividad económica, independientemente de su forma jurídica".

De acuerdo con la definición anterior, podemos considerar empresas tanto a los trabajadores autónomos, como a las empresas familiares, las sociedades colectivas o las asociaciones que ejerzan regularmente una actividad económica. En definitiva, se podría decir que lo determinante es la actividad económica, no la forma jurídica.
Una vez que nos hemos aproximado al concepto de empresa, pasaremos a delimitar la definición de pyme. A este respecto, hemos de acentuar que el hecho de definir de una manera rigurosa a las pymes ha sido siempre una tarea difícil, e incluso controvertida. El término, en sí mismo, cubre una gran variedad de empresas, lo que dificulta en cierto modo su comprensión. No obstante, con carácter general, se suelen adoptar criterios cuantitativos para operacionalizar el concepto.
En concreto, las pymes se definen en función de:
1)el número de empleados,
2)el volumen anual de negocios, y
3)el balance anual.
De este modo, se considera pyme a aquella empresa que ocupa a menos de 250 personas, cuyo volumen de negocios anual no excede de 50 millones de euros, o cuyo balance general no supera los 43 millones de euros.
De acuerdo con esta definición, y en términos de dimensión exclusivamente, bajo el concepto de pyme se incluiría a un colectivo bastante heterogéneo. De ahí que las pymes, a su vez, hayan sido clasificadas en microempresas, pequeñas empresas y empresas medianas.
  • La pequeña empresa es aquella que ocupa a menos de 50 personas y tiene un volumen de negocios o un balance general anual que no supera los 10 millones de euros.

  • Por microempresa, se entiende a toda empresa que ocupa a menos de 10 personas y cuenta con un volumen de negocios o un balance general anual que no supera los 2 millones de euros.

  • En consecuencia, el calificativo de "mediana" se atribuye a la empresa que ocupa a más de 50 personas y cuyo volumen de negocios y balance general anual no supera los 50 y 43 millones de euros respectivamente.

Delimitación de microempresas, pequeñas y medianas empresas
Fuente: Comisión Europea (2006)
Pero, más allá de los criterios cuantitativos que suelen emplearse para delimitar lo que entendemos por pyme, hemos de ser más estrictos con la definición y admitir que una pequeña empresa no se identifica únicamente por los ingresos que logra, o por el número de trabajadores que emplea. Por el contrario, desde una perspectiva más amplia, una pyme también podríamos definirla atendiendo a la relevante función que desempeña en la economía. Es lo que veremos a continuación.

2.2.Relevancia y características de las pymes

Son muchas las funciones que las pymes desempeñan en nuestra sociedad, y que las hacen ser indispensables. Estas cuestiones las abordaremos detenidamente en el presente apartado.
2.2.1.El papel de las pymes en el desarrollo económico y social
Todos sabemos la importancia que tienen las pymes para nuestra vida diaria. Satisfacen muchas de nuestras necesidades básicas y constituyen los lugares habituales por los que pasamos en cualquier calle de nuestro pueblo o ciudad. Seguramente, además, no podríamos imaginarnos un mundo sin pymes.
Desde una perspectiva genérica, todos podemos suponer que el sector de las pymes constituye una parte importante del tejido empresarial y que, por tanto, su actividad tiene una gran repercusión en la economía mundial. No obstante, lo cierto es que su relevancia real es tal, que muchas veces trasciende lo que a priori nos hayamos podido imaginar.
Como dato de partida, diremos que las empresas pequeñas contribuyen mucho más a la economía y a la sociedad de lo que podría calcularse sólo en función de las ganancias y pérdidas que generan. Además, estas empresas tienden a ser más innovadoras que las grandes y, en general, son también más aptas para responder a las exigencias cambiantes de los consumidores. Asimismo, es importante destacar que las pymes suelen estar más dispuestas a otorgar oportunidades para los grupos más desfavorecidos, como por ejemplo los jóvenes, las mujeres o ciertas minorías étnicas.
En resumen, podemos decir que las pymes contribuyen en mayor grado que las grandes organizaciones al desarrollo económico y social, así como a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
No obstante, a pesar de lo apuntado anteriormente, debemos aclarar que las pymes no siempre han representado un papel protagonista en el contexto económico. Todo lo contrario, durante mucho tiempo su contribución al progreso y al desarrollo ha sido ignorada, y han sido percibidas como un estado intermedio por el que debía pasar toda empresa para alcanzar el verdadero éxito, para convertirse en una gran organización. Así pues, podríamos decir que ha sido a lo largo de las últimas décadas cuando su importancia se ha reconocido de manera general.
La capacidad de las pymes para generar nuevos empleos fue uno de los primeros rasgos destacados.
Asimismo, a medida que las economías dependen más del modo como las personas emplean los conocimientos que de las materias primas poseen, se valora en mayor grado, y en cualquier ámbito, la innovación, la flexibilidad y la personalización del producto o servicio. Es decir, con carácter general, hay que subrayar la importancia que poseen tales factores –innovación, flexibilidad y personalización–, independientemente de que la empresa se dedique a programar complicadísimos softwares, o que su actividad principal consista en preparar y servir bocadillos. Precisamente estos rasgos, como veremos seguidamente, son los que en definitiva caracterizan a las pymes, y los que han pasado a convertirse en sus puntos fuertes.
Finalmente, tal y como ya apuntamos en la "Introducción", no podemos olvidar que las pequeñas empresas son con frecuencia la base de las empresas más grandes, por lo que la historia de cualquier país está inevitablemente unida a la historia de sus pequeñas empresas.
La pequeña empresa en la historia de Estados Unidos
Calvin Coolidge, presidente de Estados Unidos durante "los rugientes años veinte", pronunció la célebre frase que dice

"el interés de Estados Unidos está en las empresas".

"engendra servilismo y corruptibilidad, sofoca el germen de la virtud y produce las herramientas apropiadas para los designios de la ambición".

