Modelos de intervención en el trabajo social sanitario. La gestión de casos

Índice
- Introducción
- 1.La gestión de casos (case management)
- 2.Modelos de intervención
- 3.El modelo ISSIS: modelo integrado de gestión del servicio y de los casos
- 4.Técnicas que utiliza el trabajador social sanitario
- Resumen
- Bibliografía
Introducción
“El tratamiento, sea cual sea, es un proceso dirigido hacia una meta dirigida. En los diversos enfoques [modelos]… Diferentes medios se utilizan en los diversos enfoques para lograr el efecto deseado. Hay muchas maneras de clasificar estos medios. Hemos encontrado que es útil basar la clasificación en los pasos que permitan poner en juego un tratamiento dinámico.”
F. Hollis; M. E. Woods (pág. 85-107)
“Los procesos tienen un objetivo común –reducir la ansiedad– pero la dinámica envuelta en cada uno es diferente. En un caso parte del estímulo para reducir la ansiedad, se orienta a medidas ambientales; en otro se da la seguridad, dependiendo del cliente y a partir de la confidencia con el trabajador social; en tercer lugar, la paciente recibe apoyo para que comprenda de una manera más real la situación; en cuarto lugar, se la ayuda a priorizar sus emociones envueltas en sus relaciones personales y sus consecuencias si ellas producen reacciones comunes.”
F. Hollis; M. E. Woods; ob. cit (pág. 85-107)
“Antes de discutir esta tipología debemos revisar el desarrollo general de las clasificaciones en la teoría del diagnóstico diferencial. Los cambios en la clasificación reflejan el crecimiento del conocimiento. Cada nueva tipología se construye sobre las antiguas y trata de definir el alcance del tratamiento de casework tan bien como describir los procesos usados en los diferentes periodos. […] Ha habido un gran número de clasificaciones de tratamiento de casework. Mary Richmond muy pronto destacó una simple distinción. En 1922 habló de «tratamiento directo» e «indirecto». Ello significaba los procesos directos entre el cliente y el trabajador social –la influencia de una mente sobre otra mente– y después los cambios que el trabajador social llevaba al ambiente psicosocial del cliente.”
F. Hollis; M. E. Woods; ob. cit (pág. 85-107)
Tratamiento: actuar o comportarse hacia otra persona de una manera determinada. La palabra es muy adecuada para las actividades del casework y no pretendemos usarla en los mismos términos que la medicina.
Procedimiento de ayuda o servicio: se usa más ampliamente que tratamiento para cubrir todas las formas de la práctica del casework incluyendo actos específicos de práctica de ayuda.
Terapia: se refiere al trabajo en que en lo social y lo psicosocial se emplean los medios para permitir a individuos hacer frente a los dilemas ambientales, interpersonales y/o intrapsíquicos y su interacción, que son causa de estrés personal.
Intervención: se prefiere como un término general. Es común y no exclusivo de los terapeutas de familia o grupos.
F. Hollis; M. E. Woods; ob. cit (pág. 4-5)
1.La gestión de casos (case management)
“El trabajador social toma un caso, el de una familia que se desintegra, el de un individuo arruinado, o una industria poco socializada. Habiendo localizado el problema, habiendo decidido sobre su naturaleza particular, en general ¿no pide ayuda a la agencia, al profesional u otro especialista, el que está mejor preparado para manejarlo? ”
Ante una enfermedad se necesita al médico. Ante la ignorancia se requiere una escuela. Ante la pobreza se llama a la Administración, a la caridad organizada, y así sucesivamente. Ante la emergencia, ¿hasta qué punto la intervención del trabajador social como un agente –o entre agencias particulares, estableciendo el mejor reparto posible– se convierte en profesional? ¿No es la inteligencia la que llama a los profesionales para la acción concreta?
A. Flexner
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Las necesidades fisiológicas.
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Las necesidades de seguridad.
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Las necesidades sociales.
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Necesidades de estima.
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Necesidades de autorrealización.
En el frente de los servicios, se registra el progresivo desplazamiento de los formatos totales (hospital de cónicos, hospital psiquiátrico de internamiento perpetuo, residencia asistida…, asistencia en familias sin ayuda) por las combinaciones de recursos de cobertura parcial (hospital de agudos, hospital de convalecencia, hospital de día, hospitalización domiciliaria, ayuda a domicilio, centros de día, residencia temporal…). La convergencia de los dos fenómenos apuntados da lugar a una fuerte y variada demanda de coordinación.