Durante el primer siglo de la existencia del país, hasta la década de 1880, habría sido igualmente exacto decir que el interés de Estados Unidos estaba en la pequeña empresa, ya que prácticamente todas las empresas en el país eran pequeñas en esa época. Desde entonces, las empresas de gran escala han eclipsado en gran medida a la pequeña empresa, obviamente, pero la gran mayoría –casi el 90% de los empleadores estadounidenses– tiene menos de 20 trabajadores, pero todavía son pequeñas. Es más, la pequeña empresa continúa ejerciendo una fuerte atracción en la imaginación estadounidense.
Las empresas no tenían otra alternativa que ser pequeñas en los primeros días de Estados Unidos. El transporte era lento e ineficiente, lo que mantenía a los mercados demasiado fragmentados para poder sustentar empresas grandes. Las instituciones financieras eran igualmente demasiado pequeñas para servir a empresas grandes. Finalmente, la capacidad productiva era limitada porque la energía eólica, hidráulica y animal eran las únicas fuentes disponibles. Cualquiera que fuera la razón por la que las empresas fueran pequeñas, a los estadounidenses les gustaba que fueran así. La pequeña empresa, creían, cultiva el carácter y fortalecen la democracia. Como dijo Thomas Jefferson, el tercer presidente de Estados Unidos, una nación de agricultores y pequeños empresarios evita la dependencia, que
La fe de los estadounidenses en la pequeña empresa fue sometida a prueba a partir de los finales de la década de 1800. El ferrocarril, el telégrafo, el invento de la máquina de vapor y el rápido crecimiento demográfico crearon las condiciones en las que algunas empresas, especialmente las de uso intensivo de capital, como metales primarios, elaboración de alimentos, fabricación de maquinaria y de productos químicos, podían crecer y, en el proceso, adquirir mayor eficiencia. Muchos celebraron los salarios más elevados y los precios más bajos que acompañaron a la llegada de las empresas de gran escala. Para otros, sin embargo, fue motivo de preocupación el que las cualidades elogiadas por Jefferson podían perderse en el proceso. "Aun cuando aceptaban lo que consideraban la superior eficiencia y productividad de la gran empresa", escribió el historiador Mansel Blackford en A History of Small Business in America, "los estadounidenses seguían admirando al pequeño empresario por su autosuficiencia e independencia".
Fuente: Conte, C. E-journal USA, Perspectivas Económicas, 2006.
2.2.2.Las pymes: características principales
¿Es una pequeña empresa una gran empresa pequeña? O, planteémoslo de otro modo, ¿tienen las pequeñas empresas las mismas características que las grandes? Por ejemplo, pensemos en el Corte Inglés y en una pequeña asesoría para pymes.
La respuesta se deduce, en gran parte, por el hecho de que el tamaño de las empresas condiciona de alguna manera el modo como desarrollan su actividad. De ahí que en general se admita que las pymes y las grandes empresas, ciertamente, son tipos diferentes de empresas, y que cada tipo cuenta con características peculiares.
Como hemos visto anteriormente, la importancia de las pymes en la economía ha sido destacada, entre otros factores, por la capacidad que tienen para responder a las nuevas demandas de los consumidores, hecho que ha llevado a caracterizarlas con los adjetivos de innovadoras, personalistas y flexibles; este último adjetivo es el que, de alguna manera, aglutinaría a los demás. En concreto, después de repasar la literatura desarrollada sobre el tema, y haciendo un esfuerzo de síntesis, podemos afirmar que la principal característica que se atribuye a las pymes es la flexibilidad.
La flexibilidad es la habilidad para cambiar rápidamente de dirección o desviarse de un curso de acción predeterminado. Es la capacidad para hacer algo de una manera diferente a la prevista inicialmente.
En realidad, la capacidad que tienen las pymes de sobrevivir se atribuye con frecuencia a su adaptabilidad y a la rapidez con la que son capaces de responder a las condiciones cambiantes del entorno. No obstante, conviene matizar que los cambios del entorno pueden tener muchas facetas y, en consecuencia, responder a algunos de ellos puede ser más fácil que responder a otros. En cualquier caso, lo que resulta indiscutible es que cuando la mayoría de los factores que rodean a las empresas están en continuo cambio, la flexibilidad se convierte en un factor clave.
La flexibilidad, como apuntamos anteriormente, lleva implícita otras características con las que han sido identificadas las pymes. De esta manera, o bien las causas que originan la flexibilidad, o bien sus consecuencias, han sido utilizadas para caracterizar este tipo de empresas.
Esquema
Características principales de las pymes
Así pues, hay al menos tres razones que justifican la flexibilidad de las pymes y que han sido empleadas en numerosas ocasiones como rasgos identificativos de las empresas de más reducida dimensión.
1) En primer lugar, destaca la amplia visión y el conocimiento que tienen los empresarios-directivos de las pymes sobre las capacidades de la empresa. Esta situación responde, entre otros aspectos, al hecho de que, con frecuencia, la figura del empresario coincide con la del fundador o promotor de la idea de negocio. Además, es importante señalar que los particulares rasgos del empresario, que analizaremos con mayor detenimiento a lo largo del módulo 2 ("El empresario como protagonista de la actividad emprendedora"), afectan en gran medida al desarrollo de las actividades de las pymes y a su rentabilidad, con lo que constituyen, en definitiva, uno de sus puntos fuertes.
2) En segundo lugar, son especialmente importantes las estructuras organizativas simples y planas que predominan en la mayoría de las pymes. En efecto, en estas empresas tiende a primar la ausencia o minimización de jerarquías, dado que los equipos directivos son pequeños y la mayoría de ellos trabajan estrechamente con los empleados.
3) En tercer lugar, el menor volumen de producción y de negocios que obtienen las pymes en comparación con las grandes empresas contribuye también a elevar su flexibilidad. Como comentamos anteriormente al definir la pyme, su volumen de negocio anual ha de ser inferior a 43 millones de euros.
Por otra parte, como consecuencia de la flexibilidad propia de las pymes destacan la innovación y la personalización del producto y/o servicio ofrecido por estas empresas. Ambos atributos han servido para diferenciarlas de las de mayor dimensión y se derivan en parte de su carácter flexible.
Con respecto a la innovación, ésta se configura como una manera diferente con la que la pyme es capaz de responder a un problema concreto, por ejemplo, el derivado de la modificación en el gusto de los consumidores. Dicha respuesta se establece mediante una "nueva combinación". A su vez, cada "nueva combinación" podría dar lugar a un nuevo producto, servicio o proceso de producción, a la apertura de un nuevo mercado, al descubrimiento de una fuente de aprovisionamiento o a la creación de una nueva forma de organización dentro de cualquier sector.
Cuando se habla de la personalización con la que las pymes tienden a ofrecer sus productos o servicios se acentúa su facilidad para adaptar éstos a las necesidades o deseos de cada persona o grupo al que se destina.
Por último, no podemos olvidar otras características con las que se identifican a las pymes y que han sido señaladas como sus grandes desventajas. Dentro de este grupo, es importante subrayar los recursos limitados de los que generalmente disponen (económicos, humanos, etc.), sobre todo en sus inicios, así como el elevado grado de control que mantiene el empresario sobre la propia empresa, cuyo ejemplo más claro lo encontramos en las empresas familiares, las cuales normalmente son controladas por los descendientes del fundador. A ellas nos volveremos a referir más adelante, en este mismo módulo.

2.3.Las nuevas empresas en la economía actual

Cada día se crean empresas nuevas que, en esencia, comienzan su andadura con una dimensión muy pequeña. Por ello, las características de las pymes analizadas anteriormente podemos aplicarlas también a las empresas de nueva creación.
En los últimos años, sin embargo, lo especialmente destacable ha sido el elevado número de empresas que anualmente se ponen en marcha. Es más, nunca se habían creado tantas nuevas empresas como en el momento actual (según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en España más de 410.000 empresas iniciaron sus actividades durante el 2007). De ahí que podamos afirmar que nos encontramos en la era de las nuevas empresas, en el sentido de que son éstas las protagonistas de una revolución que está transformando y renovando las economías y sociedades de todo el mundo. Además, como acabamos de ver, las pequeñas y nuevas empresas son las que, en mayor proporción, conciben y producen los bienes y/o servicios innovadores, aquellos que transforman el modo de trabajar y vivir, como los ordenadores personales, software, Internet, etc.
Ahora bien, llegados a este punto conviene preguntarnos cuándo una empresa deja de ser nueva o, dicho de otro modo, qué entendemos por nueva empresa. La pregunta, aunque sencilla a primera vista, resulta complicada de responder. De hecho, actualmente no existe un acuerdo generalizado en relación con el momento a partir del cual una empresa se considera consolidada o madura y, por lo tanto, deja de ser nueva. Muchas veces, incluso, la propia definición de "nueva empresa" depende del motivo por el cual se esté atribuyendo tal denominación. Por ejemplo, en los casos en los que se esté valorando la concesión de una ayuda pública a una empresa nueva o de reciente creación, las instituciones pertinentes suelen considerar nuevas a aquellas iniciativas empresariales que llevan menos de 1 año en actividad. Pero hemos de insistir en que se trata de criterios subjetivos y dependen en gran medida de la finalidad que tenga otorgar el apelativo de nuevo.
Desde una perspectiva más académica, en general, se acepta que una empresa se considera nueva hasta que cumple tres años de vida, al ser éste el período de tiempo en el que suele ser elevado su riesgo de cierre o fracaso. No obstante, en ocasiones se ha llegado a extender este período hasta los siete años.
Por otro lado, es importante destacar el criterio adoptado por el proyecto Global Entrepreneurship Monitor (GEM), el observatorio internacional sobre la actividad emprendedora más importante en la actualidad.
Si adoptamos el criterio empleado por el GEM, una empresa tendría el calificativo de nueva desde que nace hasta que alcanza los 42 meses, es decir, hasta que cumple tres años y medio de vida. Además, el proyecto GEM distingue dentro de las nuevas empresas, las denominadas "empresas nacientes", que son aquellas que no cuentan con más de tres meses de actividad.
Desde otro punto de vista, también es posible ver en las nuevas empresas el resultado de un determinado proceso emprendedor que culminó con éxito. No obstante, hay que aclarar que una nueva empresa no es el único resultado que puede producir un exitoso proceso emprendedor. El denominador común, en cambio, lo constituyen las actitudes y el espíritu empresarial que demuestran los emprendedores inmersos en dichos procesos. A ellos nos referiremos en el próximo apartado.
Sabíais que...
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  • ... en el 2007 se crearon en España más de 400.000 empresas.

  • ... para ese mismo año, la tasa de actividad emprendedora (TAE) registrada por GEM en la población española alcanzó el 7,6%. La TAE mide el porcentaje de personas (entre 18 y 64 años) involucrada en el nacimiento y la consolidación de una empresa o negocio, que va a ser de su propiedad, compartida o no con otros socios, o que actualmente son propietarios-gerentes de un negocio o empresa con menos de 3,5 años de existencia (incluye el autoempleo).

3.Manifestaciones de la iniciativa empresarial

Durante mucho tiempo, el espíritu empresarial y la iniciativa emprendedora se han identificado con las nuevas empresas y las pymes. No obstante, en la actualidad, podemos hablar de espíritu empresarial en cualquier otro contexto. De ahí que podamos decir que el espíritu de empresa haya evolucionado más allá de la noción clásica de nueva empresa mercantil, para aplicarse a empresas y organizaciones de todo tipo, en todas las etapas que integran su ciclo de vida y entornos muy diferentes.
Concretamente, el espíritu de empresa podría desarrollarse en empresas nuevas y viejas, pequeñas y grandes, de lento o rápido crecimiento, dentro del sector privado, el no lucrativo o dentro del sector público, en todos los puntos de nuestra geografía y en todas las etapas de desarrollo de un país.
Así pues, si bien hasta ahora nos hemos referido a la actividad emprendedora que desarrolla una persona o equipo fundacional por iniciativa propia a partir de su idea de negocio, lo cierto es que no es ésta la única alternativa posible para los emprendedores. En este apartado abordamos algunas alternativas para desarrollar la actividad emprendedora, en especial, entre miembros de una misma familia (empresa familiar), en el más amplio contexto social (empresa social), dentro de organizaciones ya existentes (intraemprendimiento o intrapreneurship en terminología anglosajona), y por medio de un sistema específico de comercialización (franquicia).