D. Casado
2.Modelos de intervención
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Modelo proactivo. Está basado en la atención a las personas que presentan determinadas variables que previamente se han definido como de riesgo. El riesgo debíamos de haberlo calculado que no es algo narrativo. El riesgo implica atender problemas potenciales, que requieren un estudio para descartarlos o, actuar sobre ellos. La OMS define el riesgo como:
“La probabilidad de un resultado adverso o un factor que aumenta esa probabilidad. (...) Para proteger a la población –y ayudarla a protegerse a sí misma– los gobiernos necesitan poder evaluar los riesgos y elegir las intervenciones más costo-eficaces y asequibles para evitar que se produzcan esos riesgos.”
OMS (2002). Informe sobre la salud en el mundo.
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Se siguen programas con indicadores de riesgo probados. No es necesaria la demanda, sólo la presencia de los indicadores definidos (generalmente, recogidos mientras se ha intervenido bajo el modelo reactivo o demostrados en otras investigaciones.
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Es un modelo equitativo basado en la planificación de la intervención sin que ésta implique el uso de recursos.
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No deja al cliente la responsabilidad de saber o de reconocer que presenta alguna necesidad.
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Permite analizar los datos en un sentido amplio y representativo relativizando los problemas reales de los potenciales.
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Facilita el diseño de programas preventivos.
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Modelo reactivo. Está basado en la atención de problemas. Si no se detecta un problema, si no hay una demanda explícita, no hay intervención. Las principales características del modelo reactivo son:
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Intervención a demanda del cliente u otros.
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Son las personas las que deciden según su resilience cuando piden ayuda.
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Está basado en la improvisación, no permite la programación de la actividad.
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Está sujeto a la emocionalidad de la persona y de su red favoreciendo la desproporción de la realidad.
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Los resultados siempre son sesgados y no pueden ser considerados para tomar determinadas decisiones.
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No permite la prevención.
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2.1.Modelos de respuesta
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Modelo proactivo-gestionado. Atiende las necesidades adaptando y ajustando las mejores soluciones posibles. Se retroalimenta mediante sistemas de información que son la base de futuras tomas de decisiones. Sus características son:
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Es un modelo flexible.
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Reduce la distancia entre la necesidad planteada y detectada y los recursos utilizados para la resolución.
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Es democrático y permite ajustar la intervención considerando la participación de los protagonistas, las personas que sufren los problemas.
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Modelo reactivo- administrativo. Las soluciones son las que están previstas. No implica que se resuelvan casos sociales, se resuelven problemas de acuerdo a la necesidad diagnosticada. No atiende excepciones. Aplica normativas, escalas. Un ejemplo es la atención a la dependencia. Sus características más destacables son:
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Es un modelo rígido.
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Sus profesionales son ejecutores de órdenes, pero no participan en el diseño de la normativa ni pueden hacer más de lo que hacen, aunque quieran.
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Los resultados se miden en función de lo realizado, no de lo que se debería o podría realizar.
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2.2.Modelos de gestión de los casos sociales sanitarios
“Un caso social no viene determinado por el tipo de cliente (familia, infancia, persona mayor, adolescente), no puede venir determinado por el tipo de problema (problemas económicos, problemas de conducta). El caso social es un acontecimiento vital en el que siempre hay proporciones, variables de lo económico, lo físico, lo mental, lo emocional y de los factores sociales. El caso social está compuesto de factores internos, externos o medioambientales. Uno no trata a las personas en un sentido físico o en un sentido medioambiental, las trata en relación con sus experiencias sociales y con relación a sus sentimientos con respecto a estas experiencias”.
G. Hamilton (1951). Theory and practice of social case work. Nueva York / Londres. The New York School of Social Work, Columbia University Press.
2.2.1.Modelos de ayuda: del modelo de beneficencia al modelo profesional
“El diagnóstico o el ejercicio de algunos profesionales de juzgar un problema es parte del concepto moderno de trabajo social. Una de las maneras en que podemos fechar el inicio de ese tipo de trabajo social es preguntarse en qué momento los filántropos, sistemáticamente, comenzaron a dudar antes de responder, en la medida de lo posible, a la solicitud de los demandantes, en su valor nominal; cuándo empezaron a comprender la demanda individual.”