3.1.La empresa familiar

A pesar de que no resulta sencillo aproximarse al concepto de empresa familiar, de una manera muy simple, este tipo de empresa podría definirse como aquella en la que la toma de decisiones está en manos de una familia o grupo familiar.
Así pues, lo característico de la empresa familiar es que existe un control político, económico y de gestión en la empresa por parte de los miembros de la familia. Además, generalmente, la propiedad de los medios y la dirección de la empresa también están en manos de la familia, quien, en muchas ocasiones, ha gobernado la empresa a lo largo de varias generaciones. Como consecuencia de esta particular situación, existe una clara influencia y relación entre los intereses y objetivos del grupo familiar y la marcha de la empresa. Asimismo, es importante destacar la voluntad que existe de incorporar a la empresa a las futuras generaciones de la familia.
Barceló Corporacion Empresarial, un ejemplo de empresa familiar
Simón Barceló, abuelo de los actuales gestores de Barceló Corporación Empresarial, estaba lejos de imaginar en qué se iba a convertir la pequeña empresa de autobuses que fundó a principios de los años treinta en la isla de Mallorca. Tras adquirir una camioneta, aquel mallorquín dio el primer paso para que, dos generaciones más tarde, Barceló Corporación Empresarial se haya convertido en un grupo con más de 120 hoteles en 16 países, un potente negocio mayorista y una red de agencias de viaje con cerca de 400 puntos de venta. Concretamente, dos de los hijos de Simón Barceló (Gabriel y Sebastián) siguieron los pasos del padre y pronto se pusieron a trabajar en la empresa de transporte. A finales de los años cincuenta, cuando más de quinientos mil turistas empezaban a llegar a la isla de Mallorca, la inquietud de los dos hermanos permitió dar el salto. "Tengo 350 clientes que quieren venir a pasar sus vacaciones a Mallorca y no tengo sitio donde alojarlos", dijo un día Gabriel a Sebastián. Tres días después, Sebastián ya tenía tres ofertas de solares donde se podía levantar un hotel.
Aunque, como acabamos de apuntar, lo especialmente distintivo de las empresas familiares se deriva del carácter singular que le da el concentrar la propiedad de la empresa en manos de un grupo familiar, también podemos destacar otras notas comunes en este tipo de empresas. Así pues, en términos de dimensión, la mayoría de las empresas familiares pertenecen al grupo de las empresas pequeñas o medianas. Por otra parte, y desde una perspectiva financiera, un aspecto que merece especial mención es la tendencia de estas empresas a financiarse con fondos propios, en lugar de acudir a fuentes externas de financiación, así como la política de reinversión de beneficios que prima sobre el reparto de dividendos.
Por último, es importante subrayar algunos aspectos positivos que ofrecen este tipo de organizaciones, y que han llevado a muchas empresas familiares a ocupar posiciones de liderazgo durante mucho tiempo. Entre ellos, cabe destacar los siguientes:
1) La elevada identificación con los valores de la empresa y la obra del fundador incrementan la motivación por llevarla al liderazgo en el mercado y consolidarla en una posición privilegiada.
2) La tradición de operar durante años con principios de calidad y honestidad permite una alta identificación entre los consumidores y los productos de la empresa, así como entre los demás agentes vinculados con la actividad empresarial (entidades financieras, administraciones, etc.).
3) El personal que no forma parte de la familia suele identificarse también con los valores de la empresa, con lo que se crean así lazos de fidelidad con el fundador que se traducen en una alta motivación para el trabajo y un reducido nivel de absentismo y conflictividad.
4) Se suele facilitar la formación práctica dentro de la empresa de las nuevas generaciones, lo que permite completar su formación académica.
En definitiva, y por lo que aquí interesa, conviene destacar que la empresa familiar se entiende como una vía más por medio de la cual pueden nacer nuevos empresarios, en este caso, a partir del mecanismo de la sucesión.

3.2.La empresa social

La iniciativa emprendedora o el espíritu empresarial no se restringen sólo a aquellas actividades o empresas que persiguen un beneficio económico. Por el contrario, el beneficio puede producirse en términos sociales y, por tanto, el concepto se extiende también a aquellas actividades que no buscan un lucro económico. Por ejemplo, podríamos pensar en instituciones benéficas, partidos políticos, o incluso universidades. Lo que caracteriza a este tipo de iniciativas es que las "ideas de negocio" no son tales, sino más bien ideas que sirven para mejorar la vida de las personas y la vida en sociedad, razón por la que podríamos hablar de "ideas sociales".
Se considera empresario social a la persona o grupo de personas que inician y desarrollan un proyecto empresarial desde una perspectiva que prioriza la responsabilidad social y la creación de riqueza del territorio en el que actúan, por encima del objetivo de la maximización del beneficio económico propio.
El empresario social suele ser también el tipo de persona que se caracteriza por mostrar un gran compromiso con su visión, y que –para convertirla en realidad– desafía los modelos y sistemas tradicionales de la empresa. El empresario social opera en las partes más complicadas de los mercados, consiguiendo el éxito allí donde han fallado las iniciativas públicas y privadas. Además, suele ser un gran conocedor de su entorno. En alguna ocasión han sido calificados como "fuerzas transformadoras", subrayando el hecho de que son personas con nuevas ideas para abordar problemas importantes, y que son persistentes en su consecución. Dicho de otro modo, son personas que no suelen aceptar un "no" por respuesta.
A pesar de la importancia que en los últimos años se está otorgando a las empresas y a los empresarios sociales, no podemos decir que sea un fenómeno nuevo. Por el contrario, los empresarios sociales han existido siempre, desde los tiempos más remotos. Por ejemplo, San Francisco de Asís, fundador de la orden franciscana, podría considerarse un empresario social por haber construido varias organizaciones que han promovido cambios de modelo en su campo. Lo que hoy en día sí es distinto es que la iniciativa social está consolidándose como vocación, no sólo en zonas de Estados Unidos o Europa, sino cada vez más en lugares de Asia, África y América Latina.
Algunos ejemplos de las empresas sociales más relevantes se sintetizan a continuación:
  • El periodista Gordon Roddick empezó a publicar en 1991 la revista Big Issue con el objetivo de que ésta fuera distribuida exclusivamente por personas indigentes y sin techo de las ciudades británicas. En la actualidad la revista, premiada en varias ocasiones, compite tanto en calidad como en volumen de circulación con las principales revistas distribuidas por los canales tradicionales.

  • La Schwab Foundation For Social Entrepreneurship y la Endeavor Global son dos organizaciones sin ánimo de lucro cuyo objetivo es la promoción de la figura del empresario social como elemento clave para la solución innovadora y efectiva de los problemas asociados al desarrollo sostenible.

  • El economista de Bangladesh Muhammad Yunus fundó el Grameen Bank prestando microcréditos sin aval. Actualmente el Grameen Bank mueve fondos de millones de dólares que, al mismo tiempo, han permitido el progreso económico de miles de personas gracias a los créditos que anteriormente ningún banco tradicional les concedía. Yanus creó también Grameen Phone. Esta compañía ha creado más de 100.000 autoempleados en las poblaciones rurales de Bangladesh a las que no llegaba servicio telefónico alguno a partir de la adquisición de un teléfono móvil para su posterior alquiler por llamadas, creando una infraestructura de comunicación telefónica. Yunos recibió en el año 2003 el Premio Nobel de la Paz.

  • Sant Joan de Déu, Serveis de Salut Mental, es una organización sin ánimo de lucro creada con el fin de ofrecer diferentes servicios relacionados con la promoción, la prevención, la rehabilitación psicosocial y hasta la atención sociosanitaria, y mejorar así salud mental de la población. Se inspira en los valores de la Orden Hospitalaria de Sant Joan de Déu y se inscribe en un modelo asistencial comunitario, orientado al servicio público, moderno y desarrollado, con una cultura propia, abierta a la sociedad y con el que las personas pueden identificarse, participando activamente.

3.3.Los proyectos emprendedores en empresas ya establecidas

Durante los últimos años, la complejidad que viene caracterizando el entorno actual está demandando en las empresas actitudes emprendedoras y, en definitiva, un continuo espíritu emprendedor. De ahí que se haya llegado a institucionalizar este fenómeno y se haya identificado la iniciativa emprendedora interna con la capacidad para detectar nuevas oportunidades empresariales desde una empresa ya existente, y para explotarlas convirtiéndolas en un nuevo proyecto o empresa viable.
En el ámbito internacional este fenómeno, cuyo auge es relativamente reciente, se identifica con las expresiones corporate venturing, corporate entrepreneurship e intrapreneurship. Sus características principales son:
1)Engloban alguna actividad "nueva" para la empresa.
2)Son iniciadas y desarrolladas internamente.
3)Contienen un riesgo superior al que se deriva de la actividad habitual de la empresa.
4)En algún momento de su evolución como proyecto se gestionan de manera independiente.
Las iniciativas empresariales suelen desarrollarse en el seno de las empresas ya establecidas para cumplir, entre otros, los siguientes propósitos: lograr el crecimiento de la empresa, diversificar riesgos, responder a los cambios del entorno, aplicar tecnologías no testadas o generar innovación.
Teniendo en cuenta lo anterior, este modo en el que se manifiesta el espíritu empresarial implica que, en ocasiones, sean los propios empleados los que asuman el rol de "empresarios internos" e impulsen la generación de nuevos proyectos en la empresa.
Así pues, el "empresario interno" o "intraempresario" puede entenderse como aquella persona que dentro de una empresa ya establecida asume la responsabilidad de convertir una idea en un producto o servicio rentable, recurriendo a la audaz asunción de riesgo y a la innovación. El intraempresario, además, suele gozar de un amplio conocimiento sobre los recursos de la empresa desde la que emprende el nuevo proyecto.
En la actualidad, muchas empresas establecidas han desarrollado proyectos emprendedores e innovadores para satisfacer las necesidades cambiantes del mercado. Algunas de ellas, han institucionalizado esta práctica dentro de su propia estrategia.
En España, un ejemplo de empresa que desarrolla proyectos emprendedores lo podemos encontrar en Sigal, S. A., propietaria de los conocidos restaurantes-tienda VIPS. Esta empresa decidió a finales de los años ochenta lanzar un proyecto nuevo, que adoptó la forma de una nueva división, en el que hizo recaer su plan de crecimiento y diversificación.

3.4.La franquicia

Si hoy en día preguntásemos a alguien el nombre de alguna franquicia, seguramente que en menos de dos segundos sería capaz de darnos más de una respuesta. McDonald's, Telepizza, PizzaHut, son sólo algunos de los cientos de ejemplos de franquicias que podemos encontrar en nuestra ciudad.
Basándonos en esta realidad, podemos decir que la franquicia es una de las fórmulas de desarrollar la actividad empresarial que ha experimentado más auge en los últimos tiempos. Puede ser entendida, además, como una forma de llevar a cabo una iniciativa empresarial a dos niveles: 1) en el nivel del franquiciador, quien por medio de la franquicia consolida y hace crecer su propio negocio dotándolo de las ventajas competitivas características de esta fórmula, y 2) en el nivel del franquiciado, quien tomando como referencia la idea y el método de gestión del franquiciador pone en marcha la actividad empresarial.
De acuerdo con el Código Europeo de Franquicia aplicable en España, la franquicia o franchising es un sistema de comercialización de productos y/o servicios y/o tecnologías basado en una colaboración estrecha y continua entre empresas jurídica y financieramente distintas e independientes, el franquiciador y sus franquiciados.
Como consecuencia, entre el franquiciador y el franquiciado se crean una serie de derechos y obligaciones que velan por la seguridad y continuidad de la actividad empresarial. Por ejemplo, podemos destacar que el franquiciador otorga a sus franquiciados el derecho, y también la obligación, de explotar un negocio siguiendo el concepto que posea el franquiciador. El franquiciado, por su parte, a cambio de una contraprestación económica al franquiciador, puede utilizar el nombre comercial y los métodos técnicos del negocio que franquicia.
Además, de la anterior definición podemos extraer una serie de aspectos formales que supone esta posibilidad de iniciar la actividad empresarial, y que repercuten directamente en la forma de desarrollarla. Entre ellos, destacamos los siguientes:
1) Existe una identidad corporativa común, que se manifiesta mediante el aspecto externo del negocio y que se repite de manera idéntica en cada franquicia (por ejemplo, la arquitectura interior y exterior, los logotipos, los colores, la uniformación del personal, las marcas comerciales, etc.).
2) Hay transmisión de conocimientos del franquiciador al franquiciado con objeto de que éste puede llevar a cabo la actividad empresarial. Así pues, la formación y la experiencia de los empresarios –franquiciador y franquiciado– es fundamental.
3) Existe un apoyo permanente del franquiciador a sus franquiciados. Dicho apoyo incluye por parte del franquiciador poner en manos del franquiciado todo lo necesario para iniciar y gestionar el negocio (mobiliario, rótulos comerciales, materia prima, etc.).
No obstante, dejando al margen los aspectos más formales, lo que aquí nos interesa acentuar es el hecho de que hablar de franquicia implica hablar doblemente de actividad empresarial, en el sentido de que el nuevo empresario, el franquiciado, "clona" una idea de negocio exitosa desarrollada previamente por otro empresario experimentado, el franquiciador, quien mediante esta fórmula permite el crecimiento de su negocio original. Lógicamente, las actitudes y actividades que desarrollan ambos empresarios en esta situación serán bien distintas. Así, por ejemplo, mientras que el empresario experimentado (el franquiciador) se preocupa de analizar el potencial de crecimiento de su mercado con el fin de rentabilizar la inversión que supone la creación de una red de franquicias, el nuevo empresario (el franquiciado) concentra toda su atención en estudiar la naturaleza del negocio que explotará en régimen de franquicia, así como la posición de liderazgo que ostenta en el mercado.
Para finalizar nuestra pequeña inmersión en el mundo de las franquicias, es importante destacar las principales ventajas que obtienen ambos empresarios con esta fórmula empresarial. Concretamente, desde la perspectiva del franquiciador, la franquicia le permite crecer con mayor rapidez y menor inversión que si lo hiciera de una manera tradicional a partir de sus propios establecimientos. Además, en el caso de que el franquiciador o empresario experimentado acertara con la selección de los franquiciados, la gestión del negocio producirá mejores resultados, dado que éstos conocen mejor las peculiaridades y los hábitos de consumo del área geográfica que explotan con cierta exclusividad. El nuevo empresario o franquiciado, por su parte, por medio de la franquicia logra crear su propia empresa contando con la ayuda de un colaborador y con el éxito probado de la idea de negocio.

4.El proceso emprendedor

Mientras que el empresario y la nueva empresa son realidades conocidas y fáciles de identificar por todos, el proceso emprendedor, por su intangibilidad, pasa más inadvertido. Su importancia, no obstante, es sustancial. Sus elementos básicos y el modo como se lleva a cabo son determinantes del éxito con el que nace el nuevo proyecto o empresa. Estos aspectos son los que abordaremos en el presente apartado.