N. Timms (ed.) (1970). En: E. Sainsbury. Social Diagnosis in Casework. Londres: Routledge & Kegan Paul.
2.2.2.Modelos de trabajo social: reflexiones y aportaciones de Mary E. Woods y Florence Hollis
“Un amplio abanico de teorías o modelos (1) de tratamiento de trabajo social han aparecido en el pasado medio siglo (...). En la práctica de los trabajadores sociales que siguen diferentes modelos hay muchas superposiciones, de ellos, cada grupo a menudo toma prestadas ideas y técnicas de los otros. Eso puede justificarnos, en parte, la observación de que las diferencias en la práctica no son, a menudo, tan grandes como lo suponen las teorías que se siguen (...). Las teorías varían en muchas maneras. Ellas difieren mucho, por ejemplo según el énfasis entre la relación cliente trabajador social: su naturaleza y su importancia en el tratamiento. Algunas teorías se refieren a menudo a conceptos como aceptación, cuidado, simpatía, empatía y respeto. Otras, incluso cuando no necesariamente se oponen a estas ideas, parecen darles poca prioridad en el tratamiento.
Algunas aproximaciones dependen en gran medida de dar directivas y asesoramiento, otras alientan a los clientes a llegar a su propia comprensión y toma de decisiones. El concepto de la autodeterminación es también ampliamente aceptado, pero hay grandes variaciones en el grado con que dicha cualidad se enfatiza o adhiere en la práctica.
Las nociones de mutualidad y colaboración se interpretan diferentes, dependiendo del punto de vista.”
M. E. Woods; F. Hollis (2000). Casework, a psychosocial therapy. Nueva York: McGraw Hill.
(1) Es importante señalar que ambas autoras aplican indistintamente los términos teorías y modelos.
“Este escrutinio de materiales de caso, a partir del cual el cuerpo de conocimientos y nuevas teorías han evolucionado, establece las bases de la primera aproximación científica del tratamiento de Casework.”
M. E. Woods; F. Hollis (2000). Casework, a psychosocial therapy (pág. 8). Nueva York: McGraw Hill.
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Modelo psicosocial primero se centraba en la persona afectada. Mary E. Richmond siempre por medio del estudio constante de casos, cuando analizó sus registros, vio la importancia y la influencia que los miembros de la familia ejercían sobre la persona y entre ellos. Esta interactividad era notoria.
A raíz de dicha observación, ella y sus seguidores dieron un nuevo paso, el individuo no podía verse aislado sino dentro de su contexto familiar y social, dentro de su medio ambiente habitual. Esta observación, avalada por la investigación, dio lugar a la inclusión de la familia y los factores ambientales dentro del diagnóstico social. La práctica evoluciona y con ella los conceptos se ven ampliados, esta evolución conceptual va mucho más allá de lo narrativo, se basa en la investigación, en la discusión profesional. Las investigaciones realizadas por Mary E. Richmond proporcionan un conocimiento empírico que no podemos tratar como una idea abstracta. Cualquier cambio que introduzcamos sobre los modelos, sus fundamentos debemos hacerlo sobre la base de nuevas investigaciones, siguiendo los mismos pasos de quienes los definieron. Mientras esa investigación no llegue, seguimos dando por válidos los resultados de Richmond y otras posteriores que desarrollaron modelos.
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Modelo funcionalista. Llega en los años treinta de la mano de Otto Rank discípulo de Freud del cual se separó profesionalmente para avanzar en sus propias tesis, para él las neurosis tenían que ver con la experiencia traumática del nacimiento. Así tituló su libro El trauma del nacimiento, publicado en 1923. Sobre la base de dicha teoría, la Pennsylvania School of Social Work propuso una aproximación distinta al trabajo social de caso, el casework. Su planteamiento difería del modelo propuesto por Richmond y sus sucesores en que lo pasado, lo vivido por la persona, era prácticamente irrelevante.
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Modelo del derecho a la autodeterminación. Simultáneamente se empezaba a debatir un tercer modelo, el de la autodeterminación, siguiendo las teorías de la educación de John Dewey.
Woods y Hollis señalan el ejemplo de Gordon Hamilton que expresaba el “derecho de la persona a ser ella misma”. Ello implicaba que la persona debía estar preparada y por ello la importancia de la educación. La capacidad de decisión estaba relacionada con el conocimiento. Señalamos el concepto de la “información asimétrica” que llegó al gran público en el 2001 cuando Akerlof, Spence y Stiglitz ganaron el Nobel de Economía por su investigación en los mercados financieros. Analizaron sus fallas y el sistema de precios. Hablaron de la “información asimétrica.”
“Para el funcionalismo, la historia pasada era considerada irrelevante y el diagnóstico fue desprovisto de valor. El derecho del cliente a su autodeterminación fue apoyada fuertemente; en pocas palabras, se creía que la voluntad del cliente y la capacidad para actuar sobre sus problemas, actuales o futuros, eran estimulados por la función de la agencia, incluyendo limitaciones en el tiempo.”
M. E. Woods; F. Hollis (2000). Casework, a psychosocial therapy (págs. 10-11). Nueva York: McGraw Hill.
“Aquellos en los que los distintos agentes que actúan sobre un mismo mercado manejan niveles diferentes de información que marcan sus decisiones.”
A. G. Destinobles (2001). “«Los mercados con información asimétrica», tema tratado por los Premio Nóbel de Economía 2001”. En: Revista de la Facultad de Economía-BUAP (núm. 19).
“La distribución asimétrica de la información disponible entre los agentes que operan del lado de la oferta y los que actúan del lado de la demanda.”
I. Perrotini (2001). “La economía de la información asimétrica: microfundamentos de competencia imperfecta”. Revista de la Facultad de Economía-BUAP (núm. 19).
Modelo de la escuela funcional |
Impulsor Otto Rank. El pasado no importa, se estimula al cliente basándonos en su derecho a la autodeterminación. Lo movilizamos y estimulamos incluyendo limitaciones en el tiempo. |
Modelo de la escuela diagnóstica |
Impulsor Sigmund Freud. Considera el pasado muy importante, así como los aspectos inconscientes que influyen en el desarrollo de la personalidad. Se sustenta en el estudio psicosocial, en el diagnóstico y el plan de tratamiento. |
Modelo de derecho a la autodeterminación |
Impulsor John Dewey. El concepto de la “autodeterminación” fue ampliamente debatido encontrando las teorías de la educación de Dewey una gran aceptación. La misma Gordon Hamilton expresa el derecho que el cliente tiene a ser “él mismo”. |
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Modelo de práctica clínica (pública y privada), que se ramificó en otros:
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El modelo de terapia familiar.
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El modelo de la práctica constructivista.
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El modelo de la perspectiva de fortalezas.
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El modelo apoyado en el empowerment.
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El modelo de trabajo de grupo.
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El modelo para mejorar los servicios humanos, basado en la ecología.
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El modelo de terapia familiar, ya citado.
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El modelo de crisis.
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El modelo de planificación a corto plazo.
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El modelo de tareas orientadas al tratamiento.
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En un homenaje a Charlotte Towle en 1969 se definieron cuatro modelos de trabajo social de caso.
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El modelo funcional.
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El modelo problem-solving.
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El modelo de modificación de conducta.
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El modelo psicosocial.
2.2.3.Modelos de trabajo social: reflexiones y aportaciones otros autores
“El modelo terapéutico en trabajo social sirvió y sirve de referencia de la práctica individualizada, de pequeño grupo y de grupos familiares. El objeto de estudio e intervención del modelo terapéutico es el ser humano individual, o el conjunto de seres humanos en la familia, en los grupos, o en las comunidades, como parte de un ecosistema. Históricamente, se fue configurando bajo el concepto de modelo la forma en que se asumía la práctica con intencionalidad curativa, de tal manera que, según sea la corriente psicológica que se adoptara como referente teórico, el método desarrollado y la finalidad de la acción es posible hablar de diferentes modelos en trabajo social terapéutico desde sus inicios hasta la actualidad.”
M. C. Romero. Desarrollo histórico-teórico del modelo terapéutico de intervención en Trabajo Social.
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El modelo de la terapia psicosocial, de Florence Hollis y Mary E. Woods. Nutrido especialmente por la teorías psicoanalíticas y freudianas.
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El modelo funcional desarrollado por R. Smalley basado en las teorías de Otto Rank.
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El modelo de resolución de problemas, solving, de Hellen Harris Perlman. Se apoya en la idea de que hay que reforzar los recursos propios de la persona y a la vez poder movilizar el entorno y sus recursos para favorecer dicha resolución de problemas. En este Modelo encontramos una importante justificación a la integración entre los servicios de trabajo social de atención primaria y la atención especializada.
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El modelo rogeriano, de Carl Rogers. Humanista que parte de la idea de que las personas se construyen a sí mismas, cree en su bondad y autorrealización.
“Resultan discutibles aquellas intervenciones emprendidas desde el contexto del mundo referencial aislado, que trata a veces de desmenuzar las realidades complejas de la vida particular, en la que es imposible reconocer la estructura natural de la práctica como lugar en el que se intentan propósitos sistémicos en situaciones inciertas y cambiantes.”