4.1.Concepto, elementos y características

El proceso emprendedor es aquel proceso que integra todas las funciones, actividades y acciones asociadas con la identificación y explotación de oportunidades.
El proceso emprendedor es, por tanto, el núcleo de cualquier iniciativa empresarial. A pesar de la gran variedad de iniciativas empresariales que se pueden poner en marcha y de las diferentes formas como se puede materializar el proceso emprendedor, podemos encontrar algunos elementos o fuerzas centrales en todo proceso. En concreto, nos referimos a:
1)la oportunidad de negocio,
2)los recursos necesarios para su aprovechamiento, y
3)la figura del empresario o equipo fundador.
A todos ellos nos dedicaremos con detenimiento en los próximos módulos, por lo que aquí únicamente daremos una visión esquemática de cada uno de ellos.
Elementos del proceso emprendedor
Fuente: Timmons (2003)
El proceso emprendedor suele comenzar con la detección de una oportunidad de negocio. De ahí que su importancia sea equiparable a la del talento o capacidad del empresario o equipo fundador, e incluso superior que la de los recursos iniciales. El empresario, o el equipo, deberá hacer malabares con todos estos elementos, dentro de un entorno cambiante como el que caracteriza el contexto actual. Pero, en cualquier caso, no podemos olvidar que la oportunidad de negocio es el primer elemento que se debe tener en cuenta en el proceso emprendedor. De este modo, la forma, el tamaño y el alcance de la oportunidad condicionará sustancialmente la forma, el tamaño y las características del empresario o equipo que la aproveche y explote, así como de los recursos necesarios para hacerlo. Todos estos elementos deben estar equilibrados e integrados de manera complementaria a lo largo de todo el proceso emprendedor. En este sentido, también cabe apuntar que dicho proceso se caracteriza por su especial dinamismo, por lo que lo habitual es que con el tiempo se produzcan modificaciones importantes. Por ello, las personas que perciben el cambio como algo natural son más capaces de digerir los riesgos y, en consecuencia, tienen mayor probabilidad de alcanzar el éxito. El contexto dinámico, la ambigüedad y el riesgo deben, por tanto, considerarse los aliados en todo proceso emprendedor, pues son los elementos que siempre lo acompañan.

4.2.La oportunidad de negocio

Como acabamos de apuntar, en el núcleo del proceso emprendedor se sitúa la oportunidad de negocio. Empresarios exitosos e inversores han señalado muchas veces que una buena idea, necesariamente, no tiene por qué ser una buena oportunidad.
Es fundamental, por tanto, valorar en qué medida la oportunidad (o más bien la idea inicial) puede considerarse, literalmente, una oportunidad de negocio. Para ello, es necesario que nos cuestionemos varios aspectos sobre la potencialidad del mercado en el que se inserta la oportunidad. Algunas de las preguntas claves las resumimos a continuación:
Fuente: Timmons (2003)
Preguntas para testar la oportunidad de negocio
La demanda del mercado es un factor clave para valorar la oportunidad de negocio.
  • ¿La cuota de mercado y su crecimiento potencial que es igual o superior al 20% de crecimiento anual es duradera?

  • ¿Es fácil captar nuevos clientes?

La estructura del mercado y su tamaño son factores clave para definir la oportunidad de negocio.
  • ¿El mercado es emergente y/o fragmentado?

  • ¿Existen barreras de entrada?

El margen de venta ayuda a diferenciar la oportunidad de negocio de la idea de negocio.
  • ¿Se pueden conseguir proveedores a bajo coste? (40% de margen bruto)

  • ¿Se requiere más o menos capital para explotar la oportunidad de negocio que la competencia?

Éstas y otras cuestiones son las que podemos plantear a la hora de evaluar la viabilidad de cualquier oportunidad de negocio. A ella nos dedicaremos más ampliamente en el módulo "De la idea a la oportunidad. El papel de la creatividad y la innovación".

4.3.Los recursos

Una de las ideas más extendidas en el contexto de la actividad emprendedora hace referencia a la importancia que tienen los recursos, especialmente económicos, para la puesta en marcha de un nuevo proyecto empresarial. Sin embargo, como hemos visto, "el dinero" no es lo único importante en el proceso emprendedor. Es más, se ha demostrado que llevar a cabo dicho proceso pensando de manera especial en los recursos económicos puede constituir un gran error. Por el contrario, la realidad ha puesto de manifiesto que "el dinero" suele ser atraído por las buenas oportunidades dirigidas por un potente emprendedor o equipo fundador. Además, en la actualidad existen muchas medidas de apoyo, sobre todo financieras, que facilitan en cierto modo la puesta en marcha del proyecto empresarial. A esto hay que unir el hecho de que los empresarios más exitosos han sido capaces de idear creativas estrategias para conseguir los recursos necesarios con el menor coste. Así pues, el objetivo en relación con los recursos económicos no es tanto tratar de controlarlos, sino más bien minimizarlos y saber utilizarlos.
De manera muy sintética, junto a los recursos económicos, son los recursos humanos, los físicos o tangibles y los intangibles (como la información) los que completan el apartado de recursos necesarios para desarrollar el proceso emprendedor.

4.4.El empresario y/o equipo fundador

En la actualidad, no cabe ninguna duda de la importancia que tienen las cualidades del empresario o del equipo fundador en el éxito de las iniciativas empresariales. En general, los capitalistas que suelen invertir en los nuevos proyectos se ven cautivados por la brillantez creativa de algunos empresarios. Pero no sólo la creatividad es importante, los conocimientos, las habilidades y las actitudes que demuestren las personas inmersas en el proyecto empresarial son determinantes de sus resultados. Estas últimas, las actitudes, tal como comentamos anteriormente, están recibiendo gran atención por parte de todos los agentes implicados en el desarrollo socioeconómico de un país, debido a su positiva incidencia en el ejercicio de la actividad empresarial. En ocasiones, las podemos encontrar intercambiadas con rasgos de personalidad, o en ocasiones mezcladas con las habilidades, pero, en cualquier caso, siempre vinculadas con los elementos que vaticinan el éxito en los negocios.
Sin ánimo de ser exhaustivos, pues sería imposible elaborar una lista cerrada de todos los aspectos que pueden caracterizar a los emprendedores más exitosos, e1eramos a continuación algunos de los rasgos que, con mayor asiduidad, se les ha atribuido:
  • Autoconfianza.

  • Perseverancia y determinación.

  • Energía y diligencia.

  • Ingenio en la utilización de los recursos.

  • Propensión a tomar riesgos calculados.