E. Pérez de Ayala (1999). Trabajando con familias (pág. 13). Zaragoza: Certeza.
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Modelo de intervención directa o psicosocial. La que se realiza cara a cara con el cliente, la que busca modificar conductas.
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Modelo de intervención indirecta o socioeconómica. La que se realiza desde otras instancias e instituciones promoviendo acciones e investigaciones de carácter general y comunitario.
“El conjunto de diversos elementos que se encuentran interrelacionados entre sí. El punto clave del sistema se encuentra en las relaciones de los diferentes elementos.”
F. Arias (1986). “Teoría de los Sistemas”. Administración de recursos humanos (págs. 13-23). México: Trillas.
“Un sistema caótico es aquel que, partiendo de condiciones iniciales casi idénticas, evoluciona de forma muy diversa y da lugar a resultados completamente distintos. Por ejemplo, cuando lanzamos un dado es casi imposible predecir qué número vamos a obtener porque un pequeño cambio en la manera de tirarlo supone un resultado diferente.”
R. González (1996). Física para juristas, economistas... y demás gente curiosa (pág. 47). Barcelona: Crítica, Grijalbo, Mondadori.
“El determinismo dice que las mismas causas producen los mismos efectos, siguiendo todo sistema la pauta de sus condiciones iniciales, y siendo por eso calculable o adivinable. Pero tropezamos a cada paso con sistemas «sensibles» a esas condiciones iniciales, que responden a microcambios con macrocambios y presentan la necesidad como resultado de aleatoriedades (...). Tratándose de una sociedad como la nuestra nada sabemos a ciencia cierta, salvo que exhibe también un orden por fluctuaciones, derivado de haber ido –eligiendo– en sucesivos puntos de bifurcación.”
A. Escohotado (1999). Caos y Orden (págs. 11-14). Madrid: Espasa Calpe.
“En la familia como sistema, el principio de orden jerárquico de las estructuras se traduce sobre todo en la configuración de determinados subsistemas; por lo que el imperativo de orden de las estructuras da lugar a que al menos se delimiten algunas de éstas en relación con su definición en los diferentes niveles de la toma de decisiones, del establecimiento de acuerdos, en definitiva, de su diferente capacidad ejecutiva. Con relación al orden jerárquico de las funciones da lugar a que en las familias se establezcan pautas que regulen las relaciones entre los miembros que las componen y entre los subsistemas en los que se han organizado.”
F. Ortega (1999). “Teoría familiar sistémica”. En: Pérez de Ayala. Trabajando con familias (pág. 69). Zaragoza: Certeza.
2.2.4.Modelos de trabajo social sanitario en salud mental
“Un modelo representa una orientación para explicar en este caso, la conducta anormal, guiar la investigación, interpretar sus resultados, marcar variables sobre las cuales hay que intervenir, etcétera.”
A. Jarne y otros
“…en las bases de las alteraciones psicopatológicas se encuentran anormalidades biológicas (de tipo genético, bioquímico y neurológico).”
“Es el primero en reconocer los factores psíquicos en la conducta, tanto anormal como normal, y en plantear una continuidad entre la normalidad y la patología […] Reconoce las emociones en la vida psíquica. […] Da una dimensión de normalidad- anormalidad. […] Da gran importancia a la biografía de la persona.”
“Cada persona cuenta con un potencial innato de conocimiento y actualización que actualiza su motor de conducta. […] Tiende a la autorrealización y a la autenticidad y cuando estas se ven distorsionadas o bloqueadas aparece la patología. […] Para ellos el método científico no resulta natural pues interfiere. […]Plantea buscar alternativas al sufrimiento y a la existencia más que estudiar la conducta.”
Señala tres puntos importantes:
Introduce una postura optimista y esperanzadora.
Enfatiza en los factores psicosociales.
Señala la importancia de la terapia como finalidad esencial de la intervención.
“Parte del principio de que la conducta desequilibrada ha sido aprendida. […] Se trata de hábitos desadaptativos condicionados a ciertos estímulos. […] Se apoya en lo que se ve, en lo que se puede observar, no en lo inconsciente.”
3.El modelo ISSIS: modelo integrado de gestión del servicio y de los casos
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el caso social sanitario,
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los procedimientos sociales,
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los procesos sociales,
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la variable complejidad.
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Gestión del caso social sanitario
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Complejidad
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Escala
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La persona no se comunica o es poco receptiva.
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Se observa una negación de la realidad, de su pérdida y niega la de la necesidad de ayuda profesional.
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La familia es pasiva no participa activamente.
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Observamos malas relaciones familiares.
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Se da un aislamiento voluntario.
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Comprobamos la movilidad reducida.
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La persona presenta su vivienda con barreras arquitectónicas.
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Etc.
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La actitud de los profesionales receptores del caso social sanitario es facilitadora.
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Es un servicio con plazas disponibles.
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Los criterios de acceso al servicio o recurso implican mucha burocracia.
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El recurso admite la comunicación vía correo-e.
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Los requisitos referidos a la persona no están clarificados.
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La accesibilidad a los profesionales responsables de continuar la atención.
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El tiempo medio de espera basado en el cálculo real de casos anteriores atendidos por el servicio de trabajo social sanitario.
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La accesibilidad a los profesionales responsables de continuar la atención.
3.1.Instrumentos básicos del modelo ISSIS
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El primero es la base del registro de los valores de complejidad.
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El segundo para clasificar los recursos de cada zona y asociarlos al proceso social.
3.1.1.Instrumento para registrar la complejidad social
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Descripción. El instrumento de registro consta de dos ejes de coordenadas, el “X” y el “Y”.
En el eje “X” se encuentran los valores predefinidos de la “complejidad referida a los apoyos externos” entre 1 y 5.
En el eje “Y” se encuentran los valores predefinidos de la complejidad psicosocial” entre 1 y 5.
El valor final de cada eje se basará en el listado de variables identificadas como evidencias de complejidad y progresivamente se irán añadiendo circunstancias nuevas que queden probadas como tales.

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Escala. Trabajamos con una escala de formato Lickert que permite establecer una gradación entre los valores utilizados y su descripción cualitativa en cada caso. En el modelo propuesto, ambas complejidades asocian los valores cuantitativos a una cualidad:
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complejidad muy baja
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complejidad baja
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complejidad mediana
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complejidad alta
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complejidad muy alta
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Registro del valor. Después de las primeras visitas estimamos ambas complejidades como se viene señalando, de 1 a 5 siendo cada una independiente de la otra. De cada persona atendida registramos el valor más adecuado a nuestra observación pudiendo variar éste a lo largo del tratamiento social sanitario. Debemos recordar que cada proceso convoca multitud de actividades, en algunos casos más que en otros menos.
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Registro de casos. Mediante una hoja de cálculo diseñada para ello, pero muy sencilla, a medida que vayamos registrando los casos individuales se irá actualizando el valor índice global cuyo resultado quedará reflejado en la casilla de resultados. Además, esta hoja de cálculo puede considerarse una versión electrónica del clásico libro de registro en aquellos servicios que sigan utilizándolo.
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Número índice. Se trata, como hemos señalado, de una medida estadística que permite comparar una variable cuantitativa, cualitativamente, a través de periodos de tiempo y entre categorías. La elección del sistema de números índice obedece a que en las pruebas piloto se ha visto su efectividad al satisfacer los objetivos.
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Cálculo del número índice. Aplicaremos la puntuación (valor) correspondiente a cada observación. Excluiremos las no respuestas eliminando todos aquellos formularios incompletos. Éstos quedarán fuera de la operación matemática y por supuesto nunca contarán como valor 0. El valor resultante compuesto por una unidad y cuatro decimales, siempre igual o inferior a cinco o igual o superior a 1, es el resultado de un promedio de los casos útiles. Una característica de los números índice es su sensibilidad en el reflejo de la variabilidad y la tendencia actual. Permiten comparar periodos, categorías, etc.
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Indicadores. Partimos de la definición de la OMS. Los valores resultantes por periodos son los indicadores cuantitativos y el número índice les da el contenido cualitativo. Nos permiten la comparación de variables y circunstancias, información que influirá en la evolución del servicio y sus cambios organizativos. La identificación de nuevas realidades siempre suscita nuevos enfoques. En este caso, el seguimiento de los indicadores nos muestra las tendencias.
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Práctica. Al formulario utilizado por el servicio de trabajo social sanitario para recoger la información de las personas atendidas le adjuntaremos el gráfico de la figura 1. A partir de los valores (números índices resultantes) estableceremos el perfil de la persona atendida y a medida que disponemos de la información del conjunto, podemos comparar a la persona individual con el resto del conjunto atendido con anterioridad.