  • Necesidad de logro.

  • Creatividad.

  • Iniciativa.

  • Flexibilidad.

  • Respuesta positiva al cambio.

  • Independencia.

  • Previsión.

  • Dinamismo y liderazgo.

  • Versatilidad, conocimiento de producto, mercado, maquinaria y tecnología.

  • Habilidad para estar con la gente.

  • Responsabilidad para sugerir y criticar.

  • Orientación a la rentabilidad.

  • Capacidad de observación y percepción.

  • Optimismo.

5.La planificación del proceso emprendedor

En el mundo emprendedor la planificación es inevitable. Es un paso más por el que debe pasar toda persona que desee poner en marcha su idea de negocio. Es, además, un requisito básico si para el desarrollo del proyecto empresarial se desea obtener financiación ajena, pues la mayoría de las entidades financieras, y en todas las administraciones públicas que gestionan algún tipo de apoyo financiero, demandan un plan de empresa que sintetice y justifique su futura viabilidad. Sin embargo, hemos de aclarar que la planificación en ningún momento garantiza el éxito del proyecto. Todo lo más que puede hacer es clarificar las ideas al propio emprendedor y, en la medida de lo posible, anticiparse a las posibles alteraciones que con toda seguridad ocurrirán durante el desarrollo del proceso al principio, y durante el ejercicio de la actividad empresarial después. En definitiva, un plan no es garantía de éxito, aunque sí ayuda a su obtención. En este apartado trataremos algunos aspectos claves, primero a nivel general, y posteriormente referidos al proyecto de empresa.

5.1.La planificación: cuestiones básicas

Cada vez que tomamos algún tipo de decisión nos transformamos en planificadores. Sin embargo, este proceso suele producirse tan rápido que no llegamos a ser conscientes de él. Cuando preparamos una lista de cosas para hacer, por ejemplo, una lista para comprar en el supermercado, estamos ejecutando los principios básicos de la planificación. Nuestras vacaciones anuales pueden también ser un ejercicio significativo de planificación. No obstante, en estos casos la planificación no se ve reflejada de manera escrita; el proceso mental es aquí lo más importante. Por ello, ninguna de estas acciones solemos relacionarla con la planificación.
Tradicionalmente, la planificación se ha vinculado con una actividad laboriosa y aburrida, sobre todo en el ámbito empresarial. Junto a esta mala fama que tiene la planificación, existen otros problemas asociados a ella, aunque todos forman parte de la mitología que acompaña a esta parte de la actividad emprendedora.
Fuente: Thomas (2001)
Mitos sobre la planificación
Argumentos en contra de la planificación
Justificación de la importancia de realizar la planificación
No se entiende.
Muchas personas son reticentes a las nuevas situaciones.
Demanda un gran esfuerzo mental.
También es un trabajo muy interesante y creativo.
Necesita compromiso.
Todas las cosas importantes requieren compromiso.
Contiene demasiados datos e información.
Aunque la recopilación de información es importante en todo proceso de planificación, no hay que olvidar que la planificación se refiere sobre todo a la acción y no a la información.
Tiene escasa credibilidad.
Es la apariencia que tiene, pues los buenos planificadores casi siempre planifican planes no realizables. Sin embargo, aunque la planificación no garantiza el éxito, ¡ofrece la mejor oportunidad para lograrlo.

5.2.El proceso de planificación: etapas

Cualquier proceso de planificación que se plasma de manera escrita, desde el documento que ocupa una simple página, hasta aquel que refleja la planificación de los proyectos más complejos, comparte las mismas fases, las mismas etapas o procesos básicos.
En general, podemos afirmar que todo proceso de planificación consta de las siguientes etapas:
1) establecer el objetivo,
2) buscar y obtener la información,
3) evaluar las alternativas,
4) preparar el plan en un documento escrito (que se materializa en el plan de empresa en el caso de planificar una actividad emprendedora), y
5) desarrollar el programa de trabajo en el tiempo.
Esquema
Etapas del proceso de planificación
Fuente: Thomas (2001)
Así pues, teniendo en cuenta lo anterior, se puede definir el proceso de planificación como el proceso que consiste en definir los pasos necesarios para transformar un objetivo en resultados.
En primer lugar, tener objetivos válidos es el requisito inicial en el proceso de planificación. En este sentido, hemos de ser conscientes de que los objetivos poco realistas no sirven de mucho, y en el ámbito empresarial pueden llevar cualquier proyecto al fracaso. Obtener la información relevante es el segundo paso en la planificación. Si estamos planificando la puesta en marcha de un nuevo proyecto empresarial, obtener información sobre la oportunidad de negocio detectada, sobre el mercado, sobre los recursos financieros necesarios para ponerla en marcha, la tecnología para producirla o el personal necesario para desarrollarla, constituyen la esencia de esta etapa de la planificación.
Una vez recopilada la información, es preciso evaluar las distintas alternativas. Normalmente, existe más de una alternativa para realizar cualquier acción. Cada una de las alternativas tendrá repercusión en los costes y en los beneficios futuros.
Finalmente, documentar el plan por escrito, en un plan de empresa si hablamos de un proyecto empresarial, y desarrollar el programa en el horizonte temporal constituyen las últimas fases del proceso de planificación.

5.3.La planificación de la puesta en marcha de una nueva empresa/proyecto

Aunque las acciones que supone la puesta en marcha de una empresa o de un proyecto empresarial sean irrepetibles, lo cierto es que, como en cualquier proceso de planificación, probablemente seamos capaces de identificar una serie de etapas comunes. Dichas etapas se suelen corresponder con lo que se ha denominado:
1)gestación de la idea,
2)creación de la empresa/proyecto,
3)lanzamiento o proyección, y
4)consolidación.
Esquema
Etapas de la puesta en marcha de una empresa/proyecto
Durante la gestación, los empresarios plantean las ideas empresariales, los objetivos que se deben lograr, el sector de actividad y las características que tendrá el producto o servicio que constituirá el núcleo del negocio. Todo ello es analizado de manera pormenorizada durante la segunda etapa, denominada estrictamente "creación de la empresa/proyecto". Esta fase es la más larga del proceso de planificación y abarca la realización de actividades tan variadas como el análisis de la idea y de la oportunidad de negocio, la busca de los apoyos necesarios para llevarla a cabo y la elaboración de un boceto escrito, o plan de la empresa o negocio. Además, el desarrollo de los trámites necesarios para la creación formal y legal de la empresa (constitución de la sociedad, obtención de las correspondientes licencias y permisos, etc.) y la previa elección de la forma jurídica para operar en el mercado constituyen también acciones propias de esta fase. La fase de lanzamiento y apertura del negocio (tercera etapa de la planificación) marca el inicio de la actividad empresarial. La creación del equipo necesario, la organización de los medios de producción, e incluso la busca de la financiación necesaria para hacer frente a los primeros días de actividad son las cuestiones claves de esta fase. Finalmente, podemos decir que con la consolidación se culmina la puesta en marcha de la empresa o proyecto. Éstos habrán demostrado ya cierta solvencia y, por tanto, pueden encaminarse a planificar su futuro crecimiento.