En nuestro ejercicio diario todas nuestras gestiones y trámites están asociados a un proceso social sanitario. Uno de los problemas de siempre es la escasez de los recursos, por lo que los objetivos de eficiencia interna del establecimiento sanitario pueden verse alterados por la falta de capacidad del sistema de servicios externos de asumir los casos sociales sanitarios que se les derivan.
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Requisitos para su aplicación
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Sistematización de las atenciones individuales dentro de los procedimientos.
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Elaboración del diagnóstico social sanitario definitivo o temporal.
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Valoración de la complejidad del caso social sanitario, la de la gestión de los apoyos y la de la gestión de lo psicosocial.
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Una hoja de cálculo informatizada para registrar y calcular.
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Registro
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Servicio médico
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Proceso social
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Recurso
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Complejidad gestión de la ayuda externa
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Complejidad gestión psicosocial
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Número de registro. Identificará a la persona. |
Servicio médico que atiende a la persona como aparece en el cuadro de mandos del hospital. |
Tipologías de apoyo. |
Nombre literal del recurso o servicio que continuará con la atención. |
Valor numérico de la complejidad de la gestión de la tipología de apoyo, el proceso. |
Valor de la complejidad de la gestión psicosocial del caso. |
3.1.2.Instrumento de clasificación de recursos asociados al proceso social sanitario
Hospital “X"
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Unidad
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Recursos de la zona |
Código del proceso social 1) Atención a domicilio 2) Establecimientos residenciales 3) Establecimientos residenciales asistidos 4) Establecimientos sociosanitarios 5) Otros |
Titularidad recurso A |
Codificar con el número identificador |
Titularidad recurso B |
Ídem |
Titularidad recurso |
Ídem |
Servicio de trabajo social sanitario “x"
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Unidad de Santo Hospital
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Recursos de la zona |
Código del proceso social 1) Atención a domicilio 2) Establecimientos residenciales 3) Establecimientos residenciales asistidos 4) Establecimientos sociosanitarios 5) Centros de día 6) Otros |
Centro “Buena esperanza” |
05) Centros de día |
Servicios sociales Zona “Centro” |
01) Atención a domicilio |
Atención a domicilio SAD “El Sol” |
01) Atención a domicilio |
Centro sociosanitario “La aurora” |
04) Establecimientos sociosanitarios |
Titularidad recurso |
Ídem |
Servicio de trabajo social sanitario “x"
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Unidad trabajo social
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Índice de complejidad de 1 a 5
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Titularidad recursos de la zona |
Código de procesos sociales 01) Atención a domicilio 02) Establecimientos residenciales 03) Establecimientos residenciales asistidos 04) Establecimientos sociosanitarios 05) Centros de día 06) Otros |
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Servicios sociales Zona “Centro” |
01 |
2,3445 |
Atención a domicilio SAD “El Sol” |
01 |
3,6677 |
Centro sociosanitario “La aurora” |
04 |
1,5633 |
Centro “Buena esperanza” |
05 |
1,2223 |
Titularidad recurso |
Ídem |
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4.Técnicas que utiliza el trabajador social sanitario
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La observación (directa e indirecta).
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La documentación y registro, en soportes de papel o digitales.
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La entrevista y los cuestionarios.
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Las escalas.
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Las clasificaciones.
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La reunión. Focus group, TGN y Técnica Delphi.
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La estadística.
4.1.Observación
“El observador se distingue del testigo ordinario de los hechos, ya que este último no intenta llegar al diagnóstico de uno de ellos y, además, son muchos los sucesos que pasan desapercibidos.”
T. Anguera (1985). Metodología de la observación en las ciencias humanas. Madrid: Cátedra.
4.2.Documentación y registro en soportes de papel y digitales
“Al principio sus tentativas eran poco menos que una crónica confusa de hechos ocurridos en el curso de su trabajo, pero gradualmente ellos aprendieron a construir el registro cronológico de los procesos esenciales aplicados y de las observaciones sobre las cuales estos procesos estaban basados. Un registro tan completo no es sólo una guía indispensable a la futura acción sobre la persona atendida; puede ser el material sin par para entrenar otros trabajadores sociales de caso.”
M. E. Richmond (1922). What is Social Case Work? Nueva York: Russell Sage Foundation.
4.3.Entrevistas y cuestionarios
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Entrevista terapéutica. La palabra es el instrumento de trabajo de los trabajadores sociales sanitarios. La entrevista tiene que tener un objetivo. Nunca entrevistamos a ninguna persona sin saber qué es lo que queremos o necesitamos que nos diga.