Resumen

El espíritu empresarial y las actitudes emprendedoras son los elementos clave que se encuentran detrás de todo proceso emprendedor de éxito, y que suele dar como resultado la puesta en marcha de un nuevo proyecto empresarial o la creación de una nueva empresa. Cuando el resultado es la creación de una nueva empresa, normalmente, ésta pasa a formar parte del grupo de las pymes o microempresas, debido al reducido tamaño con el que suelen iniciar su actividad.
En Europa y en España, la mayoría de las empresas que en la actualidad forman parte del tejido productivo se incluyen dentro de la categoría de pyme. Su importancia en términos de empleo, competividad, desarrollo personal y mejora de las condiciones de vida ha provocado que las administraciones públicas incrementen su preocupación por aumentar el número de este tipo de empresas. La flexibilidad que las caracteriza, de cara a adaptarse a los rápidos y continuos cambios que nos rodean, las ha convertido también en un ejemplo que se debe seguir, incluso por las organizaciones más grandes. De ahí que el espíritu empresarial y la actitud emprendedora que caracteriza a los empresarios que emprenden los pequeños proyectos se hayan potenciado en todo tipo de organización. Así pues, en la actualidad, la franquicia, la empresa familiar, la empresa social y las grandes empresas son entornos habituales en los que se desarrollan y ponen en marcha nuevos proyectos empresariales y en los que, por tanto, tienen lugar actitudes emprendedoras.
Con independencia de dónde ocurra la actividad emprendedora, el proceso por el que ésta evoluciona siempre se encuentra integrado por tres elementos clave: la oportunidad de negocio, los recursos necesarios para explotarla y las personas (el emprendedor o el equipo fundador) que organizan e integran todos los elementos. La apropiada planificación para llevar a cabo el citado proceso supone la delimitación de objetivos previos, la busca y el análisis de la información, la evaluación de alternativas, la preparación del plan en un documento escrito y su programación en el tiempo. Más concretamente, cuando el proceso emprendedor está orientado hacia la puesta en marcha de una nueva empresa o proyecto, su adecuada planificación supone haber pasado por un período previo de gestación de la idea, así como por un período posterior de lanzamiento y consolidación.

Ejercicios de autoevaluación

Cuestiones para el repaso
1) ¿Cuáles son las características básicas de una pyme?
2) ¿Cuál es la principal diferencia entre actitud empresarial y valor empresarial?
3) ¿Qué ventajas tiene adoptar la forma de franquicia cuando se decide crear la propia empresa?
4) ¿Qué pasos sería necesario desarrollar para planificar adecuadamente la puesta en marcha de una empresa?
Test para el autodiagnóstico
Con este test te proponemos que comprobéis cuáles son vuestras actitudes empresariales. Para ello, solo tenéis que responder a las siguientes preguntas valorándolas del 1 al 5, donde responder 1 significa que poseéis el rasgo con muy bajo grado y 5 de manera muy elevada. Una vez completada la puntuación, sumad los puntos que habéis obtenido y comprobad el resultado en la interpretación que aparece al final.
1) ¿Te gusta crear y emprender? ¿Te preocupa la calidad de los bienes y servicios que utilizas?
1
2
3
4
5
2) ¿Eres una persona que suele planificar el trabajo para que sea lo más productivo posible?
1
2
3
4
5
3) ¿Normalmente llevas a cabo los planes que te propones? ¿Te salen bien?
1
2
3
4
5
4) ¿Eres realista? ¿Te gusta meditar bien los problemas para resolverlos con mayor eficacia?
1
2
3
4
5
5) Si tomas una decisión, ¿la aplicas a pesar de sus consecuencias? ¿Eres considerado con los demás?
1
2
3
4
5
6) ¿Tienes capacidad de autocrítica? ¿Aceptas las ideas de los demás y las analizas?
1
2
3
4
5
7) ¿Tienes facilidad para organizar las tareas cuando realizas un trabajo en grupo?
1
2
3
4
5
8) ¿Encuentras sencillo comunicarte con las personas y expresarles tus ideas y objetivos?
1
2
3
4
5
9) ¿Tienes capacidad para animar (motivas) a los demás cuando quieren "tirar la toalla"?
1
2
3
4
5
10) ¿Eres perseverante aunque a veces te flaqueen las fuerzas? ¿Te sobrepones a las dificultades?
1
2
3
4
5

Solucionario

Resultados del test de actitudes empresariales
  • Más de 30 puntos: Te felicitamos, pareces tener muy buena madera de emprendedor. ¡Adelante con tu idea! Es muy probable que tengas éxito.

  • Entre 10 y 30 puntos: No está mal, aunque parece que existen ciertas actitudes que deberías renovar.

  • Menos de 10 puntos: Puede ser conveniente reflexionar sobre la necesidad de una renovación de actitudes muy profunda o participar en un proyecto empresarial de otra manera que no sea dirigiéndola personalmente.

Ejercicios de autoevaluación

Glosario

actitud emprendedora f
Juicio evaluativo favorable sobre la actividad emprendedora y el ejercicio de la actividad empresarial.
empresa f
Entidad que ejerce una actividad económica, independientemente de su forma jurídica.
espíritu empresarial m
Modo de pensar, razonar y actuar vinculado y suscitado por la busca de una oportunidad de negocio.
plan de empresa m
Documento que refleja las distintas parcelas de un proyecto empresarial destinado principalmente a evaluar la viabilidad de dicho proyecto.
pyme f
Empresa que ocupa a menos de 250 personas, cuyo volumen de negocios anual no excede de 50 millones de euros, o cuyo balance general no supera los 43 millones de euros.

Bibliografía

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Comision Europea (2006). La nueva definición de PYME. Guía del usuario y ejemplo de declaración(disponible en:http://ec.europa.eu/enterprise/enterprise_policy/sme_definition/sme_user_guide_es.pdf).
Sánchez, J. A. Originalidad y versatilidad de un negocio de franquicia[artículo en línea]http://www.mundofranquicia.com/mfc/articulos/desarrollo.php?id=027.
Thomas, C. J. (2001). Guía básica para mandos intermedios y jefes de equipo. Madrid: FC Editorial.
Timmons, J. A.; Spinelli, S. (2003). New venture cration. Entrepreneurship for the 21st century, Nueva York: McGraw Hill.
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