La entrevista no es una conversación amistosa para entretener. Tenemos diferentes tipos de entrevistas por su estructura:
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Cerradas. En trabajo social sanitario, al menos en los actos asistenciales no se aplican, pues quedaría mucha información por conocer o, al contrario, obtendríamos información en exceso. Además, no nos interesa toda la información, tan sólo aquella que nos ayuda en el diagnóstico social sanitario.
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Semiabiertas. Ante determinadas circunstancias, médicas o sociales, establecemos que hay una información necesaria y qué necesitamos conocer para establecer un primer diagnóstico social sanitario. Son más adecuadas cuando se conoce el caso.
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Abiertas. El trabajador social sanitario desconoce a la persona que le ha pedido cita. En un principio, deja que hable ella para conocer sus auténticas preocupaciones, empezar a tomar información que le permitirá entrar en el caso social sanitario y empezar con el diagnóstico.
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Entrevista en trabajos de campo e investigaciones
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Entrevistas semiestructuradas. Pueden darse en el domicilio de la persona o en el establecimiento donde se encuentra. El entrevistador, previa cita se desplaza al domicilio de la persona y realiza todas y cada una de las preguntas. Es un método muy caro y poco práctico, especialmente en las grandes ciudades, pues los desplazamientos, el aparcamiento son un talón de Aquiles que ralentiza el trabajo de campo. Asimismo, el trabajo de campo es muy largo al poder realizar pocas entrevistas al día. Cuando la persona está institucionalizada es diferente, entonces este método es el más eficiente y rápido puesto que permite el contacto directo.
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Los cuestionarios por correo postal o electrónico. Se envía el cuestionario a la persona por correo postal o electrónico, pero también es un método poco recomendable para este fin, pues su representatividad es nula dado que sólo contestan aquellas personas que se sienten motivadas o involucradas en el tema de estudio, por lo que el índice de no respuestas es muy alto y además, tampoco se garantiza que conteste la persona titular.
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Entrevistas telefónicas profesionales de tele-marketing. Como hay que garantizar la calidad en la recogida de la información, casi a priori, salvo que se tratase de empresas muy especializadas queda descartado este método de tele-marketing aplicado comúnmente por muchas corporaciones cuyos productos están en oferta para ser adquiridos dentro del proceso de libre mercado.
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Entrevistas telefónicas profesionales. Las entrevistas telefónicas realizadas por profesionales requieren habilidades de los entrevistadores que garanticen la máxima fiabilidad de la información que obtienen. Determinados inconvenientes se evitan con la experiencia que habitúa al entrevistador a controlar otros elementos, como el cambio en el tono de voz, respuestas con pausas, etc. Ésta es la técnica más recomendable por la relación coste-resultados a la vez que permite ir substituyendo aquellos casos que no responden por otros de características similares.
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4.4.Escalas funcionales, instrumentales
4.5.Clasificaciones
4.6.Reunión
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Focus group. Técnica grupal que tiene como finalidad profundizar cualitativamente sobre aspectos que afectan a algún procedimiento, o servicio del establecimiento. Se trata de una técnica que busca aportaciones cualitativas, críticas, pero constructivas. Por ello, la selección de los participantes se hará sobre la base de su capacidad crítica y de aportación de nuevas propuestas. En este caso, no se busca la opinión de la mayoría, sino la de aquellos miembros cuyas consideraciones son de mayor interés. No se trata de la cantidad de información, sino de su calidad.
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Técnica de grupos nominal (TGN). Técnica de planificación grupal utilizada para resolver problemas, recoger ideas, su discusión y su aprobación por parte de un grupo de profesionales, ciudadanos, clientes de un servicio, etc. El punto fuerte de esta técnica es que permite la participación de todos los miembros del grupo, evitando así, la manipulación de éste por parte de aquellos participantes que tienen más carácter o capacidad de concentrar la atención. En este sentido, en consonancia con el focus group, la TGN busca ante todo la calidad de la información, pero se le añade la toma de decisiones ordenada y ponderada.
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Grupos Delphi. Técnica similar a la TGN, pero que utiliza el envío de cuestionarios por correo postal, ahora por correo electrónico. En general, se desarrolla entre dos o cuatro cuestionarios, que se van configurando a partir de las respuestas que se van obteniendo. El primer paso es la realización de dos o tres preguntas abiertas sobre el tema que se quiera tratar.